Ingmar Bergman | Biografía, Características y Estilo de su Cine

Ingmar Bergman: biografía, características y estilo

Pocos directores en la historia del séptimo arte han representado las agonías existenciales del ser humano como lo hizo durante décadas el maestro sueco, Ingmar Bergman. A través de una longeva trayectoria cinematográfica de 70 películas, que van desde Crisis (1946) a Saraband (2003), Bergman es considerado hoy en día como uno de los directores más influyentes del siglo XX. Su legado fílmico, ha sido reconocido por directores de la talla de Kubrick o de Woody Allen, mostrando su idolatría por el genio sueco en reiteradas ocasiones.

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Ingmar Bergman

Breve biografía

directpr Ingmar Bergman

Bergman durante un rodaje 

Ingmar Bergman nació en el seno de una familia luterana, condición que le marcó desde temprana edad. Su padre era un pastor luterano, que educó a Bergman y a su otro hermano en la más estricta disciplina religiosa, de la que el director desarrolló una gran angustia existencial hacia la figura de Dios y todo lo que representaba. Conceptos como el pecado, el amor, la muerte o la culpa, estuvieron presentes durante toda su vida y de lo que él siempre quiso indagar a lo largo de su densa obra fílmica. 

La manera en la que el joven Ingmar Bergman, lidió en este contexto religioso impuesto por su padre, fue a través de su amor por el cine y el teatro. El director cuenta que vio su primera película a la edad de seis años. La película que vio se llamaba Black Beauty (1921), lo que el propio Bergman recordó tiempo después como una experiencia poderosa. Tanto fue el impacto que tuvo en él, que estuvo después una semana enfermo. 

En las navidades de 1926, el hermano de Bergman, llamado Dag, recibió un cinematógrafo como regalo de navidades por parte de unas de sus tías. Bergman se refirió a este evento de su vida como la vez que más desilusionado se ha llegado a sentir. Esa misma noche, Bergman le propuso a su hermano que le vendiera el cinematógrafo, a cambio de toda su colección de soldaditos, a lo que el hermano accedió.

Bergman ingresó en la Universidad de Bellas Artes de Estocolmo en el año 1937, donde siguió cultivando su fascinación por el teatro y el cine. Fue en sus años universitarios, cuando Bergman empezó a escribir sus primeros guiones y a dirigir sus primeras producciones estudiantiles. Tras su paso por la universidad, Bergman consiguió un puesto como asistente de dirección en uno de los teatros más importantes de Estocolmo. 

En 1941, llevaría a cabo su primera producción teatral, con la obra del dramaturgo sueco August Strindberg, La Sonata Fantasma. En 1944, consigue su primer trabajo como director a tiempo completo y a su vez conoció al productor Carl-Anders Dymling, una de las caras más visibles de los SF Studios. Dymling quedó terriblemente impresionado por el joven Ingmar Bergman, a lo que le ofreció trabajar en el proceso de guion de una película del director sueco Alf Sjöberg titulada Tormenta (1944). Bergman, no obtuvo un reconocimiento como tal hasta 1955, cuando Sonrisas de una Noche de Verano (1955), se proyecta en el Festival de Cannes. 

A lo largo de su carrera, Ingmar Bergman se consagraría como uno de los directores más importantes del siglo XX. Ganó tres Oscars a lo largo de su carrera, a mejor película no inglesa y a su vez, fue nominado en innumerables ocasiones a la estatuilla. Una de las cosas incomprensibles en la carrera de Bergman, es que a pesar de estar nominado infinidad de veces, nunca obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cannes. Probablemente, ante tal hecho, el festival le concedió “La Palma de Palmas” en 1997, un premió que pretendía rendirle tributo a su obra cinematográfica.

