Miranda Priestly: las 7 similitudes que confirman que su personaje es Anna Wintour de Vogue

Apenas recibe un libro, la experimentada y reconocida Meryl Streep comienza con un proceso de construcción del rol que la llevará a buscar referencias reales, leer, observar y visitar especialistas que le sirvan para zambullirse en el universo que habita su personaje.

Fue por eso, que cuando recibió el guión de El Diablo Viste a la Moda, pensó en la jefa editora de Vogue, Anna Wintour.

A partir de ella, Meryl le dio vida a la malvada y fría Miranda Priestly, editora jefa de Runway, que vive para y por la industria de la moda internacional.

Conocida también como El Diablo se viste de Prada según la traducción, este film regaló al público una icónica villana femenina, potente, única, calculadora y sofisticadamente vestida, claro.

Con un lugar asegurado en la historia del cine, el personaje enloquece y exige hasta el agotamiento al personaje interpretado por Anne Hathaway - que encarna a la inexperta Andy Sachs- en el film estrenado en 2006.

La historia trata acerca de una jovencita periodista pagando “derecho de piso“ en una revista prestigiosa, al mando - por supuesto- de la inescrupulosa jefa encarnada por Streep. La actriz ganó el Globo de Oro y fue nominada al Oscar por este papel.

La cuestión central por la el nombre de Anna Wintour es siempre referencia al hablar de la película es porque la misma se basa en un libro escrito por Lauren Weisberger, ex empleada de la editora en jefa de la versión americana de Vogue.

El parecido es más que evidente aunque la autora nunca lo admitió ¿lo dudas? Ve estas curiosas similitudes.

1. Dos gotas de agua. Pelo corto, a la moda, pendientes de lucir los últimos accesorios y prendas de vanguardia, Miranda y Anna son físicamente parecidas. Ambas británicas, editoras de revistas femeninas de inmenso prestigio y con un puesto de poder que han sabido sostener a fuerza de elegir por sobre su vida personal el trabajo.

A ambas les gusta como deporte el tenis. Y su accesorio de moda favorito son las gafas oscuras con grandes armazones.

2. Familias igualitas. Las dos tienen 2 hijos. Eso sí, en el caso de Anna no son mellizas, sino un hijo varón, Charles y Bee, una hija mujer, con tres años de diferencia. Ambas van por su segundo fracaso matrimonial y con ello, comparten lo que más las define: las dificultades para vincularse amorosamente con los demás, hasta con el propio marido. Lo cual suele terminar en divorcio.

3. Estrictas, frías y calculadoras. Así es la personalidad de ambas. Tanto Anna como Miranda aman la moda, la cuidan y protegen con espíritu meticuloso y puntual, respetando todos los rituales de este peculiar universo por ser la industria que alimenta su amada publicación. La revista es lo que verdaderamente adoran y por lo cual quieren que los demás sacrifiquen todo también.

4. Las dos son personas determinantes. Aman tomar decisiones aunque sean crudas, crueles y molesten a los demás. Nada las detiene. Sin filtros para pedir lo que quiere, es también tajante para hacer saber a la otra persona cuando no quiere oír más excusas. Cuando dice “Es todo“, ya no hay más que decir.

5. Jefa inquebrantable. Anna no suele ser amiga de sus asistentes y no le gusta que hagan contacto visual con ella mientras da órdenes. Algunos de sus ex empleados refirieron que se han sentido tratados de forma grosera, pero ella aduce que es simplemente su modo de ser.

6. Más que respeto, temor. El personaje disfruta de causar tanto admiración como miedo ante sus subordinados y el equipo que la acompaña. Los ex colaboradores de Anna confirman esta cualidad en la líder de Vogue.

7. Buena presencia. Un ítem clave para ambas a la hora de evaluar el desempeño de los demás. Tanto para Miranda como para Anna esto es un imprescindible.

De hecho, en el documental de la BBC “Boss Woman“ una ejecutiva de Vogue, Plum Sykes, cuenta: “Anna nunca especificará cómo debes lucir en la oficina, pero sé que si entro tendría que usar tacones altos, lucir arreglada y estar a la moda. La ropa que la gente usa aquí durante el día es ropa que la gente usaría en su noche más glamorosa“. También agregó: “¿Quién usaría una falda Dolce & Gabbana como esta en la oficina? Sólo alguien que trabaje en Vogue“.

La propia Anna Wintour dijo que no dictan cómo vestir pero “esperan un cierto estilo“. Además, espera que los empleados quieran trabajar allí por amor a la moda.

Ficción y realidad se juntaron en una ocasión en la que a Vogue le pareció divertido el encuentro. La propia actriz la encontró más molesta por el libro que por la película pero dijo que con ella se mostró amable ¿Habrá sido así?