(PDF) Himno Nacional Mexicano | Ruth Durán - Academia.edu
Su historia Su historia méxico • 2010 Coeditores de la presente edición Agradecimientos especiales por el apoyo iconográfico H. CÁMARA DE DIPUTADOS, LXI LEGISLATURA MIGUEL ÁNGEL PORRÚA, librero-editor Carmen Parra Susana Alduncin Biblioteca Miguel Ángel Porrúa Primera edición, noviembre del año 2010 Coordinación, características de proyecto y editoriales © 2010 MIGUEL ÁNGEL PORRÚA, librero-editor Derechos reservados conforme a la ley ISBN 978-607-401-354-2 Investigación y textos Adriana Konzevik C. Gabriela Vélez Paz Iconografía Adriana Konzevik C. Gabriela Pardo Diseño y diagramación Fotografía y retoque digital Verónica Santos Monter Moisés Yrizar Corrección Gabriela Pardo Mónica Beltrán Martínez Lia Cabib Biblioteca Leonor Hernández García Soad Lozano Peters Apoyo técnico Manuel Grañén Porrúa Eugenia Calero Humberto Díaz El aire, Centro de Arte Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito de los editores, en términos de lo así previsto por la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, por los tratados internacionales aplicables. imPRESo EN méxico PRINTED IN MEXICO Amargura 4, San Ángel, Álvaro obregón, 01000 méxico, D.F. H. c Á m A R A DE DiPu tA DoS l xi lEgiSl At uR A juN tA DE cooR DiNAcióN Polí t ic A obra aprobada en el programa editorial Bicentenario de la independencia y centenario de la Revolución Acta de la Sesión del 12/IV/2010 Dip. FRANciSco joSé RojAS gutiéRREz Presidente cooRDiNADoR DEl gRuPo PARlAmENtARio DEl PRi Dip. joSEFiNA VÁzquEz motA Dip. A lEjANDRo ENciNAS RoDRíguEz cooRDiNADoRA DEl gRuPo PARlAmENtARio DEl PAN cooRDiNADoR DEl gRuPo PARlAmENtARio DEl PRD Dip. juAN joSé guERRA A BuD Dip. P EDRo VÁzquEz g oNzÁlEz cooRDiNADoR DEl gRuPo PARlAmENtARio DEl PVEm cooRDiNADoR DEl gRuPo PARlAmENtARio DEl Pt Dip. R EyES tAmEz guERRA Dip. P EDRo jiméNEz l EóN cooRDiNADoR DEl gRuPo PARlAmENtARio DE NuEVA AliANzA cooRDiNADoR DEl gRuPo PARlAmENtARio DE coNVERgENciA coNSEjo EDi toR i A l obra aprobada en el programa editorial Bicentenario de la independencia y centenario de la Revolución Tercera Sesión Ordinaria 10/II/2010 gRuPo PARlAmENtARio DEl PRi Dip. A RmANDo jESúS BÁEz P iNAl , titular Presidente Dip. gERmÁN o SVAlDo coRtéS SANDoVAl , Suplente gRuPo PARlAmENtARio DEl PAN gRuPo PARlAmENtARio DEl PRD Dip. l AuRA m ARgARitA SuÁREz g oNzÁlEz , titular Dip. céSAR DANiEl g oNzÁlEz m ADRugA , Suplente Dip. céSAR FRANciSco BuRElo BuRElo, titular Dip. tERESA DEl c ARmEN iNcHÁuStEgui RomERo, Suplente gRuPo PARlAmENtARio DEl PVEm gRuPo PARlAmENtARio DEl Pt Dip. l oRENA coRoNA VAlDéS, titular Dip. DiEgo guERRERo RuBio, Suplente Dip. PoRFiRio muñoz l EDo, titular Dip. P EDRo VÁzquEz g oNzÁlEz , Suplente gRuPo PARlAmENtARio DE NuEVA AliANzA gRuPo PARlAmENtARio DE coNVERgENciA Dip. RoBERto P éREz DE A lVA BlANco, titular Dip. l iEV VlADimiR R AmoS c ÁRDENAS, Suplente Dip. m ARíA guADAluPE gARcíA A lmANzA , titular Dip. jAimE Á lVAREz ciSNERoS, Suplente SEcREtARio gENERAl Dr. guillERmo H ARo BélcHEz SEcREtARio DE SERVicioS PARlAmENtARioS lic. Emilio SuÁREz l icoNA cENtRo DE DocumENtAcióN, iNFoRmAcióN y ANÁliSiS cENtRo DE EStuDioS DE lAS FiNANAzAS PúBlicAS cENtRo DE EStuDioS DE DEREcHo E iNVEStigAcioNES PARlAmENtARiAS cENtRo DE EStuDioS SociAlES y DE oPiNióN PúBlicA cENtRo DE EStuDioS PARA El DESARRollo RuRAl SuStENtABlE y lA SoBERANíA AlimENtARiA cENtRo DE EStuDioS PARA El ADElANto DE lAS mujERES y lA EquiDAD DE géNERo m Presentación H. Cámara de Diputados H. Cámara LXI Legislatura de Diputados LXI Legislatura ÉXICO alcanza dos siglos de vida independiente. De este lar- go trayecto nuestro país ha vivido, entre otros, dos grandes acontecimientos: la Independencia Nacional y la Revolución Mexicana. El primer movimiento dio origen a la Nación como Estado soberano. El segundo estimuló cambios radicales en los órdenes social y político que todavía influyen en el Méxi- En ocasión de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia de la Independencia Nacional y el Centenario Nacional y el de la Revolución Mexicana Centenario de la • • 2010 Revolución 1810 1910 Mexicana 1810 • 1910 • 2010 co contemporáneo. La Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión se une a ambas celebraciones con la publicación de diez obras que recogen parte de nuestra historia: la Constitución del pueblo mexicano; la Constitución de Apatzingán de 1814; el Himno Nacional Mexicano, su historia; México a través de sus hombres y banderas; el manuscrito de Francisco I. Madero, con la correspondiente transcripción de La sucesión presidencial en 1910; la antología de los Documentos para la historia del México Independiente, 1808-1938; el Manifiesto Justificativo de los Castigos Nacionales en Querétaro de Benito Juárez sobre el Fusilamiento Carmen Parra, Dialogando con la Nación, 2010. Óleo, 150 × 100 cm., | p. 5 de Maximiliano de Habsburgo; la antología sobre el Pensamiento político y social de Plutarco Elías Calles. 1913-1916; dos 7 volúmenes de La correspondencia personal de Plutarco Elías Calles. 