El baterista John Bonham fue el corazón de Led Zeppelin. Cuando su gran corazón dejó de latir, la vida se fue de la banda. Fue una tragedia tanto para la música rock como para sus amigos y familiares cuando falleció a los 32 años el 25 de septiembre de 1980.
Después de varias tragedias personales que sacudieron a la banda a mediados de los años 70, parecía que Zeppelin estaba listo para resurgir definitivamente. En cambio, todo llegó a un dramático final cuando John murió en medio de los ensayos para lo que habría sido la gira más grande de la banda en años.
Para entender por qué Bonham murió tan joven, también debemos comprender las presiones de la vida en la mejor banda de rock del mundo. Estar en Zeppelin le trajo grandes recompensas, fama y éxito, pero también minó su personalidad y salud.
Fue un maravilloso y transformador día cuando el muchacho de Midlands aceptó unirse a la nueva banda de Jimmy Page en 1968. Sencillo, jovial y generoso, John Bonham era la última persona en la que muchos pensaban que sucumbiría al circo del rock and roll. Un ex albañil y carpintero que se enseñó a sí mismo a convertirse en un baterista poderoso, tuvo que ser convencido de que los New Yardbirds, como originalmente se conocía a la banda de Page, llegarían a algo.
Aceptó unirse solo después de una avalancha de telegramas suplicantes del mánager Peter Grant, diciéndole originalmente a su entonces empleador Tim Rose: “De ninguna manera [me voy]. No solo amo esta vida, sino que el dinero es demasiado bueno”.
Sin embargo, Bonham no llegó a ser el baterista de Led Zeppelin siendo tímido y reservado. Atacaba su batería con entusiasmo. Pero a pesar de su imagen de hombre salvaje del rock, sus intentos de emular la intensidad destructiva y maníaca de su amigo Keith Moon, de The Who, no le salían naturalmente. Era trabajador y tenía un apetito enorme por la vida. Cuando se volvió increíblemente rico gracias al éxito de Led Zeppelin, se entregó a su pasión por los autos rápidos pero también gastó sabiamente, creando un hogar feliz para él y su familia en el Old Hyde en Worcestershire.
Para John Bonham no había lugar como el hogar. Odiaba volar y pasar todo el día esperando un concierto. Las interminables giras de Zeppelin en las que tenía que participar se convirtieron en un agotamiento para su resistencia y confianza. Estaba la descarga de adrenalina de tocar música explosiva todas las noches frente a miles de fans que gritaban, pero después de eso llegaba la necesidad de relajarse, generalmente en una sucesión de hoteles y bares impersonales. La vida se convirtió en un torbellino de fanáticos revoltosos, limusinas a toda velocidad, alcohol y groupies. Al principio fue divertido, pero poner en marcha la máquina de Zeppelin pronto se convirtió en una tarea desalentadora.
John Henry Bonham nació el 31 de mayo de 1948 en Redditch, Worcestershire. Su padre, Jack, dirigía una empresa de construcción y empleaba a sus dos hijos, John y Michael. A los cinco años, John comenzó a mostrar interés por la música. En casa, comenzó a tocar la batería en un recipiente de sales de baño con hilos en la parte inferior para hacer un tambor de caja rudimentario. Después de agregar ollas y sartenes a su arsenal, cuando tenía 10 años, su madre le compró una verdadera caja. Luego, su padre le compró un set completo.
Además de trabajar para su padre como constructor, John tocaba la batería con bandas locales. La era de los Beatles estaba amaneciendo, pero Bonham tenía gusto por bateristas de jazz como Gene Krupa, Joe Morello y Sonny Payne; amaba su espectáculo de girar las baquetas. Tomó lecciones, pero desarrolló su propio estilo de golpear fuerte, propio del rock’n’roll.
“La batería era lo único en lo que era bueno, así que seguí con eso”, dijo más tarde. “Siempre trabajé duro todo el tiempo. Cuando tenía 16 años, me dediqué a la música a tiempo completo, pero tenía que regresar a los sitios de construcción para ganar dinero para vivir. Si no había conciertos, no había dinero”.
Comenzó a tocar con las manos desnudas (una técnica que utilizaría en su destacada canción de Zeppelin, “Moby Dick”). También desarrolló una técnica rápida de pedal de bombo inspirada en Carmine Appice, con quien formaría una fuerte amistad, ayudando a conectar a Appice y al bajista Tim Bogert con Jeff Beck en Beck, Bogert & Appice.
