Juan 10 - Comentario Bíblico Mundo Hispano
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Juan 10 - Comentario Bíblico Mundo Hispano

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Juan 10

Parábola del redil

1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador.

2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.

3 A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.

4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Jesús, el buen pastor

7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.

8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.

9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.

13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.

14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,

15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.

20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís?

21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?

Los judíos rechazan a Jesús

22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,

23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.

24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.

25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;

26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.

27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

30 Yo y el Padre uno somos.

31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.

32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?

33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.

34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?

35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),

36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?

37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.

38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

39 Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.

40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí.

41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de este, era verdad.

42 Y muchos creyeron en él allí.

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Juan 10

18. El séptimo discurso : el buen pastor, 10:1-42

(1) La parábola del buen pastor, 10:1-6. El cap. 10 constituye el último discurso público de Jesús y el último enfrentamiento con los dirigentes judíos, introducido con una alegoría del buen pastor que ama y se sacrifica por sus ovejas. Este pasaje está relacionado con la fiesta de la Dedicación (ver 10:22), celebrada en el mes de diciembre, a los dos meses y medio de la fiesta de los Tabernáculos. Plummer presenta una manera lógica para ligar los caps. 5 al 11: la sanidad del paralítico y la alimentación de los cinco mil formaron la introducción al discurso de Cristo como la fuente y sostén de la vida en los caps. 5 y 6, y el discurso de Cristo como la fuente de la verdad y la luz de los capítulos 7 y 8 se ilustra en la sanidad del ciego en el cap. 9, así en el cap. 10 tenemos un discurso que presenta a Cristo como amor en que el pastor da su vida por sus ovejas, ilustrado en la resurrección de Lázaro en el cap. 11.

Jesús emplea la figura del buen pastor para señalar un contraste marcado entre su propio ministerio y el de los falsos pastores. Los judíos, y especialmente los fariseos, presentados en los capítulos anteriores como opositores hostiles a Jesús, se describen aquí como los falsos pastores. Este capítulo debe leerse con el trasfondo de varios pasajes en el AT donde Dios es considerado como el buen pastor (Job 23:1; Job 80:1, Isa 40:10 s.) y algunos de los profetas como falsos maestros y pastores (ver Isa 56:9-12; Jer 23:1-4; ; Eze. 34; Zac. 11). En este capítulo Jesús se presenta como el cumplimiento de la profecía de Eze 34:23 : “Yo levantaré sobre ellas un solo pastor, mi siervo David; y él las apacentará. él las apacentará y así será su pastor.” También, hay varias referencias al pastor de ovejas en los Sinópticos (Mat 18:12 s.; Luk 15:3-7).

A pesar de que la enseñanza principal del cap. 10 es clara y poderosa, hay algunas dificultades. No todos están de acuerdo con la secuencia dentro del capítulo, ni cómo se relaciona con el resto del Evangelio (ver BeasleyMurray y Brown). La misma clasificación de la literatura se discute. ¿Es una parábola, una alegoría, una similitud o un proverbio? Borchert usa el término mashal, traducción del término heb. que abarca todos los términos mencionados, para describir su naturaleza. Juan emplea el término griego paroimia G3942 (Luk 10:6) que significa “imagen, figura, enigma, similitud o parábola”. La verdad es que no se encuadra en la definición tradicional de ninguna de estas clasificaciones. Por ejemplo, Cristo se presenta como el buen pastor y la puerta, lo cual lleva a Brown a determinar que se trata de más que una parábola (p. ej., 1-3a y 3b-5). También sus opositores son presentados como ladrones y asaltantes.

Sin una introducción, ni descripción del escenario, Jesús inicia su discurso, aparentemente una continuación del cap. 9. Una indicación de esto es que De cierto, de cierto, traducción de la doble exclamación griega, nunca se usa para introducir un nuevo escenario ni comenzar un nuevo discurso. El redil era un lugar seguro contra las fieras, los ladrones y las tempestades. Normalmente consistía de un círculo o cuadro, rodeado por un muro de piedras y con una sola entrada. Los pastores metían sus ovejas dentro de ese corral para las horas de la noche y uno de ellos, el portero, se acostaba en la abertura. Los pastores, y los que ellos conocían, podían entrar y salir con el permiso del que guardaba la entrada, pero éste resistiría a un ladrón hasta la muerte si fuera necesario. La única manera segura que el ladrón tenía para entrar sería saltando por el muro. El hecho de subir por otra parte, y no por la puerta, lo identificaría como ladrón y salteador. El primero usaría sutilidad, astucia, engaño y el elemento de sorpresa para ser inadvertido, mientras que el segundo emplearía violencia como un asaltante y bandido.

El pastor, cuyos ovejas se guardaban en el redil, tendría acceso libre por la puerta. Jesús, en esta afirmación, sólo establece la rutina que era conocida generalmente en el medio oriente.

Cuando el verbo traducido oyen es seguido por el caso genitivo (v. 3), el significado es que “oyen con comprensión y aprecio” (ver 5:25). Borchert describe su experiencia en Palestina y cómo los pastores de ovejas las guiaban, yendo adelante y cantando o silbando. Las ovejas aprenden a distinguir el timbre de la voz de su dueño y lo siguen en fila, aun por calles transitadas por autos. Observó como los pastores van de mañana al redil donde están las ovejas mezcladas de varios pastores. Uno por uno, los pastores se ubican en el portón del redil y comienzan a cantar y silbar. Todas las ovejas suyas se levantan de entre las otras y comienzan a seguirle, dejando a todas las demás en su lugar y esperando su turno. Las llama por nombre indica un valor especial e individual que el buen pastor asigna a cada oveja. En una alegoría, como en una parábola, erramos si procuramos asignar un significado a cada detalle. Por ejemplo, ¿qué representa el redil, el portero y el pastor? El redil no puede representar la iglesia local, ni el reino de Dios, pues en el cuadro las ovejas salen afuera. Plummer opina que en esta alegoría la “puerta” a veces representa a Cristo, pero luego a las oportunidades de servicio. El “pastor” representa a Cristo y/o sus fieles seguidores. No hay una interpretación satisfactoria para la figura del portero, a menos que sea el Espíritu Santo.

