Murano - El tesoro de cristal de Venecia - turismoenvenecia.com

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Murano es uno de los mayores tesoros que guarda la Laguna de Venecia. Una isla muy cercana a Venecia que esconde una increíble tradición y un bellísimo paraje. Los cristaleros han poblado Murano durante siglos produciendo el legendario cristal de Murano, con productos vidrieros admirados en todo el mundo. Una excursión a Murano es visita obligada.

Murano es una de las islas más grandes de la laguna veneciana. Superada solo por la ciudad de Venecia, Murano es aun así una pequeña comunidad de 5000 habitantes. Un pequeño gran tesoro que cuenta con una importantísima tradición de producción de cristal. El cristal de Murano y sus fábricas de vidrio son mundialmente conocidas. De hecho, son el principal atractivo de la isla. Una isla que está además llena de lugares bonitos que visitar. Iglesias, palacios, museos… incluso su propio Gran Canal. Murano es una de las visitas más interesantes de un viaje a Venecia.

Que ver en Murano

– Cristal de Murano

La isla de Murano es un caso sorprendente y especial. Pues, pese a la gran cantidad de turismo que recibe, ha conseguido mantener su actividad principal en la fabricación de cristal. Haciendo del turismo un recurso más y no un factor del que depende. Esto beneficia también al visitante, que llega a la bonita isla y puede disfrutar de sus encantos metiéndose en la vida diaria y el ambiente local de Murano.

En las calles de Murano nos encontraremos con numerosos comercios y fábricas de vidrio. En muchos, la puerta está abierta para que cualquiera que lo desee pueda entrar a observar como los maestros vidrieros tratan el material y hacen su trabajo. Algunos incluso invitan a hacerlo con carteles para publicitar sus técnicas y ganar clientes. Normalmente, estos talleres tienen una zona dedicada a una tienda donde poder comprar sus obras. Una forma de sacar partido a este ‘’show’’ gratuito. Mostrando su gran labor, manteniendo la tradición artesanal de la isla, compartiéndola y consiguiendo mantenerla viva con su negocio.

cristal de murano

– Museo del Vidrio

En Murano, además de conservar viva su tradición de la fabricación de vidrio, se ha hecho y se hace un gran trabajo por divulgarlo y cuidar su legado. El edificio que cumple esta función es el Museo del Vidrio, en el que podemos observar una cantidad enorme de piezas de todo tipo que los maestros del vidrio han elaborado durante siglos en la isla. La mayor conservada, una lámpara enorme con hasta más de 60 brazos.

En el museo se conservan también objetos muy interesantes como el Libro de Oro, el libro donde se inscribían las personas que se ganaban el título de ‘maestro del vidrio’. En nuestro días cualquiera puede hacerlo, basta con trabajar duro y aprender. Si vales, puedes llegar a serlo. Pero en los días de la Murano más poblada y renombrada, sólo las personas de clase noble nacidas en la isla o con propiedades en la isla podían optar a conocer el oficio del vidrio.

La entrada al Museo del Vidrio de Murano tiene un precio de 10€.

– Basílica de Santa María y San Donato

Hablando de los días dorados de Murano, en su tiempo llegó a contar hasta con 18 iglesias. En la actualidad se mantienen sólo tres de ellas. Una muy llamativa: la basílica de Santa María y Donato. Se trata de una de las iglesias más antiguas de toda Venecia. La construcción se remonta al siglo VII y es también conocida como la Catedral de Murano. Su exterior es realmente bello y en el interior destacan sus mosaicos de estilo bizantino. Sin duda uno de los lugares imperdibles de la isla.

– Faro de Murano

Otro de los elementos más destacados de Murano es su precioso faro. Hoy muchos se sorprender al ver como una isla tan pequeña tiene su propio faro pero, cómo veíamos, Murano tuvo una gran importancia en los años gloriosos de la República de Venecia. El Faro de Murano ha estado presente por siglos, aunque sufrió muchas modificaciones, reformas y reconstrucciones. El actual es de inicios del siglo XX. Su color, un blanco brillante, y sus 35 metros de altura lo convierten en uno de los atractivos de la isla.

– Palazzo da Mula

Este fantástico palacio gótico da justo a uno de los canales de Murano, recordándonos el escenario tan único en el que nos encontramos. El palacio pertenecía a los da Mula, una familia noble veneciana. En aquella época, muchas familias nobles de Venecia tenían una segunda residencia, normalmente para pasar el verano, en otra de las islas de la laguna. Ésta era la segunda residencia de los da Mula, que residían en Venecia. Para una segunda residencia… ¡no está nada mal!

Actualmente el edificio cumple funciones administrativas del municipio de Venecia, Murano y otras islas.

Como ir de Venecia a Murano

Murano está prácticamente pegada a Venecia, a apenas 2 kilómetros de la ciudad principal de la laguna. Esto hace muy fácil su visita desde Venecia. Para llegar, podremos hacerlo en apenas 10-15 minutos navegando.