“Fue John quien nos dijo a Tim y a mí que Jeff Beck quería formar una banda con nosotros”, recuerda Appice. “Eso fue después de que él había tocado con Jeff en el Singer Bowl y se había desnudado mientras tocaba, lo cual fue realmente impactante, ya que mis padres estaban detrás del escenario viendo el concierto. ¡Tuve que explicarles por qué! Fue una noche increíble”.
A medida que ganaba confianza, se acercaba a los líderes de las bandas y les decía: “Tu baterista no es muy bueno, ¿verdad? Permíteme intentarlo. Te mostraré”. Luego se adueñaba del kit del desafortunado baterista, lo destrozaba a golpes y se quedaba con el trabajo del tipo.
En 1965, a la edad de 17 años, se casó con su novia Pat Phillips. Como el dinero escaseaba, vivieron en una caravana que pertenecía al padre de John. Más tarde se mudaron a un apartamento en un edificio alto en Dudley (donde todavía vivían cuando se lanzó el primer álbum de Led Zeppelin).
Se unió a A Way Of Life, quienes grabaron algunas demos en un estudio de Birmingham. La banda también incluía a Dave Pegg, quien más tarde tocaría con Fairport Convention. Bonham tocaba tan fuerte que le dijeron que era “imposible de grabar”. También le dijeron que no había futuro en tocar tan fuerte. Algunos años después, envió al gerente de ese estudio un disco de oro de Led Zeppelin con una nota que decía: “Gracias por tu consejo”.
En 1965 se unió a los Crawling King Snakes, donde conoció a Robert Plant, quien pensó que Bonham era un prodigio impresionante. A pesar de las bromas y rivalidades, los dos se convirtieron en amigos cercanos. Bonham dejó los Snakes después de unos meses para volver a unirse a A Way Of Life. Plant y Bonham se reunieron nuevamente en la tercera y última formación del grupo de Plant, Band Of Joy, en enero de 1967, luciendo la nueva moda hippie de kaftanes, cuentas y campanas.
En un memorable concierto en el Queen Mary Ballroom en Dudley, mientras Band Of Joy cerraba con “If I Were A Carpenter” de Tim Hardin, Plant realizó una demostración de lo que se convertiría en su característica actuación libidinosa de “Whole Lotta Love“, envolviendo su pierna alrededor del atril del micrófono y simulando un acto sexual. Fue demasiado para la madre de Bonham, Joan, quien se dirigió al frente del lugar exigiendo a viva voz: “¡John, sal de esos tambores ahora mismo! ¡No estás tocando con ese chico, es un pervertido!”
El baterista renunció nuevamente en mayo de 1968 para respaldar al cantante estadounidense Tim Rose en una gira por el Reino Unido, interpretando canciones como “Morning Dew” y “Hey Joe” y ganando £50 a la semana.
“Lo triste de todo esto”, dice Tim hoy, “es que nunca logramos grabar nada juntos. Cuando John comenzó conmigo, su ritmo era un poco errático. Su tempo de 4/4 podía variar entre 3 y 3/4 y 4 y 1/4″.
Una persona definitivamente más impresionada fue un joven Phil Collins, quien vio a Bonham con Rose en el Marquee de Londres.
“En los primeros minutos quedé pasmado por el baterista”, dice. “Estaba haciendo cosas con su bombo que nunca antes había visto u oído. Luego tocó un solo y nuevamente nunca había escuchado o visto a un baterista tocar así. Tocaba con las manos en la batería; más tarde descubrí que, como albañil, tenía las manos muy duras, y era obvio verlo tocar solo esa noche. Me prometí seguir de cerca a este tipo Bonham y seguí su progreso. Incluso en aquel entonces, fue una gran influencia en mi forma de tocar”.
Mientras tanto, en Londres, Jimmy Page, John Paul Jones y Peter Grant estaban formando una banda a partir de las cenizas de The Yardbirds. Convencieron a Robert Plant para que se uniera, quien a su vez recomendó a Bonham para el trabajo. El baterista necesitó algo de persuasión, pero en cuestión de semanas se unió a Page, Jones y Plant en el estudio. Dejó atónitos a sus amigos en Birmingham al contarles que acababa de ganar £3,000.
La nueva banda demostró ser un equipo mágico. John Paul Jones dijo: “La primera vez que conocí a John fue en una pequeña sala de sótano que habíamos alquilado en Lyle Street. Teníamos un montón de amplificadores y cajas de altavoces que habíamos conseguido prestados, suplicados o robados. Lo primero que me impresionó de Bonzo fue su confianza, y sabes que era un tipo muy seguro de sí mismo en aquellos días. Aun así, tienes que serlo para tocar así. Fue genial, una concentración instantánea. No estaba presumiendo, sino que era consciente de lo que podía hacer. Era muy sólido”.
