Críticas de La gran guerra (1959) - FilmAffinity
Haz click aquí para copiar la URL

La gran guerra

Comedia. Drama. Bélico Italia, 1916 (Primera Guerra Mundial). La lucha en las trincheras es una auténtica carnicería. En un regimiento italiano, los soldados Oreste y Giovanni son dos cobardes, cuya amistad se basa, sobre todo, en la búsqueda de la supervivencia. Pero, de repente, van a convertirse en un ejemplo de heroísmo. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
30 de diciembre de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los cincuenta Mario Monicelli y el cine italiano atravesaban uno de sus mejores momentos. Fellini estaba encontrando una escritura personal, adecuada a su mundo, Antonioni descubría la importancia de los momentos normalmente obviados por el cine, Pasolini empezaba a poner las primeras piedras del llamado cine de poesía, Visconti transformaba en ópera todo lo que tocaba, y Risi o Monicelli abordaban la realidad desde el prisma de la comedia.

“Rufufú” (I soliti ignoti) en 1958 era el gran éxito internacional de Monicelli, una mezcla esplendorosa de actores de la vieja generación con los de la nueva hornada, no es extraño que el productor Dino de Laurentiis confiase pues de nuevo en Monicelli para filmar en 1959 un gran proyecto de envergadura, una revisión de la historia reciente del país, la guerra del 14 al 18. Se trataba de mirar a ese pasado desde una perspectiva diferente, abandonando las aventuras, epopeyas o los grandes discursos políticos de izquierdas o de derechas.

Dos clásicos pícaros a la italiana encarnados por los actores Alberto Sordi y Vittorio Gassman iban a verse metidos en el embolado de una “Grande Guerra”, a intentar sobrevivir con sus trucos de siempre, sus pequeñas corruptelas, sus miedos y argucias. Ni héroes, ni nada que se le parezca, Sordi y Gassman intentan seguir al margen, que la maquinaria de la guerra no los atrape, pero todo será en vano. Primero perderán el pelo, luego tendrán que ir al frente y acabarán a su pesar como héroes.

Un film desmitificador, elegante, corrosivo. Una obra maestra en su género.
Juan Marey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de marzo de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mario Monicelli es un gran cineasta italiano a reivindicar, maestro de la tragicomedia que la ejerció con sibilina ironía, siempre a la sombra de sus coetáneos más famosos, De Sica, Fellini y Visconti, pero no por ello menos interesante. “La gran guerra” es seguramente su obra maestra, aunque a primera vista, podría parecer una simple mezcla de comedia y drama, de intriga circunspecta y trama picaresca, muy del gusto del cine italiano de la época. Y así es, para qué negarlo. Pero también hay algo más, mucho más, pues esta historia de dos vividores, interpretados por Alberto Sordi y Vittorio Gassman, que se conocen en el ejército, durante la Primera Guerra Mundial, y pasan por el conflicto bélico como si la cosa no fuera con ellos, pues no es sólo una parodia del cine bélico, ni el canto del cisne de la comedia italiana, sino todo eso y mucho más.

Arranca con unos primeros planos que chapotean en el barro, de manos que agarran una cuchara para comer el rancho, cosen un botón o cortan con una navaja una hogaza de pan: son soldados italianos. En scope y blanco y negro – fotografía de Giuseppe Rotunno -, poseen una poderosa fuerza expresiva y advierten que no es un film sobre comportamientos heroicos, sino sobre las condiciones de vida y el sufrimiento de los soldados en el frente de combate, lo cual le valió a Monicelli, la acusación de vilipendiar a las fuerzas armadas, pues la realidad de “La Gran Guerra” fue una infamia organizada de forma miserable.