1919-1945; y la obra de Joaquín Amaro y el proceso de institucionalización del Ejército Mexicano, 1917-1931. Al poner a disposición de los lectores este legado, consideramos que las conmemoraciones Bicentenaria y Centenaria, además de ser vistas como las celebraciones del México Independiente, también deben serlo como los momentos que permitieron a la Nación forjar una identidad cultural y política propia: reconocernos como mexicanos. Sin embargo, es deseable que éstas no se vuelvan festividad para exaltar a héroes y denostar a villanos, sino oportunidad para discutir la pluralidad de proyectos y voces que nos forjaron y que hoy conforman nuestro país. México tuvo que luchar más de una década para consumar su Independencia. En ella hubo figuras emblemáticas como Talamantes, Primo de Verdad, Hidalgo, Allende, Josefa Ortiz de Domínguez, Rayón, Morelos, Leona Vicario, Bravo, Guerrero y otros personajes que significaron la ruptura realista y con ello dieron el tiro de gracia para culminar nuestra 8 separación de España. H. Cámara de Diputados LXI Legislatura Un fenómeno similar ocurrió con la Revolución Mexicana. Persiste la exaltación de Madero, Zapata y Villa; así como de los hermanos Flores Magón, Carmen y Aquiles Serdán, Venustiano Carranza, Salvador Alvarado, Abraham González y los generales Calles y Obregón; al tiempo que concurrimos a una zona de silencio y no hablamos de personajes como Pascual Orozco, Felipe Ángeles y Lucio Blanco. Es tiempo de nuevas reflexiones: la simple repetición de una historia maniquea empobrece y petrifica a nuestros personajes patrios; ponerlos en diálogo con sus voces antagónicas los vivifica. Del movimiento armado de 1910 emanó un nuevo proyecto de Nación, el cual recogió la herencia liberal del siglo XIX y las demandas de las masas y de los distintos grupos armados revolucionarios, enmarcándolas en un nuevo pacto social de gran riqueza doctrinal, que se plasmó en la Constitución de 1917. Nuestro compromiso ante la historia es comprender ese proceso y a todos los que intervinieron en él. México ha sido muchas voces y rostros en su historia. México son muchas voces y rostros en el presente. La diversidad 9 Presentación fue un rasgo de nuestro pasado, y la pluralidad un elemento de nuestra actual democracia. En suma, este año celebramos el inicio de la lucha por una existencia política propia. La fiesta Bicentenaria y Centenaria nos convoca a reactivar nuestra memoria histórica; entender las luces y sombras de nuestro pasado; tener presentes nuestras similitudes y diferencias, y dialogar para construir nuestro futuro. [Palacio Legislativo de San Lázaro, junio de 2010] Presentación H. Cámara de Diputados LXI Legislatura PROGRAMA EDITORIAL Conmemorativo del Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana Constitución de Apatzingán Constitución del pueblo mexicano En ocasión de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana 1810 • 1910 • 2010 Documentos para la historia de México Independiente, 1808-1938 Benito Juárez, Manifiesto Justificativo de los Castigos Nacionales en Querétaro Himno Nacional Mexicano. Su historia Martha Beatriz Loyo Camacho, Joaquín Amaro y el proceso de institucionalización del ejército mexicano, 1917-1931 Carolina Baur Arenas, México a través de sus hombres y banderas Plutarco Elías Calles. Correspondencia personal (1919-1945) Plutarco Elías Calles. Pensamiento político y social. Antología (1913-1936) Francisco I. Madero, La sucesión presidencial en 1910 Reproducción facsimilar, con su respectiva transcripción, del manuscrito original 11 ABREVIATURAS DE ARCHIVOS, REPOSITORIOS Y COLECCIONES PARTICULARES AGN | Archivo General de la Nación AK | Adriana Konzevik LCW | Library of Congress, Washington MAP | Miguel Ángel Porrúa MHM | Museo de Historia Mexicana, Monterrey MNH | Museo Nacional de Historia, Conaculta-INAH. Reproducciones autorizadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia MS | Museo Soumaya, Fundación Carlos Slim NYPL | New York Public Library SAM | Susana Alduncin Monroy UTA | University of Texas at Austin 13 e Del editor L GRITO de Dolores, en 1810, sintetizó en un acontecimien- to trascendental los supremos valores en que se modela el México de hoy y de siempre. Hay que repetirlo una y otra vez: nuestra nacionalidad es la cultura que nos singulariza en el concierto de las naciones y, a la vez, la significación que nos otorga sentido histórico en el desenvolvimiento de la humanidad. Al interior, la nacionalidad es cultura, y desde afuera, la cultura se expresa en nacionalidad. La serenidad que hoy se demanda debe apoyarse en la tradición, en las luchas sufridas y en las auroras luminosas. La sucesión de hechos y de victorias sugiere el ciclo de las estaciones, el exitoso tramontar del invierno hacia el verano lleno de frutos. Así es la historia y así será en tanto que el hombre la aliente con la esperanza. Esa tradición, aparentemente muda, permanece latente en nuestra propia Carmen Parra, El águila de la Federación, 2010. Grabado, 70 × 