A lo largo de su vida, Bergman se casó cinco veces y tuvo nueve hijos en total. Además, tuvo aventuras con tres de sus musas más importantes dentro de su cinematografía, que fueron Harriet Anderson, Bibi Anderson y Liv Ullmann. Bergman pasaría gran parte de su vida refugiado en su Isla de Farö y en donde pasaría sus últimos días en soledad. En dicha isla, no solo tuvo su residencia principal, si no que a lo largo de los años rodó en ella innumerables películas. 

Se dice que Bergman, tenía un cine propio en la Isla de Farö en la que de cinco veces a la semana, a la misma hora, asistía para ver todo tipo de películas que formaban parte de su colección de cinéfilo. El mismo director, sostuvo una vez que tenía la tradición de ver al menos una vez cada año, la película de Charles ChaplinEl Circo (1928) en dicho cine.

Los comulgantes (1963)

El cine de Bergman

Ingmar Bergman tuvo la oportunidad de escribir y dirigir su primera película en 1946, que llevó el título de Crisis (1946). La película fue un fracaso tanto por parte de la crítica como por parte del público. Esto conllevó, que el estudio perdiera la confianza depositada en él como director, lo que puso en peligro la carrera cinematográfica de Bergman. Pese a ello, el productor sueco Lorens Marmstedt quiso seguir apostan do por él, produciendo varias adaptaciones, teniendo a Bergman como director. 

En 1949, Lorens Marmstedt produce la primera película de Bergman con guion original suyo, titulada Prisión (1949). En esta película, Bergman recapitula temas de sus películas anteriores, en la que la Muerte, es el tema principal en el que se construye la trama del film. En esta cinta, Bergman parece preocuparse más por jugar con el arte del cine que de contar una historia coherente. Prisión, es una película con una gran carga poética, en la que se abordan nociones existenciales de una manera atractiva y a la vez perturbadora. 

Si apuñalas a alguien, esa persona gritará “¡Ay!” esta película es como un “¡Ay!” inusitadamente espontáneo, como respuesta a una presión violenta.

Ingmar Bergman 

En 1955, cosechó su primer éxito internacional con la película Sonrisas de una noche de Verano (1955) una comedia-dramática en un escenario de época. La película trata sobre un grupo de parejas que pasan juntas una noche de verano influenciadas por un extraño elixir que provoca que las personas hagan lo que quieren. Sonrisas de una noche de Verano denota una ternura irónica de sus personajes, en el amor que experimentan unos con los otros durante la película, lo que la convierte en una película muy divertida en la que erotismo y la lujuria están presentes en todo momento. 

Esta es la película, en la que el propio Bergman confesó que fue la primera película en la que sintió por primera vez que sabía hacer cine. También sostuvo en varias ocasiones, que a partir del éxito de Sonrisas de una noche de Verano, nadie interfirió más en su trabajo creativo. Por lo que podemos decir, que fue un film que marcaría la obra de Bergman en gran manera ya que el éxito que tuvo esta cinta en Cannes, le permitió llevar a cabo más adelante El Séptimo Sello (1957).

Sonrisas de una noche de verano (1955)

Cuando fui a Cannes, ya había escrito el Séptimo Sello, pero me la habían rechazado anteriormente, a lo que se me ocurrió llevar el guion conmigo al festival. Se lo di a Carl Anders Dymling que ya lo había rechazado y le dije que debía llevarse a cabo el film ahora o nunca

Ingmar Bergman.

En 1957, Bergman estrena en Estocolmo una de sus obras cumbres y más aclamadas, el Séptimo Sello (1957), la historia de un caballero de la Suecia del siglo XIV, que vuelve a casa después de años de lidiar batallas y que en un inesperado día, la Muerte se presenta con la intención de llevárselo. Este caballero encarnado por el gran Max Von Sydow, tiene que lidiar con una gran crisis existencial, lo que le lleva a retar a la Muerte a una partida de ajedrez, con tal de resolver algunas dudas antes de que deje esta tierra.