Este cuadro (v. 4) que describe la manera de conducir las ovejas difiere grandemente de la costumbre en la mayoría de los países hoy en día. En vez de ir por delante de las ovejas, abriendo camino y enfrentando cualquier peligro, los dueños o pastores van detrás muchas veces a caballo, o con perros que asustan y aun muerden las piernas para obligarlas a moverse en cierta dirección. El verbo saca fuera, literalmente “echa fuera”, es el mismo que se emplea para describir la medida que los judíos aplicaron al hombre ciego (ver 9:34 s.). Quizá se refiere a la fuerza que el pastor tiene que usar con algunas ovejas rebeldes, siempre para el bien de ellas. Plummer dice que los falsos pastores las echan afuera para deshacerse de ellas, pero el buen pastor las lleva afuera para alimentarlas. El buen pastor quiere sacarlas del “redil rígido” de la ley e introducirlas en la pastura libre del evangelio. Hovey comenta que el ciego sanado luego reconoció la voz de Jesús como la de su pastor y “le siguió”, pero se negó a atender la voz de los fariseos. La expresión las suyas o “las suyas propias”, traduce un pronombre posesivo enfático que indica que las ovejas son su propiedad y que gozan de una relación íntima con el pastor. BeasleyMurray opina que el uso repetido de este término en los vv. 3 y 4 implica que habrá otras ovejas que no son las suyas y que no salen tras el pastor. Conocen su voz es una expresión que no sólo habla de la habilidad de distinguir un sonido, sino de confianza en la orientación sabia de su dueño, sabiendo que las quiere y las guiará a lugares de buen pasto y agua. Hay una anormalidad inexplicable en el texto gr. en que el sujeto “las ovejas”, siendo de género neutro, correctamente rige verbos en la persona singular. Sin embargo, en este pasaje hay excepciones en que el mismo sujeto rige verbos en la persona plural: por ejemplo, el verbo griego traducido siguen está en singular, pero conocen está en plural.

La descripción de la conducta de las ovejas es fiel a la experiencia común. Los términos extraño y extraños (v. 5) traducen el mismo sustantivo gr. y se refieren a cualquier desconocido, o extranjero, no necesariamente al “ladrón y asaltante”. El léxico griego indica que este término es el opuesto al pronombre traducido “suyas propias” (ver vv. 3 y 4). El término jamás traduce un doble negativo griego, expresando una fuerte negación. Se cuenta que en una ocasión un hombre se vistió de la ropa de un pastor para determinar si sus ovejas le seguirían, pero cuando quiso imitar el llamado del pastor, las ovejas levantaron la cabeza y corrieron, no hacia él, sino en la dirección opuesta. En esta manera se comprobó que las ovejas siguen más bien por el timbre de la voz y no por la vista, pues la vista puede engañar.

Parece que ellos no entendieron cómo esta figura se relacionaba con el episodio del hombre ciego que fue curado. El término traducido figura (paroimia G3942), literalmente “algo al costado del camino”, significa o “algo trivial, de poco valor o un dicho fuera de lo común”. Así se refiere a la alegoría o similitud del pastor y sus ovejas. Es de notar que los Sinópticos nunca usan este término, pero usan frecuentemente “parábola”, que es la transliteración del griego. Por otro lado, Juan nunca usa el término “parábola”. Plummer observa que, en la LXX, ambos términos se usan para traducir el término heb. mashal.

(2) La aplicación a Jesús, 10:7-18. En esta sección, Jesús se identifica en la alegoría como “la puerta” y “el buen pastor”. Ambas figuras tienen que ver con la salvación: “la puerta” da acceso a la seguridad espiritual de la salvación y “el buen pastor” conduce, alimenta y utiliza las ovejas para su propósito. Como el buen pastor, Jesús se compara con los falsos pastores en que ellos roban y matan las ovejas, mientras que él voluntariamente expone su vida a la muerte por ellas.

Dado que los oyentes no habían entendido el significado de las figuras que Jesús estaba utilizando, les habló de nuevo, es decir, aclaró y amplió lo que ya había dicho. Emplea otra vez la doble exclamación gr. amén, amén, con la cual llama la atención a la importancia de lo que va a decir. También, emplea otra vez el yo soy (ego G1473 eimi G1510) y el predicado la puerta de las ovejas. La metáfora “puerta” se usa en varios pasajes del NT (ver Luk 13:24; Act 14:27; 1Co 16:9). Al decir enfáticamente yo soy, implica que no hay otra puerta. Aprovechando la descripción que había hecho de la costumbre de los pastores, Jesús revela la naturaleza de su misión. La puerta de las ovejas es la puerta de acceso “para” las ovejas. Vincent, basado en este versículo, dice que no es “la puerta del corral”, sino “de las ovejas”; el pensamiento se relaciona con la vida y no simplemente con la organización. La figura o metáfora de la puerta sirve para revelar la identidad y la misión de Jesús, la única provisión de Dios para admitir a los hombres en la seguridad de su salvación (ver 14:6).

