Jordi Alba es un "vacil�n". Lo dicen quienes hablan bien de �l. Jordi Alba es "especial". Lo dicen quienes no quieren hablar mal de �l porque est�n hablando con la prensa, pero tampoco quieren hablar bien de �l porque, para lo malo y para lo bueno, el lateral izquierdo titular de la selecci�n (L'Hospitalet, 33 a�os) es un tipo que no deja indiferente a nadie excepto en un lugar: en el campo, en este Mundial, su rendimiento no admite discusi�n. Su pase, milim�trico, a la carrera de Morata en el gol contra Alemania es la �ltima muestra de un estado de forma envidiable. El hecho de que tuviese que ser sustituido en el minuto 82 no indica nada. Este lunes sali� a entrenar con normalidad con sus compa�eros, aunque es previsible que descanse ante Jap�n, pues el pase es cosa medio hecha.
No pares, sigue, sigue...
"Jordi es el lateral izquierdo con mejor �ltimo pase del mundo y ha participado en casi todos los goles. Ha estado espectacular", fue la frase de Luis Enrique en el Al Bayt, todav�a reciente la imagen de la asistencia n�mero 22 de Alba desde que juega con la selecci�n, hace ya 11 a�os (debut� en noviembre de 2011 contra Escocia, y ah� ya asisti� a Silva). Desde entonces han ca�do 21 m�s, lo que le sit�a como el quinto mejor asistente de la selecci�n espa�ola en toda su historia, s�lo por detr�s de nombres que son dos cosas: leyendas y centrocampistas. Cesc (36), Silva (32), Iniesta (30) y Xavi (25) son los �nicos que superan al lateral izquierdo m�s influyente en el juego ofensivo que recuerda este pa�s.
En sus 88 apariciones suma, al margen de esos 22 pases de gol, 10 tantos, otro dato sin precedentes en su puesto. El primero de ellos lo anot� en la memorable final de la Eurocopa de 2012 contra Italia (un torneo aquel de Polonia y Ucrania en el que fue titular indiscutible cuando antes s�lo hab�a participado en siete encuentros). Desde esa �poca siempre fue indiscutible. Para Del Bosque, que fue quien le hizo debutar, y para Julen Lopetegui. Sin embargo, las cosas se le empezaron a torcer cuando aterriz� Luis Enrique, con el que no hab�a terminado muy bien en el Barcelona. �Por qu�? Sencillo.
"Con Valverde, con poco, me ir� mejor"
El 14 de febrero de 2017, el Bar�a visitaba el Parque de los Pr�ncipes en la ida de los octavos de final de esa Champions. Cay� el equipo de Luis Enrique 4-0, y el t�cnico, para la vuelta, prescindi� de Alba para jugar un 3-4-3 (aquello termin� en el famoso 6-1). Ese d�a, Jordi Alba puso "carita", que es como se define en los vestuarios la mueca de disgusto de un futbolista cuando el entrenador no le ordena jugar. Esa "carita" le cost� perder protagonismo desde ese momento hasta el final de temporada. La relaci�n se tens� mucho y, cuando Luis Enrique se march�, en junio, Alba solt� aquello de "con Valverde, con poco, me ir� mejor".
Ocurre que, justo un a�o despu�s, el asturiano lleg� a la selecci�n, y claro, en las dos primeras convocatorias, con Jordi Alba haciendo un comienzo de curso extraordinario, no le llam�. "No tengo ning�n problema con �l", dec�a el entrenador, pero no era verdad. Desde que lleg� a Las Rozas, la obsesi�n de Luis Enrique -animado amablemente por el presidente, Luis Rubiales- fue abrir las ventanas del vestuario y 'sanear' el grupo. En esas circunstancias no iba a admitir ninguna "carita", y por eso Alba no cab�a. Sin embargo, dos meses m�s tarde, en noviembre, y visto que el rendimiento segu�a siendo alt�simo, le llam� para testar si estaba dispuesto a cambiar de actitud e integrarse en un colectivo sin clases sociales.
"Y Jordi aprendi� a no poner caritas", dice alguien que convive con el grupo desde hace muchos a�os. Pero debi� costarle ese aprendizaje, pues tras la ausencia del t�cnico entre marzo de 2019 y septiembre de 2020, en el inicio de su segunda etapa tampoco cont� con �l, bien es verdad que con algunas lesiones mediante. Alba regres� en marzo de 2021, en la citaci�n previa a la Eurocopa, y entonces ya s�, Alba asumi� que los tiempos hab�an cambiado y comenz� a sumergirse, como todos los veteranos, empezando por el capit�n, Busquets, en la nueva din�mica de s�lo un un l�der (el entrenador) y un grupo homog�neo de soldados. En esta selecci�n, una "carita" penaliza m�s que un error grosero en un partido. Bajo esas normas ha resurgido Alba.
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