69 cm. | p.13. idiosincrasia, en nuestras costumbres, en los cambios so- Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. | p. 14. –llámense pirámides o templos– y sobre todo, en los hom- ciales y económicos, en nuestros monumentos del pasado bres que nos han precedido: en el heroísmo de Cuauhtémoc, 15 en el humanismo de Hidalgo que al proclamar la libertad y abolir la esclavitud dio paso al nacimiento del México independiente y libre; en el genio militar y visionario de Morelos, en la tenacidad del presidente Juárez luchando por renovar día con día el espíritu noble de la nación; en el anhelo del presidente Cárdenas por instituir “el mexicanismo revolucionario”, sinónimo de tradición y progreso, bandera señera de identidad y mejoramiento constante. Y así, en todos ellos y en muchos más, con el trabajo cotidiano por darnos una patria con una sola aspiración: MéxICo, grande, inmortal, eterno. Poseemos la fuerza del espíritu y la cultura, la identidad debemos encontrarla en nosotros mismos, con la conciencia firme de nuestro valor, el orgullo de nuestro pasado y el esfuerzo incansable y sostenido, cimiento de la propia grandeza, orientado hacia la búsqueda del bienestar de todos los nacionales, y a fortalecer y desarrollar los valores que nos ubiquen entre las naciones en una interrelación justa y con independencia. 16 Miguel Ángel Porrúa El mexicano vibra con sus símbolos, con el Escudo, la Bandera y el Himno; con su historia, tradiciones, costumbres y leyendas. Los símbolos son expresión de nuestra nacionalidad, constituyen un lazo que une a los mexicanos por encima de cualquier distinción o diferencias particulares o de grupo. Por ello, y con el deseo de contribuir con datos y hechos históricos a profundizar en el conocimiento, ofrecemos con esta obra la documentación que acredita los antecedentes que dan origen a nuestro Himno Patrio. Es nuestra intención que en este 2010, al conmemorarse el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, se conozca la historia de nuestro canto supremo, uno de los más bellos del mundo; deseamos que los lectores, al hojear las páginas sobrias que hoy les entregamos, piensen en la PAtRIA y ratifiquen su orgullo de ser mexicanos. MIGUEL ÁNGEL PORRÚA Carmen Parra, Águila aterrizando en el lago de texcoco, 2010. Óleo, 103 × 108 cm. | p. 18 y 19. [San Ángel, otoño de 2010] 18 Himno Nacional Mexicano 19 Su historia Coro Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón. Estrofa I Ciña ¡oh Patria! Tus sienes de oliva de la paz el arcángel divino, Que en el cielo tu eterno destino, por el dedo de Dios se escribió. Mas si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo, piensa ¡oh Patria querida! que el cielo un soldado en cada hijo te dio. 20 Coro Coro Coro Estrofa II Estrofa III Estrofa Iv En sangrientos combates los viste Como al golpe del rayo la encina ¡Guerra, guerra sin tregua al que intente por tu amor palpitando sus senos, se derrumba hasta el hondo torrente, de la patria manchar los blasones! arrostrar la metralla serenos, la discordia vencida, impotente, ¡Guerra, guerra! Los patrios pendones y la muerte o la gloria buscar. a los pies del arcángel cayó. en las olas de sangre empapad. Si el recuerdo de antiguas hazañas Ya no más de tus hijos la sangre ¡Guerra, guerra! En el monte, en el valle de tus hijos inflama la mente, se derrama en contienda de hermanos los cañones horrísonos truenen, los laureles del triunfo, tu frente sólo encuentra el acero en tus manos y los ecos sonoros resuenen volverán inmortales a ornar. Himno Nacional Mexicano quien tu nombre sagrado insultó. con las voces de ¡Unión! ¡Libertad! Coro Presentación Estrofa vII H. CámaraYde Legislatura el Diputados que al golpeLXI de ardiente metralla de la patria en las aras sucumba, obtendrá en recompensa una tumba, donde brille de gloria la luz. En ocasión de las Y de Iguala la enseña querida conmemoraciones a su espada sangrienta enlazada, del Bicentenario de la Independencia de laurel inmortal coronada,Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana formará de su fosa la cruz. 1810 • 1910 • 2010 Coro Estrofa vIII Coro Coro ¡Patria! ¡Patria! Tus hijos te juran exhalar en tus aras su aliento, si el clarín con su bélico acento, Estrofa v Estrofa vI los convoca a lidiar con valor: Antes, patria, que inermes tus hijos Vuelva altivo a los patrios hogares ¡Para ti las guirnaldas de oliva! bajo el yugo su cuello dobleguen, el guerrero a contar su victoria, ¡Un recuerdo para ellos de gloria! tus campiñas con sangre se rieguen, ostentando las palmas de gloria ¡Un laurel para ti de victoria! sobre sangre se estampe su pie. que supiera en la lid conquistar. ¡Un sepulcro para ellos de honor! Y tus templos, palacios y torres Tornaránse sus lauros sangrientos se derrumben con hórrido estruendo, en guirnaldas de mirtos y rosas, y sus ruinas existan diciendo: que el amor de las hijas y esposas Mexicanos, al grito de guerra de mil héroes la patria aquí fue. también sabe a los bravos premiar. … Coro 21 e N EL MUNDO México y su