Llosa (43) no siempre fue deportista. A los 31 años se alejó del mundo corporativo para dedicarse de lleno a trabajar en una pasión personal: un sistema de entrenamiento donde el bienestar físico y el emocional son igual de importantes.
Llosa (43) no siempre fue deportista. A los 31 años se alejó del mundo corporativo para dedicarse de lleno a trabajar en una pasión personal: un sistema de entrenamiento donde el bienestar físico y el emocional son igual de importantes.
Nora Sugobono

En marzo de 2020 la pandemia agarró a la peruana Ale Llosa (43) a punto de abrir dos locales en Madrid. Eran los primeros que abriría en Europa (ya tiene en Chile y Colombia; por supuesto también en Lima) y la idea le entusiasmaba: había sido precisamente en Barcelona donde su mundo cambió para siempre, doce años atrás. En ese momento poco podría haber imaginado lo que vendría para ella, pero una cosa estaba segura: fortalecer cuerpo y espíritu era una prioridad, pasara lo que pasara. El sistema de entrenamiento KO (siglas en inglés para el término Knock Out) nació con esta filosofía.

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