La reina Carlota: Una historia de los Bridgerton (2023), de Tom Verica

El duque alemán Adolfo de Mecklemburgo-Strelitz ha llegado a un acuerdo para que su hermana, Charlotte, contraiga matrimonio con Jorge III, rey de Inglaterra. Una vez en Londres, la novia está a punto de huir, pero entonces conoce a su futuro cónyuge, un tipo más agradable de lo que había supuesto, y del que quizás podría enamorarse. Decide entonces seguir los planes y casarse con él, pero durante la luna de miel su nuevo marido se recluye para contemplar los astros con un telescopio, y la deja abandonada todo el día por razones incomprensibles.

Spin-off de Los Bridgerton, centrado en la figura de la reina Carlota, secundaria que llamaba la atención, al estar interpretada por la actriz de raza negra Golda Rosheuvel. Por mucho que la showrunner, Shonda Rhimes, apelara a teorías de historiadores que sugieren que la abuela de la Reina Victoria pudiera tener rasgos africanos, la explicación no acaba de colar, y se suma a la larga lista de anacronismos de la ficción, donde en la sociedad londinense de entonces existe una enorme diversidad racial, suenan éxitos modernos interpretados por orquestas de música clásica, y aparecen mujeres liberadas más propias de la actualidad que de entonces. Por si acaso, en este derivado se ha optado por incluir al principio un mensaje que avisa que no conviene juzgar al pie de la letra la fidelidad histórica, por si alguien no había caído.

Mantiene los elementos de la serie madre, que adapta las novelas de Julia Quinn, o sea que abundan los lujosos decorados y extras a mansalva con ropa de época, y se cuenta una historia propia de culebrón, con los giros más inesperados. Abundan las secuencias de sexo morbosas, y las reivindicaciones muy del siglo XXI, contra la sociedad patriarcal y denunciando la represión de la homosexualidad. Al menos aporta algo más de sustancia por el amor romántico que la protagonista desarrolla hacia su cónyuge, y que superará la barrera del tiempo, pese a la enfermedad mental que este sufre.

En cuanto al reparto, más o menos cumple. India Amarteifio y la citada Rosheuvel, dan el tipo en la piel de Charlotte respectivamente de joven y en su edad madura, así como Corey Mylchreest, como el rey Jorge. Al menos si no se intenta comparar su labor con la de los inconmensurables Helen Mirren y Nigel Hawthorne en la brillante La locura del rey Jorge, un film mucho más fiel a la realidad. En cualquier caso aquí desarrollan una labor bastante aceptable una madura secundaria, Michelle Fairley (la madre de los Stark en Juego de tronos), como la Princesa Augusta, progenitora de Jorge.