La tragedia clásica francesa: Corneille (1606-1684) y Racine (1639-1699)

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NOTA: En septiembre de 2020, la pregunta decía así: El Barroco, o la Edad de Oro del teatro europeo: El teatro isabelino.
Shakespeare. El clasicismo francés. Racine, Corneille, Molière.

Pierre Corneille (1606-1684)

Pierre Corneille fue un dramaturgo francés, considerado uno de los mejores del siglo XVII, junto con Molière (en la comedia) y Racine (en la tragedia). La riqueza y diversidad de su obra refleja los valores y los grandes interrogantes de su época.

Pierre Corneille

Corneille era hijo de un abogado. En 1615 ingresó en el colegio de los jesuitas de Ruán, su ciudad natal, en la Normandía francesa, donde pronto llamaron la atención sus composiciones en versos latinos y algunos poemas dedicados a Catherine Hue. Se licenció en derecho en 1624 y hasta 1628, año en que su padre le consiguió dos cargos jurídicos, realizó prácticas como abogado en el Parlamento de Ruán.

Su primera comedia, Melita, inspirada por una frustrada pasión juvenil, la estrenó en París, en 1629, por la compañía de Mondory y Le Noir. Gracias al éxito de la obra, la compañía se estableció en el teatro del Marais, en el que se estrenarían todas las creaciones de Corneille hasta 1647. Durante siete años, mientras empezaba a ejercer como abogado, sus comedias se sucedieron con rapidez ; además, escribió su primera tragedia, Medea. En 1635, designado por Richelieu como uno de los Cinco Autores, participó en la elaboración de La comedia de las Tullerías (1635).

En 1647, es elegido para la Academia Francesa, ocupando el sillón número 14 de la tabla redonda hasta su muerte, cuando le sucederá su hermano Thomas.

Tras la muerte de Richelieu, entre los años 1643 y 1651, y durante el periodo de La Fronda, la crisis de identidad que padece Francia se refleja en la obra de Corneille, quien arregla cuentas con Richelieu en La Muerte de Pompeyo, escribe Rodugone, una tragedia sobre la guerra civil, y desorrolla el tema del rey oculto en Héraclius, Don Sancho de Aragón y Andrómeda, interrogándose sobre la naturaleza misma del rey, subordinado a las vicisitudes de la Historia, haciendo así que éste gane en humanidad. La maquinaria necesaria para la puesta en escena de su obra Andrómeda, presentada como su obra maestra, justificó la construcción del Teatro de Petit-Bourbon, en 1650.

A partir de 1650, sus obras conocen menores éxitos y, tras el fracaso de Pertharite, Corneille deja de escribir durante varios años. Perdido el apoyo oficial y hundido en una profunda crisis moral, acentuada por el fracaso de su obra citada, en 1652 anunció que abandonaba el teatro.

Hasta 1658, se dedicó a la traducción en verso de La imitación de Jesucristo y a la composición laboriosa del Teatro, obra en tres volúmenes que se editó en 1660.

En 1662, se instaló en París con su familia. Y a partir de 1663, recibió una pensión anual por figurar, junto con Molière y otros autores, en la lista de las gratificaciones reales. Compuso en esa época unos poemas panegíricos de Luis XIV y tradujo obras piadosas.

Por estos años, la opinión pública estaba divida entre sus admiradores y los de Jean Racine, si bien su Tito y Berenice, en 1670, fue peor recibida por público y crítica que la obra de su rival sobre el mismo tema .

Corneille se retiró definitivamente en 1674. A partir de 1677 sus tragedias fueron recuperadas y llevadas de nuevo al escenario, y en 1682 se volvió a editar Teatro.

Corneille es, por excelencia, el autor de la tragedia clásica francesa; creó héroes admirables tanto por su grandeza moral, como por su afán de gloria, y representó pasiones extremadamente violentas gracias al vigor inigualable de su estilo.

Entres sus obras destacamos: la más conocida es El Cid (1636):

Cantar del Mío Cid

El Mio Cid tiene gran importancia ya que fue el primer libro escrito en castellano, este abrió las puertas a lo que fueron los cantares de gesta; no se conoce al autor ni el escritor que le dio forma definitiva antes de ser fijado por la escritura.