El v. 8 presenta un serio problema de interpretación. Muchos traductores han buscado la manera para suavizar el impacto de Todos los que vinieron antes de mí, pero no hay una salida convincente. Algunos mss. de menor valor omiten antes de mí, pero el verbo en el tiempo aoristo, traducido vinieron, igual apunta a un tiempo antes de él. Por otro lado, seguramente el término Todos no se refiere a Abraham, Moisés, Isaías, etc. Considerando el contexto y el conflicto que Jesús había tenido con los líderes religiosos, y especialmente los fariseos, es más que probable que se refiere a ellos. La RVA traduce un verbo en el tiempo presente, “son”, como si fuera imperfecto, eran, para corresponder al verbo aoristo vinieron. Sin embargo, la mayoría de las traducciones y comentaristas lo traduce “son”. Esta traducción (“son”), más fiel al texto gr., corrobora la referencia a los opositores contemporáneos de Jesús, los cuales estaban viviendo y realizando su

obra precisamente en ese tiempo. Los líderes religiosos eran como los falsos profetas del AT quienes tenían interés solo en lograr su propia ventaja y defender sus privilegios, olvidándose de las necesidades del pueblo (ver Mar 12:40; Luk 16:14). Las ovejas les oyeron el sonido de sus voces, pero no les oyeron para obedecerles (el significado del verbo cuando rige el caso genitivo). Así, los verdaderos creyentes perciben que la voz de tales maestros es extraña y no les siguen.

Se repite (v. 9) la afirmación enfática Yo soy la puerta, implicando que no hay otra entrada en absoluto. Pedro tendría este concepto en mente cuando dijo: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Luk 6:68; ver Job 118:20). Se discute si este versículo se refiere a las ovejas o a los pastores. Hovey, citando la referencia del versículo anterior y el pronombre singular alguien, opina que se refiere a los pastores. Además, hallará pastos es la tarea de los pastores y no de las ovejas. Sin embargo, Hull, Morris y casi todos los comentaristas opinan que se refiere a las ovejas o a ambos grupos. Entra por mí es enfático en el texto griego, con el cual se inicia la frase: “Por mí si alguien…”. Será salvo es un verbo empleado más frecuentemente en los Sinópticos que en Juan (ver Mateo, 15 veces; Marcos, 15 veces; Lucas, 17 veces), pero es evidente que en este Evangelio se refiere a la salvación espiritual para la cual Jesús vino (ver 3:17; 5:34; 11:12; 12:27, 47). No es necesario encontrar un significado especial para entrará, saldrá y…, más allá de indicar libre acceso. Knox lo traduce así: “él vendrá y saldrá a voluntad”. Otra vez conviene recordar que el intentar dar significado a cada detalle de una alegoría lleva a interpretaciones incoherentes.

Otra vez Jesús pone (v. 10) en el contraste más agudo la misión de los opositores con la suya (ver vv. 1 y 8): la de ellos es la destrucción y muerte, la de él es vida abundante. Nótese el contraste enfático entre El ladrón… y Yo…, pero sin una conjunción adversativa. Las tres acciones de los enemigos tienen la meta de ganancia para ellos que resulta en total pérdida para las ovejas. El verbo matar, significa “sacrificar”. En cambio, la misión de Jesús es la de proveer vida y ganancia para las ovejas que resultaría en la “total pérdida” de sí mismo, o sea su muerte. En abundancia traduce un adjetivo comparativo, usado como adverbio, que significa “lo que excede por mucho lo necesario” o “en grado extraordinario”. Plummer lo resume así: Jesús da la vida, en vez de robarla. Este versículo sirve de transición entre la metáfora de “la puerta” (vv. 1-9) y la de “buen pastor” (vv. 10-18) que se inicia en el versículo siguiente.

El enfático Yo soy excluye a todos los demás que pretenden ese título, por lo menos en el sentido absoluto. El adjetivo atributivo buen describe una cualidad del sujeto que modifica. El término tiene varios aspectos que incluyen: “hermoso, noble, agradable, útil y bondadoso” en contraste con “corrupto, malo, inútil e inicuo”. Borchert sugiere que en este contexto el término implica “auténtico o genuino” y se aproxima al significado de “verdadero”. La descripción incluye todas las cualidades del pastor ideal que tienen que ver con el interés y beneficio de las ovejas: amor, cuidado, protección, cariño, coraje y disposición de poner su vida por las ovejas. Esta es la evidencia suprema de que es el buen pastor, en contraste con los falsos pastores. La expresión pone su vida es particular a Juan, pero este autor la emplea varias veces (ver 10:11, 15, 17; 13:37, 38; 15:13; 1Jo 3:16). La preposición traducida por (juper G5228) significa literalmente “en lugar de” (ver 6:51). Basada en el significado de esta preposición se construye la doctrina de la muerte sustitutiva de Jesús, es decir, que Jesús tomó nuestro lugar en la cruz. Morris comenta que la muerte del pastor en Palestina representaba desastre para sus ovejas, pero la muerte del buen pastor significaba vida para sus ovejas.

Jesús presenta otro contraste, v. 12, entre él y los líderes religiosos de su día, los cuales son “asalariados”, no dueños, y se describen como más interesados en protegerse que en exponerse para defender las ovejas de las fieras. El término asalariado se encuentra en el NT sólo aquí y en Mar 1:20 (traducido como jornaleros). Ellos “cuidan” las ovejas, no por el bien de éstas, sino por el sueldo que reciben. ¡Son auténticos mercenarios! Su prioridad es cuidarse a sí mismos antes de cuidar a las ovejas. Por esto, y porque las ovejas no son suyas propias, no están dispuestos a exponerse al peligro cuando aparece. En un sentido son peores que los ladrones, pues defraudan la confianza puesta en ellos por el dueño. La Mishna establece la responsabilidad legal de los pastores a sueldo; si ataca un lobo, ellos deben defender a las ovejas, pero si dos o más atacan no son responsables por la defensa. La figura del lobo se referiría a toda persona o poder que intenta frenar o destruir el reino de Dios.

El v. 13 establece explícitamente lo que es implícito en el versículo anterior. Presenta dos razones por las cuales el siervo abandona las ovejas cuando aparece el lobo: siendo un siervo a sueldo, y no el dueño, no tiene interés o compasión por las ovejas indefensas.

