Biografía Ingrid Bergman

Ingrid Bergman (Estocolmo, 29 de agosto de 1915 - Londres, 29 de agosto de 1982) fue una de las actrices más prolíficas del séptimo arte, actuando tanto en cine como en teatro y televisión en cinco idiomas: sueco, inglés, francés, alemán e italiano. Su gran talento la convirtió en la primera mujer en obtener el Premio Tony a Mejor Actriz, además de 3 premios Óscar y 5 Globos de Oro, y ocupa la cuarta posición como uno de los mitos de la historia del cine en el listado elaborado por el American Film Institute, tan solo por detrás de Katharine Hepburn, Bette Davis y Audrey Hepburn.

? Su infancia no fue fácil, su madre falleció cuando contaba con 3 años y su padre 11 años después, por lo que pasó a vivir con la hermana de su padre, que también falleció a los 6 meses.  La tristeza por todos estos fallecimientos la convirtió en una joven tímida con dificultades para relacionarse que vio en la actuación una forma de superarlo. Según sus propias palabras, “soy más yo misma cuando soy otra persona”.

Así, con este objetivo, debutó en el cine y el teatro a los 16 años como extra al tiempo que comenzó a estudiar en el Royal Dramatic Theather School de Estocolmo, la escuela cinematográfica más prestigiosa del país en la que estudiaron grandes talentos como Greta Garbo y para la que era realmente complicado superar las pruebas de acceso.  Gracias a su innato talento impresionó a los jueces que realizaban las pruebas y completó su formación en cine, que rápidamente le abrió las puertas profesionales.

Ingrid Bergman rodó su primera película, El Conde de la Ciudad Vieja,  en 1935, un año de mucha actividad para la joven actriz, que trabajó en 3 películas más. Los siguientes años continuaron lloviéndole las ofertas cinematográficas en su país y obtuvo tal fama que incluso el ministro de propaganda alemán, Joseph Goebbels, trató de convencerla para rodar películas en Alemania dada su ascendencia y dominio del idioma, una oferta que rechazó para continuar trabajando en el cine sueco con gran popularidad con películas como Intermezzo (1936). Durante esta época, además, contrajo matrimonio con Petter Lindström y tuvo a su primera hija, Pia.

Intermezzo sería la película que cambiaría la vida de la actriz, pues su éxito fue tal que tres años después rodó una versión en inglés en los Estados Unidos. Fue, por tanto, la cinta que le abrió las puertas de Hollywood y gracias a la que tres años después lograría un papel protagonista en la mítica Casablanca (1942) junto a Humphrey Bogart. Comenzaba así su exitosa trayectoria en la meca del cine, en la que rodaría otros populares films como Por quién doblan las campanas (1943), que supuso su primera nominación a los Óscar o Luz que agoniza (1944), con la que obtuvo la preciada estatuilla. Estos años fueron triunfales para la intérprete sueca, que en 1945 fue nominada por tercera vez consecutiva a los Óscar por Las campanas de Santa María, y por cuarta vez en 1948 por Juana de Arco.

 Durante esta época Ingrid Bergman era ya un rostro muy conocido en Hollywood, habiendo rodado múltiples títulos como Recuerda (su primera película con Alfred Hitchcock) y Exótica (1945), Encadenados (1946), Arco de triunfo (1948) o Atormentada (1949). Estrenaría la década de los 50 rodando a las órdenes del director italiano Roberto Rossellini, que la fichó para Stromboli (1950) tras haber recibido una carta que la actriz le había escrito en un impulso expresándole su interés en trabajar con él. Dicho film se rodó en Italia y tal fue el acercamiento entre ambos que la intérprete se divorció y comenzó una relación con el cineasta italiano, incluso quedándose embarazada de su hijo Roberto. Este hecho provocó un gran escándalo en Hollywood por el supuesto abandono de Bergman de su primera hija. Tal fue la magnitud del suceso que fue declarada persona non grata en EE UU y tuvo que exiliarse en Italia, país en el que se casó con Rossellini, con el que tendría otros dos hijas gemelas, Isabella e Isotta. Con su ya marido rodaría películas como Europa 1951 (1952) o Te querré siempre, La Paura y Juana de Arco en la hoguera (1954), que fueron un fracaso comercial y acabaron afectando a su relación, por lo que Ingrid comenzó a trabajar para otros directores como Jean Renoir en Elena y los hombres  y Anatole Litvak en Anastasia (ambas de 1956) gracias a las que pudo recuperar gran parte de su fama como actriz. De hecho, con Anastasia lograría su segundo Óscar a Mejor Actriz, recibido en su nombre por el actor y amigo Cary Grant.

Ingrid Bergman volvería a los Estados Unidos en el año 1959, habiéndose divorciado ya de Rossellini y vuelto a casar con un productor teatral sueco, Lars Schmidt, para presentar el Óscar a la Mejor Película. A pesar de que su regreso no fue visto con buenos ojos, logró volver a obtener algunos papeles en Hollywood, que compaginó con rodajes en Europa. Algunos de sus títulos destacados de este período fueron Otra vuelta de tuerca (1959), por la que recibe su primer premio Emmy, La visita (1964), La voz humana (1966), Flor de cactus (1969), Asesinato en el Orient Express (1974), su tercer Óscar a Mejor Actriz, Cuestión de tiempo (1976), junto a Liza Minnelli, en la que también debutó como actriz su hija Isabella Rossellini, que terminaría por convertirse en otra exitosa actriz o Sonata de otoño (1978).

A pesar de su triunfal regreso y los éxitos cosechados, la otra cara de la moneda la ocupaba su vida personal, dado que en 1975 fue diagnosticada con cáncer de mama y se divorció de su tercer marido.

Estos hechos, sin embargo, no afectaron a su trabajo, dado que continuó rodando hasta casi el fin de su vida, cosechando un último gran éxito en televisión, la serie Una mujer llamada Golda, que trataba sobre la vida de la primera ministra israelí, Golda Meir, y fue rodada en el país. Por su última brillante interpretación lograría el Globo de Oro a Mejor Actriz, pero el duro rodaje había hecho mella en su salud, debilitada por el cáncer, que acabó con su vida meses después, habiendo logrado convertirse en un icono del cine para siempre.