INTRODUCCI�N
Los cristianos confesamos que en la persona de Jes�s de Nazaret se ha
revelado plenamente el misterio de Dios. La grandeza y el esc�ndalo de
nuestra fe se halla en la humanidad y en la concreci�n de Jes�s; �l
vivi� en un pa�s concreto, Palestina; con una geograf�a y una cultura
part�culares; en una �poca tambi�n muy concreta, el siglo I.
Si queremos comprender la riqueza del mensaje de Jes�s, la grandeza de
su persona, su lenguaje, sus comparaciones, hemos de estudiar e intentar
conocer c�mo era el pa�s de Jes�s, c�mo era la religi�n de entonces, qu�
grupos sociales y religiosos hab�a, qu� problem�ticas pol�ticas y
econ�micas exist�an... De este modo entenderemos mejor no s�lo la
persona y el mensaje de Jes�s, sino c�mo �l desborda y transciende a su
misma �poca, para convertirse en centro y clave de la historia humana.
1. LA GEOGRAF�A
"Recorr�a toda Galilea ense�ando en las sinagogas y proclamando el
Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su
fama se extendi� por toda Siria y le tra�an todos los enfermos aquejados
de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lun�ticos y
paral�ticos. Y �l los curaba. Y le segu�an multitudes venidas de
Galilea, Dec�polis, Jerusal�n, Judea y Trans�ordan�a" (Mt 4,23-25).
Palestina, que significa "tierra de los filisteos", ha recibido diversos
nombres a lo largo de la historia: Cana�n, Israel, Judea, Tierra
Santa...
Es un territorio de Asia Occidental, situado entre el Mediterr�neo
(Oeste), Siria (Norte), el desierto de Arabia (Este) y la pen�nsula del
Sina� (Sur). Es una franja de tierra en forma de trapecio de 50 y 100 km
en sus bases y de 220 km de altura.
El clima de Palestina se caracteriza por tener veranos calurosos y secos
e inviernos templados y no demasiado lluviosos. Su agricultura es muy
parecida a la del secano espa�ol: en las llanuras, cereales; y en la
sierra, vid, olivo e higuera.
De oeste a este se pueden
distinguir en Palestina tres grandes regiones
naturales:
* la llanura costera;
* la zona monta�osa, que recorre el pa�s de norte a sur a ambos lados
del r�o Jord�n,
* y la depresi�n del r�o Jord�n, en la que se hallan el mar Muerto y el
mar de Galilea (llamado tambi�n mar de Genesaret o lago Tiber�ades). El
Jord�n divide el territorio en dos grandes regiones: la Cisjordania, al
este del r�o, y la Transjordania, al oeste. En la Cisjordania se
encuentran escalonadas, de norte a sur, las regiones de Galilea, Samar�a
y Judea.
1.1.
Galilea
Es una regi�n monta�osa, al
norte de Palestina, con una f�rtil llanura bordeando el mar de Genesaret.
En su parte monta�osa est�n las poblaciones de Na�n, Nazaret y Can�. La
llanura del mar de Genesaret era abundante en cereales, fruta, olivos y
vid, as� como en pesca y derivados. All� estaban las ciudades de Cafarna�n,
Coroza�n y Betsaida.
De Galilea era originario Jes�s y en Nazaret vivi� hasta el
comienzo de su vida p�blica. De ah� que el lenguaje de Jes�s est� plagado
de comparaciones agr�colas y pesqueras. Tambi�n gran parte de sus
disc�pulos eran de esta regi�n. En Cafarna�n Pedro ten�a su casa, en ella
descansaba el Se�or a menudo, despu�s de sus viajes recorriendo todas las
aldeas.
Por haberse fusionado la poblaci�n con extranjeros, no jud�os de religi�n,
los galileos no eran bien vistos por los jud�os fervientes, que llamaban a
la regi�n "Galilea de los gentiles", algo as� como "el distrito de
los ateos".
1.2. Samar�a:
Est� situada entre Galilea y Judea. Es f�rtil y con alto nivel urbano. Sus
habitantes nunca fueron aut�nticamente jud�os de religi�n, ya que muchos
de ellos descend�an de colonos extranjeros.
Los samaritanos eran seguidores de la Ley: admit�an s�lo el
Pentateuco, rechazaban el resto de los libros del Antiguo Testamento y no
reconoc�an a Jerusal�n como centro religioso. Ellos tienen su templo en
el monte Gariz�n, en S�qu�n. Entre ellos y los jud�os exist�a un odio
mutuo.
Ciudades importantes eran Samar�a, Siqu�n y Cesarea.
