Miedo súbito
1.171
Cine negro. Thriller. Drama
Myra es una autora de teatro cuyas obras triunfan en los escenarios de Broadway, pero su feliz existencia se desmorona cuando escucha cómo su marido Lester planea matarla. (FILMAFFINITY)
23 de abril de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida intriga de cine negro "clásico".
La presentación de los personajes y el arranque son muy pausados, tranquilos, incluso sobreedulcorados. Por eso mismo, cuando de verdad arranca la trama y el guión va dando todos sus giros, la historia te sorprende con la guardia baja. El efecto es genial por lo inesperado y por los fenomenales requiebros de la historia. Se sigue con interés, con cierta tensión y en algún momento con incredulidad por lo dramático de algunas decisiones.
Fenomenales actuaciones del trío protagonista. Destacando la fabulosa actuación de Crawford con un poder comunicativo mayúsculo en su rostro y en su mirada. Una profesional de la vieja escuela.
Fotografía, muy buena por sus encuadres, perspectivas, claroscuros y por el movimiento de la cámara durante la persecución - la inmersión del espectador en la situación es total-.
Montaje, muy bueno. Es artístico, efectista y elegante.
Es verdad que es un argumento típico de telefilm de sobremesa pero las actuaciones, la fotografía y los inesperados giros del guión le dan muchísimo empaque a esta historia.
La presentación de los personajes y el arranque son muy pausados, tranquilos, incluso sobreedulcorados. Por eso mismo, cuando de verdad arranca la trama y el guión va dando todos sus giros, la historia te sorprende con la guardia baja. El efecto es genial por lo inesperado y por los fenomenales requiebros de la historia. Se sigue con interés, con cierta tensión y en algún momento con incredulidad por lo dramático de algunas decisiones.
Fenomenales actuaciones del trío protagonista. Destacando la fabulosa actuación de Crawford con un poder comunicativo mayúsculo en su rostro y en su mirada. Una profesional de la vieja escuela.
Fotografía, muy buena por sus encuadres, perspectivas, claroscuros y por el movimiento de la cámara durante la persecución - la inmersión del espectador en la situación es total-.
Montaje, muy bueno. Es artístico, efectista y elegante.
Es verdad que es un argumento típico de telefilm de sobremesa pero las actuaciones, la fotografía y los inesperados giros del guión le dan muchísimo empaque a esta historia.
14 de agosto de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más injustamente subestimadas de la historia del cine.
Se trata de un notabilísimo thriller de suspense con elementos de puro cine negro en el que brilla por encima del resto la sobresaliente interpretación de una inolvidable Joan Crawford en el papel de una rica y famosa escritora que descubre accidentalmente como su propio marido y la amante de este conspiran contra ella para matarla.
La fotografía expresionista de Charles Lang es sencillamente espectacular, al igual que la banda sonora de Elmer Bernstein y el extraordinario manejo del suspense por parte de David Miller, quien demuestra un plausible gusto por el detalle a través de una realización exquisita, utilizando todos los elementos a su alcance para crear tensión dentro de una narración que mantiene en vilo al espectador hasta el final.
Después de una buena primera parte en la que se nos presenta bajo un romanticismo exacerbado el nacimiento y desarrollo de la historia de amor de la pareja protagonista, el film da un importante giro y sube enteros con la aparición del personaje de Gloria Grahame (siempre ideal para recrear a esas pérfidas y atractivas femme fatales) y de la consecuente trama de intriga criminal, una trama de tono paranoico y pesadillesco perfectamente urdida a través de un gran guión en el que la amoralidad, la avaricia, la justicia y el caprichoso destino juegan un papel fundamental.
Magnífica.
Nota: 8,5
Se trata de un notabilísimo thriller de suspense con elementos de puro cine negro en el que brilla por encima del resto la sobresaliente interpretación de una inolvidable Joan Crawford en el papel de una rica y famosa escritora que descubre accidentalmente como su propio marido y la amante de este conspiran contra ella para matarla.
La fotografía expresionista de Charles Lang es sencillamente espectacular, al igual que la banda sonora de Elmer Bernstein y el extraordinario manejo del suspense por parte de David Miller, quien demuestra un plausible gusto por el detalle a través de una realización exquisita, utilizando todos los elementos a su alcance para crear tensión dentro de una narración que mantiene en vilo al espectador hasta el final.
Después de una buena primera parte en la que se nos presenta bajo un romanticismo exacerbado el nacimiento y desarrollo de la historia de amor de la pareja protagonista, el film da un importante giro y sube enteros con la aparición del personaje de Gloria Grahame (siempre ideal para recrear a esas pérfidas y atractivas femme fatales) y de la consecuente trama de intriga criminal, una trama de tono paranoico y pesadillesco perfectamente urdida a través de un gran guión en el que la amoralidad, la avaricia, la justicia y el caprichoso destino juegan un papel fundamental.
Magnífica.
Nota: 8,5
21 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película, realmente valiosa, muy típica de la época, con una Joan Crawford sublime y un actor que empezaba que luego dio mucho que hablar, Jack Palance, sobre todo en España y aquellas películas de Jesus Franco que tanto comenta Javier Marías en sus artículos periodísticos.
