Era elegante, era efectivo y era... guapo. La combinaci�n perfecta para ser elevado al estrellato deportivo y social. Un �dolo para el aficionado al f�tbol y un 'sex symbol' para la indiscriminada grey femenina en cualquier pa�s, pero sobre todo en Italia, donde la est�tica desempe�a un papel especialmente importante en el desempe�o y valoraci�n de la vida cotidiana.
Frivolidades aparte, Paolo Rossi era un soberbio futbolista. Que le sentase tan bien el bonito uniforme de la 'azzurra' s�lo a�ade a su figura un perfume cinematogr�fico que, en sus tintes oscuros (ya iremos a ellos), si bien contribuy� a su popularidad, no la trivializa en absoluto. Rossi, fallecido este jueves a los 64 a�os, est� reconocido como uno de los 100 mejores futbolistas de la Historia.
Era toscano, de una localidad llamada Santa Lucia, donde naci� el 23 de septiembre de 1956. A los 19 a�os jugaba en el Como. Destacaba y lo fich� el Vicenza, en el que se proclam� m�ximo goleador de la Serie B y al que ayud� decisivamente a ascender a la A. De ah�, en 1978, al Perugia. Y, en 1981, a la Juventus. Se inicia entonces el per�odo deportivo m�s intenso, triunfal y reconocible de su vida. Entre 1981 y 1985 nace, se desarrolla y, por as� decirlo, muere el Paolo Rossi que ha pasado a la gran historia del f�tbol. Es cierto que, en 1978, hab�a sido el m�ximo goleador del "calcio" y que, en el Mundial de Argentina de ese mismo a�o, hab�a marcado tres goles haciendo un gran d�o con Bettega y contribuyendo en gran medida al cuarto puesto de Italia.
Pero, en la temporada 1979-80 el esc�ndalo del 'Totonero', la 'quiniela negra', un entramado de apuestas ilegales, le hab�a alcanzado de lleno, aunque �l siempre neg� su participaci�n en el fraude. El f�tbol italiano sufri� una dolorosa catarsis. Milan y Lazio fueron arrojados a la serie B y jugadores de ambos equipos m�s otros del Avellino, Fiorentina, Pescara, Bolonia, N�poles y Perugia recibieron sanciones. Rossi fue condenado a tres a�os de inactividad que, finalmente, se redujeron a dos.
Mundial Espa�a 82
Una bendici�n porque el seleccionador, Enzo Bearzot, el 'viejo zorro' con cara de boxeador que lo hab�a llevado al Mundial del 78, lo convoc�, en contra del clamor �tico popular, para el de 1982, que tendr�a lugar en Espa�a. Rossi naci� entonces de nuevo y, definitivamente, para la dorada memoria del f�tbol.
No empez� bien, como todo el equipo. Italia, con un pobre juego, empat� con Per�, Polonia y Camer�n, y pas� a la segunda fase por la gatera gracias al 'goal average'. En Italia echaban pestes contra Bearzot. Y contra Rossi, un 'tramposo' que, adem�s, no ve�a puerta. Sigui� sin verla en el primer partido de esa segunda ronda, aunque Italia se impuso (2-1) a Argentina (Tardelli, Cabrini y Passarella).
Y entonces, el 5 de julio de 1982, en el estadio de Sarri�, se produjo el milagro. Partido Italia-Brasil. En la "canarinha", dirigida por Tel� Santana, un enamorado del 'jogo bonito', impart�an lecciones magistrales S�crates, Zico, Toninho Cerezo, Junior, Falcao... Entre todos, en los tres victoriosos partidos de la primera fase, hab�an registrado 10 goles a favor y s�lo uno en contra, frente a la URSS de Dasaev, Baltacha, Demianenko, Bessonov, Blokhine... �Pobre �Italia!
El hat trick de Il Bambino en Sarri�
Y entonces apareci� Rossi, Paolino, 'Il Bambino', para anotar uno de los m�s famosos 'hat tricks' de la historia del f�tbol. Los dos goles se Brasil (S�crates, Falcao) �nicamente sirvieron para completar un partido electrizante, uno de los mejores que hayan visto los Mundiales. Bearzot ten�a raz�n. Rossi tambi�n. Italia re�a, saltaba, cantaba, perdonaba, olvidaba... Luego, en semifinales, otros dos goles de Rossi liquidaban (2-0) a Polonia. Otro m�s en la final (3-1) ante Alemania Occidental (Rossi, Tardelli, Altobelli, Breitner) consagraban para los restos al toscano y hac�an saltar de alegr�a a Sandro Pertini ante la divertida mirada de Juan Carlos I. Paolo Rossi, rey del bal�n y la oportunidad, se coronaba m�ximo goleador del Campeonato y, naturalmente, como miembro del "equipo ideal".
Lleg� entonces en per�odo de m�ximo esplendor de Paolo, ya en la Juve dirigida por Giovanni Trapattoni: dos Ligas, una Copa, una Recopa, una Supercopa y, sobre todo, una Copa de Europa, la primera de la 'Vecchia Signora' en, �ay!, aquella final de 1985 en Heysel que, tras una avalancha, dej� en las gradas a 39 seguidores juventinos muertos. Una final que nunca debi� disputarse elev� a los altares a un equipo con Rossi, Platini, Boniek...
Su actuaci�n en el Mundial hab�a llevado a Rossi a la obtenci�n del Bal�n de Oro en 1982. La gloriosa y amarga final de Bruselas fue el principio del fin. Rossi, en lento pero irremediable crep�sculo pas� en dos a�os por el Milan y el Hellas Verona, en cuyas filas se retir� en 1987. Convocado, no obstante, para el Mundial de 1986, no lleg�, lesionado, a intervenir. Con Italia fue 48 veces internacional y marc� 20 goles. En el "calcio" hizo 103 en 245 partidos.
Comentarista televisivo tras colgar las botas, su historia futbol�stica es la de un elegido en un per�odo cuya brevedad temporal se rinde ante una intensidad emocional dif�cilmente repetible.
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