Andrés Iniesta anuncia su salida del club japonés Vissel Kobe y que continuará su carrera en otro destino | Deportes | EL PAÍS
_
_
_
_
_

Andrés Iniesta anuncia su salida del club japonés Vissel Kobe y que continuará su carrera en otro destino

El futbolista español, de 39 años, dice que el banquillo le impide retirarse como él sueña. “Quiero retirarme en un campo de juego”, dice

El futbolista Andrés Iniesta en la rueda de prensa de este jueves en Kobe (Japón).Foto: FRANCK ROBICHON (EFE) | Vídeo: EFE

La final de la Copa del Rey de 2018 dejó perplejos a los aficionados que la vieron y a los jugadores que la disputaron. Tras el Barcelona, 5; Sevilla, 0, se escondió uno de los grandes misterios no revelados del fútbol europeo. Los testigos se preguntaban cómo era posible que el mejor jugador de la cancha sin discusión, Andrés Iniesta, acabara de disputar su último partido con la camiseta del Barcelona. Con 34 años, uno de los mejores futbolistas de la historia de España, estaba pletórico de inspiración y condiciones físicas. Pero su destino era Japón. Lo tenía decidido.

Este miércoles, con media temporada de liga japonesa consumida, Iniesta anunció que abandona el Vissel Kobe, el pequeño club de los márgenes del fútbol en el que planificó su retirada con la obsesión perfeccionista que precedió su carrera. “A veces las cosas no se dan como uno piensa o se imagina”, dijo el manchego en la conferencia de prensa que celebró este miércoles. Otro misterioso golpe de timón.

Iniesta muestra su emoción durante la rueda de prensa, este jueves en Kobe (Japón).
Iniesta muestra su emoción durante la rueda de prensa, este jueves en Kobe (Japón). FRANCK ROBICHON (EFE)

Faltan siete meses para la conclusión de su contrato. Pero Iniesta está aburrido de sentarse en el banquillo. Postergado por el entrenador, Takayuki Yoshida, el volante solo ha disputado poco más de media hora en los 14 partidos del campeonato disputados desde enero. Después de sufrir para mantenerse en la categoría en 2022, esta temporada el equipo lidera la liga de Japón. Pero sin apenas contribución de su capitán, que prefiere abandonar la nave antes que asistir al crucero sintiéndose poco útil.

“Siempre nos habíamos imaginado que me retiraría aquí, era el deseo de todos”, dijo Iniesta en la conferencia de prensa que celebró este miércoles. No hablaba en plural mayestático. Le acompañaron su esposa, Anna, sus hijos, y su amigo Hiroshi Mikitani, propietario de Rakuten y presidente del club. “Tengo muchas ganas de seguir jugando, de seguir compitiendo. Pero a veces los caminos se separan. Siento que las prioridades del entrenador son otras y lo asumo. Espero haber estado a la altura de las circunstancias…”. En este punto interrumpió su alocución ahogado por un llanto sordo. “Como capitán del Vissel Kobe siempre intenté ser un ejemplo dentro y fuera del campo, y ayudar en todas las facetas”, musitó.

Hombre de reacciones tan misteriosas como poéticas, Iniesta intentó ayudar hasta que comprendió que para hacerlo antes debía ayudarse a sí mismo. Eso pasaba por jugar al fútbol. Algo que después de 39 años de vida ha integrado en su personalidad más que un oficio. “Quiero retirarme en un campo de juego; quiero seguir jugando, me siento con la capacidad y la ilusión de seguir haciéndolo; ahora veremos qué opciones puede haber”, concluyó.

Iniesta sale al mercado en busca de un último escudo previo al adiós. Su decisión coincide con el paro de Lionel Messi, Sergio Busquets y Jordi Alba, tres de los jugadores legendarios que le acompañaron en la epopeya más fabulosa que ha conocido el fútbol de clubes en la era contemporánea. A los cuatro los tientan dos polos principales: Arabia y Estados Unidos. Los campeonatos de los países de la península árabe y la MLS. El reencuentro flota en el aire.

El sueño de Hiroshi Mikitani fue construir una potencia de la nada en el fútbol nipón. Su piedra angular fue Iniesta, con quien entabló amistad. De la mano del veterano del Barça, el pequeño club de Kobe alcanzó cotas nuevas. Ganó los primeros títulos de su historia —la Copa del Emperador y la Supercopa— y participó por primera vez en la Champions de Asia. Fue en los cuartos de final de esta competición, en plena pandemia, en diciembre de 2020, cuando Iniesta se sintió obligado a lanzar un tiro en la tanda de penaltis contra el Suwon. Fue su decisión —una vez más—. Estaba lesionado pero forzó. El gesto del golpeo le rompió el tendón del recto anterior del muslo derecho. El percance fue tan grave que llegó a plantearse la retirada. Decidió operarse para recuperarse y despedirse de su carrera compitiendo. En cuatro meses volvió a disputar partidos. Grabó la experiencia de la rehabilitación en Mi Decisión, un documental con tono de confesión.

Dos años después se siente fuerte. La pierna dañada hoy es un roble. Pero el entrenador no le pone. Le quedan siete meses de contrato pero prefiere renunciar al dinero. Insiste en retirarse en pleno vuelo competitivo. Si es en una liga menor, lo hará sintiéndose importante para el equipo que le ponga su camiseta. Antes, el 6 de junio, el Vissel Kobe recibirá al Barça en Tokio para disputar un amistoso.


Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_