Hasta hace relativamente poco tiempo, se comenzaba el estudio de la literatura española con El Poema del Cid, pues se le consideraba como lo más antiguo.

Las demás obras conocidas :

  • Melita (1630).
  • Clitandro o La inocencia perseguida (1631).
  • La viuda (1632).
  • La galería del palacio (1633).
  • La siguiente (1634).
  • La plaza real (1634).
  • Medea (1635).
  • La ilusión cómica (1636).
  • Horacio (1640).
  • Cinna o la Clemencia de Augusto (1641).
  • Polyeucto (1643).
  • La Muerte de Pompeyo (1644).
  • El Mentiroso (1644).
  • Rodogune (1644).
  • Théodore (1646).
  • Héraclius (1647).
  • Andrómeda (1650).
  • Don Sancho de Aragón (1650).
  • Nicomedes (1651).
  • Pertharite (1652).
  • Edipo (1659).
  • Sertorio (1662).
  • Otón (1664).
  • Agésilas (1666).
  • Atila (1667).
  • Tito y Berenice (1670).
  • Psiqué (1671).
  • Pulquería (1672).
  • Surena (1674).

Jean Racine (1639-1699)

Jean Racine

Jean Racine (La Ferté-Milon, Francia, 1639 - París, 1699) fue un dramaturgo francés. Huérfano desde muy joven, fue educado por sus abuelos en la tradición jansenista. Estudió en las escuelas de Port-Royal de 1655 a 1658, año en que inició sus estudios de filosofía en el colegio D´Harcourt de París. A medida que se alejó de la influencia de sus antiguos maestros, se introdujo en círculos de literatos y compuso, entre 1659 y 1660, una oda y dos tragedias que se han perdido. Permaneció hasta 1663 en Uzès, donde inició la carrera eclesiástica, tal como deseaba su familia, pero acabó por abandonar los estudios y marchó a París con la intención de dedicarse a la literatura.

Sus primeras obras, La Tebaida y Alejandro, fueron representadas por la compañía de Molière, y, aunque no cosecharon un éxito espectacular, sí le valieron cierto renombre. Descontento con el montaje de la segunda, Racine la encargó luego a la compañía del Hôtel de Borgoña, rivales de Molière, lo cual fue el origen del conflicto entre ambos. El año de 1666 marcó el principio de otra polémica, esta vez entre el dramaturgo y su antigua escuela de Port-Royal.

En 1667, el Hôtel de Borgoña, que sería desde entonces la compañía habitual de Racine, presentó Andrómaca, la primera de sus grandes obras, con la que se convirtió en un serio rival para el famoso y consagrado Corneille. Desde ese momento, surgió en torno a ambos una controversia sobre sus talentos y méritos respectivos que dividió profundamente a la opinión pública. Partidarios de uno y de otro intercambiaron numerosos epigramas que movieron a Racine a contestar a sus detractores con Los litigantes, su única comedia.

Británico, en 1669, fue considerado como un ataque directo a Corneille, pues trataba un tema familiar en la obra de éste; a pesar de su escaso éxito inicial, el apoyo del rey y de la corte suavizó las críticas y la obra acabó por triunfar.

En 1670, tras el fracaso del Tito y Berenice de Corneille, Racine impuso su Berenice''', sobre el mismo tema, cuyo éxito lo consagró como trágico real. Siempre respaldado por la aristocracia, alcanzó la cumbre de su gloria literaria entre 1672 y 1675. Su carrera culminó con su admisión, en 1672, en la Academia Francesa.

En 1676, publicó una recopilación de sus obras completas que incluía ciertas modificaciones de los textos.

Al año siguiente, 1677, Fedra marcó su reconciliación con los maestros de Port-Royal, después de una profunda crisis interior. En la obra se advertían rasgos de la moral jansenista y fue ocasión para un desafío literario, tal como era habitual en la época: los enemigos de Racine encargaron a Nicolás Pradon, un joven autor, una pieza sobre el mismo tema; gracias al apoyo del duque de Nevers, la obra de Pradon obtuvo cierto éxito, lo cual disgustó al afamado dramaturgo. Luego, le fue atribuida erróneamente la publicación de un soneto satírico en contra del duque de Nevers, lo que le acarreó graves problemas.

