Era una costumbre en Ucrania que en el D�a Internacional de la Mujer ellos les regalaran flores y bombones y besos y discursos. Pero este a�o, los mensajes estuvieron te�idos de tristeza y s�plicas de paz. Ese d�a, miles de mujeres hu�an de Ucrania y sent�an el estr�s de encontrar una nueva vida para sus hijos mientras los maridos, hermanos y padres se quedaban atr�s para defender a su pa�s de la invasi�n rusa. Las escenas de separaci�n eran desgarradoras. Las madres ocultaban la verdad a sus hijos. Les explicaban que se iban de vacaciones y que volver�an pronto.
Nadiya lo borda
Pero no todas las mujeres se van. Algunas se han sumado a la resistencia y otras son militares profesionales. La m�s conocida es Nadiya Savchenko, un s�mbolo de la firmeza y la libertad de Ucrania, un ejemplo de coraje y patriotismo. Yo la comparo con Hurrem Sultan, la mujer ucraniana del sult�n turco Solim�n el Magn�fico.
Mientras que en la Turqu�a contempor�nea se evoca su nombre con monumentos, en Ucrania se la conoce como Roxelana, la hija de un sacerdote ortodoxo del oeste del pa�s que, en el siglo XVI, refren� la agresi�n del ej�rcito otomano contra Ucrania y se preocup� por el destino de los cosacos. La naci�n que tiene tales h�roes resiste los embates de la Historia, aunque, por otra parte, desgraciado el pa�s que necesita h�roes o hero�nas.
Nadiya Savchenko es una hero�na. Fue una de las primeras mujeres de las Fuerzas A�reas de Ucrania y la primera en pilotar un Sukhoi Su-24 -avi�n de ataque supers�nico- y un Mil Mi-24 -helic�ptero artillado de ataque-. Sus detractores la han descrito como "m�quina letal en faldas". Sirvi� durante m�s de 10 a�os en el Ej�rcito ucraniano y estuvo destinada en Irak en 2005.
En la invasi�n de Crimea
Si es un s�mbolo de la resistencia es porque en el conflicto de la anexi�n de Crimea por Rusia, se integr� en una unidad de voluntarios, el Batall�n Aidar, para combatir a rebeldes prorrusos en el este ucraniano. La acusaron de proporcionar a fuerzas ucranianas las coordenadas de un puesto de control de milicias prorrusas en Lugansk en el que dos periodistas rusos resultaron muertos por fuego de mortero.
La piloto neg� todos los cargos y denunci� que cuando se produjeron los hechos estaba secuestrada por milicias prorrusas, y fue llevada a Rusia a la fuerza. Con el rostro tenso de ira, aquella mujer de 32 a�os desafi� al tribunal. De un salto se subi� a un banco, se burl� de los jueces y les hizo un gesto obsceno. La condenaron a 22 a�os de c�rcel y, tras la lectura de la sentencia, cant� el himno nacional de Ucrania.
Dos a�os despu�s, Putin la indult� y Savchenko pudo volver a Ucrania. Feminista de armas tomar, esta mujer fibrosa como un jurel algo tiene de la legendaria Roxelana, que salv� a Ucrania de los turcos hace 500 a�os; pero tambi�n de Olga Kobylianska, la escritora del siglo pasado que fue la primera en abrazar las ideas feministas en la literatura ucraniana. Pero m�s a�n, de su compatriota Lyudmila Pavlichenko, la francotiradora que, en la I Guerra Mundial, abati� a 309 enemigos.
A sus 40 a�os, Nadiya Savchenko ha dejado el Ej�rcito, pero no el combate ni su afici�n al dise�o de moda y al bordado. En la guerra como en la paz, Nadiya lo borda.
Olga lo luce
Las batallas de Olga Kurylenko las ha librado -y con grandes victorias- en la pasarela y en el cine. La descubrieron con 13 a�os en Rusia, con 16 ya andaba por Par�s y cumpli� la mayor�a de edad siendo una top. A los pocos meses de llegar a Francia ya hablaba el idioma. Ahora habla cinco lenguas, el espa�ol entre ellas. Con Fernando Le�n de Aranoa rod� 'Un d�a perfecto', en la que trabaj� junto a Benicio del Toro y Tim Robbins. Est� claro que su vida ha ido muy deprisa y hacia arriba como un cohete.
Si en 'Quantum of Solace' estuvo acompa�ada de Daniel Craig; en 'Oblivion' le toc� Tom Cruise; en 'La conspiraci�n de noviembre', Pierce Brosnan; en 'El maestro del agua', Russell Crowe, y en 'To the Wonder', Ben Affleck y Javier Bardem. El a�o pasado estren� 'La viuda negra' con otro reparto de lujo. Le va el lujo a Olga como a Nadiya Savchenko la jugueter�a de la guerra. "La joyer�a es muy importante para m�", dice, "ya sea para completar el look o para agregar brillo a la vida". Lo cierto es con o sin joyas luce y reluce.
Olga y Nadiya comparten pa�s y generaci�n, incluso la admiraci�n por la feminista Olga Kobylianska, pero son como agua y aceite: inmiscibles. Si Savchenko anda con el aire marcial de un soldado, a Kurylenko la recuerdo sobre stilettos, con andares tan delicados que uno ten�a la sensaci�n de que era una sombra o una brisa pasajera, se levantaba sobre las puntas de los pies para dejarse caer balanceando los brazos. Con su 1,75 de estatura, ojos verdes de gato y ese paso desma�ado y elegante a la vez, fue el rostro popular de marcas como Clarins.
No es profeta en su tierra
Olga adopt� la nacionalidad francesa, vive en Londres y habla con desapego de su pa�s natal. "Es una larga historia", dice, "si quer�a ser actriz, no pod�a quedarme all�. Cuando, a�n adolescente, me march� a Francia me sent�a como la protagonista de un cuento de hadas". Par�s fue una revelaci�n: supo entonces cu�l era la canci�n que hab�a venido a cantar a este mundo.
Ahora se queja de que en Ucrania s�lo la reconocieron cuando fue chica Bond en 'Quantum of Solace' (2008). "Eso s�: es mi pa�s y lo amo; pero no me siento de all�", dice. Algo as� puede parecer imperdonable a los patriotas, pero tambi�n lo es no hacer algo imperdonable si es la �nica manera de seguir viviendo.
A sus 42 a�os, ha tenido tiempo para casarse y divorciarse dos veces. Con 20 a�os pas� por el altar junto a Cedric Van Mol, fot�grafo de moda, con el que estuvo casada cinco a�os. Al a�o de su divorcio repiti� experiencia con el empresario de telefon�a Damian Gabrielle, aunque apenas duraron un a�o. Tiene un hijo de seis a�os con su ex pareja Max Benitz y el a�o pasado se separ� de su novio argentino Ben Cura, de 31 a�os.
En la promoci�n de 'Oblivion', que se ubica en un futuro posapocal�ptico, dijo: "Tenemos que luchar por conservar las maravillas del mundo, en vez de permanecer con los ojos cerrados, tenemos que luchar". No lo dijo por decir, pero su lucha no es la de Nadiya Savchenko. "Hay mujeres que bailan desnudas en c�rceles de oro", canta Joaqu�n Sabina, y "mujeres que sue�an con trenes llenos de soldados". Por separado, Olga y Nadiya son distintas; juntas son la mitad del cielo.
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