Como Jesús repitió “Yo soy la puerta…”, por segunda vez afirma ser el buen pastor, pero agrega otra dimensión de su título además de ser bueno: el conocimiento mutuo con las ovejas. El buen pastor se interesa por el bienestar individual de las ovejas, las considera mías, en contraste con “el asalariado”, y las conoce individualmente y por nombre (v. 3). Dándose cuenta de este trato cariñoso, las ovejas responden, aprendiendo a reconocer la voz de su pastor (v. 4).

La RVA coloca un punto al fin del v. 14, lo cual establece una ruptura en el flujo del pensamiento del versículo anterior, dejándolo como una idea independiente. Parece más lógico colocar un punto y coma en lugar del punto y considerar este versículo como una descripción del conocimiento mutuo entre el buen pastor y las ovejas; es decir, es como el conocimiento mutuo, íntimo y personal entre el Padre e Hijo. Es una ilustración, pero lógicamente no significa el mismo grado o la misma naturaleza de relación (ver 14:20; 15:10; 17:8, 10, 21). Repite el concepto de poner su vida por las ovejas, pero en el v. 11 se expresa en tercera persona, mientras que aquí en primera persona singular. Aquí describe la obediencia desinteresada de parte del Hijo en su relación con el Padre. Morris sugiere que quizás Jesús expresa la parte final del versículo al pensar en el amor que existía antes entre él y el Padre.

Hemos mencionado el marcado concepto universal que se encuentra en este Evangelio al usar frecuentemente “mundo” (ver 1:29; 3:16, 17, 19; 4:42, etc.). La expresión otras ovejas que no son de este redil (v. 16) recalca aún más el concepto universal. La interpretación más natural es que redil se refiere al judaísmo y otras ovejas a los gentiles, no a los judíos en territorios gentiles como algunos sugieren. Hovey opina que con esta expresión Jesús responde a la pregunta desdeñosa Deu 7:35 donde los enemigos especulan que él iba a la dispersión para enseñar a los griegos. Al decir tengo otras ovejas…, Jesús anticipaba la conversión de los gentiles y los consideraba ya parte de su rebaño.

Me es necesario traer emplea el verbo impersonal dei G1163 que expresa un deber moral y el verbo traer significa más bien “guiar o conducir”. No los traería obligados, sino los conduciría suavemente por el Espíritu Santo. Tampoco lo haría personalmente, excepto a medida que él habitaría en la vida de sus mensajeros en generaciones venideras. En la misma manera que las ovejas oyen y reconocen la voz del buen pastor, y que los verdaderos creyentes oyeron y obedecieron la voz del buen pastor, así en generaciones siguientes los verdaderos creyentes oirían y obedecerían las palabras de Jesús pronunciadas por su siervos. El resultado de este proceso es que así habrá un solo rebaño y un solo pastor. El verbo habrá es más bien “llegará a haber”, indicando un proceso. Varias versiones antiguas emplean el término “redil” en vez de rebaño, creando confusión y llevando a una interpretación errónea. Las traducciones pierden el juego en las palabras griegas: mia G3391 poimne G4167, eis G1520 poimen G4166. Nótese que hay una coma, no una conjunción, entre un rebaño, un pastor.

Este pasaje refleja la visión profética del AT de que la bendición del Mesías se desbordaría de la nación judía, alcanzando a las naciones gentiles (ver Gen 12:1-3; Isa 52:15; Mic 4:2). En los Sinópticos esta visión se amplía y se afirma (ver Mat 8:11; Mat 13:24-30; Mat 28:19; Luk 13:29). Plummer comenta que el reclamo de los judíos de ser la primera nación para recibir el evangelio se afirma, pero su reclamo de exclusividad se niega.

El texto del v. 17 dice literalmente “por esta causa me ama…”. La pregunta natural que surge de este versículo es si el amor del Padre para con el Hijo depende de su muerte en la cruz. BeasleyMurray contesta diciendo: “Este evento no se representa naturalmente como el origen de ese amor sino como su manifestación suprema”. Ciertamente el Padre ama al Hijo por ser su único, de su misma naturaleza, y por la coexistencia eterna de los dos. Borchert evita el problema con esta traducción: “Porque el Padre me ama, esa es al razón que pongo mi vida”. Notamos aquí la estrecha relación entre la muerte y la resurrección del Hijo para la salvación del mundo, la una no siendo completa sin la otra. él pone su vida con el fin, o propósito (jina G2443), de volverla a tomar. La expresión pongo mi vida se repite tres veces (vv. 11, 15, 17), enfatizando el hecho de que fue por su propia voluntad, en perfecta armonía con la del Padre. Morris cita a Strachan y Hoskyns quienes afirman que en el NT Jesús nunca se representa como levantándose de la muerte por su propio poder, sino que es el Padre quien lo levanta, excepto aquí y en 2:19. Sin embargo, hay otros pasajes que indican, o más bien implican, que Jesús mismo se levanta (ver Mar 8:31; Luk 24:7; Act 10:41; Act 17:3; 1Th 4:14). Jesús contempla su muerte y resurrección como un hecho ya realizado, o en el proceso de realizarse.

Nada es más claro en el NT que el hecho de que la muerte de Jesús fue un acto voluntario de su parte. Del punto de vista de Dios, la cruz no fue un accidente, ni el fruto del odio de los líderes religiosos, aparte del control y la voluntad divina. Nótese el contraste entre Nadie y yo (v. 18). Jesús estuvo siempre en control de su vida, aun en la cruz. Poder traduce el sustantivo griego que significa “autoridad, derecho, libertad, poder, habilidad”. En los escritos juaninos abundan las referencias al término mandamiento : 11 veces en el Evangelio y 18 en las epístolas. Toda la vida de Jesús se realizaba bajo la dirección y en perfecta obediencia de la voluntad, o mandamiento, del Padre. La cruz y resurrección fueron la culminación gloriosa de una vida obediente al propósito redentor del Padre.