1.3. Judea:
Es la regi�n sur de Palestina, la m�s extensa y la m�s despoblada y pobre.
La ciudad principal de Judea es Jerusal�n. Su importancia
es, en primer lugar, religiosa: all� est� el �nico templo jud�o del
mundo, al que todos deben peregrinar. A este motivo hay que a�adirle su
importancia pol�tica, ya que es la sede del sanedr�n, cuya competencia
se extiende a todos los jud�os del mundo. Los dos motivos anteriores
produc�an un tercero: su importancia econ�mica. La gran afluencia
de peregrinos la hac�a centro de grandes negocios monetarios, de
banqueros, recaudadores de impuestos, mercaderes de esclavos y de ganado.
Otras ciudades importantes de Judea son Hebr�n, Bel�n, Ema�s, Betania y
Jeric� (la ciudad residencial de los sacerdotes de Jerusal�n).
2. LA
ORGANIZACI�N POL�TICA
"En el a�o quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio
Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano
Felipe virrey de Iturea y Traconitide, y Lisanio virrey de Abilene bajo el
sumo sacerdocio de An�s y Caif�s, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo
de Zacar�as en el desierto" (Lc 3,1-2)
2.1. La dominaci�n romana
En el a�o 63 a.C., Pompeyo conquista Jerusal�n, y Palestina pasa a
depender del poder de Roma. Cuando nace Jes�s gobierna en Roma el
emperador Octavio Augusto (del 31 a. C. al 14 d.C.). Cuando Jes�s
muere, es el emperador Tiberio (del 14 d.C. al 37 d.C.).
En los territorios conquistados, Roma procura conservar las costumbres
locales. Se reserva la pol�tica exterior, controla la moneda y los caminos
y exige un tributo elevado. Para conseguir estos fines se sirve de hombres
fieles.
El jud�o Herodes el Grande es uno de esos hombres. Roma lo utiliza
para gobernar la Palestina ocupada. Fue puesto por el Senado romano como
rey vasallo para toda Palestina. Gobern� desde el a�o 37 a.C. al 4 a.C.
Estaba obsesionado por mantener su soberan�a mediante dos m�todos: estar
siempre al lado del que mandaba en Roma y eliminar a los que pod�an
aspirar a su puesto. De hecho hizo ejecutar a dos de sus hijos acusados de
tramar su destituci�n. Hizo muchas obras p�blicas, entre las que se
encuentran la reconstrucci�n del templo y la edificaci�n de un teatro y de
un anfiteatro en Jerusal�n. En el terreno econ�mico su reinado fue
pr�spero.
2.2.
La herencia de Herodes
Herodes quiso que le sucedieran tres de sus hijos, partiendo el reino,
pero Roma s�lo los admiti� en calidad de gobernadores, no de reyes:
-Arquelao hered� Judea y Samar�a. Gobern� desde el 4 a.C. hasta el
6 d.C. en que fue depuesto y desterrado a causa de su crueldad. Roma, en
su lugar, nombr� a un procurador romano. El quinto procurador fue Poncio
Pilato que gobern� Judea desde el 26 al 37 d.C., en que fue depuesto, y
que conden� a Jes�s a muerte.
-Herodes Antipas gobern� Galilea y Perea desde el a�o 4 a.C. al 39
d.C. Repudi� a su mujer y se cas� con Herod�as, mujer de su hermano Filipo,
con lo cual se gan� los reproches de Juan Bautista. En el momento de la
pasi�n de Jes�s se encontraba en Jerusal�n para celebrar la Pascua y
Pilato, al saber que Jes�s era galileo, se lo envi�.
-Filipo gobern� Iturea y Tracon�tide desde el 4 a.C. al 34 d.C.
En Judea, y despu�s en toda Palestina, el procurador romano dejaba que
el Sanedr�n ejerciera la justicia, pero se reservaba la pena de
muerte.
2.3. El Sanedr�n
El Sanedr�n ("Consejo", "sentarse juntos") era la instituci�n m�s
importante de la sociedad jud�a. Una especie de parlamento con poder
legislativo, ejecutivo y judicial. S�lo estaba limitado en sus funciones
por los ocupantes romanos.
En la �poca de Jes�s, el Sanedr�n constaba de 71 miembros, que se eleg�an
de entre estas tres clases:
-los ancianos (representantes de la aristocracia laica);
-los sumos sacerdotes retirados y los miembros de las cuatro familias de
las que se
eleg�an generalmente los sumos sacerdotes;
-los escribas o doctores de la Ley, pertenecientes las m�s de las veces al
partido de los fariseos.
