Yayoi Kusama y sus acumulaciones infinitas invaden el museo Serralves

Yayoi Kusama y sus acumulaciones infinitas invaden el museo Serralves

Brais Su�rez
Brais Su�rez OPORTO / E. LA VOZ

CULTURA

La exposici�n sobre Yayoi Kusama puede verse en Oporto hasta el pr�ximo 29 de septiembre.
La exposici�n sobre Yayoi Kusama puede verse en Oporto hasta el pr�ximo 29 de septiembre. Brais Su�rez

Oporto acoge una de las mayores retrospectivas jam�s dedicadas a la artista japonesa, todo un icono pop planetario que acumula siete d�cadas de carrera

28 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Que la obra de Yayoi Kusama (Matsumoto, 1929) va sobre Yayoi Kusama queda claro desde que el visitante entra al museo Serralves y se encuentra, cara a cara, con los autorretratos de la artista japonesa. Pintados entre los a�os 1950 y 2020, anticipan las lis�rgicas dosis de formas y colores que se repetir�n hasta el final. La exposici�n Yayoi Kusama: 1945-hoje, que se inaugur� este mi�rcoles en Oporto y se exhibe hasta el 29 de septiembre, es la mayor retrospectiva dedicada a este icono del arte moderno y de la cultura pop a partes iguales. Concebida por el M+ de Hong Kong, el Guggenheim de Bilbao y el propio Serralves, no esconde las obras m�s cl�sicas de la artista, pero proporciona un contexto que la lleva m�s all� de su vertiente pop.

�La radicalidad de su trabajo le ha dado mucha visibilidad en el mundo de la moda�, explica Philippe Vergne, director del museo, que reconoce sin ocultar su orgullo: �Llevamos intentando traer esta exposici�n, esta artista, desde el 2019, pero est� muy demandada�.

Desde luego, Yayoi Kusama se halla entre los nombres menos arriesgados de Serralves, que saben, por otra parte, que este ser� uno de esos eventos anuales que hacen caja y que pronto arrasar�n en Instagram. Pero el proyecto de los comisarios, Mika Yoshitake y Doryun Chong, traspasa los extravagantes dise�os de ropa que la encumbraron internacionalmente e indagan en la pregunta que plantean los retratos iniciales: �Qui�n es Kusama es su mayor inc�gnita�, comenta Yoshitake en un encuentro organizado para los medios de comunicaci�n.

Tres grandes espacios articulan la obra de la artista, con predominancia para los ejes tem�ticos sobre la cronolog�a. Estilos, disciplinas y etapas aparecen de manera transversal, organizados, en la pr�ctica, por estados de �nimo.

Comienzan por lo esencial: las ideas de acumulaci�n e infinidad, que se convirtieron en su marca de identidad. �Desde peque�a se interes� por los puntos, las redes, las texturas�, comenta la comisaria, que reconstruye la muestra a trav�s los per�odos vitales de Kusama. Su infancia en una opresiva familia del Jap�n dictatorial y una adolescencia en plena Segunda Guerra Mundial eclosionan en su �xodo al Estados Unidos de los sesenta, en proceso de liberaci�n cultural. No se librar�a ella de sus formas org�nicas, que todo lo abarcan: �Lleva estos patrones a esculturas, de manera obsesiva, casi con locura�, explica Yoshikate. Son un desahogo de su infancia y �un intento de trascender la vida visible y homenajear a las almas y lo c�smico�. Se aprecia en los cuadros, pero tambi�n en sus cl�sicos muebles revestidos de ap�ndices clonados hasta la infinidad. Tan laborioso era el proceso que deriv� en varias hospitalizaciones por extenuaci�n f�sica y mental.

Hab�a en Kusama un anhelo de evasi�n, expresado en las performances de finales de los sesenta que pretenden conectar con lo c�smico a la vez que desprenderse del yo. Lo hace a trav�s de formas org�nicas, a medida que los patrones evolucionan y ganan en abstracci�n. Ahora, como puntos que perforan todas las composiciones: �Recurre a las figuras desnudas, donde los puntos son como agujeros que conectan y vac�an�, detalla Yoshitake, a la vez que apunta que �Kusama nunca ha buscado identificarse como mujer ni como japonesa, sino como individuo�.

Es as� que Kusama coquete� con las tinieblas. Se repiten los intentos de suicidio y la depresi�n modela una obra oscura, cuyas formas succionan al espectador. Las plantas y las famosas calabazas son amenazadoras.

Pero, de nuevo, del modo m�s org�nico, se genera una dial�ctica que pide regeneraci�n, que termina en una explosi�n de luz, combinada con la blancura y las cristaleras de Serralves. Dos enormes paredes recogen la parte m�s figurativa, con mensajes na�fs de amor, paz y colectividad. �Crear arte para curar a la humanidad�, proclam� aludiendo a la violencia y la contaminaci�n que la angustiaban. La colecci�n My Eternal Soul es un hermoso mural frente espejos como gotas de agua. Los puntos finales quedan en la sala de espejos de Dot’s Obsession, un exceso para unos y un �xtasis para otros.