(3) La reacción de los judíos,1Th 10:19-21. Las palabras, acciones y obras de Jesús despertaron no solo hostilidad y violencia hacia él, de parte de algunos, sino crearon perplejidad y divisiones entre otros del pueblo. Sin embargo, ni el pueblo, ni las autoridades religiosas, pudieron ignorarlo. Fueron obligados a reconocer que realizaba milagros cual nadie jamás había obrado, pero con todo Jesús no se conformaba a su expectativa mesiánica, ni a sus costumbres religiosas.

El verbo hubo del v. 19 es más bien “llegó a suceder” o “surgió” una división, indicando un proceso que resultó en la división. El término división traduce scisma G4978, el resultado de una rotura en dos, como el velo en el templo cuando Jesús fue crucificado. No es la primera vez que esto sucede y Juan no pierde la oportunidad para mencionarla (ver 6:52, 60, 66; 7:12, 25 ss.; 8:22; 9:16, 17; 10:19, 24). La causa explícita de esta división fueron las palabras de Jesús, especialmente su reclamo de ser el Hijo de Dios, destinado a morir y luego resucitar. Tales ideas no concordaban con la expectativa de un mesías, tipo reymilitar, que libraría al pueblo del yugo romano.

No pocos de los que formaban una parte de la división estaban diciendo, o repitiendo, su explicación por el poder con que Jesús obraba. Todavía tenían en mente la sanidad del hombre nacido ciego. No podían negarlo, ni ignorarlo. No estando dispuestos a reconocer que procedía de Dios; la otra alternativa sería que obraba con el poder del demonio, una acusación que habían usado varias veces antes (ver 7:20; 8:48, 52) o tal vez demente. Morris comenta que las únicas ocasiones en los Evangelios cuando se menciona demonio son cuando otros acusan a Jesús, o cuando él se defiende de esas acusaciones. La expresión está fuera de sí traduce un verbo griego que se encuentra solo aquí en Juan y un total de cinco veces en el NT. Significa “estar desordenado en sus pensamientos, o incoherente”. Desde que, según ellos, él tenía un demonio o era incoherente en su hablar, no valía la pena escucharle. No tomaron en cuenta las evidencias objetivas.

“Os expulsarán de las sinagogas“ Aunque no sabemos la localidad precisa de la comunidad a la cual este Evangelio es dirigido, sabemos con certeza que su comunidad incluía creyentes judíos que habían sido expulsados de las sinagogas por su fe en Jesús (véase 9:22, 34; 12:42; 16:2). La sinagoga significaba para ellos más que solamente un lugar de culto; era el centro social y comunitario para todos los vecinos. Ser expulsado de ella era experimentar la deslocalización de sus vidas. Ellos habían sido desplazados de su hogar espiritual y se ven reflejadas sus heridas en las fuertes palabras en contra de los judíos a través del libro.

Tal vez es difícil para nosotros entender su dolor porque actualmente no hay persecución aguda en los países de habla castellana, pero al leer cuidadosamente la señal del hombre nacido ciego (cap. 9) se puede entender mejor esta verdad.

La realidad ahora en muchas partes del mundo es que las personas son perseguidas, muchas veces hasta la muerte, por su fe. Se dice que hay más mártires hoy que durante cualquier época de la iglesia. La realidad de las palabras de Jesús por la persecución, expulsión y muerte que van a experimentar sus seguidores se ve en 16:3: “Esto harán, porque no conocen ni al Padre ni a mí”.

La otra parte de la división, no tan atada al legalismo de los fariseos y más dispuesta a reflexionar sobre los eventos, cuestionaba la explicación de la otra parte. Usan una lógica sencilla y directa. Presentan dos evidencias para defender su posición: ni las palabras de Jesús, que para ellos eran coherentes y convincentes, ni sus obras, que siempre resultaban para el bien de las personas, representaban la presencia de un demonio. Se negaron a condenar a Jesús, pero tampoco indicaron una creencia en él. La mención del milagro de abrir los ojos de los ciegos parece indicar que los eventos de los caps. 9 y 10 tuvieron lugar más o menos en el mismo período. El plural de ciegos podría indicar otros eventos de sanidad que Juan no menciona, o sólo una referencia general a ese tipo de milagro.

(4) El rechazo final de los judíos, 10:22-42. Esta sección abarca tres divisiones que incluyen un discurso sobre la unidad del Padre y el Hijo, la respuesta de Jesús a las acusaciones de blasfemia y el retiro de Jesús más allá del Jordán. Algunos consideran que los eventos relatados hasta ahora en el cap. 10 tuvieron lugar inmediatamente después de la fiesta de los Tabernáculos. Si ese es el caso, hubo un período de silencio de unos dos o tres meses, o sea, desde mediados de octubre hasta fines de diciembre. Se discute si Jesús permaneció en Jerusalén durante este período, o si salió y ahora regresa para la fiesta de la Dedicación. Algunos comentaristas opinan que en ese ínterin tuvieron lugar los eventos relatados en Luk 10:17—Luk 11:12, inclusive el envío de los setenta.

Las fiestas religiosas en Juan Para entender los capítulos 5 al 12 del evangelio de Juan hay que conocer bien las fiestas religiosas de los judíos y su significado. De esta forma se puede entender mejor la enseñanza que Jesús da en relación a la fiesta y el propósito de ella.

Los judíos tenían muchas fiestas, tres de las cuales requerían a todo judío varón hacer el peregrinaje a Jerusalén para celebrarla. Estas son: Tabernáculos, Pascua y Pentecostés (fiesta de las Semanas). Cada una de estas fiestas tenían sus rituales especiales y conmemoraban eventos significantes en la vida del pueblo. (Véase Lev. 23 y Deut. 16).