El presidente del Sanedr�n era el Sumo Sacerdote. Su cometido era
gobernar el pa�s bajo la tutela romana. Los sumos sacerdotes de la �poca
de Jes�s fueron: An�s (del a�o 6 al 15 d.C.) y Caif�s, su
yerno (desde el 16 al 37 d.C.).
El Sanedr�n era a su vez el consejo de gobierno y la corte suprema de
justicia para todos los jud�os, estuvieran en Palestina o en el
extranjero.
Ejerc�a la justicia seg�n las leyes jud�as, que eran reconocidas como
leyes del imperio para todos los jud�os de los pa�ses sometidos a Roma.
Sus decisiones ten�an fuerza de ley, que los romanos se cuidaban de
aplicar.
Su competencia se extend�a a todas las cuestiones religiosas y a todo lo
que se derivaba de la ley jud�a. No ten�a poder para condenar a muerte
(esto es algo que se reservaba al Prefecto o Gobernador romano).
3. LAS
INSTITUCIONES RELIGIOSAS
3.1. Fiestas
Las tres fiestas de peregrinaci�n son las m�s importantes: re�nen al
pueblo junto al templo y refuerzan la fe com�n.
- La fiesta de Pascua sobre la liberaci�n del �xodo. En esta
ocasi�n acuden unos 200.000 peregrinos a Jerusal�n. La tarde del 14 de
nis�n se inmola en el templo a los corderos que la familia come despu�s de
ponerse el sol. La fiesta se prolonga durante 8 d�as. Se celebraba a
primeros o mediados de abril. Su fecha cambia, al igual que nuestra Semana
Santa, a causa del calendario lunar. Coincid�a con la primera luna llena
de primavera.
- Pentecost�s, 50 d�as m�s tarde, fue primero la fiesta de la
cosecha, pero pas� a ser luego, en la �poca de Jes�s, la celebraci�n del
don de la Ley en el S�na�, fiesta de la alianza y renovaci�n de esa
alianza. Se celebraba a finales de mayo o primeros de junio, dependiendo
de la fecha de la Pascua.
- La fiesta de las Tiendas o de las Chozas es la m�s espectacular.
Para recordar la estancia en el desierto, cada familia se hac�a una choza
de ramaje en los alrededores de la ciudad. Se celebra a mediados de
octubre.
3.2. El templo
El templo de Jerusal�n era el otro polo de la vida jud�a. En �l se
celebraba a diario el culto a Yahv� y los sacerdotes ofrec�an los
sacrificios. El templo significaba la presencia permanente del Se�or en
medio de su pueblo.
3.3. La Ley
La Ley, dada por Dios a Mois�s, deb�a ser explicada y adaptada a las
circunstancias cambiantes de la vida. Ello dio lugar a la Ley oral o
tradiciones de los padres. El trabajo de interpretaci�n y adaptaci�n de la
Ley fue realizado por los escribas o doctores (verdaderos te�logos y
juristas). En tiempos de Jes�s muchos pertenec�an al partido fariseo y
gozaban de una gran autoridad ante el pueblo.
3.4. El s�bado
El s�bado es, con la circuncisi�n, la pr�ctica m�s sagrada. Era el d�a
dedicado a Dios y al descanso. No se pod�a trabajar, ni llevar encima m�s
de medio kilo de peso y s�lo se pod�a caminar alrededor de un kil�metro.
3.5. La sinagoga
Era el lugar de reuni�n de los jud�os para la oraci�n y el estudio de la
Ley. M�s a�n que el templo, lejano para muchos y adonde s�lo iban en las
fiestas, es el lugar donde se forja la fe y la piedad del pueblo. La
ceremonia se divid�a en dos partes: primero el Shem�, que terminaba con
una bendici�n. Despu�s se hac�a la lectura de la Ley, iluminada por un
texto de los profetas, y seguida por una homil�a.
4. GRUPOS
SOCIO-RELIGIOSOS
"Uno de aquellos d�as, mientras ense�aba al pueblo en el templo
anunci�ndoles el Evangelio, se presentaron los sumos sacerdotes y los
escribas con los ancianos..." (Lc 20,1)
" ... Le enviaron unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo
con una pregun ta..." (Mc 12,13)
"...Se le acercaron unos saduceos, de los que dicen que no hay
resurrecci�n, y le preguntaron..." (Mc 12,18)
4.1. Sumo Sacerdote
Era el responsable m�ximo del
templo y presidente del Sanedr�n. Gozaba de una gran dignidad y una
situaci�n econ�mica confortable. Pertenec�a al partido saduceo y era
colaboracionista con el poder romano. Su cargo era vitalicio, pero los
diversos procuradores nombraban y destitu�an al sumo sacerdote cuando
quer�an.
