Fue un día intenso en Dallas, en la expedición barcelonista, antes de emprender rumbo a Las Vegas. Aunque el retraso inicial del vuelo se debió, según la explicación del club, a causas ajenas tales como “logística de vuelo”, las horas de más en el Hotel Thompson sirvieron para que Xavi Hernández tratara de convencer a Dembélé para que cambiase su idea de marcharse al PSG.
El delantero francés comunicó a su entrenador y sus compañeros su voluntad de marchar al club francés de manera pactada entre clubs, una decisión de Dembélé que supone un serio contratiempo para los planes del técnico, que siempre le ha defendido a capa y espada y ha peleado por su continuidad.
De hecho, en los días previos Xavi pensaba que tenía convencido a Ousmane, que cambia de idea cuando se comunica con su agente. Su trascendencia en el Clásico hacía pensar en una larga etapa de Dembélé en el Barcelona, cuando de repente el interés del PSG se recrudeció.
Ha dado mucho la cara por Dembélé
Xavi no merece este trato
Xavi insistió en un último intento para convencerle y le recordó, en una reunión celebrada en la mañana del lunes, los intentos de Neymar por regresar, entre otros argumentos. Xavi ha dado mucho la cara por Dembélé.
Ahora se abre un período de negociación. El Barcelona le ha dado cinco días para que venga con una propuesta del conjunto francés. No hay, de momento, ofrecimiento de futbolistas por parte del PSG, ni hay sobre la mesa un hipotético y esperpéntico interés por Neymar.
Dembélé no jugará ente el Milan, no vaya a ser que se lesione y no pueda ser traspasado. En fin, el sainete Dembélé, inacabable, vive un nuevo episodio. No descarten más giros de guión.