Esta película nos muestra uno de los temas más recurrentes de Bergman, que es del miedo inherente del ser humano ante la muerte y la duda eterna sobre la existencia de Dios. Bergman hace un paralelismo, con el contexto que estaba viviendo aquellos años, posteriores a la Segunda Guerra Mundial y la amenaza atómica con la época feudal y la peste. El juego de ajedrez es una brillante metáfora del intento del hombre de derrotar a la muerte a través de sus logros, tal vez en el caso de Bergman, de la necesidad de crear una obra vital que sobreviva a su propia muerte.

El caballero regresa con un séquito, cuya inocencia es un reflejo esperanzador de la decencia del ser humano. Nuestro caballero está desesperado por probar la existencia de Dios, porque no concibe que la vida sea tan trágica sin la existencia de una deidad suprema que de esperanza al ser humano.

Quiero que Dios extienda su mano, destape su rostro y me hable

Antonius Block, El Séptimo Sello (1957)

Ingmar Bergman, nos habla en esta cinta del vacío existencial al que el hombre tiene que hacer frente, antes de enfrentarse a la nada.

Escena El séptimo sello (1957)

Ningún hombre puede vivir enfrentado a la muerte, sabiendo que todo es nada.

Antonius Block, El Séptimo Sello (1957)

Ese mismo año, Ingmar Bergman obtiene otro éxito, con otra película que pasaría a ser una de las más icónicas al igual que la antes mencionada y que seguiría expandiendo su cine a nivel internacional, recibiendo premios y nominaciones en todos los festivales de cine más importantes del mundo, esa película es nada menos que Fresas Salvajes (1957). La película trata de un profesor llamado Isak Borg (interpretado por el gran director y del que el propio Bergman se consideraba gran admirador, Victor Sjöström), de 78 años, que tiene que viajar junto a su nuera, de Estocolmo a Lund, para recibir el título de “Doctor Honoris Causa”.

Durante el trayecto, Isak Borg recuerda fragmentos de su pasado, envueltos en un halo de nostalgia continua: La chica que amaba cuando era joven (encarnada por la maravillosa, Bibi Anderson) que acabo casándose con su hermano o su propio matrimonio del que lo recuerda como un gran fracaso. 

La película nos muestra en definitiva, cómo la vida puede llegar atrofiarse y ser estéril con el paso del tiempo, pero a su vez que exista la posibilidad de reconciliación y redención con el propio ser. 

A comienzos de los años 60, Bergman llevo a cabo tres películas que son consideradas como una trilogía, pese a que Bergman siempre mencionó que no tenían nada que ver la una con la otra. El tema central de ellas es el “Silencio de Dios” que serían: Como en un Espejo (1961), Los Comulgantes (1962) y El Silencio (1963)

La primera de ellas nos habla de la relación difusa que mantiene el individuo hacia Dios. La cinta hace referencia a la primera carta de San Pablo a los Corintios.

Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido

(Corintios, XIII,12)

La cinta expresa la idea de que el amor es el reflejo de Dios en la tierra, desde el más pasional al más insignificante, y que es cuestión de tiempo de que el hombre se vea cara a cara con su creador. En cuanto a la segunda película Los Comulgantes (1962) el tema central es la pérdida de fe del individuo ante los devenires de su propia vida, representado en la cinta por un pastor protestante, que al perder a su esposa, se adentra en una gran pérdida de su fe religiosa a causa de la  terrible depresión que padece. En la última película de esta “Trilogía del Silencio” de Bergman, El Silencio (1963), intenta ser un epílogo de las otras dos, llegando a la conclusión final de que ante la ausencia de Dios y el continuo conflicto del ser humano consigo mismo, el arte debe actuar como único liberador del alma humana. 

En el año 1966, Ingmar Bergman dirige la que probablemente sea su mejor película, Persona (1966). Bergman escribió el guion cuando estaba ingresado en un hospital, lo que según el propio director lo considero como una salvación de creatividad. 

