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Taylor Swift ha construido su carrera sobre la base de la honestidad: en sus canciones filtra reflexiones personales, emociones y experiencias. Su m�sica es su vida y viceversa. Con una habilidad impresionante para dominar la arquitectura interna de la canci�n de pop, en concreto las melod�as vocales en las que fluye ese torrente emocional, ha transformado sus letras en el espejo en el que se han mirado millones de personas de todo el mundo. Ese grado de empat�a explica en buena medida la gran fidelidad de sus fans y es uno de los elementos clave del fen�meno mundial que es hoy la cantante, compositora, guitarrista y pianista estadounidense.
Es un clich� que una artista presente su und�cimo �lbum de estudio como el m�s personal, o en el que desnuda m�s intensamente su intimidad, o en el que, como ha afirmado Taylor Swfit en redes sociales, el que "m�s ha necesitado" hacer: las canciones convertidas en una terapia para extirpar sentimientos dolorosos.
Es un clich�, pero a nadie le va a molestar, y menos a los seguidores de la artista m�s importante del mundo, que esperan justo eso de ella: agitaci�n emocional, turbaci�n, sentimentalismo y confesiones, especialmente si se trata, como ahora, de una ruptura sentimental. Existe todo un subg�nero de canciones dentro del repertorio de Taylor dedicado a los ex novios, si las reuniera en un disco tendr�a que ser doble CD.
El nuevo disco de Taylor Swift se llama El Departamento de los poetas torturados, The Tortured Poets Department, y trata sobre su ruptura sentimental del actor Joe Alwyn, con el que mantuvo una relaci�n durante seis a�os. En los meses posteriores a la separaci�n, anunciada en abril de 2023, la artista expurg� el dolor y la confusi�n en estas canciones de poeta torturada que este viernes ha desvelado y que probablemente podremos escuchar en directo en sus conciertos del pr�ximo mes. Son 16 canciones, 31 en la edici�n ampliada del �lbum(The Anthology), con una duraci�n de dos horas y dos minutos: eso s� que es expurgar.
Pero expurgar o vomitar los sentimientos puede hacer pensar en una catarsis en caliente sin articular, un resultado temperamental hecho como sin pensar. No es el caso de estas canciones, por supuesto. Artista ambiciosa y cerebral a la que le gusta apuntalar los conjuntos de canciones con conceptos fuertes, tanto l�ricos como musicales, aqu� despliega las composiciones en un meditado ciclo de m�sica en el que hay valles y monta�as, con una representaci�n de todas las fases del duelo por una relaci�n muerta. En la tarea le han ayudado dos de sus colaboradores m�s habituales, sobre todo Jack Antonoff, pero tambi�n Aaron Dessner (The National), que figuran como coproductores y coautores.
A ratos el disco suena como el reverso intimista de Midnights, su anterior �lbum de estudio, con ese pop electr�nico para escuchar con auriculares, otras veces se acerca al intimismo de Evermore, pero con el estilo oscuro de su amiga Lana del Rey, y en general es simplemente Taylor Swift siendo Taylor Swift: ella es el patr�n oro del pop actual y ya solo se mide consigo misma, y el dominio (la madurez) que muestra de la composici�n, de los arreglos y del dise�o de sonido, el dominio de cada peque�o elemento y al mismo tiempo de todo el conjunto, es algo fabuloso, y esa seguridad y ese control incluso para transmitir inseguridad y descontrol es lo que la convierte cada d�a en Taylor Swift, una artista diferente a todas las dem�s.
Qu� maravilloso final cuando, ya en la �ltima canci�n del disco, Clara Bow, se despide autorreferenci�ndose:
"Te pareces a Taylor Swift
Bajo esta luz, nos encanta
Tienes el rollo que ella nunca tuvo
El futuro es brillante, deslumbrante".