Además de la ciudad de Madrid, villa por excelencia, repartidas por toda la Comunidad hay otras 11 localidades con este título que reconoce tanto su valor histórico, como su rico patrimonio cultural, artístico, natural…

El título de villa, otorgado, en la mayoría de los casos, por los distintos monarcas a lo largo de la Historia, ha implicado una serie de privilegios o fueros como reconocimiento a la singularidad de un determinado territorio.

Hoy en día, aunque administrativamente una villa sea igual que cualquier otro pueblo o ciudad, esta diferenciación sigue indicándonos que ese lugar reviste un particular interés.

Desde hace unos años, la propia Comunidad de Madrid ha impulsado distintos programas turísticos para dar a conocer la riqueza de las localidades que son villas. La mayoría está relativamente cerca de la capital, por lo que, descubrir lo que hace especiales a las once villas de Madrid resulta tan sencillo como gratificante.

Rascafría

Rascafría
Rascafría

Enclavada en el valle del Lozoya y con la sierra de Guadarrama como telón de fondo, Rascafría es un pequeño tesoro por descubrir a escasos 100 km al norte de Madrid capital.

Visita imprescindible en la localidad es el monasterio de Santa María del Paular, construido entre los siglos XIV – XV y en el que destaca la iglesia y el claustro gótico.

A unos dos kilómetros del monasterio se alza la villa de Rascafría propiamente dicha en la que resulta fácil reconocer la arquitectura serrana. Puntos clave que no hay que perderse son la plaza de los Trastámara o la iglesia de San Andrés Apóstol.

En un entorno privilegiado, en el que destacan parajes cercanos como el bosque finlandés o la cascada del Purgatorio, Rascafría combina el patrimonio natural con el artístico y cultural.

Chinchón

Chinchón
Chinchón. Depositphotos

Esta coqueta villa, a apenas 45 km. de la capital, rebosa encanto y ofrece una excelente propuesta gastronómica. Su emblemática plaza Mayor está catalogada como la 4ª maravilla de la Comunidad de Madrid y realmente enamora a primera vista. Es una plaza, con soportales y tres niveles de construcciones dotadas de balcones en madera pintada en verde, que ha tenido múltiples usos.

Recorrer las calles empedradas de Chinchón es una delicia y la mejor manera de descubrir los monumentos principales de la villa como: la torre del Reloj, el teatro Lope de Vega o la iglesia de nuestra Señora de la Asunción.

Buitrago del Lozoya

Buitrago del Lozoya
Buitrago del Lozoya

Buitrago es una villa medieval en excelente estado de conservación que, además, se ubica en un lugar privilegiado: un meandro del río Lozoya, cuyas aguas casi tocan los más de 800 metros de imponente muralla que se encarga de proteger su bello casco histórico.

La pronunciada curva del Lozoya parece envolver a Buitrago dotando a la villa de una belleza particular. Hay que recorrer la muralla y adentrarse en el casco antiguo accediendo por la torre del Reloj.

Recorrer las callejuelas medievales, visitar la iglesia de Santa María del Castillo y dejarte sorprender por el museo Picasso de la localidad son actividades que no puedes dejar de hacer.

Navalcarnero

Plaza de Segovia. Ayuntamiento de Navalcarnero Navalcarnero – Turismo

La villa real de Navalcarnero se encuentra a solo 30 km al sur de Madrid, en una de las áreas vinícolas más importantes de la Comunidad. Pese a su cercanía a la capital, este es un pueblo tranquilo, fiel a sus costumbres y oficios tradicionales basados principalmente en las labores agrícolas y en la producción de alimentos y vinos.

Merece la pena visitar la iglesia de nuestra señora de la Asunción, cuya capilla real fue elegida para el enlace de entre Felipe IV y Mariana de Austria. Después de la visita, disfrutar de alguno de los vinos (D.O Madrid) en la bonita plaza de Segovia, corazón de la villa, es una magnífica idea.

Manzanares el Real

Castillo de Manzanares el Real - Fuente: Pixabay
Castillo de Manzanares el Real – Fuente: Pixabay

La inconfundible silueta del Castillo nuevo de los Mendoza es el emblema de esta espléndida villa que tiene como majestuoso telón de fondo los escarpados picos de La Pedriza, en la sierra de Guadarrama. Manzanares el Real combina naturaleza, cultura e historia con un sinfín de propuesta para disfrutar de una escapada perfecta.

El castillo, que es una armoniosa fortaleza – palacio del siglo XV, puede visitarse por libre o con una amena visita teatralizada. Pese a ser el castillo mejor conservado de toda la Comunidad de Madrid (y, por cierto, lugar donde se firmó su estatuto de autonomía), no es el único atractivo de Manzanares. El castillo viejo, la iglesia de nuestra señora de las Nieves o la coqueta plaza del Pueblo lo son también.

Nuevo Baztán

Nuevo Baztán
Nuevo Baztán

Nuevo Baztán es uno de los pueblos más bonitos de España y también una villa madrileña singular por su origen, ya que, a diferencia de otras localidades, no es medieval, sino fruto del proyecto que, en el siglo XVIII, llevó a cabo el político e industrial Juan de Goyeneche.

