Es su tercer cumpleaños en el club del que es hincha de chico, en el que soñó jugar la Copa Libertadores y en el que hoy es el capitán del equipo. Sí, todo eso pudo cumplir Marcos Rojo en Boca, además de salir campeón en cuatro ocasiones con la azul y oro. Esta vez, sin embargo, su deseo para festejar sus 34 años parece ser más terrenal: disputar su primer partido en este 2024 y volver a jugar después de casi cuatro meses. No es poco.
Sí, el capitán de Boca todavía no pudo sumar ni un minuto en el año. Se desgarró el gemelo interno de su pierna izquierda en el calentamiento previo al primer amistoso del verano (contra Gimnasia y Tiro) y todavía no volvió a jugar. Es cierto, con Estudiantes fue al banco y la idea era que entrara en el segundo tiempo, pero la suspensión del partido por la dramática situación que vivió Javier Altamirano, lógicamente se lo impidió.
La intención era que tuviera algunos minutos en cancha y ya tener una base para poder ser titular el sábado en el debut por Copa Argentina. Pero ahora todo indica que igualmente saldrá a la cancha contra Central Norte así, sin más que entrenamientos encima. Y que empezará a ganar ritmo a medida que vaya compitiendo, ya que además Diego Martínez no contará para este sábado con Nicolás Valentini, citado a la Selección Mayor, y Nicolás Figal, quien se sigue recuperando de un esguince de rodilla.
El look retro de Rojo, que cada vez que puede muestra su fanatismo por el Xeneize.Cuatro meses después
El detalle no es menor: Rojo no juega un partido oficial desde el 26 de noviembre del año pasado, por la última fecha de la Copa de la Liga ante Godoy Cruz. Luego, llegaron las vacaciones, ya que el Xeneize no se metió en los playoffs de ese torneo, la pretemporada y esa importante lesión, que le impidió arrancar el año y que lo tuvo a maltraer, incluso con una recaída. Es decir, pasaron casi cuatro meses ya de aquel encuentro en Mendoza. Mucho.
El último partido de Rojo fue contra el Tomba, el año pasado. (Fotobaires)En el camino, el capitán quiso volver en la previa al superclásico, pero ahí mismo su recuperación tuvo un retroceso. Por lo tanto, ni siquiera estuvo concentrado y siguió afuera dos partidos más (Belgrano y Unión). Luego, con Racing fue al banco de urgencia por la lesión de Figal pero únicamente con la idea de completar el plantel (de hecho, no ingresó). Y con Estudiantes ya fue suplente en condiciones de entrar, aunque no tuvo esa chance.
Por eso, el del sábado será un regreso clave para él y para Boca. En lo personal, por el tiempo de inactividad que arrastra y porque ahora la competencia que tiene en el puesto es más fuerte (Lema cumplió los partidos que jugó, Figal -hoy lesionado- es una fija y Valentini se ganó hasta la citación a la Selección). Y después, porque con el arranque de la Sudamericana, el Xeneize necesita variantes en el fondo.
La banca de la gente
A pesar de las reiteras lesiones que sufrió en el club y, hasta de su evitable expulsión en la semifinal de la Copa Libertadores ante Palmeiras que le impidió estar en la final en Río, entre Marcos Rojo y la gente de Boca hay una química que se mantiene. El capitán, por su condición de hincha (que destapó incluso ya como jugador xeneize), por esa identificación, por su entrega y su carisma, entró en el corazón de la tribuna.
Es cierto que varios le reclaman más continuidad y constancia, porque todas las lesiones que viene sufriendo son un tema que sin dudas están en la balanza, pero es de esos jugadores que genera sensaciones especiales en los hinchas. Y en su cumple 34, se lo hicieron saber...
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