Entregan cartas de Severino Di Giovanni

El Gobierno argentino le devolverá hoy a la compañera del anarquista Severino Di Giovanni, Josefa América Scarfó, las cartas de amor que él le escribió. Clarín tuvo acceso a dos cartas, en las que Di Giovanni le habla acerca de la necesidad de estar a solas con ella y de su lucha por la verdad y la justicia.Desde que Di Giovanni fue fusilado, esas cartas permanecieron por 68 años en el Museo de la Policía Federal. Y hoy a las 16.30, en el Salón de los Escudos del Ministerio del Interior, el ministro Carlos Corach las devolverá a su destinataria, que ya tiene 86 años.Una de esas dos cartas está escrita en italiano y la otra, en español. Son extensas, con tachaduras y numerosos signos de exclamación. Varias frases están subrayadas, buscando enfatizarlas.Compañera míaUn sábado de 1928 el anarquista -nacido en la aldea italiana de Chiti- encabezó una página diciendo a Josefa: Compañera mía.... Le habla de encontrarse a solas, para hablar, reír, recordar el pasado y vivir el presente. También le cuenta que un amigo le regaló una edición ilustrada de la Commedia (usando el título original de la Divina Comedia) de Dante. En la otra carta, Di Giovanni se refiere a la libertad y la justicia, que no se ahogan con la sangre que vierten los tiranos .Di Giovanni alcanzó a convivir unos diez meses con Josefa Scarfó en la quinta Ana María, en Burzaco. Luego vino su detención y su fusilamiento en la Penitenciaria de la calle Las Heras, por orden del presidente José Félix Uriburu. Fue el 1 de febrero de 1931. Dos días antes, los policías habían secuestrado panfletos y sus cartas de amor.Di Giovanni había desembarcado en la Argentina en 1923, huyendo del régimen de Mussolini. Llegó de Italia casado con una prima, y con tres hijos. En Buenos Aires publicó el periódico Cúlmine y se involucró en actos violentos: robó, atacó la Catedral porteña, fabricó bombas y mató al director de otro periódico anarquista.El escritor y periodista Osvaldo Bayer publicó parte de las cartas en el libro Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, y encabezó una gestión para que las cartas sean devueltas a Scarfó.