Fue este empresario navarro, afincado en Madrid, quien propulsó la construcción de la villa con idea de que fuese un importante complejo industrial próximo a la capital. El resultado es el actual Nuevo Baztán, una localidad cuyo trazado urbano, en cuadrícula, ofrece un encantador recorrido en un primer paseo.

El hermoso palacio barroco de Goyeneche, obra de Churriguera, destaca en el centro histórico y colindante a él, la iglesia de san Francisco Javier. El descubrimiento de esta coqueta villa, ejemplo de los cánones de la Ilustración, se completa con una degustación de los productos de la tierra que ofrece este bello rincón enclavado en la llamada Alcarria madrileña.

Torrelaguna

Torrelaguna
Torrelaguna/Pixabay

En el valle del Jarama se encuentra la señorial villa de Torrelaguna con su magnífico casco histórico salpicado de casonas blasonadas y palacios como el de Arteaga o el palacio Salinas.

Cuna de ilustres personajes madrileños de ámbitos muy diversos, desde el poderoso cardenal Cisneros, hasta santa María de la Cabeza, Torrelaguna cuenta con un rico patrimonio en forma de monumentos civiles y religiosos de gran belleza e incalculable valor histórico.

La iglesia de Santa María Magdalena, ejemplo de gótico madrileño, el convento de las Hermanas Franciscanas, la casa Vargas, donde según la tradición vivió san Isidro Labrador, patrono de Madrid, o la emblemática plaza Mayor, presidida por la cruz de Cisneros son solo algunos de ellos.

Patones de Arriba

Patones de Arriba en Madrid
Depositphotos

El espectacular paisaje de la sierra Norte de Madrid es lo primero que sorprende de la pequeña villa de Patones de Arriba y, lo segundo, el encanto que posee su arquitectura tradicional, en piedra y pizarra negra.

Esta arquitectura ‘negra’ es la seña de identidad del bonito pueblo de Patones, con sus coquetas calles de grandes losetas que ascienden adaptándose al terreno y marcando el sendero de lo que es un verdadero ‘museo de la pizarra’ al aire libre.

La antigua ermita, hoy oficina de turismo, es el punto ideal para empezar a conocer esta joya, descubriendo sus casas tradicionales, antiguos lavaderos, bodegas, fuentes… un sinfín de pequeños rincones donde arquitectura y entorno natural crean el tándem perfecto.

Villarejo de Salvanés

Torre del Homenaje del que fuera castillo de Villarejo de Salvanés. Trabajo propio de Rodelar, Wikipedia

Por su importancia histórica y su rico patrimonio artístico y cultural, Villarejo de Salvanés es también villa por méritos propios. Su fundación, en el siglo XIII, y su posterior desarrollo están ligados a la Orden Militar de Santiago, que determinó que aquí se estableciera en el siglo XV la Encomienda Mayor de Castilla.

Como principal vestigio de esta época, destaca la imponente torre del Homenaje, desde la que se puede disfrutar de vistas panorámicas únicas. El viaje al Medievo que supone recorrer las calles y plazas de Villarejo continúa visitando la Casa de la Tercia, hoy museo etnográfico de la localidad y antaño, sede de la poderosa Encomienda.

El entorno natural también merece ser descubierto con un paseo o ruta de senderismo que lleve a parajes cercanos como el encantador pinar de Valdepuerco.

Colmenar de Oreja

Plaza Mayor de Colmenar de Oreja. Trabajo propio de Zarateman Wikipedia

En la comarca madrileña de Las Vegas se encuentra otra espléndida ciudad y villa con rico patrimonio histórico, cultural y paisajístico.

La bonita plaza Mayor de Colmenar de Oreja, porticada y con balconadas en madera, es el punto ideal para iniciar el recorrido por esta tranquila villa de rica y variada gastronomía.

La iglesia de Santa María la Mayor impone su silueta vigilante en toda la localidad. Además, entre los monumentos que no hay que perderse destacan la ermita del Humilladero y la de San Roque. Los amantes del arte y la pintura tienen la oportunidad de acercase al museo Ulpiano Checa, dedicado al pintor impresionista nacido aquí.

Para completar la visita a Colmenar de Oreja, ir a alguna de sus tradicionales bodegas, en ocasiones ubicadas en cuevas de la zona, o una artesanal quesería (por supuesto con degustación de productos) es una estupenda idea.

San Martín de Valdeiglesias

San Martín de Valdeiglesias
San Martín de Valdeiglesias

Si de vinos hablamos, hay otra villa madrileña que destaca en el cultivo y producción de caldos de gran calidad. Se trata de San Martín de Valdeiglesias, una histórica localidad, ubicada en la madrileña sierra Oeste, con mucho que ofrecer a quien la visita.

Del casco antiguo llama la atención el castillo de la Coracera, del siglo XV y con una soberbia torre del Homenaje. En cualquier recorrido, también hay que incluir una parada en la plaza Real de la villa, donde se encuentran el ayuntamiento y la iglesia de san Martín Obispo una de las muchas iglesias que se pueden encontrar en este lugar (probablemente, de ahí el nombre de Valdeiglesias) que forman parte del rico patrimonio de la villa madrileña.

La cercanía del embalse de san Juan hace posibles numerosas rutas de senderismo para conocer, también, su patrimonio natural.

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