Creo que lo que me movía era simplemente una especie de necesidad de sobrevivir

Ingmar Bergman

Existencialismo en Bergman

La película trata sobre una reputada actriz de teatro llamada Elisabet Vogler (Interpretada por la brillante Liv Ullmann) que sufre un colapso psicológico cuando está actuando. Desde entonces, se ha mantenido en silencio por razones que más adelante en la película salen a la luz. Por este motivo Elisabet es ingresada en un centro psiquiátrico, en el que es atendida por una enfermera llamada Alma (Interpretada por Bibi Anderson). La doctora que la supervisa, le aconseja pasar un tiempo en su casa de verano, junto a la compañía de la enfermera Alma hasta que se recupere. 

Persona (1966), nos habla de la dualidad del ser consciente y de la personalidad externa del ser humano, que podríamos considerar como algo artificial o una especie de mascara. En la película podemos ver cómo las dos mujeres, se entrelazan de tal manera en el que el espectador duda de si está viendo a dos personas distintas o a única alma con dos rostros. Persona reflexiona sobre lo que creemos ser como seres humanos y lo que en realidad somos. El hecho de que aspiremos a que lo que consideramos como inherente en nosotros mismos, se plasme en nuestros actos mundanos de cada día, pero como reflejan las dos mujeres en la película, eso es realmente complejo, por lo que es más fácil o casi inevitable de sucumbir a nuestra personalidad externa. 

En el año 1972, Ingmar Bergman realizó otra de sus obras cúspides, que sería Gritos y Susurros (1972). Es una historia de tres hermanas: Agnes (Harriet Andersson), Karin (Ingrid Thulin) y Maria (Liv Ullmann), que residen en una gran casa en el que el rojo es el color que predomina por doquier. Agnes sufre una enfermedad que la obliga a pasar grandes periodos en cama. Para sus cuidados, tiene una criada de la familia llamada Anna (Kari Sylwan) que ha estado presente para Anna cuando más le azotaba su enfermedad. Es una película que entrelaza a la perfección los lazos familiares que podemos llegar a tener, a través del dolor y la angustia que nos azota a cada uno de nosotros por igual. 

En el último periodo de Bergman, siguió haciendo innumerables obras teatrales y películas, tanto para el cine como para la televisión. Las dos que destacamos son Sonata de Otoño (1978) y Fanny y Alexander (1982). La primera película, nos habla del paso del tiempo a través de la relación tormentosa de una hija (Liv Ullmann) y la madre (Ingrid Bergman). Es una película de una sensibilidad única dentro de la obra del director sueco. En el caso de Fanny y Alexander (1982) podemos hablar del film más autobiográfico de Bergman, en la que nos relata la vida de dos hermanos en la Suecia de principios del siglo XX.

Características y estilo

El cine de Bergman se caracteriza por ser un cine en lo que lo simbólico prevalece ante una narrativa tradicional, en lo que lo metafísico tiene mayor valor que la historia que se pretende contar. Bergman al igual que otros directores como pueden ser Andrei Tarkovsky o Federico Fellini, hace uso del medio cinematográfico para expresar ideas existenciales, mediante la sucesión de imágenes imponentes. 

El uso del primer plano predomina en las películas de Bergman donde hace un uso constante de primerísimos primeros planos, con la intención de mostrar al espectador lo que un personaje piensa o está sintiendo en un determinado momento del film.  Es de esa manera en la que Bergman intenta alcanzar una verdad artística haciendo que la vida se manifieste en su máxima expresión mediante el cine. Lo que hace al cine de Bergman tan próximo al espectador, es la radical sinceridad con la que muestra sus ideas acerca del hombre. 

estilo bergman

Liv Ullmann y Bibi Anderson

Su cine nos habla de la conciencia del ser del individuo, siendo una especie de espejo que muestra las virtudes pero sobre todo el lado decadente del ser humano. Nos revela el sufrimiento inconsciente del ser humano y cómo su existencia, persiste en nosotros pese al paso del tiempo. Si el hombre es incapaz de ser autoconsciente del conflicto moral y de adversidad del que debe de lidiar en su interior, no solo no desaparecerá, sino que se hará más persistente al cabo de un tiempo. 