Aunque a mitad del metraje la película parece un poco tediosa, el final, los últimos cuarenta minutos finales es una auténtica obra de arte. Cómo va tramando el plan e imaginándose como resulta, de qué manera el director nos muestra sólo una parte del enredo, y como al final plan varia ante la imposibilidad de ella de cometer el crimen. Él la descubre en la casa de ella, que era donde se iba a cometer el crimen, y mientras ella corre por la calle él pretende atropellarla con el coche, mientras la amante, vestida de manera muy parecida -esa ha sido una de las ideas de la mujer- vuelve a casa y es asesinada por el marido con el coche, en cuyo accidente también parece morir él, aunque no se muestra. La última escena de la película, dejando ella caer el pañuelo a un charco para que se lo lleve la corriente mientras sube una calle empinada está muy lograda.
Buena ambientación, buenos diálogos, muy buen desarrollo de las escenas, y soberbios actores, especialmente Crawford, que aunque sobreactúa en algún momento consigue dar a las escenas auténtica veracidad.
Aunque a mitad del metraje la película parece un poco tediosa, el final, los últimos cuarenta minutos finales es una auténtica obra de arte. Cómo va tramando el plan e imaginándose como resulta, de qué manera el director nos muestra sólo una parte del enredo, y como al final plan varia ante la imposibilidad de ella de cometer el crimen. Él la descubre en la casa de ella, que era donde se iba a cometer el crimen, y mientras ella corre por la calle él pretende atropellarla con el coche, mientras la amante, vestida de manera muy parecida -esa ha sido una de las ideas de la mujer- vuelve a casa y es asesinada por el marido con el coche, en cuyo accidente también parece morir él, aunque no se muestra. La última escena de la película, dejando ella caer el pañuelo a un charco para que se lo lleve la corriente mientras sube una calle empinada está muy lograda.
Buena ambientación, buenos diálogos, muy buen desarrollo de las escenas, y soberbios actores, especialmente Crawford, que aunque sobreactúa en algún momento consigue dar a las escenas auténtica veracidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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22 de octubre de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la calle 45 de Broadway, un cartel anuncia el próximo estreno de la obra “Half-way to Heaven” (En la mitad del camino al cielo), la nueva obra de Myra Hudson, una rica heredera de San Francisco. El título de esta obra tendrá sentido a medida que avance la historia, y lo que sigue, es aún más interesante.
(Recomiendo leer el resto de esta crítica sólo cuando se haya visto la película)
Durante un ensayo de la obra, la escritora se hace presente… y contra todos los halagos que, los encargados del montaje, consiguen hacer del protagonista, Lester Blaine, a Myra no le parece que dé la medida porque, aunque tiene la voz adecuada, carece del atractivo físico que ella imagina para su personaje.
Días después, cuando la obra ya fue un éxito con otro protagonista, camino a San Francisco, Myra (Joan Crawford, en otro rol de mujer atormentada) se encontrará en el tren con el rechazado actor… y queriendo congraciarse con él, lo invita a acompañarla en su camarote. Una pequeña, pero significativa pista de la personalidad de Blaine, se nos dará tres minutos después… pero, como suele ocurrir con casi todas las personas, tampoco Myra le dará la importancia que merece.
De aquí en adelante, Blaine va a demostrar a la escritora -con una lección que no olvidará jamás- que, hay otros valores (galantería, afectuosidad, carácter… y una voz suficientemente agradable) que pueden suplir el atractivo físico e incluso resultar profundamente seductores. Éste, diríamos, es el lado amable y edificante de la película… pero, pronto va a diluirse cuando conozcamos las verdaderas intenciones y la suerte de individuo que prometía ser alguien que es capaz de trampear en un ligero pasatiempo. ¡Cuántos rasgos de personalidad pueden descubrirse en un simple juego!
Cuando conocemos el polo de sombra de Lester Blaine (magnífico, Jack Palance, haciendo un rol que, tres años después, seguro lo recordó cuando hizo, “The Big Knife” (Robert Aldrich, 1955), la trama vuelve a complacer los prejuicios culturales victorianos cuando se afirmaba, de manera absurda y generalizada, que, “el aspecto del criminal es siempre desagradable” y que “el rico es bueno y el pobre es malo”; y como si el Fatum se hubiese molestado con esta impertinencia sociológica, a partir de ese momento, el filme comienza a tener acciones insostenibles. Veamos:
Myra, le abre su corazón y sus mayores intimidades -propiedades, seguridad…- a su muy reciente pretendiente; le enseña elementos inseguros (por si se le ocurre eliminarla) … y hasta le hace testamento con ¡todas las puertas abiertas! Más que enamorada ¡una completa tonta!; y sabiendo esto, su muy cercano abogado, Steve Kearney (Herman Brix, ahora bajo el nombre de, Bruce Bennett, para borrar de su pasado sus muy insulsos tarzanes), bien poco hace para sacarla del absurdo.