Tabernáculos (Succot) que empieza el decimoquinto día del séptimo mes (Tishri) es una fiesta de toda una semana que celebra la cosecha del otoño y los cuarenta años del éxodo cuando anduvieron en el desierto antes de entrar en la tierra prometida por Dios. Se construyen cabañas (Succot) y la gente vive en ellas durante esta semana. Es una fiesta de mucha alegría.

Pascua (Pesaj) y la fiesta de los Panes sin Levadura empieza el decimocuarto día del primer mes (Nisan) y conmemora la noche cuando el ángel del Señor mató a los primogénitos de los egipcios pero pasó de largo por las casas de los hijos de Israel y así libró a su pueblo. Se comen durante siete días panes sin levadura para recordar aquella noche cuando el pueblo salió en forma tan rápida que el pan no había tenido tiempo para leudarse.

Pentecostés (Shabuot) es la fiesta de la cosecha de la primavera, el día de las primicias, de los primeros frutos. A la vez se celebra para conmemorar que Dios los había librado de la esclavitud de Egipto y los había traído a la tierra que podría suplir todas sus necesidades. Esta fiesta empieza siete semanas después de la fiesta de la Pascua, y así es llamada la Fiesta de las semanas o Pentecostés (50 días).

Había otras fiestas que no requerían el peregrinaje a Jerusalén, pero que eran de gran importancia para el pueblo. La fiesta de las Trompetas (Rosh Hashanah) que celebra el Año Nuevo (el primer día de Tishri y el pacto hecho entre Dios y su pueblo en el Sinaí.

La gran fiesta sagrada del día de la Expiación (Yom Kippur) cuando la gente pide el perdón de Dios por sus pecados. Se pasa el día en ayunas, y en los tiempos bíblicos sacrificaban animales tanto por el pecado del sumo sacerdote como por el pueblo. A la vez se dejaba a un macho cabrío suelto en el desierto como símbolo de que éste llevaba todas las iniquidades del pueblo. En la celebración de este acto, el cordero había cumplido su función de ser la Expiación. Es para los judíos un día de gran solemnidad y de los más sagrados del año.

La fiesta del Templo o de la Dedicación (Jánuca) se celebra el vigésimo quinto día del mes de diciembre (Kislev) cuando durante una semana se celebran la rededicación del templo por Judas Macabeo en el año 164 a. de J.C., después de su profanación por los seléucidas, especialmente Antíoco IV Epífanes. Es un tiempo de gran alegría cuando se dan regalos a los familiares y amigos y se celebra con comidas especiales. Se menciona esta fiesta en Joh 10:22 como la fiesta de la Dedicación.

La fiesta de Purim se celebra el decimotercer día del duodécimo mes (Adar). Esta fiesta celebra los eventos relatados en el libro de Ester, cuando ella ayudó a evitar la conspiración de Amán contra los judíos en Persia. Hoy día es una fiesta especial para los niños cuando, con alegría, se visten con disfraces y hacen representaciones de estos eventos.

a. La unidad del Padre y el Hijo,Joh 10:22-30. Los líderes volvieron a insistir en que Jesús se identificara claramente y contestara si en realidad se consideraba como el Mesías de Dios. Jesús se refiere otra vez a sus obras como prueba de su identidad como Hijo de Dios y agrega que sus ovejas oyen su voz, le siguen y que les promete seguridad para siempre, culminando con una afirmación de la unidad entre él y el Padre.

La fiesta de la Dedicación, llamada también la fiesta de las Luces, se celebraba en memoria de la rededicación del templo por Judas Macabeo en 164 a. de J.C., después de haber sido profanado por Antíoco Epífanes, rey de Siria. Este rey mandó sacrificar un cerdo sobre el altar en el templo, derramando los jugos del sacrificio sobre los rollos sagrados. Este sacrilegio tan repugnante para los judíos sirvió para despertar en ellos en vivo anhelo de derrocar a Epífanes (el ilustre), llamado por los judíos “Epímanes” (el loco). La fiesta de ocho días se celebraba a partir del 25 del mes de Kislev (nuestro noviembre/diciembre). La figura de luces, que se destacaban como parte integral del festejo, no miraba hacia atrás a la dirección divina en el tiempo de Moisés, sino hacia adelante a un nuevo y glorioso día que el Mesías inauguraría, asegurando una independencia nacional y prosperidad material. Jesús aprovechó la esperanza mesiánica, especialmente intensa durante la fiesta, para presentarse. Quizás el dato era invierno se agregó para el beneficio de los gentiles, aunque el término gr. se puede traducir “mal tiempo”. Algunos consideran que la expresión es simbólica: “la tormenta” de persecución que estaba por desatarse o que “las nubes del invierno pesaban sobre el escenario” (ver 13:30).

La fiesta de la Dedicación (Jánuca

) La fiesta de la Dedicación o Hanukkah celebra la restauración del templo después de su profanación por Antíoco IV Epífanes. Solamente se menciona en la Biblia en Joh 10:22, pero el período en que tiene su origen se relata en los libros apócrifos llamados “Macabeos”.

Antíoco había procurado completar la helenización del pueblo judío, y al ver su resistencia, prohibió todo acto religioso judío. ¡Para colmo implantó un ídolo (Zeus) en el templo e hizo sacrificios paganos en el altar! Estos hechos eran inconcebibles para los judíos ortodoxos. En el año 164 a. de J. C., y después de una larga revuelta contra sus opresores, Judas Macabeo guió al pueblo a la victoria sobre ellos.

La ceremonia de la Dedicación del templo fue empezada por Judas Macabeo. él mandó que se repitiera cada año en memoria de la libertad del pueblo y la dedicación de nuevo de su templo. Puesto que una de las ceremonias más importantes era la de encender las lámparas del templo, es conocida también como “La fiesta de las Luces”. Josefo dice: “Supongo... porque esta libertad que era más allá de nuestras esperanzas se apareció a nosotros;... así el nombre de Luces” (Antigüedades, 12.7.7).