El medio de transporte más utilizado para llegar es el vaporetto. En Venecia, desde la terminal Fondamente Nove salen líneas de vaporetto que conectan directamente las dos orillas.

Para llegar a Murano desde Venecia existe también la opción de hacerlo formando parte de un tour. Este suele ser el método más escogido por los visitantes dada la facilidad y comodidad que les aporta dejar en manos de una agencia el transporte y la organización de la visita.

como ir de venecia a murano

Como ir de Murano a Burano

Una vez en Murano, existe la opción de aprovechar la ocasión para visitar otra de las islas de Venecia más interesantes: Burano. Pues ya llegados a Murano, esto nos acerca más a esta atractiva isla. Burano está más al norte de la laguna pero desde Murano tenemos conexiones directas para llegar en transporte marítimo.

En cuanto a como ir de Murano a Burano, la mejor opción es de nuevo el vaporetto. Este medio de transporte cuenta con una línea regular que une ambas islas y sale desde el muelle del Faro de Murano. Desde allí, el vaporetto nos llevará sin ninguna otra parada a Burano en un trayecto que dura unos 35 minutos. Pese a que es un tiempo considerable, el recorrido es precioso. Navegar por la Laguna de Venecia con sus mágicos paisajes es ya una excursión es sí misma. Y por supuesto Burano merece mucho la pena.

Si os agrada esta opción de visitar ambas islas en un mismo día, os aconsejamos que os apuntéis a nuestro tour de Murano y Burano.

Visitas guiadas en Murano

Nosotros creemos que visitar Murano formando parte de un tour es la mejor opción y por eso trabajamos por ofrecer el mejor. Con los mejores guías locales, nuestra pasión y la inclusión del transporte, nuestro tour a Murano es la forma perfecta de descubrir esta maravillosa isla.

Dejadlo en nuestras manos y disfrutad como nunca de vuestro viaje a Venecia con una visita guiada a Murano.

Comer en Murano

Murano es un lugar fantástico para degustar la maravillosa gastronomía de Venecia. Sobre todo porque, en esta isla, no encontraremos apenas restaurantes o bares turísticos. La casi totalidad de los locales de restauraciones son de gente de la isla y para gente de la isla. Así que seremos unos invitados más que bienvenidos con quienes estarán encantados de compartir su cocina. Aprovechad para degustar platos típicos, como el rissoto di gò, un arroz preparado con una especie de esturión típica de la laguna veneciana.

No faltan tampoco las opciones de pasta, con los famosos bigoli in salsa, un tipo grueso de spaghetti con sardinas y cebolla.

El pescado es la base de la cocina en Murano, ya que lo tienen fresco y al alcance de la mano todos los días del año. No os olvidéis de probar el bacalà mantecato (bacalao mantecado) y las sarde in saor. Sardinas rebozadas con piñones y pasas.

Dormir en Murano

En un viaje a Venecia, no es muy recomendable escoger el hotel en Murano. Como veíamos, no es un lugar dedicado al turismo aunque sea una visita muy interesante. Sus actividades principales son otras y, por tanto, la oferta de alojamiento es escasa y la variedad limitada. Por otra parte, para ir a Venecia y visitar sus monumentos y museos tendríamos que coger obligatoriamente un vaporetto. Y otro para volver al hotel.

Dicho esto, también puede tener sus ventajas. Por ejemplo, la isla de Murano es mucho más tranquila que Venecia y alojarnos aquí nos aportaría un mayor relax. Al haber poco turismo, al contrario que en Venecia, también nos aporta la sensación de estar viviendo de verdad el día a día local y sentirnos uno más.

Los hoteles en Murano suelen ser B&B, hoteles de categoría media o apartamentos adaptados. Lugares cómodos y tranquilos sin ningún lujo extremo. Coste nada elevado y una calidad-precio muy buena.

¿Islas artificiales en Murano Venecia?

Murano, al igual que Venecia y la gran mayoría de islas de la Laguna, está a su vez formada por pequeñas islas unidas entre sí por puentes y canales. En Murano, en este gran conjunto de pequeñas islas, dos de ellas son… ¡arficiales! Un detalle de los más curioso y que muchos visitantes se van sin haber descubierto. Aunque este no es un fenómeno que se dé sólo aquí, en la misma Venecia hay algunas islas de origen artificial.

En la construcción de grandes edificios, puentes o alguna otra infraestructura importante, se crean muchos restos de materiales. Durante el proceso, estos materiales (tierra, arena, barro, piedras…) se acumulan en zonas cercanas que acaban siendo depósitos artificiales cercanos al lugar. En Murano, esta acumulación acabó dando origen a dos islas sobre las que posteriormente se acabó construyendo y que acabaron siendo parte de la ciudad.