Himno Nacional Adriana Konzevik C. | Gabriela Vélez Paz contemporáneo, una avasalladora e incesante estan- darización, al parecer inevitable, ha minado la esencia distintiva y los atributos que caracterizaron, a veces milenariamente, a Estados y naciones. Paradójicamente, la compleja y contradictoria globali- zación y sus consiguientes reacomodos geopolíticos hicieron surgir nuevos países y revitalizaron nacionalismos y procesos identitarios. Quizá merced a ello persiste inalterable un conjunto de rasgos oficiales que integra el patrimonio cultural de todo país y le confiere identidad y personalidad jurídica, sintetizando a la vez su noción de patria: nombre, bandera, escudo e himno. Como dijo el historiador Enrique Florescano, el concepto de patria es uno de los más vigorosos en toda latitud y época; está asociado a la figura femenina, a la madre tierra, al origen común; es símbolo de fertilidad, generosidad y fraternidad humana, además de emblema del suelo donde se nace y crece. Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. Con más de tres mil quinientos años de vida urbana, a lo largo de los cuales surgieron grandes civilizaciones, México posee una de las historias más ricas del mundo, que además ha gozado 23 El alma de nuestra Patria inspiró al poeta González Bocanegra para redactar la letra del Himno Nacional Mexicano. Ésta es la reproducción facsimilar del coro y algunas estrofas escritas por la mano del ilustre potosino, que aparecen publicadas en el Ábum Conmemorativo del Himno Nacional Mexicano, 1854-1954. | pp. 14-18. de continuidad pese a la Conquista, la cual originó una simbiosis entre las antiguas culturas indígenas y la europea. Luego vino la Independencia, y con ella un apretado conjunto de símbolos republicanos, en parte influencia de la Revolución Francesa, que nutrió a nuestros emblemas patrios, en especial a la bandera y al himno. Aunque desde la época prehispánica se usaban diversas enseñas, la bandera tricolor, surgida con el Ejército trigarante y ya oficial en 1821, probablemente se inspiró en la francesa. Para nacionalizarla se le añadió una franja blanca con un águila coronada que refiere al mito fundacional mexica, y que se constituyó en el escudo. Desde entonces, poetas y músicos se dieron a la tarea de crear un himno nacional. Sin embargo, ese proceso llevó su tiempo, dado que requería también del nacimiento de una literatura propiamente mexicana, lo que ocurrió con la fundación de la Academia de San Juan de Letrán, en 1836. Lo que se necesitaba era un canto que nos definiera en nuestra complejidad; que nos convocara en los momentos decisivos y fuese un referente único para los muchos Méxicos; que sintetiza- 24 Himno Nacional Mexicano ra, en suma, el proceso de creación, definición y redefinición de nuestros conceptos de patria, nación e identidad. Pero antes había que forjar un calendario cívico, concebir un proyecto incluyente de país, integrar un panteón de héroes y llegar a acuerdos mínimos, como la fecha en la que conmemoraríamos nuestra Independencia. No bastaba con escribir versos rebuscados o componer melodías heroicas glorificadoras del momento: había que alumbrar un canto intemporal de celebración colectiva, de recordación comunitaria de nuestro pasado e invocación de un mejor porvenir. Primero el país debía consolidarse, y su sociedad aprender a superar la inestabilidad política y económica, a gobernarse sola. Quizá por eso el himno pudo nacer hasta 1854, aunque no fue sino en el siglo xx, más precisamente en 1942, cuando obtuvo su carácter oficial. 25 Su historia En este año del Bicentenario, conmemorativo por partida doble y de necesaria reflexión sobre nuestra identidad y destino, el presente libro busca recuperar el origen, historia y vicisitudes que debió sortear el Himno Nacional para sobrevivir, como su identificación con el polémico Antonio López de Santa Anna –once veces presidente, y quien convocó al concurso para su letra y música–, o esa suerte de competencia con los múltiples cantos erigidos como el himno de la patria; y por último, el silencio y el olvido con los que un convulso México castigó durante varias décadas a Francisco González Bocanegra. Deseamos contribuir al conocimiento del contexto histórico y social de nuestro Himno Nacional; de su genealogía y significado, de su valor histórico y simbólico, y en todo caso, discutir su 26 vigencia con seriedad, o entonarlo desde el alma, algo crucial Adriana Konzevik | Gabriela Vélez Paz en estas épocas complejas en las que conceptos como patria y bandera, héroe y nación, suenan huecos o carentes de sentido cuando más falta nos hacen. [Ciudad de México, otoño de 2010] I Carmen Parra, Serie El vuelo del águila, I/V, 2010. Óleo, 200 × 200 cm. 28 Himno Nacional Mexicano 29 Su historia Génesis de la patria f “ UERTE y emotivo, brioso y pendenciero, sentimental e hiperbólico, maestro de historia que repite su vieja y sabia lección ante los oídos sordos de sus escuchas…”. Así definió Vicente Quirarte, poeta y escritor mexicano, a nuestro