Para que proyectos como el del Deportivo Alavés funcionen en Primera División, donde el talento innato de los rivales casi siempre es superior, es indispensable contar con un vestuario sano y motivado. Algo que, sumando mucho trabajo, permite equilibrar la balanza sobre el césped, pero para lo que se necesita que todos y cada uno de los integrantes del colectivo se sientan parte del mismo y estén dispuestos a aportar su granito de arena

Esto último, como bien ha comentado Luis García Plaza en diferentes ocasiones, es una realidad en el cuadro babazorro; y en ello, además del buen hacer como gestor de grupo del propio técnico madrileño, también ha tenido que ver la estrategia de Sergio Fernández al construir la plantilla. La gran mayoría de los jugadores tienen contrato más allá del 30 de junio, y esa tranquilidad hace que, por lo general, estén más predispuestos a ser parte del todo. 

Cuando uno no está preocupado por su futuro, puede centrarse en el presente y afrontar el día a día con otra cara. Sobre ello, por ejemplo, habló Rubén Duarte en su reciente entrevista con este periódico. Al preguntarle acerca de las diferencias entre el Alavés actual, que está cerca de conseguir la permanencia en la élite, y el que descendió hace dos temporadas, el almeriense destacó la caducidad de las firmas como una a tener en cuenta.

Y razón, si se echa un vistazo a ambas plantillas, no le falta al capitán. Ahora mismo, obviando a los cedidos (Rafa Marín, Álex Sola, Giuliano Simeone y Samu Omorodion), solo hay un albiazul acabe contrato en los próximos meses: Andoni Gorosabel. El resto saben que, salvo acuerdo en el mercado, podrán seguir en el Paseo de Cervantes, lo cual, asimismo, es buena muestra de que el proyecto cuenta con unos cimientos sólidos para ir creciendo. 

El de Abqar es uno de los nombres a tener en cuenta en los próximos meses, pues acaba contrato en 2025. Alavés

Al término del curso 2021-22, finalizaron su vínculo con el Glorioso Tachi Rodríguez, Ximo Navarro, Martín Aguirregabiria, Tomás Pina, Pere Pons, Borja Sainz, Edgar Méndez, John Guidetti y Joselu Mato, además de siete futbolistas prestados. Es decir, gran parte de aquel plantel no tenía por qué sentir arraigo alguno hacia el club, pues sabía que lo más probable era no continuar en él. Algo que afecta, aunque sea de manera inconsciente.

En el Alavés actual, además, no es solo que la mayoría de los contratos no acaben el próximo 30 de junio, sino que muchos se extienden por varios años más. El acuerdo más longevo lo posee Abde Rebbach, renovado hace no mucho hasta 2028, y a este le siguen apuestas importantes como Antonio Sivera, Nahuel Tenaglia, Antonio Blanco, Ander Guevara y Carlos Vicente (2027); o Jesú Owono, Duarte, Carlos Benavídez y Jon Guridi (2026). 

Sí que hay que vigilar de cerca, dado que solo tienen otra temporada firmada, a Abdel Abqar, Javi López, Aleksandar Sedlar, Xeber Alkain, Luis Rioja y Kike García (2025). La ampliación de los dos primeros, en concreto, debería ser una de las grandes prioridades del club gasteiztarra en los próximos meses, si bien no será tarea sencilla. Ambos, por edad y proyección, contarán seguro con varios pretendientes para hacerse con sus servicios.

Abde Rebbach es el futbolista de la primera plantilla del Alavés con el contrato más longevo. Área 11

LUIS GARCÍA PLAZA, LA PRINCIPAL INCÓGNITA

Otra de las incógnitas a solventar más pronto que tarde es la continuidad o no de Luis García en el banquillo de Mendizorroza. Según admitió el propio entrenador babazorro recientemente, todavía no se ha sentado a negociar con el Alavés, al contrario que otros compañeros de profesión con sus respectivos equipos. Javier García Pimienta, por ejemplo, renovó en octubre con Las Palmas, en una clara muestra de confianza hacia su trabajo. 

Las vibras, eso sí, que el madrileño transmite a la plantilla son de tranquilidad. Así lo contó Antonio Sivera en este periódico la semana pasada: “Él es el primero que nos traslada el mensaje de que antes hay que hacer los deberes, y los deberes son certificar la permanencia. Estamos todos contentos con él, creo que la dirección deportiva también, y supongo que llegarán a un acuerdo cuando se consiga el objetivo”. 

Sea como fuere, lo que es irrefutable es que Luis García está dejando huella en Vitoria-Gasteiz. Devolvió al Glorioso a la élite en un solo año, ha construido un plantel con una identidad que gusta en el Paseo de Cervantes y está muy cerca de certificar la salvación. Nadie, desde el mítico Mané, había sido capaz de aguantar dos temporadas completas, y de manera consecutiva, al frente del conjunto alavesista.