Las 12 mejores películas de Michael Haneke que hay que ver

Georges y Anne, una pareja de ochenta años, viven tranquilamente en París. Sin embargo, cuando un día Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que les ha unido durante tantos años se verá puesto a prueba. 'Amour' nos rompió mirando a la cara al envejecimiento, la enfermedad y la muerte. Haneke retrata a Emmanuelle Riva y a Jean-Louis Trintignant con dureza, pero dejando espacio para la humanidad (por el papel, Riva fue nominada al Oscar a la Mejor Actriz). Éxito absoluto entre la prensa especializada (lean nuestra crítica de 'Amor'), la película ganaría la Palma de Oro en Cannes, Mejor Película en Lengua Extranjera en los Oscar y Mejor Película en los Premios del Cine Europeo.

Aún se nos hiela la sangre al pensar en ella. La que daría a Haneke el galardón a Mejor Director en Cannes y Mejor Película en Lengua Extranjera en los Premios del Cine Europeo, supone la mezcla perfecta entre comentario social (ahí la culpa poscolonial, la inmigración y la tensión entre la élite privilegiada y la marginalidad) y el cine de terror, con la historia de este burgés que empieza a recibir cintas grabadas, que a cada día penetran más su intimidad. Como para no estar inquietes, resolvíamos en nuestra crítica de 'Caché (Escondido)'.

Haneke se ponía a escribir sobre las criaturas y jóvenes del coro del colegio de un pequeño pueblo alemán, y de la iglesia, dirigida por el maestro, y de sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, los granjeros... En el pueblo, empiezan a pasar cosas extrañas que, poco a poco, toman el carácter de un castigo ritual. El giro, claro, es que son vísperas de la Primera Guerra Mundial y que no, nadie está exento del Mal. La cinta, una exploración poderosa y repleta de grises (literal) de las fuerzas políticas y sociales que contribuyeron al surgimiento del nazismo, se llevó la Palma de Oro en Cannes y el Globo de Oro a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Por algo será una de las mejores películas para aprender historia.

Una de las obras más controvertidas de Haneke (y de las mejores, al parecer de la crítica de 'La pianista' de FOTOGRAMAS), adaptaba la novela de la ganadora del Nobel de Literatura Elfriede Jelinek sobre una inquietante profesora de piano. 'La pianista' atraviesa la represión sexual, el sadomasoquismo y la automutilación para liberar, de una forma tortuosa y nada sana, el cuerpo y el poder de una mujer atrapada por las normas sociales (y, dios, por su madre). Fue ganadora del Premio del Jurado en Cannes, que dio el premio a la Mejor Actriz a Isabelle Huppert y al Mejor Actor a Benoît Magimel.

La película que dejó a media cinefilia europea con el trasero torcido en la butaca. La destrucción de una familia de burgeses (segunda residencia, golf por hobby y todo) a manos de un par de jóvenes sádicos marcó un antes y un después en el Nuevo Extremismo del cine francés y se coronó con el Premio FIPRESCI de la Crítica en Cannes. La película, arrebatadoramente cruel (incluso si había que romper la transparencia narrativa, en uno de los mejores giros de guion finales con sorpresa del cine), deconstruía la atracción de la violencia en los medios y sus efectos. Atraernos para meter el dedo en la llaga, especialidad hanekiana.

Debemos situar el remake de 'Funny Games' justo debajo en la lista, porque es, prácticamente de forma literal, la misma película (eso sí, ahora en Estados Unidos, como Haneke quería desde el principio). Diez años más tarde de la original, el cineasta quiso sacarle el polvo a la problemática de la sangre como espectáculo porque consideraba que aún era relevante (lo es). Con reparto encabezado por Naomi Watts, Tim Roth, Michael Pitt y Brady Corbet (los dos últimos en el papel de la pareja de jóvenes sádicos), la película llegaba a nuevos públicos y Michael Haneke se convertía en el rostro de moda del cine cruel.