En definitiva, las películas de Ingmar Bergman muestran las complejidades del ser humano, indagando en las fragilidades psicológicas de ellos mismos y en la agonía existencial que surge ante la ausencia de  un significado en sus vidas. A pesar de que resulte una visión algo pesimista por parte del director, la intención última de Bergman al mostrar esas visiones tan sombrías al espectador, es la de revelar la posibilidad de redención por parte del ser humano. A menudo se dice que las películas de Bergman aluden frecuentemente a cuestiones relacionadas con la muerte, pero es todo lo contrario. Las películas de Bergman están relacionadas más bien, al aislamiento, el rechazo o el amor no correspondido que experimentan sus diferentes personajes. 

Trailer de Fanny y Alexander (1982)

Los personajes en las películas de Bergman, se muestran como figuras oníricas, expresando de tal manera nuestro mundo interior. Al igual, podemos observar que en el cine de Bergman predominan los personajes femeninos. En una entrevista concedida a un medio americano en 1971, el propio Bergman fue preguntado por este tema, a lo que el director sueco respondió: 

Considero que me apasiona ante todo el mundo interior del ser humano, ya sea el de una mujer o el de un hombre, realmente me es indiferente. A su vez, reconozco que es mucho más fascinante trabajar con una mujer en un escenario o en un estudio, por el hecho de que son más abiertas a mostrarse tan y como son, al igual que se sienten más cómodas delante de una cámara o delante de un público, debido a la manera que han sido educadas desde pequeñas. 

En esa misma entrevista, en la que Bibi Anderson también intervino, pudo explicar de manera más clara lo que Bergman pretendía decir con eso, ya que su ingles no era tan bueno como el de la actriz. 

Creo que lo que Ingmar pretende decir, es que una actriz le resulta más fácil camuflar su parte narcisista delante de la cámara, pero para los actores puede resultar algo incómodo

Bibi Anderson 

Las mujeres en las películas de Bergman, suelen ser en general mujeres de una gran belleza, que a su vez,  tal halo de belleza se ve siempre arrancado, por un dolor o martirio con el que está lidiando. Al igual podemos decir, que su fascinación por el sexo femenino, puede venir por su insatisfacción religiosa. Constantemente, recurría a imágenes de mujeres en su cine, de alguna manera, para revelar una especie de verdad religiosa en ellas. Hasta el final de sus días, Bergman vio a la mujer como un misterio en sí misma. Lo que de alguna manera, junto a lo previamente mencionado, cultivó en él un tipo de culto creativo por ellas.

Las mujeres en las películas de Bergman, suelen ser en general mujeres de una gran belleza, que a su vez,  tal halo de belleza se ve siempre arrancado, por un dolor o martirio con el que está lidiando. Al igual podemos decir, que su fascinación por el sexo femenino, puede venir por su insatisfacción religiosa. Constantemente, recurría a imágenes de mujeres en su cine, de alguna manera, para revelar una especie de verdad religiosa en ellas. Hasta el final de sus días, Bergman vio a la mujer como un misterio en sí misma. Lo que de alguna manera, junto a lo previamente mencionado, cultivó en él un tipo de culto creativo por ellas.

Temáticas

  • Representación de la verdad 

Muchas de sus películas tratan sobre la autoconciencia del ser humano. Los personajes de sus cintas, muestran un lado superfluo de ellos mismos, que al final siempre saca a relucir la verdadera naturaleza de ellos. Bergman sentía una fascinación por los espejos, desde un punto metafísico. Bergman exploró cómo la imagen que tengamos de nosotros mismos, se refracta a través de la percepción que tienen los demás de nosotros. 

