Violencia contra la mujer
La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres. Esta arraigada y perpetúa las desigualdades de género.
La violencia de pareja se refiere al comportamiento de la pareja o ex pareja que causa daño físico, sexual o psicológico, incluidas la agresión física, la coacción sexual, el maltrato psicológico y las conductas de control.
La violencia sexual es cualquier acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de su relación con la víctima, en cualquier ámbito. Comprende la violación, que se define como la penetración, mediante coerción física o de otra índole, de la vagina o el ano con el pene, otra parte del cuerpo o un objeto.
La violencia contra la mujer es un problema mundial de proporciones pandémicas. Ocasiona daños devastadores en las vidas de las mujeres y de sus niños. Además, menoscaba la salud social y económica de sus familias, comunidades y países.
Aunque algunas mujeres corren más riesgos que otras, la violencia puede afectar a cualquier mujer, en cualquier país, independientemente de su cultura, religión o posición económica. La desigualdad de género, en particular las normas de género nocivas, son importantes elementos propiciadores de la violencia contra las mujeres.
La violencia puede perjudicar la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres. Está relacionada con un riesgo acrecentado de sufrir traumatismos, depresión, trastornos de ansiedad, embarazos imprevistos, infecciones de transmisión sexual, VIH y muchos otros problemas de salud.
Los niños que crecen en entornos de violencia familiar pueden sufrir una serie de trastornos comportamentales y emocionales. Esto puede dar lugar a problemas mentales y de desarrollo, y podría guardar relación con la violencia que pudieran perpetrar o sufrir en el futuro.
La OMS desempeña una función clave para llamar la atención acerca de la violencia contra la mujer como un problema de salud pública e igualdad de género, y dar respuesta a ese problema mediante:
- Investigación y acopio de datos probatorios para destacar la magnitud de la violencia contra la mujer, sus factores de riesgo y sus consecuencias, e identificar intervenciones eficaces de prevención y respuesta.
- Elaborar directrices e instrumentos y establecer normas y criterios para dar una respuesta sanitaria eficaz a la violencia contra las mujeres.
- Fortalecer la capacidad de los sistemas de salud nacionales y los proveedores de asistencia sanitaria para prevenir la violencia contra la mujer y darle respuesta.
- Alentar el liderazgo en los sistemas de salud y fomentar la voluntad política para hacer frente a la violencia contra la mujer mediante la promoción y las alianzas.
El 13.º Programa General de Trabajo de la OMS incluye la violencia contra la mujer como parte de su contribución al logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5 sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres (específicamente la meta 5.2 destinada a eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas).
En la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2016, los Estados Miembros aprobaron un plan de acción para fortalecer la función del sistema de salud para abordar la violencia interpersonal, en particular contra las mujeres y las niñas, y contra los niños en general.