Hannukah tenía que ser como Tabernáculos, una fiesta de gran alegría, de ocho días de celebración que incluiría la recitación diaria del Hallel (Sal. 113—118), pero especialmente 118:27. Desde la destrucción del Templo en el año 70 d. de J.C., han encendido un candelero de ocho brazos (la menorah) para conmemorar la milagrosa provisión del aceite para las lámparas del templo, el mismo que debía durar durante ocho días. Actualmente es una fiesta muy alegre, que incluye celebraciones familiares y comunitarias, aun con regalos a los niños y otros seres queridos.

Plummer comenta que es posible considerar la fiesta de la Dedicación como una referencia a la dedicación del templo de Salomón, la cual se celebraba durante la fiesta de los Tabernáculos (ver 1Ki 8:2; 2Ch 5:3). Sin embargo, pocos eruditos favorecen esta posibilidad.

El verbo en el tiempo imperfecto andaba (v. 23) describe la acción observada por un testigo, como también el lugar específico en el templo. El pórtico de Salomón (ver Act 3:11) estaba ubicado en el lado este del templo. Según Josefo, permaneció intacto durante la destrucción por los ejércitos de Nabucodonosor.

Mientras Jesús “andaba en el templo”, los judíos lo detuvieron, insistiendo que se identificara claramente. Las preguntas implican, según los judíos, un intento de parte de Jesús de engañarlos o jugar con ellos, por no hablar más claramente. El verbo dijeron, estando en el tiempo imperfecto, se traduce mejor como “decían”, describiendo acción continua de ellos, repitiendo insistentemente las demandas. Nos tendrás en suspenso literalmente es “levantas nuestra alma”. El verbo está en el tiempo presente y admite varias interpretaciones: “¿Hasta cuándo nos molestas?” o “¿Hasta cuándo nos quitas la vida?”. Si tú eres el Cristo es una frase condicional que asume la realidad del caso, por ejemplo: “Desde que tú eres…”. Si este es el sentido del caso, la pregunta vendría de oyentes sinceros que deseaban una aclaración para decidir su relación con Jesús. Pero el diálogo que sigue indica lo contrario, o que por lo menos un grupo de ellos estaba buscando motivos para acusarle más bien que para creer en él. La demanda dínoslo abiertamente traduce un término que significa “con confianza, valentía o libertad” (ver 7:13).

Se pregunta ¿cuándo se identificó claramente Jesús? Es cierto que no les había dicho a ellos “Yo soy el Mesías de Dios” o “Yo soy el Hijo de Dios”, pero lo había insinuado varias veces y en distintas maneras, inclusive citando testimonios de Juan, Moisés, el Padre y sus obras. Los que tenían la mente abierta pudieron percibir en sus palabras y hechos que reclamaba ser el Hijo de Dios. En cambio, se había identificado claramente en su conversación con la mujer samaritana (4:26) y con el hombre ciego (9:35 ss.). Nótese el cambio en el tiempo de los verbos: Os lo he dicho es más bien “os dije”, un verbo de tiempo aoristo, en contraste con creéis, un verbo en el tiempo presente. El énfasis se observa en esta traducción: “Os dije, no estáis creyendo”. Las palabras pueden engañar o interpretarse de distintas maneras, pero no así las obras que son evidencias objetivas e irrebatibles. Por eso, Jesús apunta a ellas otra vez como el testimonio más convincente (ver 5:20, 36). El pronombre en la expresión yo hago es enfático. En nombre de mi Padre indica que Jesús era el mensajero y representante personal de Dios y que su obra estaba en perfecto acuerdo con la voluntad de él.

Jesús afirma otra vez, en el v. 26, la incredulidad de los judíos y da la razón, introducida con la conjunción causal porque. Esta referencia a la alegoría presentada en la primera parte de este capítulo significa cierto problema para los que entienden que lo dicho antes del v. 22 describe eventos sucedidos durante la fiesta de los Tabernáculos, más de dos meses antes. Por lo menos algunos de los oyentes en esta ocasión habían estado presentes cuando Jesús pronunció la alegoría del buen pastor y, aunque uno o dos meses hubieran pasado, ellos no se habrían olvidado.

En contraste con los que no creen y no le siguen, sus ovejas oyen con comprensión y compromiso. Estas tres afirmaciones son parecidas a lo que había dicho antes (ver vv. 14-16). Hay un mutuo conocimiento: las ovejas oyen su voz (conocimiento o reconocimiento implicado) y el Pastor las conoce a ellas. Basadas en este mutuo conocimiento, las ovejas siguen a su pastor.

Varias verdades importantes surgen del v. 28. Yo es enfático y el verbo doy está en el tiempo presente, no futuro, indicando una realidad actual. Vida eterna es una dádiva para todos los que creen (ver 3:15; 5:24). A menudo enfatizamos la calidad de vida eterna, ciertamente una enseñanza bíblica, pero aquí el énfasis es otro, es una vida que se proyecta hacia el futuro infinito. La afirmación siguiente es redundante, pues vida eterna implica que no perecerán jamás, pero Juan frecuentemente declara una verdad en el sentido afirmativo y negativo. Los términos no… jamás traducen un doble negativo griego que es la forma más enfática de expresar la negación. Nadie las arrebatará de mi mano es otra expresión redundante, pero se usa para cerrar toda posibilidad de la pérdida de la vida que Jesús provee, siempre y cuando la fe sea genuina (ver 11:26; Rom 8:38-39). El verbo arrebatará describe una acción violenta (ver v. 12). La mano de Jesús sana, protege, sostiene, acaricia y guía.