Esto puede conllevar una distorsión de nuestro sentido del yo. Este concepto, lo podemos observar en películas como Sonata de Otoño (1978) en la que el personaje de Eva es incapaz de reconocerse ya que su sentido del yo se ve refractado por la relación tormentosa que ha arrastrado con su madre. 

Si alguien me amara tal y como soy, por fin podría atreverme a mirarme a mí misma

Eva, Sonata de Otoño (1978)

  • Las pasiones humanas

Bergman ha tratado en innumerables ocasiones, cuestiones como pueden ser las relaciones de pareja, el sexo, la vanidad o la insatisfacción amorosa entre otras cosas. 

  • La existencia de Dios

Uno de sus temas más recurrentes, en el que Bergman lo proyecta mediante sus personajes, es la desesperación existencial en la búsqueda de un ser supremo que de sentido a la vida y a su vez que de un propósito. La muerte, es el miedo que Bergman alude ante la posible ausencia de un Dios, que lo que hace es reafirmar, la creencia de que no hay un propósito, que lo que nos espera más allá de la muerte, es nada más que la nada. 

  • La nostalgia y la pérdida 

Este tema se nos muestra con total claridad, en películas como Fresas Salvajes (1957) en la que los personajes reflexionan sobre lo que ha acontecido en sus vidas desde una perspectiva nostálgica y de sensación de pérdida que se relaciona frecuentemente con el arrepentimiento y la culpa. 

  • La ausencia de amor como pérdida de propósito vital 

Bergman asocia la ausencia de amor, como un signo de pérdida del sentido en nuestras vidas. Para Bergman, cuando el ser humano carece de amor alguno, el mundo que se le presenta ante él, le parece aburrido y deforme. Al igual que cuando sentimos que nuestro amor no es correspondido, tendemos a transformar ese amor en algo más cercano al rencor o el desprecio. Por lo tanto, para Bergman, el amor es una especie de bálsamo para el ser humano, una fuerza que nos mantiene en equilibrio con nosotros mismos. Más allá de esa idea de Bergman sobre el amor, también reconoce en su obra, que el amor también debe implicar sacrificio en la persona que lo procesa, ya sea hacia otra persona, ante Dios o hacia su trabajo. 

gritos y susurros ingmar bergman

Gritos y susurros  (1972)

A su vez, el amor para Bergman, debe de exigir cierta paciencia y constante perdón hacia los demás. Porque si se carece de ello, el ser humano cae en el egoísmo, en la frialdad o la indiferencia por el prójimo. Esto lo podemos observar de manera clara en películas como Gritos y Susurros (1972) en el que los lazos familiares que comparten las hermanas una con la otra, se ven debilitados en todo momento, por la indiferencia y el resentimiento que sienten la una por la otra. 

  • Freud y el psicoanálisis

Bergman también tuvo muy presente la figura de Freud y sus teorías del psicoanálisis, para tratar cuestiones como los traumas de la infancia, los comportamientos neuróticos o el inconsciente humano. La película en la que Bergman exploró más esta temática fue en Fanny y Alexander (1982)

La película es considerada como la más personal y autobiográfica de todas, por el hecho de que Bergman a través del personaje de Alexander, se despoja de sus traumas infantiles y los fantasmas de su pasado, en su mayoría relacionados con la estricta educación religiosa recibida por parte de su padre. 

  • La dualidad del ser 

Esta en cierta manera, está relacionada con la primera temática mencionada y es que más allá de mostrar la verdadera naturaleza del ser, Bergman constata en sus cintas que existen dos fuerzas que impulsan al ser humano, una especie de “Ying y el Yang” que se ve representado por un lado por Dios (La parte creadora del ser) y por otra el Diablo (La parte destructiva del ser). 