Oreste y Giovanni son dos pícaros que dan rostros concretos al habitual anonimato de la masa de soldados, explotando uno su oportunismo y el otro su amoralidad, su principal preocupación es la forma de evadirse del peligro. Eso les hace vivir varios episodios en los que la vena cómica se funde admirablemente con la trágica y la delicadeza poética con la intuición dramática. El cineasta toscano armoniza el humanismo en el tratamiento de los personajes con brillantez y elegancia. Tan admirable resulta la capacidad del cineasta para la farsa, siguiendo a la pareja de pillos en su periplo por pueblos, campos y trincheras, como para hacer inolvidables a los numerosos personajes secundarios mediante pequeños detalles jocosos.

El nauseabundo vacío de los discursos patrioteros, las crueles batallas entre los alambres de espino, el sonido y el resplandor de los cañonazos que actúan de fondo en algunas escenas, las bengalas que rompen la oscuridad de la noche… En todo momento se tiene la sensación de estar asistiendo, con la sonrisa congelada, a una puesta en imágenes del absurdo de la existencia y la estupidez de la guerra. Por eso “La Gran Guerra” no es sólo lo que vemos, sino la herencia que dejó, la desaparición de unas formas de vida que se vieron arrastradas al anonimato y la alineación por la marea implacable de los nuevos tiempos.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de abril de 2007
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que es una excelente película y hasta se hace corta. Cuando uno espera que el final va a ser de una forma, se resuelve de otra manera. Es una mezcla extraña entre humor y drama que si bien le quita alguna seriedad a algunas escenas, en general creo que el humor aporta más que resta . Una fabulosa película que no debe ser ser tan menospreciada como está. Tal vez no debería puntuarse por encima de "Sin novedad en el Frente" sino ligeramente por debajo; pero merece verse y ojalá alguien más de su opinión. DE VISIÓN ALTAMENTE RECOMENDABLE.
rash
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de septiembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
71/14(16/04/13) Mario Monicelli nos regaló una deliciosa sátira sobre la guerra, una oda antibélica conmovedora, revestida de comedia nos presentan a un puñado de perdedores que luchan por mantener el status de los ricos. Todo esto potenciado por dos colosales actores en estado de gracia, Vittorio Gassman y Alberto sordi. Fue Leon de Oro en Venecia y nominada al Oscar
El escenario como el propio título indica, la Gran Guerra (1914-1918), en el Norte de Italia, allí traban amistad dos forzados reclutas transalpinos, dos pícaros que buscan escaquearse de cualquier misión, un milanés, Oreste Jacovacci (gran Vittorio Gassman), y un romano, Giovanni Busacca (gran Alberto Sordi), los vamos siguiendo con su compañía por la contienda, donde el ejército intenta frenar el avance de los austriacos y como su única misión es sobrevivir, y donde el patriotismo y la valentía son mitos para embaucar a la población.

El guionista Luciano Vicenzone (habitual de Sergio Leone, ‘La muerte Tenía Un Precio’, ‘El Bueno, El Feo Y El Malo’ o ‘Agáchate Maldito!’) es el creador de la historia basándose en el cuento ‘Les Amis’ (1883) de Guy Mopassant que él trasladó de la Guerra Franco-Prusiana a la Gran Guerra, con la variante de aumentar la importancia de los personajes de la tropa, para ello cuenta con la ayuda de los guionistas Agenore Incroci (‘Rufufu’ o ‘Divorcio A La Italiana’), Furio Scarpelli (‘La familia’ o ‘El Cartero Y Pablo Neruda’), y del propio realizador. Consiguen crear un universo humano alejado de la panfletaria valentía que muchas veces nos quieren vender, Oreste y Giovanni son la excusa para mostrarnos un fresco sobre la convivencia rutinaria en condiciones difíciles, un grupo de personas obligadas a defender algo en lo que no creen, solo buscan sobrevivir un día más, los protagonistas son dos tipos que medran todo lo posible por escaquearse, conseguir comida, y hasta tener sexo, no es que sean cobardes, es que no creen por lo que luchan. El guión combina ingeniosamente los momentos humor, cuando les hace falta una sartén agujereada para asar castañas y a Giovanni se le ocurre asomarla fuera de las trincheras para que la disparen y tengan un colador, lo que parece ser un abnegado patriota, Folco Lulli, es voluntario intercambiándose con otros para varias peligrosas misiones, en realidad es para conseguir dinero y mandárselos a su esposa y 7 hijos, o el soldado analfabeto que escribe cartas de amor a su novia a través del teniente y este manipula lo escrito, o como Oreste y Giovanni recaudan dinero para la causa, cuando en realidad es para irse de parranda, esto con el drama y el horror de la guerra, teniendo el acierto que para que cale más suelen cortar de forma abrupta hacia el drama, el estremecedor momento del encuentro de los dos con la esposa de un soldado muerto, o el trémulo momento en que los dos protagonistas observan el tren-hospital, el silencio dice más que los lamentos, o un momento que combina en poquito todo el espíritu del film, cuando Giovanni y Oreste tienen encañonado a un alemán que toma café tranquilamente y no se deciden a dispararle poniéndose uno a otro excusas, teniendo un final inesperado el tragi-gag. Y por supuesto su agri-cómico final, donde la dignidad humana sobresale.