Estas islas son las llamadas Sacca Serenella y Sacca San Mattia.

Los artesanos del vidrio: de Venecia a Murano

Murano no fue siempre una isla de maestros vidrieros. El gremio estaba establecido también en Venecia, mientras Murano era una isla más de la laguna. La mudanza de los artesanos del cristal a Murano acabó siendo casi algo natural… u obligado. La base de Venecia es de madera y la mayor parte de sus edificios tienen una gran parte de este material. Esto no es una gran combinación con los hornos de los vidrieros, que causaban incendios frecuentes. A finales del siglo XIII, la ciudad de Venecia decidió que los maestros del vidrio deberían trasladarse, al menos para trabajar, a Murano.

Allí los artesanos encontraron su hogar, su lugar ideal. Pronto, en colaboración con Venecia, comenzaron a mejorar y potenciar su trabajo gracias a su coordinación y las buenas condiciones de la isla. Y, por supuesto, de la falta de indendios…

Desde entonces hasta el día de hoy, Murano ha sido la isla de los maestros vidrieros de Venecia y toda una referencia en este arte a nivel mundial.

Denominación de origen

El cristal de Murano es de tan alta calidad y su el arte de su manipulación tan centenaria, que se ha creado una denominación de origen para preservarlo. Los artesanos que mantengan el método tradicional, asegurando la calidad del material y del producto final, son distinguidos con la denominación de origen ‘Vetro di Murano’. De esta manera, se asegura y se defiende este arte que ha caracterizado a la isla durante tantos años. Poniendo en valor un auténtico patrimonio de Venecia.

Esta diferenciación también acabó siendo necesaria llegado un cierto punto. Pues ante el crecimiento del turismo, muchos negocios ponían a la venta productos de vidrio vendiéndolo como cristal de Murano cuando no lo era. Aprovechándose de la publicidad de la isla. Algo que, a la larga, iba a acabar siendo perjudicial para los verdaderos artesanos y para la reputación del vidrio de Murano.

Hoy, caminando por la isla, podréis ver en los negocios la distinción de quien realiza verdadero Vetro di Murano.

El paso de Napoleón por la isla

Si hoy en día, como veíamos anteriormente, Murano cuenta sólo con 3 de sus 18 iglesias originales, se lo debemos a Napoleón Bonaparte. A inicios del siglo XIX, el emperador francés tomó la República de Venecia, poniendo fin a la gloriosa Venecia reina del Mediterráneo. Es cierto que también en la misma ciudad de Venecia Napoleón causó algún destrozo y saqueó algunos lugares importantes. Sin embargo, lo cierto es que el francés admiraba la belleza de la ciudad y respetó algunas de sus maravillas. Por ejemplo, Bonaparte reconoció su asombro y su pasión hacia la Plaza de San Marcos.

Desgraciadamente, no tuvo la misma consideración (si es que puede llamarse así lo que tuvo con Venecia) con la isla de Murano. Las tropas del francés causaron numerosos destrozos y destruyeron la mayoría de los edificios religiosos.

Paseando en la actualidad por la isla, si ya nos parece un lugar precioso, sólo nos queda imaginar cómo habría sido antes de la invasión napoleónica.

Casanova en Murano Venecia

Otro de los grandes pesonajes en pasar por Murano fue el legendario Giacomo Casanova. El veneciano acudía con frecuencia a misa en la iglesia de Santa Maria degli Angeli, una de las que, por fortuna, aun se conservan hoy en día.

Aunque, sus visitas a la misa no eran precisamente por motivos religiosos. Casanova tenía dos amantes en la iglesia y acudía fielmente para poder verlas. Incluso se saben las iniciales de los nombres de las amantes. Curiosamente, no eran vecinas ordinarias de Murano sino que eran monjas que servían en la iglesia.

De hecho, una de ellas había sido obligada a meterse a monja por su padre cuando éste descurbió su affair con Casanova.

La curiosa historia de su escudo

Murano pertenece a Venecia pero la realidad es que ya en la época de la república veneciana la isla tenía un consejo propio que se administraba de manera independiente. Incluso tenían un escudo que representaba a la isla, un gallo con una serpiente en el pico y un zorro encima.

Murano no pasó a formar parte del ayuntamiento de Venecia hasta el 1923. En aquel momento, por temor a perder poder en las decisiones que afectaran a la isla, los ciudadanos de Murano armaron una verdadera revuelta con protestas y manifestaciones muy fuertes.

En un ataque de orgullo, los habitantes de la isla comenzaron a llenar Murano de figuras de gallos. Para revindicar su autogestión. Los gallos aparecían de todas las formas y materiales posibles. Una de las representaciones llegó a ser realmente enorme, pesando… ¡160 kilos!

Todavía en nuestros días es posible toparse con alguna que otra estatua realizada en aquellos días.

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