Himno Nacional.1 Son precisamente éstas las cualidades por las que nos acompaña en nuestras alegrías y cuitas desde hace más de siglo y medio. Sin embargo, para entender la fragilidad y polarización en las que quedó sumido el país luego de once años de guerra insurgente, y por qué resultaban tan necesarios símbolos que nos unieran como el Himno Nacional, debemos recordar lo que fue el movimiento de Independencia. En 1808, las noticias de que Napoleón Bonaparte había invadido Madrid y que el rey Fernando VII había abdicado, permitiendo así que Napoleón entronizara a su hermano José Bonaparte, hicieron arder a la Nueva España, hoy México. Esto atizó el descontento de los criollos novohispanos, ya inconformes con las consecuencias de algunas reformas borbónicas, con su posición subordinada frente a los peninsulares y con las grandes sumas que el virreinato debía aportar a la Corona. Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. 1 Vicente Quirarte, “Un maestro de historia llamado Himno Nacional”, en Tortolero Cervantes, Yolia (investigación), El Himno Nacional Mexicano 1854-2004. México, AGN, 2004, p. 15 31 Anónimo, Familia criolla del capitán Pedro Marcos Gutiérrez, 1814. Óleo, 131.5 ×190 cm. Col. MS. Muchos se negaban a obedecer a un rey Por su parte, la Real Audiencia, apoyada considerado ilegítimo, y al igual que algu- por peninsulares adinerados –despectivamente nas ciudades españolas que desconocieron llamados gachupines–, y por el alto clero, con- a Pepe Botella (como llamaban a José Bo- sideraba conveniente seguir igual pese a la au- naparte), autoridades criollas e indígenas sencia de Fernando VII. Sin embargo, y dado representadas en el Ayuntamiento de la que el virrey José Joaquín de Iturrigaray apo- ciudad de México afirmaron que ante la au- yaba la posición del Ayuntamiento, los sectores sencia de Fernando VII, el poder debía re- privilegiados planearon un golpe de Estado que sidir en juntas organizadas en las ciudades consumaron el 15 de septiembre de 1808. para gobernar en su nombre y a la espera de su regreso. 32 Himno Nacional Mexicano Apresados los miembros destacados del Ayuntamiento, Iturrigaray fue enviado a Espa- Réplica de la Campana de Dolores. Bronce, Col. MAP. F. Flores, Alegoría de Miguel Hidalgo, 1882. Óleo, 142 × 104 cm. Col. MHM. ña para ser juzgado por traición. En su lugar se nombró a un militar sustituido rápidamente por el arzobispo Francisco de Lizana quien, pese a su política conciliatoria, no pudo aplacar las conspiraciones subsiguientes. Las de Valladolid, San Miguel el Grande y Querétaro fueron las más importantes. Las acaudillaban abogados y militares criollos como Ignacio Allende, Juan e Ignacio Aldama, Miguel Domínguez y su esposa Josefa, que propugnaban una junta nacional que gobernara al virreinato de manera autónoma durante la ausencia del rey. Al poco tiempo surgió Miguel Hidalgo, el cura de la parroquia de Dolores que se sumó a la Junta de Querétaro y dio al movimiento su peculiar carácter popular. Los conjurados contaban con estrategia y algu- 33 Génesis de la patria Casimiro Castro, “Palacio Nacional de México”, México y sus alrededores, 1869. Litografía, Col. MAP. nas armas pero fueron delatados, por lo que la en milicia. Negros, mulatos, mestizos, in- adelantaron sus planes. Hidalgo hizo repi- dios y criollos, “el pueblo” en otras palabras, car las campanas de su iglesia y al grito de transformaron a ese movimiento que había “Viva Fernando VII y mueran los gachupi- iniciado como la conjura secreta de una élite nes”, dio inicio la lucha que luego de una letrada y urbana. Finalmente, las necesida- década culminaría en la Independencia. des campesinas comenzaron a hacerse oír, Su llamado fue respondido por la masa de 34 Himno Nacional Mexicano pero no siempre de la mejor manera. rancheros, campesinos e indígenas que con Se calcula que por esos años la población armas rudimentarias, y en no pocos casos novohispana rondaba los siete u ocho millo- con mujeres, hijos y animales, se sumaron a nes, compuesta por un veinte por ciento de la lucha. Los militares de formación, como blancos europeos y americanos, un cuarenta Aldama y Allende, trataron en vano de poner por ciento de indígenas y otro cuarenta por orden en la caótica turba rebelde y constituir- ciento de una minoría de negros y un tanto enorme de las llamadas castas, mezclas de indios, mestizos y mulatos. Era la población inculta y paupérrima, con poco para perder, la que engrosaba las filas del sacerdote. A partir de Dolores, el movimiento encabezado por Hidalgo operó en el Bajío, granero del país. En Atotonilco, el cura hizo del lienzo de la Virgen de Guadalupe su estandarte. Recordemos que durante el siglo XVIII, América se volvió mestiza en el arte, al aclarar su piel y adquirir ropajes europeos. El fruto más acabado de esta fusión es la imagen guadalupana, con la que al fin del siglo se identificaron los indios, las castas y más tarde los criollos, hasta transformarse en símbolo de la Nueva España. Fue por ello que el cura tomó su