Al principio, la forma de tocar de Bonham era demasiado agitada y hacía caso omiso de las advertencias de Page de “mantenerlo simple”. Peter Grant se acercó a Bonham y le preguntó: “¿Te gusta tu trabajo en esta banda?” El baterista asintió. “Bueno, haz lo que este hombre dice. Compórtate, o desaparecerás. Por diferentes puertas”.
Con Bonham a bordo, los New Yardbirds, como todavía se llamaban, dieron su primer concierto en Copenhague el 14 de septiembre de 1968. La forma en que Bonham había galvanizado a la banda en aquellos primeros conciertos tuvo una influencia duradera a lo largo de la carrera discográfica de Led Zeppelin (como ahora se llamaban). Su forma dinámica de tocar se adaptaba perfectamente a arreglos como “Communication Breakdown“, “Stairway To Heaven“, “Kashmir“, “Achilles‘ Last Stand” y “Trampled Underfoot“, mientras que su contundente ritmo en “When The Levee Breaks” influenció a una nueva generación de bateristas.
Mientras tanto, el flujo de álbumes exitosos y conciertos agotados para Zeppelin significaba que su mundo cambió prácticamente de la noche a la mañana. Los Bonham, que alguna vez vivieron en la pobreza, ahora podían permitirse coches lujosos, una gran casa y un estilo de vida de champán. Pero aún tenía que trabajar para ganarse la vida. En la carretera, el joven de 21 años Bonzo ofrecía un solo de batería de 20 minutos, salpicado de sangre, todas las noches. Y ser la fuerza impulsora del agotador espectáculo de Zeppelin lo dejaba al borde del colapso. Odiaba volar, lo que le causaba malestar físico.
Aislado en hoteles, la única forma para un músico en gira de inmunizarse contra la rutina era tomar una o dos copas, y tal vez experimentar con drogas. Desde su adolescencia, Bonham disfrutaba de una cerveza. Pero se volvía alborotador después de unas pintas, lo que le valió su reputación de caos. Pronto, sus travesuras rivalizaron con las de Keith Moon en escándalo y destrucción. Cualquiera que se acercara demasiado encontraba sus ropas rasgadas y rociadas con cerveza.
De vuelta en casa, Bonham volvía a la normalidad y criaba a su hijo Jason y su hija Zoë. Se ocupaba de su granja y criaba ganado Hereford en la tranquilidad de la campiña de Worcestershire. El verdadero John Bonham prefería la albañilería y la decoración que había aprendido trabajando con su padre que el desenfreno en California. Sin embargo, también albergaba un amor por el peligro, como lo demuestra su conducción a 240 mph en su coche de carreras en la película de Zeppelin “The Song Remains The Same” y su evidente orgullo por las actuaciones de su hijo Jason en el equipo de motocross Kawasaki Schoolboy.
A pesar de toda la bravuconería, confiaba a sus amigos que sufría de ataques de pánico antes de cada concierto. “Me he puesto peor”, dijo en 1975. “Tengo nervios terriblemente malos todo el tiempo. Una vez que comenzamos con ‘Rock And Roll‘, estoy bien. Es peor en los festivales. Puede que tengas que estar sentado todo el día y no te atreves a beber porque te cansarás y arruinarás el concierto. Así que te sientas a beber té en una caravana y todos dicen: ‘¡Increíble, hombre!’”
Después de ganar una fortuna, Zeppelin se convirtió en exiliados fiscales, lo que significaba vivir en el extranjero. Luego vinieron una serie de contratiempos que acosaron al grupo y socavaron aún más la confianza del baterista. El buen humor bullicioso de Bonham comenzó a dar paso a la oscuridad y a ataques de ira.
Rodeado de guardias de seguridad contratados, es posible que se sintiera invulnerable. Pero cruzó la línea cuando se unió a Peter Grant, el manager de la gira Richard Cole y el miembro del equipo John Bindon en un violento ataque a un guardia de seguridad estadounidense en el fatídico concierto en el Oakland Coliseum, California, en julio de 1977. Después, Bonham, Grant y los dos matones de Zeppelin fueron arrestados.
Más tarde, esto llevó a multas y penas suspendidas, y a que Led Zeppelin nunca volviera a Estados Unidos después de esta gira.
