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Lily Collins (Guildford, Reino Unido, 1989) es una chica corriente a simple vista. Me espera sentada y, nada más verme, antes de ofrecerme su mano para saludar, se fija en que tenemos el mismo bolso. Lo recalca espontáneamente como lo haría cualquier chica de su edad. "¡Qué coincidencia!". Lily Collins es una chica corriente a simple vista si no fuera porque su padre es el archiconocido músico Phil Collins y ella la estrella de una de las series de Netflix con más tirón del planeta, Emily en París.

Pero no podemos hablar de su padre ni de su reciente boda, que ha sido noticia a nivel global. Eso nos ha advertido su representante antes de entrar en el salón del hotel Soho House de Berlín, aunque ella repite varias veces lo feliz que está por su reciente matrimonio, poniendo inevitablemente la atención en ello. "Acabo de casarme y eso me hace sentir muy optimista", dice de primeras, ante un rutinario 'cómo estás'. "Estoy muy emocionada", remata.

Estamos en la ciudad alemana junto a Cartier para conocer la cápsula [Un]Limited de su colección Clash, de la que Collins es imagen. Confiesa tener que pellizcarse cada vez que recuerda su afortunada posición: "Mi madre siempre llevaba relojes vintage de la marca. Después, en mi 18 cumpleaños, me regaló un reloj Panthère que hoy es mi tesoro más valioso. Así que ser imagen de la casa 15 años después es todo un honor".

La colección Clash es una de las más recientes de la maison. Lanzada por primera vez en 2019, sus reconocibles piezas con tachuelas puntiagudas (a las que llaman 'picots') evocan lo clásico y lo rompedor al mismo tiempo, un contraste con el que la actriz se siente identificada: "Me encanta su dualidad y que represente el poder ser más de una cosa a la vez. Los oxímoron siempre me han llamado mucho la atención, cómo se complementan los opuestos: chic, punk; calor, frío; duro, blando... Berlín es la ciudad perfecta para exponer algo así", explica.

Esa dualidad se da en ella desde sus orígenes: mitad británica (por su padre), mitad americana (por su madre, la estadounidense Jill Tavelman). "Como Clash, ¡soy la mezcla de dos mundos! –dice riendo–. Pero me siento más europea, siempre ha sido así. Incluso sonando como sueno –se refiere a su acento–. Pero hay un sentimiento en mí de confort y de hogar cuando aterrizo en Europa. Siento que pertenezco. Hay una cultura, una tradición, un algo atemporal e histórico con lo que conecto nada más llegar", declara.

lily collins
Cortesía
Collins lleva pendientes de oro rosa, y pulsera y anillo, ambos de oro rosa y ónix con diamantes engastados, todo de la colección Clash de CARTIER.

Collins es actriz porque no podía ser de otra manera. Si tuviera que resumir su infancia a un recuerdo, sería el de sus padres contándole historias cada noche antes de dormir. "Yo no paraba de pensar en esos libros, adónde me llevarían, cómo los pasaría a películas y cómo serían sus personajes. Además, siempre andaba actuando en el salón, disfrazada y haciendo obras de teatro o pequeños musicales", revela.

Se define a sí misma con la palabra "comunicadora", por eso, antes de dedicarse a la actuación de manera profesional, estudió Periodismo y escribió columnas para diferentes cabeceras de moda. "Soy curiosa e inquisitiva por naturaleza. Disfruto preguntando mil cosas y conociendo a gente nueva. Soy una periodista de corazón, y eso también me ha ayudado mucho como actriz", cuenta.

Collins debutó finalmente en el cine con The Blind Side (Un sueño posible) (2009), pero su nombre adquirió mayor relevancia cuando protagonizó Blancanieves (Mirror, Mirror) en 2012, una adaptación del cuento junto a Julia Roberts. Su papel en La excepción a la regla (2016) le valió su primera nominación a los Globos de oro, y tras otros protagonistas, en 2020 le llegó Emily Cooper, de Emily en París, la serie que la ha disparado al estrellato definitivo.

"No soy una actriz de método, no respiro y vivo el personaje, como se dice; pero sí que me llevo cosas de ellos, y Emily es un regalo y una alegría por su forma de ser. Es optimista, resolutiva, pasional, divertida... Tiene cualidades que me quedo con gusto", confiesa. La serie lleva dos temporadas, y programadas otras dos más. La segunda la rodaron en plena pandemia, con un París muy distinto al que habían conocido antes: "Estaba emocionada por volver después del confinamiento. Había miedo y ansiedad por la situación, pero descubrimos la ciudad de una manera diferente y terminamos pasándolo muy bien", recuerda.

La tercera temporada acaba de comenzar su rodaje en la capital francesa, uno de los lugares favoritos del planeta no solo de Emily, sino también de Lily: "Adoro explorar y perderme por sus calles, perder la noción del tiempo. No importa dónde te pierdas en París, porque siempre va a ser bonito. Allí parece que el tiempo se para", concede. También a ambas les encanta la moda, "¡aunque no me atrevería a decir que tanto como a Emily...!", matiza la actriz. "Pero admito que ella me ha enseñado a no tener miedo a probar. Estampados, siluetas, colores, nuevos diseñadores. Lo que sea. A saber que puedo ser todo lo llamativa que quiera y no pensar en cómo me juzgarán los demás por ello. A ser yo misma sin condiciones a través de lo que visto".

Collins empezó su andadura junto a Cartier con la colección [Un]Limited ('sin límites'), pero su colaboración se ha extendido esta temporada a toda la colección Clash. Estas piezas dejan bien claro que no tienen límites, ni creativos ni de actitud. "Yo los tengo porque me los pongo a mí misma, y tengo que hacer esfuerzos para quitármelos de encima. Pero he aprendido mucho en los últimos dos años a no querer controlar lo que no está en mi mano. Lo fácil es autolimitarse, pero el reto está en sobrepasar esas barreras que nos ponemos. Ahí es donde ocurre la magia".

Su representante interrumpe haciéndonos saber que el tiempo se acaba. Cuando termine su mañana de prensa, Collins empezará oficialmente su luna de miel por Europa. Nos preguntamos qué diría Emily Cooper al verla como embajadora de Cartier. Suelta una carcajada solo de pensarlo. "Dios mío, seguro que gritaría: '¡Ni de broma!'. Apuesto a que en su wishlist tiene un brazalete Love, o algo así. ¡Con lo que le gusta a ella una pieza de lujo!".