Hay una serie de variantes en el v. 29, llevando a distintas traducciones. El texto griego escogido por las Sociedades Bíblicas lee literalmente así: “Mi Padre el que ha dado a mí de todos mayor es”. Si insertamos una coma después del segundo mí, salimos con la traducción de la RVA, excepto que falta el cumplimiento directo (las está ausente de los mejores mss.) del verbo ha dado. Esta falta lleva a algunos traductores a esta traducción: “Lo que el Padre me ha dado es mayor que todos”. Aquí, Jesús agrega otro elemento en la ecuación de la seguridad de los verdaderos creyentes; son una dádiva del Padre al Hijo. Luego agrega que también son una dádiva al mundo como testigos de Cristo (ver 17:21). Ha dado, estando en el tiempo perfecto, indica una acción realizada en el pasado cuyos efectos siguen en pie. Algunos intérpretes encuentran aquí una base para la doctrina de predestinación. BeasleyMurray y otros nos advierten del peligro de usar este versículo como texto de prueba. El NT mantiene en sano equilibrio la tensión entre la gracia de Dios y la responsabilidad humana. Como si esto no fuese suficiente, Jesús les recuerda que el Padre es mayor o más poderoso que todos y otra vez una expresión redundante: nadie las puede arrebatar de las manos del Padre. Si él es más poderoso que todos, es obvio que nadie puede arrebatárselas.

El pronombre personal Yo es enfático en el v. 30. Un énfasis en esta sección es la vida eterna que Jesús ofrece a los que le son dados por el Padre, y la seguridad que éstos tienen, estando en la mano de Jesús, encerrados además en las manos del Padre y con la confianza que estos dos forman una unidad. Jesús ha indicado que la mano suya y la del Padre están unidas en la protección de los creyentes, implicando que los dos son uno. Son “una misma cosa” (ver nota de la RVA) en poder, voluntad y acción. Se implica también que son de la misma esencia. Hull llama la atención al equilibrio teológico reflejado en esta breve frase. El Padre y Jesús son dos personas, una verdad expresada en el verbo plural somos, y por lo tanto no son idénticas. Sin embargo, son uno, que es singular, y por lo tanto inseparables y también iguales. Agustín observa que esta sencilla frase efectivamente refuta a Sabelio, quien negaba la distinción entre el Padre y el Hijo, y a Arrio, quien negaba la igualdad entre las dos personas.

b. Jesús responde a la acusación de blasfemia, 10:31-39. Los judíos habían insistido en una declaración clara de la identidad de Jesús. Como nunca antes él satisfizo su demanda, identificándose en obra y esencia con el Padre. Para los líderes de los judíos, tal declaración era “la madre” de blasfemias. No demoraron en levantar piedras para cerrar la boca y vida del culpable. Su hostilidad había llegado al punto de “hervir”, o más.

El verbo volvieron traduce el adverbio “otra vez” y literalmente el texto dice: “Cargaron (o levantaron) otra vez piedras…” y se refiere a la ocasión anterior cuando hicieron lo mismo (ver 8:59). La ley indicaba que el castigo para la blasfemia sería el apedreamiento (Lev 24:16; ver 1Ki 21:10). Estaban tan indignados que no iban a esperar el fallo del Sanedrín, ni una sinagoga para ejecutar la sentencia.

Antes de comenzar a “llover” las piedras, Jesús frenó por el momento la intención de ellos, desafiándoles a reflexionar sobre la justicia de sus propósitos. él apela otra vez a las obras como la evidencia más convincente de su identidad como Hijo de Dios. Ciertamente, Jesús había realizado muchas buenas obras, siendo la más reciente la sanidad del hombre nacido ciego. Sin embargo, los judíos descartaron esa obra porque fue hecha en día sábado, violando así las restricciones establecidas por su interpretación de la ley de Moisés. El término obras se refiere a las obras sobrenaturales o los milagros. La expresión os he mostrado indica que las obras tenían el propósito de constituir una señal apuntando a Jesús como el Hijo de Dios. Este verbo, sin embargo, está en el tiempo aoristo y se traduce como “os mostré”. Nótese la insistencia de que sus obras se realizaban en obediencia del Padre de tal modo que pudo decir que eran de parte del Padre. Es difícil traducir el significado “¿por cuál…”, pero el término en griego significa más bien cualidad, además de distinción. Por ejemplo, “¿qué es el carácter de la obra por la cual…?”. En realidad las obras de Jesús tenían un carácter o cualidad de bueno y divino que los judíos no lo percibieron, o no querían percibir.

Ellos no contestan el desafío de Jesús, pero vuelven al tema de la blasfemia, ofensa mucho más grave que la violación de las reglas del sábado. Esta es la primera vez que lo acusan directamente de blasfemia, aunque se implica antes (ver 8:59). Los judíos entendieron muy bien en la declaración de Jesús de que sostenía ser igual al Padre (v. 30). Este cargo ignoraba por completo la evidencia de los milagros que Jesús había realizado, los cuales lo certificaban como el Mesías de Dios. Ellos lo consideraban meramente como un hombre cualquiera. No podían ver más allá de su apariencia física.

El término ley se usa en el v. 34 en el sentido más amplio, refiriéndose a todo el AT (ver 12:34; 15:25). Jesús cita de memoria una parte del Job 82:6, donde el salmista se refiere a los jueces de Israel como “dioses” en que ellos ejercían su oficio sagrado en nombre y bajo la dirección de Dios. Eran considerados como representantes personales de Dios, tal como Jesús, excepto en su caso su relación con Dios era única y eterna.

Pastor y ovejas

Tomado de A Picture Book of Palestine

Por Ethel L. Smither

Ilustrado por Ruth King

Jesús sigue desarrollando su línea de argumento, indicando la base de ese título dioses que fue aplicado a los jueces: es porque a ellos fue dirigida la palabra de Dios. Nótese que el término palabra de Dios (logos




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Comentario Bíblico Mundo Hispano

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