También podríamos hablar de las notas que falsifica a la perfección. ¿En qué queda el cuento del veneno?... y ¿por qué se le dio vuelta al plan que Myra tenía y que la mostraba capaz de matar?, y el final, entonces, no pudo ser más facilista y resuelto con mentalidad burguesa. Mucho me temo que, en este asunto, alguien metió la mano.
El director, David Miller, demuestra oficio en su composición de imágenes y el trabajo del cinematografista, Charles Lang, es bastante satisfactorio, pero, <<MIEDO SÚBITO>>, es otro filme que alcanzó el éxito con muy pocos méritos narrativos.
(Recomiendo leer el resto de esta crítica sólo cuando se haya visto la película)
Durante un ensayo de la obra, la escritora se hace presente… y contra todos los halagos que, los encargados del montaje, consiguen hacer del protagonista, Lester Blaine, a Myra no le parece que dé la medida porque, aunque tiene la voz adecuada, carece del atractivo físico que ella imagina para su personaje.
Días después, cuando la obra ya fue un éxito con otro protagonista, camino a San Francisco, Myra (Joan Crawford, en otro rol de mujer atormentada) se encontrará en el tren con el rechazado actor… y queriendo congraciarse con él, lo invita a acompañarla en su camarote. Una pequeña, pero significativa pista de la personalidad de Blaine, se nos dará tres minutos después… pero, como suele ocurrir con casi todas las personas, tampoco Myra le dará la importancia que merece.
De aquí en adelante, Blaine va a demostrar a la escritora -con una lección que no olvidará jamás- que, hay otros valores (galantería, afectuosidad, carácter… y una voz suficientemente agradable) que pueden suplir el atractivo físico e incluso resultar profundamente seductores. Éste, diríamos, es el lado amable y edificante de la película… pero, pronto va a diluirse cuando conozcamos las verdaderas intenciones y la suerte de individuo que prometía ser alguien que es capaz de trampear en un ligero pasatiempo. ¡Cuántos rasgos de personalidad pueden descubrirse en un simple juego!
Cuando conocemos el polo de sombra de Lester Blaine (magnífico, Jack Palance, haciendo un rol que, tres años después, seguro lo recordó cuando hizo, “The Big Knife” (Robert Aldrich, 1955), la trama vuelve a complacer los prejuicios culturales victorianos cuando se afirmaba, de manera absurda y generalizada, que, “el aspecto del criminal es siempre desagradable” y que “el rico es bueno y el pobre es malo”; y como si el Fatum se hubiese molestado con esta impertinencia sociológica, a partir de ese momento, el filme comienza a tener acciones insostenibles. Veamos:
Myra, le abre su corazón y sus mayores intimidades -propiedades, seguridad…- a su muy reciente pretendiente; le enseña elementos inseguros (por si se le ocurre eliminarla) … y hasta le hace testamento con ¡todas las puertas abiertas! Más que enamorada ¡una completa tonta!; y sabiendo esto, su muy cercano abogado, Steve Kearney (Herman Brix, ahora bajo el nombre de, Bruce Bennett, para borrar de su pasado sus muy insulsos tarzanes), bien poco hace para sacarla del absurdo.
También podríamos hablar de las notas que falsifica a la perfección. ¿En qué queda el cuento del veneno?... y ¿por qué se le dio vuelta al plan que Myra tenía y que la mostraba capaz de matar?, y el final, entonces, no pudo ser más facilista y resuelto con mentalidad burguesa. Mucho me temo que, en este asunto, alguien metió la mano.
El director, David Miller, demuestra oficio en su composición de imágenes y el trabajo del cinematografista, Charles Lang, es bastante satisfactorio, pero, <<MIEDO SÚBITO>>, es otro filme que alcanzó el éxito con muy pocos méritos narrativos.
27 de marzo de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico de cine de suspense e intriga en el cine yanki que, al menos aquí, en España, no es muy conocido, entre otras cosas y no me lo explico, porque no fue estrenada, que yo sepa, en los cines comerciales españoles.
Se trata de un film muy respetable, algo irregular por cuanto su tercio final es algo estrambótico y alargado, creo que en exceso, pero bien narrado y excelentemente interpretado. Sus dos protagonista principales, Crawford y Palance, fueron nominados al Óscar, aunque no lo consiguieron.
Además, la banda sonora del maestro Elmer Bernstein le otorga una gran fuerza dramática a la historia, así como la excelente fotografía de Charles Lang.
Sus golpes de efectos están muy bien conseguidos y momentos cuando la protagonista descubre el complot de su marido y la amante de este, son memorables.
Cinta muy interesante, que deja un excelente sabor de boca.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Se trata de un film muy respetable, algo irregular por cuanto su tercio final es algo estrambótico y alargado, creo que en exceso, pero bien narrado y excelentemente interpretado. Sus dos protagonista principales, Crawford y Palance, fueron nominados al Óscar, aunque no lo consiguieron.
Además, la banda sonora del maestro Elmer Bernstein le otorga una gran fuerza dramática a la historia, así como la excelente fotografía de Charles Lang.
Sus golpes de efectos están muy bien conseguidos y momentos cuando la protagonista descubre el complot de su marido y la amante de este, son memorables.
Cinta muy interesante, que deja un excelente sabor de boca.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
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