Los mandalas para colorear son figuras geométricas y concéntricas ideadas por civilizaciones ancestrales con motivos espirituales. Se han popularizado como recurso terapéutico, didáctico y creativo con dibujos de mandalas para niños.
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Están concebidos como figuras preestablecidas, pero se admiten diseños libres y el uso de los colores preferidos, sin tomar en cuenta el significado. La gran variedad de estilos clasifica a los mandalas para colorear según la edad del niño y la complejidad del dibujo. Como recurso educativo permite conocer y combinar colores, definir la creatividad y personalidad, manifestar emociones y divertirse.
Aquí entran los pequeños en edades de 3 a 6 años de edad, etapa en que descubren sus diversas habilidades y los mandalas para niños son muy atractivos. Están los de figuras sencillas de estrellas, animalitos, juguetes, siluetas humanas o conjugación de trazos geométricos y lineales. Sirven para desarrollar la motricidad fina.
Los mandalas para niños son una forma de expresión, descubrimiento y aprendizaje. En este caso, los mandalas para imprimir son un poco más elaborados con contornos circulares, triangulares, hexagonales y cuadrados. En el interior hay diversas curvas, líneas o figuras geométricas que simulan laberintos y estimulan el pensamiento.
Estos pueden variar porque no sólo se concentran en un marco cuadrado o circular, sino que el mandala puede ser, por ejemplo, una figura abstracta para pintar dentro de ella. Algunos modelos no tienen los bordes específicos, más bien hay contornos intrincados en picos de estrellas, florales, zig-zag, trébol, corazones y muchos más.
Al niño hiperactivo se le apoya con dibujos para colorear que son más creativos e interesantes. Contornos dispares, figuras disimuladas a manera de adivinanzas o el mandala puede ser un elefante, un camaleón, un árbol, una flor y así por el estilo, incluso una representación libre. Favorecen el desarrollo de la concentración, paciencia, habilidad para recordar y sentido del logro.
En la misma línea de la creatividad y libertad de expresión, el niño podrá utilizar cualquier elemento para pintar su dibujo de mandala como: acuarelas, crayones, rotuladores, pinceles y sus deditos. También puede plasmar su arte en un solo color, en varios tonos diferentes o con experimento de combinación de matices. Todo dependerá del tamaño del dibujo para hacer volar su imaginación y pintar en el orden que quieran.
Los dibujos de mandalas infantiles son una técnica para manejar la experiencia sensorial del niño a medida que aprende. La palabra mandala significa círculo perfecto y al niño le benefician en los siguientes campos:
Debido a la figura redonda del mandala, el niño obtiene estimulación visual e imaginativa, de modo que le ayuda a manejar desórdenes emocionales causados por conflictos familiares, bulling, miedo a la oscuridad y otras vivencias.
Al pintar los dibujos de mandalas, los niños fijan toda su atención en la actividad y se potencian los procesos cognitivos de flexibilidad y creatividad. Se requiere que el dibujo esté terminado para disfrutar del logro, lo que provoca en el niño el sentido de responsabilidad y eleva su autoestima.
Los niños que tienen síndrome de Down, Autismo, síndrome de Asperger y otras condiciones específicas tienen en los mandalas para colorear, un recurso excelente para relajarse, expresarse sin complejos y controlar movimientos corporales. Es una actividad hecha a su medida y preferencias, con la cual se entretienen sin complejos.
Al ser una actividad pedagógica para aprender a manejar y controlar la visión y las manos, obtienen precisión para escribir, tomar objetos y atarse las trenzas de los zapatos. Mejoran considerablemente la motricidad fina y gruesa cuando aprenden a pintar dentro de límites establecidos. Así se amplían mucho mejor sus conexiones cerebrales desde la tierna infancia.
Los mandalas para colorear estimulan la parte cognitiva para ampliar el lenguaje y el conocimiento de formas geométricas, colores, dimensiones o tamaños y hasta emociones. También les ayuda a descubrir el sentido estético del mundo que les rodea.
El niño se desarrolla psicológicamente y los dibujos de mandalas son originales y lo sienten como un proyecto propio. Así consiguen seguridad y su autoestima se ve beneficiada porque conciben totalidad mental y armonía interior.
Se ha demostrado que esta actividad es una herramienta útil para manejar ciertos traumas de la infancia como malos recuerdos, dificultades para dormir, ansiedad y miedo. Es importante que el niño trabaje con dibujos de mandalas de forma voluntaria para que los disfrute.
Finalmente, hay que buscar el momento adecuado y se puede comenzar con mandalas para niños sencillos, e incrementar el nivel de dificultad como un reto llamativo. Tanto en línea, impresos y en cuadernos los dibujos de mandalas están a tu alcance.