Un romance de Oscar: Paulette Goddard y Erich Maria Remarque, el escritor que prefirió hacer el amor a la guerra y se casó con la chica Ziegfeld

El autor de ‘Sin novedad en el frente’, cuya tercera adaptación al cine ha logrado nueve nominaciones a los Oscar, amó a varias estrellas de Hollywood pero solo contrajo matrimonio con una. Antes que a él, la actriz ya había conquistado a Charlie Chaplin. Esta es su fascinante historia.
El novelista estadounidense Erich Maria Remarque y su esposa Paulette Goddard fotografiados en su villa en el lago...
El novelista estadounidense Erich Maria Remarque y su esposa Paulette Goddard fotografiados en su villa en el lago Maggiore en 1960.Popperfoto/Getty Images

El 18 de junio de 1929 un joven “bien vestido, de pelo rubio, ojos azules y tez tostada por el sol” entró en una librería de Davos (Suiza) interesándose por las novedades editoriales recientes. Naturalmente, el encargado le habló de Sin novedad en el frente, que acababa de publicarse, y de la se habían venido medio millón de ejemplares en apenas tres meses. “Eso no prueba en absoluto su mérito artístico”, replicó el muchacho ante la indiferencia del dependiente, que continuó con sus elogios encendidos de la novela, ambientada en la I Guerra Mundial. Hasta que Erich Maria Remarque (Osnabrück, Alemania, 1898-Locarno, Suiza, 1970).

Aquel verano, y en lugar de saborear las mieles del éxito de su primera novela, el escritor alemán buscó refugio en los Alpes. En Davos, Remarque no se dedicó tampoco a preparar su próxima obra, sino a contestar las cartas de los soldados heridos en el frente, que no paraban de dirigirse a él admirados por su capacidad para describir el horror de la contienda en toda su crudeza. Él mismo combatió en el Frente Occidental, de donde fue relevado tras ser herido en varias ocasiones —la última, por la explosión de una granada que le causó daños considerables en brazos, piernas y cuello—. De vuelta a casa, tuvo que afrontar un suceso que lo conmovió profundamente: la muerte de su madre. “¿Y qué es una familia sin la madre? Me convertí en editor de un periódico deportivo para aliviar mis penas”, le confesó el escritor a un periodista del diario The Guardian que le visitó en Suiza. En su crónica, un personaje local habituado a tratar con él no duda en describir a Remarque como un ser “melancólico”. El propio Remarque se expresa en estos términos en el artículo: “El éxito me tomó por sorpresa y me dejó frío. Lejos de darme placer, me hizo sentir indescriptiblemente triste e impotente. De repente yo, un desconocido, me convertí en objeto de interés y curiosidad. Todo me deprimía y tuve que escapar de Berlín y venir aquí a Davos”, confiesa. Es más, cree que el boom de Sin novedad en el frente es un hecho ”totalmente aislado". Como tendrá ocasión de comprobar, se equivocaba.

El escritor alemán Erich Maria Remarque en 1939. 

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Apenas un años después de hasta descartar una hipotética carrera literaria —"¿por qué habría de unirme al vasto ejército que escribe por vanidad, por necesidad o por vocación?”, llega a preguntarse—, se estrena la primera versión cinematográfica del best seller. La película fue un éxito y ganó dos de los seis Oscar para los que estuvo nominada: Mejor Película y Mejor Dirección, Lewis Milestone. El joven melancólico que renegaba de su obra y a quien su traumático paso por las trincheras había convertido en un pacifista convencido ya tenía un pie en Hollywood.

