Marcelo Gallardo, el constructor: estadísticas demoledoras, números históricos y jugadores que construyeron el legado

El día que tomó la determinación de aceptar el desafío tenía la ilusión de dejar una huella. Todos piensan en grande, porque cuando se trata de una empresa tan importante no hay lugar para deseos pequeños. Pero ni en sueños podía imaginar que su paso dejaría un legado de esos que se graban a fuego, que su ruta se iba a convertir en la más gloriosa, que se trataría de un ciclo demoledor, histórico, determinante, influyente... En definitiva, un proceso de esos en los que ya nada es igual después de vivirlos. Es que el proyecto Marcelo Gallardo en River será eterno y cada detalle de sus casi ocho años y medios en Núñez permiten dimensionar cuán grande es el tesoro que dejará tras su último baile en el Monumental.

A poco más de 3000 días de su debut como DT de River ante Ferro por la Copa Argentina, un 27 de julio de 2014, Marcelo Gallardo tomó la determinación de darle un cierre a su ciclo tras finalizar su contrato en diciembre. El impacto fue total para los hinchas, por eso nadie quiso quedarse afuera de la función final en el Monumental del “River de Napoleón”. Y no es para menos, porque sólo hace falta revolver algunos papeles del archivo para entender el por qué de la devoción por Gallardo: es el entrenador más ganador de la historia del fútbol argentino con un mismo club, ya que los millonarios, de su mano, celebraron 14 títulos oficiales tanto en el plano nacional como el internacional (con dos Copas Libertadores 2015 y 2018). Y como si fuera poco, Gallardo es, junto con Ángel Labruna, el profesional con más títulos entre las etapas como jugador y como DT en River (22). Una auténtica locura.

Una aventura fantástica la que River vivió con Marcelo Gallardo. Su condición de líder permitió encontrar siempre, o casi siempre, las mejores opciones para tener un plantel de altísimo nivel. Logró inocular su mensaje como nadie, pudo hacer que sus jugadores entregasen la piel por la causa. Desde que desembarcó en Núñez utlizó 122 futbolistas para conseguir los objetivos que se propuso. Pudo leer cómo nadie en dónde podía encontrar caudillos que pudieran transmitir su legado, desde diferentes lugares, con estilo distintos, pero con una influencia indiscutible. No le importó ningún murmullo, confió y le dio a Milton Casco toda la confianza para ser una pieza clave, por eso el defensor es el hombre con más participación en los planes del Muñeco, con 230 partidos disputados.

Supo que Leonardo Ponzio tenía todas las herramientas para tener la voz de mando, ser el entrenador dentro del campo de juego, el jugador que pudiese guiar a sus compañeros más jóvenes y el volante se retiró con 213 encuentros jugados en la era. De la misma manera que leyó perfectamente dónde estaba el engranaje que necesitaba para darle seguridad a su proyecto, por eso fue por Franco Armani y desde su desembarco a principios de 2018, el arquero defendió el arco millonario en 208 partidos.

El ojo de Gallardo fue siempre certero, porque mientras algunos fanáticos multiplicaban su impaciencia por la falta de un goleador contundente como lo fue Lucas Alario, que marcó 41 tantos en la era del Muñeco y fue parte de la conquista de la Copa Libertadores de 2015, el entrenador supo que el colombiano Rafael Santos Borré iba a darle lo que necesitaba, por eso el atacante dejó Núñez como el máximo artillero en la era Gallardo, con 55 goles. Y el caso más emblemático de lo que implica la ascendencia del entrenador para con sus futbolistas, es lo que sucedió con Julián Álvarez, el juvenil que llevó con paciencia y explotó en el momento exacto para dejar en el millonario 54 festejos.

Álvarez es la muestra perfecta de lo que Gallardo representó para los jugadores más jóvenes de River. Siempre que encontró una joya, no dudó en darle oportunidades o macerar su talento para el momento exacto. Fueron 43 jugadores que hicieron su estreno profesional con la camiseta de River de la mano del Muñeco. El primero fue Lucas Boyé, en el mismo día del debut de Gallardo, un 27 de julio de 2014, mientras que la última aparición fuerte sucedió el 8 de mayo último con el debut del arquero Ezequiel Centurión.

Todo resultó tan perfecto que cuesta encontrarle grietas. Quizá en los últimos tiempos se vio la versión menos pulida del entrenador con algunos exabruptos para con los árbitros o molestias con entrenadores rivales. Pero nada puede opacar su ciclo, porque sólo hace falta volver a mirar las estadísticas para comprender que Gallardo logró darle a River la mística internacional que tanto deseaban los hinchas. Las dos coronas de América fueron el pináculo de su proyecto y dejó marcas como haber igualado la mayor racha invicta en Libertadores: 14 partidos sin derrotas entre octubre de 2018 y octubre de 2019, que resultó igual a otra que se registró entre abril de 1977 y septiembre de 1978.

Dentro de ese contexto arrollador, Gallardo dejará en Núñez un saldo positivo en el historial contra los equipos grandes. Batallas épicas vivió contra Boca, quizá en los últimos dos años no fue tan dominante, pero dejará como marca que se impuso en 8 oportunidades, igualó 11 encuentros y perdió en 7 ocasiones. Más importante es el poder que demostró contra San Lorenzo con 8 éxitos, un solo empate y cuatro derrotas, frente a Racing la cuenta le da 6 victorias, 4 veces igualaron y apenas perdió 2 veces, una estadística casi idéntica que se repite en sus duelos con Independiente: 6 festejos, 2 empates y 4 caídas.

“Nací para asumir los grandes desafíos. Intentaré representar de la mejor manera posible su historia y también conocer a los jugadores, como prioridad absoluta”. En su primera conferencia de prensa como DT de River, el 6 de junio de 2014, Gallardo pareció tener la claridad para leer lo que podía suceder. Y en su anuncio del final del ciclo fue tan claro como entonces: “Ha sido una historia hermosísima”. En Núñez sólo reverencias para su majestad, el eterno Marcelo Gallardo.

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