Antes de posar por �ltima vez ante un enjambre de fot�grafos en el hotel Mar�a Cristina de San Sebasti�n, la consigna fue clara: "No usad los flashes". �El motivo? Lana Turner ten�a c�ncer de garganta y esas luces pod�an interferir en su tratamiento de quimioterapia. Su aparici�n fue espectacular a pesar de estar casi en los huesos. Traje pantal�n blanco, largu�simas u�as postizas rojas, innumerables joyas de oro y brillantes y poses de estrella como anta�o.
La protagonista de Cautivos del mal (1952) acudi� en 1994 al Festival de Cine para recoger el Premio Donostia a toda su carrera. Los organizadores evitaron a toda costa que se encontrara con Mickey Rooney, ni�o prodigio de Hollywood que unas semanas antes hab�a publicado una biograf�a en la que aseguraba que hab�a dejado embarazada a la actriz. Cuando le preguntaron por ello en la rueda de prensa, no dud� en simular que escup�a en el suelo. Incluso dijo que le abofetear�a si se lo encontraba por el hotel.
En Donostia coincidi� con Javier Bardem, un joven actor que lo m�s cerca que hab�a estado de Hollywood en aquel momento fue estar al lado de la Turner. El actor gan� la Concha de Plata al mejor actor por D�as Contados y El detective y la muerte. Veinticinco a�os despu�s de su fallecimiento, Lana Turner sigue siendo uno de los grandes iconos de la belleza de la historia del cine.
Sus comienzos est�n relacionados con el azar. Mientras tomaba un refresco, un periodista del Hollywood Reporter le coment� que era lo suficientemente hermosa como para hacer cine. Ella contest�: "Se lo tengo que comentar a mam�". Tras su aprobaci�n, le present� a Zeppo Marx, uno de los famosos hermanos Marx, que ten�a una agencia de representaci�n. Por su primer papel como extra en la legendaria Ha nacido una estrella (1937) cobr� 25 d�lares, hizo un casting para ser Scarlett O'Hara en Lo que el viento se llev� y en 1946 su salario ascendi� a 4.000 d�lares semanales por El cartero siempre llama dos veces.
Cuando el avispado Louis B. Mayer se fij� en ella no dud� en ponerla en n�mina. En aquel momento, la MGM se jactaba de tener "m�s estrellas que en el cielo" ya que ten�a contratados a Spencer Tracy, Greta Garbo, Elizabeth Taylor, Joan Crawford, Judy Garland o James Stewart. Apodada 'la chica del su�ter' porque usaba esa prenda para potenciar sus atributos, fue una de las grandes hero�nas rom�nticas y una de las reinas del melodrama del momento gracias a sus inolvidables interpretaciones en Las aventuras de Marco Polo (1938) -durante el rodaje se qued� sin sus cejas naturales para siempre debido al uso del pegamento para ponerle otras que le dieran el aspecto oriental- Los tres mosqueteros (1948), Vidas borrascosas (1957) o Imitaci�n a la vida (1959).
Con el tiempo, mientras otras actrices como Olivia de Havilland o Celeste Holm despotricaban sobre el sistema de estudios, Lana Turner se sinti� como un brillante en una joyer�a: "Me gustar�a pensar que de alg�n modo he ayudado a preservar el glamour, la belleza y el misterio de la industria del cine".
Paralelamente a su subida al olimpo cinematogr�fico, su vida privada tambi�n ascend�a en las columnas de chismes. Su disparatada lista de maridos era equiparable a la de Elizabeth Taylor y Zsa Zsa Gabor. Se cas� en ocho ocasiones. Los m�s llamativos fueron el primero, Artie Shaw, famoso clarinetista que despu�s dio el "s�, quiero" a Ava Gardner; el segundo, Stephen Crane (se cas� dos veces con �l y tuvo a su �nica hija, Cheryl) y el quinto, Lex Barker, que a posteriori se convertir�a en el primer marido de Tita Cervera y quien le regal� su mansi�n de la Costa Brava, Mas Ma�anas. En una ocasi�n ech� mano a su sentido del humor y coment�: "Siempre quise tener un marido y siete hijos, pero solo tuve una hija y siete maridos.
Por sus s�banas pasaron la flor y nata del cine, como Errol Flynn, Fernando Lamas, Frank Sinatra, Sean Connery, Richard Burton, Howard Hughes o Tyrone Power, de quien sufri� un aborto. De haber prosperado, su hermanastra habr�a sido Romina Power. La int�rprete tuvo otros tres abortos m�s con diferentes hombres. Con uno de sus amantes, su vida privada lleg� a la cr�nica social negra.
El 4 de abril de 1958, Lana y su hija estaban en su mansi�n con el amante de la actriz, Johnny Stompanato, un g�nster de poca monta que hab�a tenido relaci�n con Bugsy Siegel. Aquella noche la pareja discuti� de una forma tan violenta que Cheryl temi� por la vida de su madre, por lo que apu�al� al mafioso. Ambas fueron juzgadas por el asesinato, pero salieron airosas. Otro episodio negro en sus vidas lo explic� la joven en en su biografia Una tragedia en Hollywood. Mi vida con Lana Turner, mi madre, cuando afirm� que Lex Barker la viol� en varias ocasiones.
A pesar de haber sido el objeto de deseo de varias generaciones, la estrella jam�s gan� un Oscar, aunque estuvo nominada en una sola ocasi�n por Vidas borrascosas (1957). En la d�cada de los 70 su carrera se fue evaporando al igual que los litros de alcohol que Lana Turner inger�a para mitigar las penas. Aquella situaci�n provoc� que madre e hija se distanciaran durante a�os.
En los 80 su nombre volvi� a figurar en letras de oro gracias al culebr�n Falcon Crest, donde interpretaba a una de las rivales de Jane Wyman (�ngela Channing). Una enemistad que tambi�n existi� en la vida real y que dio un sinf�n de quebraderos de cabeza a todo el equipo. A punto estuvo de protagonizar la serie Hotel, pero sus caprichos y condiciones fueron excesivos, as� que el papel recay� en Anne Baxter, aquella jovencita aspirante a actriz en Eva al desnudo (1950) que, casualidades de la vida, sustituy� a Bette Davis que cay� enferma tras rodar el episodio piloto.
Aquella mala relaci�n entre madre e hija tuvo repercusiones en la herencia ya que Cheryl solo recibi� 50.000 d�lares y el resto se lo dej� a su ama de llaves y confidente, Carmen L�pez Cruz, que trabaj� para ella durante m�s de cuatro d�cadas. En total, recibi� unos dos millones de d�lares entre propiedades y cuentas bancarias, as� como todos los derechos de varias de sus pel�culas, entre ellas, Imitaci�n a la vida (1959). Tras quedarse sin trabajo, Gregory Peck contrat� a Carmen en gratitud a su fidelidad.
Conforme a los criterios de