imagen como bandera. El 28 de septiembre, luego de apoderarse de Celaya, Salamanca, Irapuato y Silao, el ejército insurgente al mando de Hidalgo, nombrado Capitán General de América, lle- además de decretar pena de muerte para los gó a la capital de Guanajuato, violentamente saqueadores. saqueada por la turba que dejó cientos de Siguieron Valladolid, que cayó sin gota de muertos y heridos. Hidalgo trató de poner sangre, Zitácuaro y Toluca. En el Cerro de las orden, nombró autoridades, requisó armas y Cruces, cerca de lo que hoy es La Marque- dinero y abolió la esclavitud y los tributos, sa, los primeros insurgentes sostuvieron su Estandarte de Miguel Hidalgo, siglo XIX. Óleo, 142.5 × 81 cm. Col. MNH. 35 Génesis de la patria postrera campaña victoriosa. Faltaba tomar la ciudad de México. Todo estaba listo, pero en Cuajimalpa, ante el enojo de Allende y Aldama, Hidalgo ordenó la retirada. Mucho se especuló sobre las razones de este repliegue, pero quizá simplemente el cura tuvo miedo de que se repitiera la matanza de Guanajuato y buscó una negociación. El virrey Francisco Javier Venegas desairó a la comisión al efecto, liderada por Mariano Jiménez. Paralelamente, un ejército profesional y menor en tamaño, comandado por Félix María Calleja, considerado el mejor militar de entonces, enfrentó a decenas de miles de insurgentes al mando de Hidalgo, derrotándolos. Y aunque Aldama y Allende también fueron vencidos, el movimiento cundía. Allende regresó a Guanajuato; Hidalgo, a Guadalajara. En noviembre de 1810, el cura tomó decisiones clave: organizó un gobierno democrático sustentado en un Congreso, editó El Despertador Americano, dictó bandos, proclamas y leyes para abolir la esclavitud y suprimir tributos y estancos, que si bien no entraron en vigor, tuvieron gran valor simbólico. En enero de 1811, Hidalgo enfrentó nuevamente a Calleja en Puente de Calderón, cerca de Guadalajara, y fue derrotado otra vez. Huyó a Aguascalientes renunciando a la jefatura del movimiento, transferida a Allende. Demasiado tarde: poco después todos cayeron prisioneros, víctimas de una traición. 36 Vicente Morales, toque de libertad (fragmento), ca. 1950. Óleo, 152 × 116 cm. Col. SAM. Himno Nacional Mexicano En junio, Allende, Aldama y Jiménez fueron fusilados y un mes más tarde le tocó el turno a Hidalgo, previamente des- pojado de su sacerdocio. El 14 de octubre de 1811, las cabezas de los cuatro aparecieron colgadas dentro de jaulas en cada esquina de la Alhóndiga de Granaditas: ahí estuvieron expuestas hasta la proclamación de la Independencia, en 1821. LA INSURGENCIA SE RADICALIZA Pese a tan terrible advertencia, las guerrillas combatían por toda la Nueva España. Ignacio López Rayón, antes secretario de Hidalgo, siguió en pie de guerra. Gradualmente fue tomando el liderazgo José María Morelos, cura de Carácuaro, Michoacán, a quien Hidalgo había encomendado encabe- La Constitución de Cádiz reafirmaba la di- zar la rebelión en el sur. Organizó un ejército visión de poderes en Ejecutivo –que recaía en y cosechó victorias en Michoacán, Guerrero, el rey español–, Legislativo y Judicial. Estable- Oaxaca y parte de Puebla. cía que al emanar del pueblo la soberanía, éste En tanto, los patriotas españoles pelea- elegiría a las autoridades que lo iban a repre- ban contra Francia. La resistencia, cuyo eje sentar en calidad de diputados ante las Cortes. era la Junta Soberana asentada en Cádiz, Educación, libertad de pensamiento e impren- redactó una Constitución promulgada el 19 ta, y sobre todo igualdad ante la ley, eran las de marzo de 1812 y que debía regir en to- garantías individuales que consagraba. dos los dominios de la monarquía española, La posibilidad de trato igualitario entu- incluyendo América y las Filipinas, mismos siasmó a los criollos, que lo esgrimían como que mandaron representantes. bandera política. Y aunque el virrey Vene- Jaime Sadurní, Dos culturas, (fragmento) ca. 1960. Óleo, 170 × 124 cm. Col. SAM. 37 Génesis de la patria Joaquín Clausell, “Águila nacional”, Serie Dibujos a Esther, París, 1894. Tinta, Col. particular. 38 Himno Nacional Mexicano gas juró obedecer la Constitución de Cádiz, cuerpo colegiado que debía unificar a la entre los novohispanos fue fugaz el júbilo, causa. Algo se hizo escuchar la Junta me- pues Venegas arguyó que debido a la in- diante impresos, emisión de moneda con surgencia, gobernaría con la ley marcial, y el emblema del águila y el nopal, y con un porque en 1814, ganada la guerra contra los proyecto de Constitución americana que no franceses, Fernando VII recuperó el trono y cristalizó y con el que Morelos discrepaba abolió la Constitución gaditana. porque seguía hablando de autonomía y no Por esas fechas, y en nombre de Fer- de independencia. Perseguida y acorralada nando VII, Rayón erigió la Suprema Junta por Calleja, la Junta abandonó Zitácuaro y Nacional Americana o Junta de Zitácuaro, se refugió en Sultepec, desde donde efectuó una titánica labor editorial de difusión de discurso. Las sesiones finalizaron el 6 de ideas