Las embarazosas relaciones de Schuster

Dicen, los que le conocen bien, que Bernd Schuster vive en la actualidad uno de los estados emocionales más placenteros de los últimos años y que gracias a esa satisfacción en lo personal, sus amagos de enfrentamiento con la prensa y con la dirección deportiva del club no han ido a más. El entrenador del Real Madrid disfruta del liderato que le proporciona el mejor arranque en la Liga de los últimos años pero, su felicidad, no se debe a cuestiones futbolísticas, sino al anuncio por parte de su actual pareja de su futura paternidad. Será el quinto hijo de Schuster, que tuvo cuatro hijos con su mujer Gaby, con la que se casó cuando apenas contaba 20 años y de la que se separó hace algunos años.

La estabilidad que en lo personal disfruta el alemán contrasta con la falta de diálogo y distanciamiento que, poco a poco, Schuster está poniendo a su relación con la plantilla. Entre los jugadores del Real Madrid se empieza a comentar el aislamiento de su entrenador, que llega al punto de marcharse directamente a su vestuario personal al término de lo partidos que se disputan en el Santiago Bernabeú. Schuster ha limitado la comunicación con ellos a las charlas que tienen lugar al comienzo de algunos entrenamientos. Se trata de una exposición general sobre lo ocurrido durante los partidos y de explicación sobre detalles que van a trabajarse durante las sesiones preparatorias. Cuestiones poco importantes que casi nunca tienen continuidad en conversaciones individuales.

En realidad, buena parte de los jugadores se han visto sorprendidos de la extraordinaria influencia que Manolo Ruiz, segundo de Schuster, ejerce en los planteamientos de los partidos y la dirección de los entrenamientos. Son contadas las ocasiones en las que el alemán prescinde de la opinión de su ayudante para tomar decisiones y nunca decide un cambio durante los partidos sin contar con el visto bueno de Ruiz.

Por el momento, los buenos resultados están siendo el principal argumento de Schuster, que en su círculo más íntimo ha señalado las carencias del equipo y su decepción por el frustrado fichaje de Ballack. Desde entonces, el alemán sospecha que Mijatovic no hizo todo lo necesario para que la operación pudiera completarse con éxito y en el club se han visto obligados a iniciar una campaña de actos públicos en los que entrenador y director deportivo han aparecido juntos con la intención de aparentar una armonía que nada tiene que ver con la realidad. Schuster sabe que su llegada al club fue decidida unilateralmente por Ramón Calderón, y se limita a aceptar la consigna presidencial para guardar las formas y no forzar más diferencias con Mijatovic.