El Papa, sobre su futuro: «Que lo diga el de arriba, yo no voy a hacer apuestas, porque siempre las he perdido»

El Papa, sobre su futuro: «Que lo diga el de arriba, yo no voy a hacer apuestas, porque siempre las he perdido»

Francisco critica el papel de la ONU ante la invasión de Ucrania: «No tiene poder para imponerse y detener la guerra»

El Papa Francisco, en una imagen reciente REUTERS
Javier Martínez-Brocal

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El Papa Francisco ha concedido una entrevista a la agencia oficial argentina Télam, en la que reflexiona sobre su pontificado, hace examen de conciencia de su pasado, y, aunque no menciona su salud , cuando la periodista le dice que lo ve «muy bien» y le pregunta si «tendremos Papa Francisco para rato», el Pontífice responde bromeando «que lo diga el de arriba, yo no voy a hacer apuestas, porque siempre las he perdido en la vida».

En el largo diálogo con Bernarda Llorente, presidenta de Télam, editado en un vídeo de casi 56 minutos, Francisco critica duramente el papel de la ONU ante la guerra en Ucrania , pues «no tiene poder para imponerse». Recuerda que este organismo levantó grandes expectativas tras la II Guerra Mundial, y que «ayuda a evitar guerras. Pero para detener una guerra, para resolver una situación de conflicto como la que estamos viviendo hoy en Europa, o como las que se vivieron en otros lugares del mundo, no tiene poder. Sin ofender. Es que la constitución que tiene no le da poder».

El Papa pide «valentía y creatividad» para que las «instituciones internacionales puedan ayudarnos a superar estos conflictos tan graves».

Como balance de pontificado, asegura que «no creo que haya habido nada original mío», pues se ha limitado a poner en marcha las medidas que solicitaron los cardenales durante las reuniones previas al cónclave en marzo de 2013. Se refiere por ejemplo a la reforma de la Curia y al saneamiento de las instituciones financieras de la Santa Sede. Pero sí reconoce que ha dado una «impronta al estilo de la Iglesia latinoamericana», que se concreta en «cercanía al pueblo».

Refiriéndose a estos nueve años como Papa, asegura que «Bergoglio nunca se imaginó que iba a terminar aquí. Yo vine al Vaticano con una valijita, c on lo puesto y un poquito más ». Volviendo la vista atrás, asegura que se ve a sí mismo como «un hombre que caminó, que tomó una senda, con altos y bajos, y tantos amigos lo ayudaron a seguir caminando», «una persona que caminó su vida, que estudió, que trabajó, que se metió a cura, que hizo lo que pudo». Dice que a los largo de ese camino ha ido «aprendiendo en la vida a ser universal, a ser caritativo, a ser menos malo».

«Hay que saber conducir»

Reconoce que como Papa «me volví misericordioso». «En mi vida tuve períodos rígidos, en los que yo exigía demasiado. Después me di cuenta de que por ese camino no se va, que hay que saber conducir», explica. «Como obispo fui benévolo, pero en la etapa de jesuita fui muy severo. Y la vida es muy linda con el estilo de Dios, de saber esperar siempre a las personas , darles tiempo. Saber, pero hacerte el tonto como que no sabés y dejarlo madurar», asegura.

Dice que si tuviera que mirar «desde fuera» al Papa «creo que en el fondo diría '¡Pobre tipo! ¡La que te tocó!' Pero no es tan trágico ser Papa. Uno puede ser un buen pastor».

En el diálogo, el Papa Francisco se queja de que a menudo los medios de comunicación le «agarran una frase fuera de contexto y te hacen asegurar lo que no quisiste decir». Pone el ejemplo de su reciente diálogo sobre la invasión de Ucrania con directores de revistas de los jesuitas. «Yo dije 'aquí no hay buenos ni malos' y expliqué por qué . Pero se tomó esa frase sola y dijeron '¡El Papa no condena a Putin!'. La realidad es que el estado de guerra es algo mucho más universal, más serio, y aquí no hay buenos ni malos. Todos estamos involucrados y eso es lo que tenemos que aprender».

Usa palabras duras para referirse a Latinoamérica. La periodista introduce la cuestión subrayando que allí se han comenzado a mostrar « alternativas al neoliberalismo a partir de la construcción de proyectos populares e inclusivos».

Latinoamérica «siempre fue víctima, y será víctima hasta que no se termine de liberar, de imperialismos explotadores», le responde el Papa. «Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de lucha, (para alcanzar) el sueño de José de San Martín y Simón Bolívar por la unidad de la región», «más allá de la ideología, con la propia soberanía, donde cada pueblo se sienta a sí mismo con su identidad y, a la vez, necesitado de la identidad del otro», explica.

En el diálogo con Télam, aborda otros elementos de su pontificado, como la idea de que para comprender el mundo hay que mirarlo desde las periferias y no desde los centros de poder; la estrategia de reconstrucción tras la pandemia; la desafección de los jóvenes por la política; y la perspectiva moral del cuidado del medio ambiente.

A pesar de todo, el Papa mira al futuro con optimismo . Contra los males de la época «hay algo que ayuda mucho: el buen humor. Es lo que más humaniza», resume.

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