y principios, logrando así más victo- noviembre con la Declaración de Indepen- rias que con los combates. dencia total: la soberanía residiría en la na- El movimiento se radicalizaba, muchos ción mexicana, rompiéndose para siempre la insurgentes querían la independencia total. sujeción a la Corona española. El Congreso Otros, como Rayón, dudaban. Morelos, ge- nombró Generalísimo y Alteza Serenísima a nio militar que ganaba batalla tras batalla Morelos, título que él mismo cambió por el desde octubre de 1810, decidió detenerse y de Siervo de la Nación, más acorde con sus articular políticamente a la nación, dar sol- principios. vencia ideológica al movimiento y unificar a Vinieron días amargos: Félix María Ca- los alzados. A mediados de 1813, cuando ya lleja, convertido en flamante virrey de la había tomado Oaxaca y Acapulco, convocó a Nueva España, armó brutal ofensiva con- un Congreso Nacional en Chilpancingo que trainsurgente. Los realistas tomaron Chil- inauguró en septiembre con un elocuente pancingo, Acapulco y Oaxaca, mientras las Carmen Parra, Sobre los Sentimientos de la Nación, el águila mexicana, 2010. Tinta, 34 × 70 cm. Col. MAP. 39 Génesis de la patria 40 Himno Nacional Mexicano abatidas huestes de Morelos se dispersaban Conducido a la ciudad de México, en formando pequeñas guerrillas desarticula- noviembre de 1815, Morelos enfrentó el pri- das. El virrey ordenó atacar al Congreso. mero de los juicios a que fue sometido, pues Los congresistas alcanzaron a promul- autoridades militares, eclesiásticas y civi- gar en Apatzingán la Carta Magna del 22 les se disputaron el derecho a condenarlo. de octubre de 1814, la primera de México Degradado como sacerdote, fue fusilado en que declaró la independencia total, dio ca- Ecatepec el mes siguiente. rácter oficial a la religión católica y decretó la igualdad entre españoles, criollos, mes- LA RESISTENCIA tizos, indígenas y miembros de las castas. Durante el lustro que siguió a la muerte del Otorgó el voto a los varones y delimitó las Siervo de la Nación, la guerra independentista tierras de cultivo para evitar la formación continuó fragmentaria e intermitente, acéfala. de latifundios. El virrey Calleja articuló una metódica estrate- Acto seguido, el Congreso reorganizó el gia de terror. Levantó patíbulos y reprimió sin gobierno: nombró un Poder Ejecutivo tripar- cuartel a los insurgentes, hasta que en 1816 fue tito integrado por Morelos, José María Cos sustituido por el virrey Juan Ruiz de Apodaca y José María Liceaga, y partió a Tehuacán, quien, más conciliador, y apoyado por un ejérci- encargando a Morelos y a Nicolás Bravo to de 80 mil efectivos, buscó la pacificación. escoltarlos y defenderlos. Un destacamen- En este contexto abundaban los some- to realista emboscó el convoy en Temalaca, timientos, rendiciones y fusilamientos de Puebla, y aprehendió a Morelos. Bravo y los caudillos insurgentes: López Rayón, Nico- constituyentes a duras penas pudieron es- lás Bravo, Mier y Terán y muchos otros. capar y llegar a Tehuacán. Poco después el Congreso se desintegró. Cuando todo parecía volver a la normalidad, con la mayoría de los focos insurrectos desaparecidos, la expedición libertadora del Jaime Sadurní, Alegoría a la consumación de la Independencia (fragmento), 1971. Óleo, 80 × 100 cm. Col. SAM. español Xavier Mina llegó a Soto la Marina, 41 Génesis de la patria Frontispicio de la obra México a través de los siglos, 5 tomos, vol. III, 1887-1889. Col. MAP. hoy Tamaulipas. El joven navarro, animado una inscripción castellana que dice: Inde- por el espíritu liberal de la Constitución de pendencia de México. Año de 1811.2 Cádiz, había luchado contra Fernando VII y el absolutismo. Perseguido, fue a parar a El escudo, afirma Ernesto Lemoine, pro- Inglaterra, donde conoció al independentis- cedía de la Junta de Zitácuaro, y la bandera, ta mexicano Fray Servando Teresa de Mier, del Congreso de Chilpancingo. Ésta fue una quien lo convenció de que debía combatir de las originarias enseñas de nuestro país, a Fernando VII donde fuera que se lucha- así como una de las primeras ocasiones en se contra él. Mina, romántico e idealista, se que se le llamó México. hizo de armas y de un contingente de volun- Soto la Marina cayó ante el ataque rea- tarios adheridos a su causa, y partió hacia lista el 17 de junio y Fray Servando, uno de tierra lejana. nuestros personajes históricos más apasio- En abril de 1817, Mina, el padre Servando Teresa de Mier y trescientos hombres des- nantes, fue llevado a la capital para ser procesado nuevamente por la Inquisición. embarcaron en Soto la Marina. Mina se inter- Mina, por su parte, libró con éxito algunos nó en el occidente, donde dejó al fraile, quien combates en las intendencias de San Luis Potosí se hacía llamar obispo e imprimía proclamas y Zacatecas, y en la de Guanajuato se unió con y propaganda revolucionaria. Llevaba consi- el insurgente Pedro Moreno. Dos mil quinien- go una bandera descrita así a las autoridades tos hombres y un tren de artillería integraban por un desertor de la expedición: el cuerpo del ejército enviado a combatirlos por el virrey Apodaca. Tras una feroz persecución, La llaman mexicana, compuesta de un cua- Mina y Moreno cayeron el 27 de octubre. Mo- drilongo de tricolor, orilla encarnada y en reno murió en combate y Mina fue condenado a el centro pequeños cuadros azul y blanco, la pena capital por traición a su patria. con un óvalo en que está un águila que lleva una culebra en el pico y tiene alrededor 42 Himno Nacional Mexicano 2 Ernesto Lemoine, en Enciclopedia Salvat. Historia de México. Guerra y crisis. México, Salvat Editores, 1986, vol. 10, p. 1714. 