El rostro de Lucas Ocampos al acabar el partido era la expresión de la tranquilidad después del sufrimiento. Primero por el cansancio, pero después por lo que costó ganar y por todo lo que el Sevilla tuvo que pasar esta temporada.
“Hicimos un esfuerzo tremendo, sabíamos que necesitábamos una victoria que nos hacía falta para pensar en el partido siguiente, pero al final hemos sufrido, aunque hicimos un gran partido”, decía el argentino, que reconocía que el Sevilla no estuvo fino en la primera parte ante el Mallorca.
“La primera parte era verdad que no encontrábamos los espacios, me veía solo contra tres y tenía que volver, no encontraba los movimientos... En la segunda parte cambiamos, el míster cambió las piezas, encontró los desmarques, las asociaciones y ya marcamos la diferencia”, añadía el de Quilmes.
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El triunfo, está claro, fue una liberación. “Lo pasamos muy mal, veniamos de ganar una Copa, de que sea todo alegría, creíamos que la temporada iba a ser diferente, pero terminamos sufriendo como no teníamos que hacer. No podiamos imaginar que íbamos a pasar apuros. Ojalá que el año que viene nos reconozcamos y podamos hacer un buen año”, acababa.