Todo comenzó a agriarse. Luego vino la muerte del hijo de Robert Plant en Inglaterra. De repente, parecía que el grupo estaba al borde de la ruptura. Bonham se quedó con más tiempo libre y su comportamiento se volvió impredecible. Según su amigo, el baterista Bev Bevan de ELO: “Era un extrovertido, un tipo amigable y cariñoso. Pero desafortunadamente, la bebida se le fue de las manos. Se excedió y podía volverse bastante agresivo. Era similar a Keith Moon. Sentían que tenían que estar a la altura de sus reputaciones”.
Cuando Led Zeppelin tocó en Knebworth en 1979, Bonham tocó lo suficientemente bien en los dos emblemáticos conciertos en el Reino Unido. Pero durante una gira por Alemania, comenzó a mostrar signos de fatiga. En un espectáculo en Núremberg, después de tres canciones, se sintió mal. Luego pareció estar enfermo durante el resto de la gira.
En septiembre de 1980, los ensayos para la gira programada en América del Norte estaban a punto de comenzar en la casa de Jimmy Page en Windsor. En el camino hacia allá en un automóvil con Robert Plant en la mañana del 24 de septiembre, John de repente dijo: “Estoy harto de tocar la batería. Todos tocan mejor que yo. Sabes qué, cuando lleguemos al ensayo, tú toca la batería y yo cantaré”.
Ese día en la casa de Page, John comenzó a beber al mediodía y continuó hasta la medianoche. Supuestamente se bebió 40 medidas de vodka durante una maratónica sesión de 12 horas. Después de quedarse dormido en un sofá, su asistente lo llevó a la cama y lo colocó sobre almohadas para sostenerlo.
A la mañana siguiente, no había señales de él. John Paul Jones y el manager de la gira, Benje LeFevre, lo encontraron aparentemente inconsciente. Intentaron despertarlo y luego se dieron cuenta de que estaba muerto. Todos estaban tristes e incluso enojados por la pérdida de vida. Peter Grant cayó en una depresión que duró varios años.
Se rumoreaba que Bonzo había estado consumiendo drogas, pero fue el alcohol lo que causó su muerte. Según John Paul Jones: “Fue justo en el momento en que todos nos habíamos vuelto a reunir. Teníamos grandes esperanzas de que todo saliera bien. Bonzo se estaba volviendo un poco errático y no estaba en buena forma. Hubo algunos buenos momentos, pero luego comenzó con el vodka. Creo que estaba bebiendo porque había problemas en su vida personal. Pero murió debido a un accidente. Estaba acostado de manera incorrecta”.
La muerte de John dejó a la familia devastada.
“Tomó poco tiempo darse cuenta cuando llegué, porque los guardias de seguridad estaban a ambos lados de la puerta y Robert Plant estaba esperándome”, reveló Michael Bonham, el hermano menor de John, ya fallecido, sobre cómo se le comunicó la noticia. “Me dijo que dejara mi coche y caminara por el camino con él. Mientras lo hacía, me dio la noticia de que John había muerto durante la noche anterior. No tengo suficientes palabras para describir el impacto que sus palabras tuvieron en mí en ese instante. Pero mientras estaba sentado con mi familia, lo único que sabía era que el hermano al que tanto amaba, mi héroe de toda la vida, se había ido”.
En la autopsia se reveló que murió por inhalación de vómito mientras dormía, “debido al consumo de alcohol”. El veredicto fue muerte accidental.
El funeral tuvo lugar en la Iglesia Parroquial de Rushock en Worcestershire el 10 de octubre de 1980, al que asistieron dolientes, incluyendo familiares, amigos y sus compañeros de banda. Se recibieron homenajes de estrellas como Paul McCartney, Phil Collins, Cozy Powell y Carl Palmer.
Dijo Bev Bevan: “El funeral fue el más traumático al que había asistido, porque era tan joven y tenía tanto por delante. Su familia estaba completamente desolada. ¿Quién sabe qué más habría logrado como baterista?”.
Led Zeppelin podría haber continuado con otro baterista, como lo hizo The Who después de la muerte de Keith Moon, pero realísticamente nadie podría reemplazarlo. Led Zeppelin se disolvió oficialmente. Otros bateristas, incluyendo a Phil Collins y Jason Bonham, han tocado en “reuniones” de Zeppelin desde entonces. Ninguno podría esperar igualar la potencia, magia y presencia del amado hombre que una vez le dijo a Robert Plant que era el mejor baterista del mundo.
“Definitivamente fue el mejor baterista de rock and roll que haya existido”, dijo Jimmy Page una vez. “Y eso es todo, realmente”.
Información adicional de “Late Nights, Hard Fights: My Brother John” de Michael Bonham y Jerry Ewing. Este artículo apareció originalmente en la edición especial de Led Zeppelin de la revista Classic Rock, publicada en 2005.