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La Mejor Película según la Crítica en los Premios del Cine Europeo, 'El vídeo de Benny' podría hacer dupla con las de 'Funny Games' o 'Caché' con el triángulo violencia-audiovisual-burgesía. En este caso, Benny, un chico de 14 años de buena familia, se obsesiona con la cámara de vídeo que sus padres le regalan para compensar su falta de afecto. Con ella, grabará la matanza de un cerdo en una escena que lo va a incitar a cometer un crimen salvaje, uno que ni los papás podrán ocultar.

El debut de Haneke se cargaba los estándares de bienestar de la sociedad del consumo contemporánea. Se basaría en un caso real para retratar a una familia de clase media normativa que, para vivir según una concepción más cercana a lo espiritual, decide ir destruyendo todas sus posesiones y liberarse del peso del mundo. Como la posterior 'Código desconocido', la narración también se deslizaba entre instantáneas de pasado y de futuro sobre un arco descendiente (hasta los infiernos, porque es una de esas películas que todavía no has entendido). Junto con 'El vídeo de Benny', se la ha considerado una de las puntas de la trilogía hanekiana de la glaciación emocional.

Cierre de la trilogía de 'El séptimo continente' y 'El vídeo de Benny', de la que se ha considerado un anexo, '71 fragmentos' es un trabajo experimental que consta de tantas viñetas vagamente conectadas, cada una de las cuales representando un retazo de la vida cotidiana en Viena. La película explora temas como el azar, la alienación y la condición humana, y (sorpresa) las historias no son precisamente constructivas. Vemos a una mujer siendo acosada en el metro, un hombre que mata a su familia, una a punto de suicidarse... Todo en orden en frentes hanekianos (cineasta a quien deberíamos contar ya entre los villanos del cine de terror con más muertes acumuladas).

En una animada avenida parisina, alguien deja un trozo de papel arrugado en las manos de una mendiga. Es el hecho que une por unos instantes las trayectorias de diversos personajes muy diferentes. Anne (Juliette Binoche, más cruda que de costumbre), una joven actriz; Amadou (Ona Lu Yenke), un educador musical en un instituto para personas sordomudas; Maria (Luminita Gheorghiu), una chica rumana que envía a su país todo el dinero que gana en la calle... Con una estructura narrativa conectada de forma no evidente y completamente desordenada, este duro cuento sobre la marginalidad en Europa se situaba a medio camino entre la lucha y el rompecabezas.

Es una de las mejores películas de Juliette Binoche.

El 'Adivina quién viene a cenar esta noche' de un Haneke en clave menor, pero sagaz por momentos (así dice la crítica de 'Happy End' de FOTOGRAMAS). 'Happy End' desgarra las telas de la familia Laurent, rica e influyente. A la vez que el patriarca (Jean-Louis Trintignant) empieza a obsesionarse con su propia mortalidad y el legado que dejará atrás, las cosas se torcerán también para su hija Anne Laurent (Isabelle Huppert), una exitosa mujer de negocios con un matrimonio problemático y una relación difícil con su joven hijo (Franz Rogowski). Cuando Pierre empieza a salir con un joven refugiado, el clan Laurent se ve obligado a enfrentar su propio privilegio y eso, auch, duele.

La película, Mejor Guion en el Festival de Sitges y una de las mejores películas tras el Apocalipsis, está ambientada en un mundo post-apocalíptico donde la sociedad se ha derrumbado. Allí sobrevive una familia, que llega a su casa de campo y la encuentran ocupada. Sin más opciones, se ven obligados a compartir la casa con sus nueves ocupantes, aprendiendo a convivir para habitar un entorno hostil. Para la crítica de la época, sobresalieron los trabajos de Isabelle Huppert, Lucas Biscombe y Anaïs Demoustier (de peque), pero ni estando en la Sección Oficial de Cannes no llegó a ganarse nunca la reputación de sus hermanas mayores.