4.2. Saduceos
Pertenec�an a la clase alta
del pa�s, aristocracia sacerdotal y grandes propietarios. Pol�ticamente
colaboraban con el poder romano, intentando mantener el orden p�blico.
Religiosamente eran muy conservadores: se aten�an a la Ley antigua, no
cre�an ni en el reino venidero ni en la resurrecci�n.
4.3. Sacerdotes
En Israel el sacerdocio era
hereditario y se adquir�a por nacer en la tribu de Lev�. Unos 7000
sacerdotes se encargaban de atender el templo. En general era gente pobre,
viv�an de las ofrendas y de oficios que se buscaban por su cuenta.
4.4. Escribas
La mayor�a eran laicos. Su misi�n consist�a en explicar y actualizar la
Ley en funci�n de los nuevos tiempos y de los problemas que se planteaban.
4.5. Fariseos
La palabra "fariseo" significa
" separado". Eran hombres piadosos que conoc�an bien la Ley y la cumpl�an
a rajatabla (ayunos, penitencia, oraci�n ... ). Ejerc�an una enorme
influencia entre el pueblo, hasta el punto de que los jefes religiosos
segu�an siempre sus consejos. Pertenec�an a una clase media (artesanos,
peque�os comerciantes ... ). Los fariseos quieren estar separados de los
impuros, es decir, de los que no conocen la Ley ni la cumplen. Eran
nacionalistas y hostiles a los romanos, pero no usaban la fuerza, sino que
esperaban un Mes�as que establecer�a el reino de Dios echando a los
romanos del pa�s. Se consideraban el resto de Israel y esperaban en la
resurrecci�n de los muertos.
4.6. Zelotas
Eran un movimiento extremista
y armado. Su nombre significa "celosos de Dios". Pertenec�an a las capas
m�s pobres del pueblo (agricultores, jornaleros, pescadores de
Galilea...). No se enfrentaban directamente con el ej�rcito romano, sino
que organizaban revueltas y asesinatos aprovechando las reuniones masivas.
Sol�an esconderse en cuevas de Galilea y contaban con el apoyo de las
clases populares. Entre los seguidores de Jes�s hab�a antiguos zelotas:
Sim�n, el zelota, Judas Iscariote...
4.7. Esenios
Eran una especie de monjes que
viv�an en comunidad a orillas del mar Muerto, en Qumr�n. Esperaban la
venida de dos mes�as, uno pol�tico y otro religioso, que restablecer�an la
justicia, el final del pecado y la restauraci�n del imperio de Israel.
4.8. Pueblo
Era la clase social inferior,
la plebe, compuesta fundamentalmente por habitantes del campo, muchas
veces descendientes de extranjeros, que no conoc�an la Ley m�s que en lo
fundamental y ni siquiera eso cumpl�an. Pertenec�an a este grupo los
jornaleros, curtidores, carniceros, pastores y todos aquellos cuyos
oficios eran considerados impuros. Era la gran masa del pa�s.
4.9. Mujeres
La mujer no ten�a los mismos
derechos civiles ni religiosos que el hombre. Una mujer depend�a
totalmente de su padre hasta la edad de 12 a�os. A esta edad, se
celebraban normalmente los desposorios, y un a�o despu�s ten�a lugar el
matrimonio. A partir de entonces la mujer pasaba a depender totalmente del
marido. �ste pod�a divorciarse; la mujer, no. En el templo, la mujer no
pod�a pasar del atrio reservado a los gentiles y a las mujeres. En el
culto de la sinagoga no jugaba papel alguno. Solamente se limitaba a
escuchar. En los juicios su testimonio no val�a. En resumen, la mujer
estaba considerada como menor de edad y una posesi�n del hombre.
4.10 Marginados
En la sociedad palestina hab�a grandes grupos marginados por distintas
causas: religiosas, morales o racistas.
- Los publicanos eran marginados porque cobraban, por arriendo de
los romanos, los tributos sobre las mercanc�as importadas. Para que les
quedara algo de ganancia ten�an que cobrar algo m�s del tributo. Comet�an
muchos abusos, y el pueblo en general los odiaba y los ten�a por ladrones.
- Algunos enfermos, sobre todo de la piel, leprosos y, de
afecciones mentales o nerviosas, endemoniados se ve�an apartados de toda
vida social, incluso de la religiosa. Los minusv�lidos (cojos, ciegos,
paral�ticos ... ), frecuentemente convertidos en mendigos, eran otro tipo
de marginados.
- Los gentiles (los que no son jud�os) y los pecadores p�blicos
(prostitutas, ad�lteras ... ) eran discriminados por motivos m orales-rel�giosos.