Se casó en 1677 y, nombrado historiógrafo de Luis XIV, abandonó el teatro por doce años para dedicarse a su familia y a la educación de sus hijos. Durante este período se dedicó a escribir poesía religiosa y una Historia de Port-Royal (que no se publicó hasta 1767); su labor como historiógrafo ha desaparecido por completo. Sólo escribió para el teatro dos piezas más: Ester y Atalía, ambas sobre temas bíblicos y por encargo de Madame de Maintenon, en beneficio de las alumnas del internado de Saint-Cyr.

Ya cerca del final de su vida, perdió el favor del rey, que le reprochaba sus amistades jansenistas. Murió a causa de un absceso en el hígado y fue inhumado, conforme a su voluntad, en el cementerio de Port-Royal.

En 1711, sus restos mortales fueron trasladados junto con los de Blaise Pascal a Saint-Étienne-du-Mont.

En cuanto a las características de su teatro, hay un tema que aparece con gran intensidad en sus obras: la fatalidad del amor. Frente a la dramaturgia de Corneille, que exalta el triunfo de la voluntad y el deber sobre el sentimiento con argumentos tomados de la historia de Roma, el teatro de Racine muestra el poder de la pasión sobre el alma humana como una fuerza fatal que destruye al que la posee, y escoge principalmente argumentos griegos para representarla.

Racine describe la pasión con una terrible violencia, especialmente si se trata de celos, y con un extraordinario realismo psicológico; pero, a pesar de la intensidad pasional y emocional, tan poco clásica, de sus personajes, sus obras se ajustan mejor que las de Corneille a las reglas y puede considerarse un alto ejemplo de clasicismo.

En sus tragedias aparece una pareja de jóvenes inocentes, unidos y a la vez separados por un amor imposible, bien porque la mujer está dominada por el rey (como ocurre en Andrómaca, Británico, Bayaceto o Mitrídates), bien porque pertenecen a un clan rival (como pasa en Fedra).

En cuanto al estilo, Racine escribía antes sus tragedias en prosa, y luego las pasaba a pareados de alejandrinos sonoros y de rima perfecta. Su estilo es claro, de léxico reducido, pero siempre elevado; carece de la desmesura retórica de Corneille, pero alcanza mayor grado de lirismo. Su lenguaje es rico en imágenes.

En lo relativo a sus obras, Racine escribió una comedia, Les Plaideurs (Los litigantes), 1668, y once tragedias, que pueden clasificarse así:

  • Tragedias inspiradas en historia romana
  • Británico (1669).
  • Berenice (1670).
  • Mitrídates (1673).
  • Tragedias de asunto bíblico
  • Bayaceto (1672).
  • Esther (1689).
  • Atalía (1691).
  • Tragedias de asunto griego
  • La Tebaida (1664).
  • Alejandro Magno (1665).
  • Andrómaca (1667).
  • Ifigenia (1674).
  • Fedra (1677).

Bibliografía y webgrafía

  • CALERO HERAS, José, "Tema 5. Renacimiento y Clasicismo", en Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, pp. 77-106.
  • IBORRA, Enric, "Tema 4. Los siglos XVI y XVII: del Renacimiento al Barroco", en Literatura universal. Bachillerato. Alzira, Algar, 2016, pp. 85-110.

Trabajos de los alumnos

  • Pierre Corneille, PPoint de Diego Hernández y Aroa Hermoso. 1º Bachillerato D. Curso 2015-2016.
  • Jean Racine-1, PPoint de Cristian Berges y María Lozano. 1º Bachillerato A. Curso 2015-2016.
  • Jean Racine-2, PPoint de de Ana Martínez y Paula Jiménez. 1º Bachillerato D. Curso 2015-2016.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (diciembre 2016): Saaaandra18
  • Revisiones, correcciones: Letraherido