Esto hace que la tragicomedia sea de hondura, ello constantes dosis de mordacidad, ironía, y patetismo. Monicelli dijo, < Todo comedia italiana es dramática. La situación es siempre dramática, a menudo trágica, pero tratada de una manera chistosa. Pero no hay gente feliz. Eso es lo que a la gente gusta de ella. Tiene que ver con la muerte, el hambre, la pobreza, la enfermedad>, y esto lo emite con esta notable tragi-comedia.

Su historia es un canto agridulce a la amistad, a la camaradería, arremetiendo contra lo absurdo de las guerras, es un homenaje a los que están más abajo en este circo, los soldados de infantería, los que padecen los caprichos de los mandos, la falta de recursos, el frío, el hambre o las muerte. Esto en un marco donde la guerra nos la presentan como algo que ocurre entre medias de mucha espera, espera que se retrata de modo costumbrista, duermen, barren, comen rancho, escriben cartas, viajan en tren, hacen largas marchas y de vez en cuando combaten. Se ataca a la mezquina burocracia, a la obediencia ciega, a la desorganización de los ejércitos, al despotismo con que los altos mandos someten a la tropa. El relato es un conjunto de episodios, set-pieces, en que se alterna la tragedia con el humor negro que brota de la mezquindad, quizás su final se ve venir de lejos.

La cinta posee un gran presupuesto gracias a los hermanos Luigi y Alfredo Laurentis, y lo lucen con una puesta en escena muy naturalista, de la que mana un gran realismo, escenarios adecuados, gran recreación de las trincheras, espectacular en las secuencias bélicas, con un gran manejo de centenares de extras, gracias al gran diseño de producción de Mario Garbuglia (‘El Gatopardo’, ‘Waterloo’ o ‘El Inocente’), enaltecido esto por la estupenda fotografía en glorioso b/n de Giusseppe Rotunno (‘Rocco Y Sus Hermanos’, ‘El Gatopardo’ o ‘Amarcord’), manejando de modo magistral el cinemascope para las escenas panorámicas, y esto envuelto en la melancólica música del genial Nino Rota (‘La Dolce Vita’, ‘El gatopardo’ o ‘El Padrino’). (Continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una gran película sobre la Primera Guerra Mundial, tratada desde el lado más humano de esa tremenda tragedia. No hace concesiones, a pesar de sus momentos de humor, el desastre alcanza a todos, por muchos e ingeniosos esfuerzos que se hacen por evitarlo. Asistimos al perfecto funcionamiento de la maquinaría de destruir seres humanos. La interpretación de los dos grandes del cine italiano, así como la de los secundarios, son magnificas. Monicelli fue un gran director
oscar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow