Sor Juana Inés de la Cruz – Biografías cortas

Sor Juana Inés de la Cruz

Conocida como Juana Inés de Asbaje y Ramírez, nace en la hacienda llamada San Miguel Nepantla, en el actual estado de México, el día 12 de noviembre del año 1684. Fue hija de la criolla Ramírez de Santillana (su madre) y de vizcaíno Pedro Manuel de Asbaje (su padre).

Se desempeño como una ilustre escritora, tomando como inspiración las letras hispanoamericanas del siglo XVII, siendo el barroco español su más fuerte inspiración, siendo esta visible en sus escritos, la lírica y dramaturgia sin llegar a profundizar la originalidad que presentaba sus propias obras. Su ímpetu e inquietud por descubrir el saber, la condujo a enfrentarse con los convencionalismos de su época, siendo esta sociedad atípica y conservadora un mal referente para sus acciones y expresiones escritas, por ser una mujer con curiosidad intelectual e independiente en su forma de pensar ante lo establecido.

La infancia de Sor Juana Inés de la Cruz

Siendo desde su temprana edad, considerada una niña prodigio, a aprender a leer y escribir a la edad de tres años, y a sus ocho años de edad, escribe una de sus primeras loa (loa: se refiere a una expresión o también conocida como discurso, con el que se alaban las cualidades o méritos que pueda tener una persona o algún objeto inanimado; “cosa” empleado este tipo de recurso en el teatro, como un subgenero) siendo este su primera composición breve en versos, siendo conocido en nuestra actualidad como; monologo.

Para el año de 1656, su familia se traslada a la capital de México, esta maravillada por su talento y su clara precocidad, siendo estos los motivos del apoyo de su familia. Cumplido sus catorce años, fue escogida como la dama de honor de Leonor Carreto, quien serie esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo.

Esta fue desde su juventud, apadrinada por los marqueses de Mancera, de esta forma, brillaría ante la corte virreinal de Nueva España por su conocida erudición, tenaz inteligencia y su magistral habilidad versificadora, siendo por todo esto admirada y respetada.

La creciente fama de Sor Juana Inés de la Cruz y la vida en el convento

Para el año de 1667, ingresa en un convento de las carmelitas descalzas, ubicado en su natal país México y en el que permanecería durante un periodo de cuatro meses, el que abandona por afectaciones de salud. En 1669 ingresa al convento de la Orden de San Jerónimo, en el que residiría de forma definitiva luego de haber superado sus complicaciones de salud.

Por su manifestada vocación religiosa, dedicando su vida a la religión, al convento y a la ayuda de los semejantes, dejando todo a pepito carnal de lado. De esta forma, continuó disfrutando de sus talentos intelectuales.

En su confinamiento dentro de su celda, se dieron reuniones de poetas e intelectuales,  tales como; Carlos de Sigüenza y Góngora, siendo este pariente y fiel admirador del poeta Luis de Góngora, a su vez, contó con la compañía del nuevo virrey de entonces, Tomás Antonio de la Cerda y de su esposa Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes con quien tendría una profunda amistad.

Incursiono en la ciencia, elaborando experimentos científicos como elaboro una vasta biblioteca compuestas de obras musicales de su propia autoría y escribiendo obras que iban desde la poesía como el teatro.

Las obras reivindicadoras hacia la mujer por Sor Juana Inés de la Cruz

En el año de 1690, se publica una obra de la controvertida y aclamada monja, obra cuyo título es “Carta athenagórica”, en la que Sor Juana Inés de la Cruz realiza una sostenida critica al sermón del Mandato, obra del jesuita portugués António Vieira, con respecto a las finezas de Cristo. Esto llevo al obispo a redactar una carta adjunta; supliendo la voluntad en vida de la Cruz, carta llamada “Carta de Sor Filotea de la Cruz” psudónimo utilizado por dirigirse a sor Juana Inés, sugiriéndole que se dedicara a la vida monástica, acorde a una monja.

En repuesta a esto, Sor Juana Inés de la Cruz, se dirige al obispo de Puebla, con reivindicación por el derecho de la mujer, con el uso de prosas y un abundante contenido bibliográfico que muestra lo ilustre de la religiosa.

La crítica del obispo afecto tanto su vida, que tuvo que relegarse a la vida religiosa y vender todas sus pertenencias para donarlos a la caridad, consagrando así su voluntad a los más necesitados.

El fallecimiento de Sor Juana Inés de la Cruz

Esta respetada e incomprendida artista, ilustre y poeta religiosa fallece en año de 1695, tras ayudar a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera. Tras su muerte, sus obras adelantas en la poesía ilustrada, reflexiones, versos analíticos fueron considerados como visionarios en el Barroco, siendo sus obras publicadas en España.

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