Donato
Bramante, biografía y obra
Introducción
a la biografía y Obra del arquitecto Donato Bramante (1444
-1514)
La obra del
arquitecto italiano Donato Bramante, conocido principalmente por
ser el primer diseñador del plan de la basílica de
San Pedro del Vaticano, se sitúa a caballo entre el Quattrocento
y el Cinquecento. Sin embargo, la plenitud de la misma se producirá
una vez que abandone por completo la tendencia decorativa quattrocentista
y se detenga en la plasticidad de la masa, la ordenación
del espacio y el contraste de volúmenes.
Bramante va
a desarrollar en arquitectura la aplicación de leyes teóricas
mediante las cuales la ilusión de perspectiva se convertirá
en una "realidad" en sus edificios, consiguiendo conjuntos
que anteceden al Barroco posterior.
.
Biografía
de Bramante
Donato
Bramante nace en 1444 en la actual localidad de Fermignano, enclave
cercano a Urbino, ciudad donde se habría formado en el taller
del arquitecto Luciano Laurana. Sin embargo, inicialmente, su aprendizaje
podría haber tenido lugar dentro del ámbito del dibujo
y la pintura (tal y como aseguran tratadistas de la talla de Vasari
y Serlio), adjudicándosele incluso la autoría de los
frescos de la fachada del Palacio del Podestà en Bérgamo
(así como algunas otras obras correspondientes con su etapa
milanesa).
A finales del
siglo XV se le puede encontrar en Milán (al servicio de Ludovico
Sforza, el cual actuará como mecenas de Bramante durante
el tiempo que permanezca en la Lombardía), donde llevará
a cabo proyectos arquitectónicos como la iglesia de Santa
María presso San Sátiro y Santa María della
Grazie, en las cuales queda patente su interés, ya desde
comienzos de su trayectoria, por el espacio y la perspectiva, además
de que constituyen buena muestra de la elegancia y la energía
que sus edificaciones destilarán.
Antes del año
de 1500, Bramante se traslada a Roma, descubriendo fascinado las
maravillas de la Antigüedad que la ciudad guardaba, al estudio
de las cuales se entregará con un enérgico entusiasmo.
Bramante dará un paso más a la hora de "imitar"
a los clásicos, superando la forma (en la que tanto habrían
recabado los quattrocentistas) para detenerse en el fondo (composiciones
estructurales y procedimientos constructivos serán el objeto
de su atención, principalmente), llegando a superar con creces,
perfeccionándolo, el estilo antiguo.
A pesar de que,
como ya se ha apuntado con anterioridad, la obra más importante
que se le encargará llevar a cabo en Roma va a ser el proyecto
de la basílica de San Pedro, existen dos edificaciones previas
romanas por él creadas que supondrán un ejemplo de
evolución en esa línea comenzada en Milán y
punto de partida del denominado estilo romano del Renacimiento (particularmente
en el segundo caso): el claustro para la iglesia de Santa María
de la Paz (1500) y el maravilloso templete de San Pietro in Montorio
(1502).
Tal llega a
ser su fama en Roma, que el papa Julio II le va a encargar la construcción
de una monumental referencia para toda la cristiandad en el lugar
en el cual se creía se hallaba el sepulcro del apóstol
San Pedro, donde existía ya una antigua basílica paleocristiana
de tiempos de Constantino.
Sin embargo,
y debido a la temprana muerte de Bramante (acaecida en el año
de 1514), tan sólo es posible hacerse una idea de cómo
habría resultado dicho proyecto en origen, sin todas las
partes suprimidas o añadidas por aquéllos que acometieron
dicha empresa posteriormente, gracias a la existencia de una obra
de Sangallo conservada en el Gabinete de Dibujos de los Uffizi y
a algunas iglesias contemporáneas que, al parecer, habrían
recogido en su concepción las ideas de Bramante.
Principales
obras de Bramante
Se pueden diferenciar
dos etapas principales en la producción de Bramante correspondientes
a su estancia milanesa y romana, dentro de la primera de las cuales
destacan los proyectos de la iglesia de Santa María presso
San Sátiro y la iglesia de Santa María Della Grazie.
La iglesia de
Santa María (cuyas obras ya estaban comenzadas cuando se
hizo cargo del proyecto Bramante) presentaba un problema de difícil
solución y es que el espacio para la construcción
de uno de sus brazos era insuficiente; Bramante solventará
dicho problema mediante la creación de un trompe l'oeil que
procurará la ilusión óptica de perspectiva.
De la segunda de sus creaciones milanesas recibirá encargo
hacia fines del s.XV, hallándose ante la tesitura de conciliar
de la manera más adecuada lo ya existente con lo que en esos
momentos construya (finalmente se decantará por el empleo
del mismo ritmo geométrico pero en clave gigante, consiguiendo
un espacio unitario y regular).
Sin embargo,
es el pequeño templo de San Pietro in Montorio en Roma, levantado
por deseo de los Reyes Católicos hacia 1502 para conmemorar
el lugar donde San Pedro habría sufrido martirio, su más
famosa obra (de época romana existe una construcción
anterior, el claustro de la iglesia de Santa María de la
Paz, en la cual continúa con la depuración estilística
iniciada en Milán, y las posteriores vaticanas inacabadas).
Este templete es el considerado punto de partida del estilo romano
renacentista y perfecto ejemplo de la asimilación y superación
de la herencia clásica de la Antigüedad. Supone, además,
una muestra perfecta de la arquitectura bramantesca por su sentido
de la elegancia y monumentalidad (aunque es un templo de pequeñas
dimensiones), su estructura clásica y ordenada, el empleo
de una planta centralizada y el austero exterior desprovisto de
artificio alguno.
La obra de Bramante
se convertirá en un referente de la arquitectura humanística
a la consecución de la cual se habría aspirado durante
todo el Renacimiento, fruto tanto de su ingenio innato como del
estudio de tratados, obras y procedimientos al cual se dedicó
con verdadero ahínco a lo largo de su vida.