Por aquel entonces, una joven Ziegfeld Girl —los espectáculos teatrales inspirados en los del Folies Bergère de París que puso de moda en Broadway el empresario Florenz Ziegfeld— llegaba también a la Meca del Cine precedida por su belleza, sus dotes para el flirteo y su glamouroso estilo de vida —acababa de divorciarse de su primer marido, el magnate Edgar Jones, lo que le reportó una cuantiosa fortuna—: Paulette Goddard (Nueva York, 1910-Suiza, 1990). En Hollywood, la vedette empezó a participar en títulos como El Gordo y El Flaco, La litera (de 1929, el mismo año en el que se publicó Sin novedad…) o El chico millonario y Torero a la fuerza, protagonizadas por uno de los actores más populares del cine mudo, Eddie Cantor. Pero su gran oportunidad llegaría en 1936 de la mano de la gran estrella del momento: Charlie Chaplin, quien le dio un pequeño papel en Tiempos modernos… Y se casó con ella. “Chaplin me entrenó para que pudiera hablar durante tres minutos sobre cualquier tema. Pero no cuatro”, declararía con el tiempo la actriz sobre las dotes de seducción que, según ella, perfeccionó gracias a Charlot. El matrimonio acabó en 1942.

Paulette Goddard y Charles Chaplin en 1940, en una fiesta. Foto: Getty Images.

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Entretanto Remarque, que se había visto obligado a huir de su país por su escasa simpatía con los nazis —que en 1943 enviaron a su hermana a un campo de concentración—, mantenía un apasionado romance con su compatriota Marlene Dietrich a quien, según relata la escritora Julie Gilbert en Opposite attraction, The Lives of Erich Maria Remarque and Paulette Goddard, publicado en 1995, llamaba Puma. El mismo apodo cariñoso que el escritor usaba para Lancia en el que los dos abandonaron Alemania y se instalaron en Francia. A pesar de la obsesión de Remarque por la actriz, no llegaron a casarse. 

El destino quiso que su segunda mujer —antes que con ella Remarque estuvo casado con la actriz y bailarina Ilse Zambona, con quien contrajo matrimonio en dos ocasiones— fuese Paulette Goddard. Aunque llegaron a coincidir en Hollywood en los años 30 y 40, su historia de amor empezó en 1951. Para entonces, tal y como recogía The New York Times en 1995 a propósito de la publicación del libro de Gilbert, el uno era “un libertino rico y guapo”, y la otra, “una hermosa mujer de 40 años llena de diamantes”. El escritor y la coprotagonista de El gran dictador y Sucedió una noche, de Frank Capra, pasaron por la vicaría en 1958 y se instalaron en la villa suiza de Remarque que, en contra de su propio pronóstico, sí desarrolló una fructífera y exitosa carrera literaria con títulos como El camino de vuelta, Tres camaradas o Tiempo de amar, tiempo de morir. Todos, adaptados al cine. En el caso de Tres camaradas con, por cierto, Francis Scott Fitzgerald entre los guionistas. Ninguna superó en cambio el éxito y la repercusión de Sin novedad en el frente, cuya versión más reciente, la de 2022, ha sido nominada a nueve premios Oscar.

Paulette Goddard y Erich Maria Remarque en El Morocco, el famoso club neoyorquino, un año después de empezar su relación.

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Tras sufrir un infarto cerebral en 1963, la salud de Remarque empezó a resentirse. También la hasta entonces agitada vida de este matrimonio de ricos y famosos, que atesoraba una importante colección de arte y llevaba una vida propia de la alta sociedad de la época. Goddard empezó a pasar largas temporadas en Nueva York. Él le escribía largas misivas en las que lamentaba “no poder entretenerla” tal y como se merecía. El escritor murió en 1970 en Locarno.

Paulette Goddard le sobrevivió 20 años, aunque su existencia no fue en absoluto fácil. Enferma de cáncer, una doble mastectomía la sumió en una fuerte depresión. Solo el alcohol aliviaba su dolor. En sus últimos tiempos, apenas salía de casa. Prefería recordar sola los tiempos dorados de Broadway, su llegada a Hollywood, donde conquistó nada menos que a Chaplin. La época en la que hombres como el músico George Gershwin, el pintor Diego Rivera o el magnate Howard Hughes bebían los vientos por ella. Las noches de champán en el Morocco con el escritor bon vivant que mejor describió el horror de las trincheras.

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