  • Los valores del cristianismo como salvación del alma 

El cine de Bergman explora recurrentemente, no el aspecto más teológico del Cristianismo, sino que más bien se interesa por el humanismo que se procesa en él. Bergman trata valores como la gracia, la misericordia o la devoción a través de su obra, pero siempre manteniendo una especie de ambivalencia hacia el espectador

Influencias en el cine de Ingmar Bergman

Victor Sjöström

El cine de Ingmar Bergman, no se puede entender sin la figura de otro de los directores suecos más importantes del séptimo arte, Victor Sjöström. Películas como La Carreta Fantasma (1921) o El que Recibe el Bofetón (1924) marcaron el imaginario fílmico de Bergman. La manera de expresión lírica en las películas dirigidas por Sjöström de la relación del hombre con la naturaleza y la sociedad que le rodeaba, fueron una fuente clara de inspiración para el propio Bergman. Bergman sentía absoluta devoción por el trabajo de Victor Sjöström, tal es así que le suplicó para que apareciera en una de sus películas más celebres Fresas Salvajes (1957). 

Ambos se conocieron por primera vez a Sjöström, cuando el último fue nombrado director de los SF Studios y Bergman aún era un director novel. Tal y como contaba en una entrevista, el estudio pidió que el propio Sjöström hablara directamente con él, ya que la gente que trabajaba en la producción lo consideraba como una persona un tanto tirana y de difícil trato. Más allá de ese primer roce, ambos mantuvieron una amistad que duraría hasta la muerte de Sjöström en 1960. Bergman se refirió en innumerables ocasiones al primer plano del final de Fresas Salvajes (1957) en donde el doctor Isak Borg contempla un recuerdo de sus padres, como el primer plano más hermoso que jamás ha rodado. 

  • Carl Theodor Dreyer 

El gran director danés, también fue una de las grandes influencias en el cine de Bergman. El más obvio de los recursos usados recurrentemente por ambos directores es el uso de primerísimos primeros planos. Una de las pelis que marcaron más la carrera del directo sueco, fue la icónica película de Dreyer, La pasión de Juana de Arco (1928). Esta película de Dreyer es un continuo primer plano del personaje principal, con el fin de captar la travesía espiritual que debe de hacer frente a través del dolor y la fe. Obras de Bergman como El Silencio (1963) o Persona (1966) se nutren mucho del estilo cinematográfico del genio danés. Al igual, también vemos la influencia de Dreyer en el cine de Bergman, en cuanto al manejo de la luz se refiere. Ambos directores, recurrían a usar una fotografía sombría en sus films. 

  • August Strindberg

Este escritor y dramaturgo sueco también fue una notable fuente de inspiración en la obra de Bergman. Las obras de Strindberg, marcaron en gran medida las obras que posteriormente Bergman construiría. Podemos encontrar muchas similitudes en las temáticas de ambos artistas, como puede ser el aislacionismo, la búsqueda de Dios o la autodestrucción inherente del hombre. Algo que a su vez influenciaría y atraería el interés de Bergman en la obra de Strindberg, es el hecho que ambos se criaron en un ambiente Luterano, lo que hizo que de primeras Bergman encontrara muy próxima los mundos que creaba Strindberg. Por lo tanto, podemos considerar a Strindberg, como el artista del que Bergman se vio más influenciado de los que no formasen parte del mundo del cine.

Referencias

  • Bergman, I. (1988). Linterna Magica (2015.a ed., Vol. 1). Barcelona, España: Tusquets Editores.
  • Bergman, I., & Cano, M. C. (2018). Cuaderno de trabajo (Letras Nórdicas) (Spanish Edition) (1.a ed.). Madrid, España: Nórdica Libros.
  • Puigdomènech, J., & López, J. P. (2004). Ingmar Bergman. Madrid, España: Ediciones JC.
  • Ingmar Bergman. (2018, julio 10). Recuperado 31 de mayo de 2020, de https://www.ingmarbergman.se/en
  • El Universo de Ingmar Bergman. (2018) (5.a ed., Vol. 1). Madrid, España: Notorious Ediciones.