43 Génesis de la patria LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA Pero la sed de independencia ya había enraizado. En el sur sonaba el nombre de Vicente Guerrero, mulato de origen humilde, audaz guerrillero, insurgente desde 1810. Seguidor de Hidalgo y Morelos, sabía que los combates se ganan con las armas, pero sobre todo con las ideas. Defendió al Congreso de Chilpancingo y al decreto constitucional emitido por éste. Luchó siempre en territorio acotado hasta 1820, siendo casi el único que enarbolaba los principios de la primera insurgencia. Aunque aparentemente las cosas habían vuelto a la normalidad, el grueso de los novohispanos rechazaba la autoridad de la Corona y quería la independencia por muchas razones, diferentes y hasta opuestas. En marzo de 1820, todo cambió al correr como la pólvora desde el otro lado del Atlántico la noticia de que Rafael de Riego y Antonio Alcalá Galiano se habían pronunciado en Andalucía proclamando la Constitución de El Acta de Independencia de la República Mexicana. Tarjeta postal conmemorativa de 1910. 44 Himno Nacional Mexicano Cádiz, que su sublevación había triunfado y que Fernando VII la había jurado. Soplaban aires de libertad. El júbilo era incontenible, y al virrey no le quedó sino ha- y el dilema ya no era insurgencia-realismo, sino constitucionalismo-absolutismo. cer lo mismo que el rey. La formación de las Un grupo de peninsulares y criollos pri- Cortes y la libertad de prensa, que en 1812 vilegiados que se oponían a Fernando VII apenas se habían disfrutado, rindieron frutos. por considerar que éste los había traicio- Aparecieron múltiples periódicos e impresos nado al reconocer la Constitución gadita- “explosivos”. Las ideas empezaron a circular, na, comenzó a reunirse en el Oratorio de la Entrada del Ejército trigarante el 21 de septiembre de 1821. Boceto para estampilla de diez pesos, 1921. 25.7 × 35 cm. 45 Génesis de la patria José Arellano Fischer, “Agustín de Iturbide”, en Los gobernantes del México Independiente, México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. iglesia capitalina de La Profesa. Muchos de ellos habían participado en el golpe militar de 1808 contra Iturrigaray y combatido a Hidalgo y Morelos; querían el viejo orden que garantizaba sus privilegios, pero ahora sin España; sólo necesitaban un pronunciamiento militar y un jefe que lo dirigiera: ese era Agustín de Iturbide. Hijo de español y criolla, Iturbide provenía de una familia acomodada de Valladolid, hoy Morelia, y debía su buena posición en el ejército a las batallas libradas contra Morelos. Hidalgo lo había invitado a sumarse a los insurgentes y él lo había rechazado por considerarlos demasiado radicales. Ahora había cambiado de opinión al hallar un núcleo bastante nutrido de criollos que querían independizarse, pero que no comulgaban con las propuestas sociales y políticas de los primeros insurgentes. Cuando estaba en pláticas con el grupo de La Profesa, el virrey Apodaca le encomendó combatir a Guerrero, último insurgente en armas, y aceptó; aunque primero intentó derrotarlo, luego le propuso luchar juntos por la independencia. El ya veterano 46 Himno Nacional Mexicano jefe aceptó combatir a las órdenes de Itur- ción de todos los mexicanos en igualdad de bide si conservaba el mando de su tropa. El derechos sin importar origen o condición so- 10 de febrero de 1821, ambos sellaron el cial. Por lo pronto se unificaban Iturbide y pacto con un abrazo en Acatempan y no vol- los insurgentes con Guerrero al frente, a la vieron a verse sino hasta la victoria. vez que se creaba el Ejército Trigarante, que Buscando hábilmente los puntos de acuerdo entre diversos grupos para sumarlos N. Currier, vista de vera Cruz por el camino de México, 1847. Litografía, Col. LCW. como su nombre indica, proclamaba tres garantías: Unión, Religión e Independencia. a la causa, Iturbide finalmente logró conci- Según el Plan, y como nación indepen- liar un plan apoyado por diferentes sectores. diente, México debía adoptar una monar- El Plan de Iguala, fechado el 24 de febrero quía moderada como forma de gobierno, de 1821, reivindicaba la independencia total de cuya corona se ofrecería a Fernando VII u España, la institucionalización de la religión otro miembro de la casa reinante española, católica sin tolerancia de otra, y la unifica- o en su defecto, a algún príncipe europeo. 47 Génesis de la patria Carmen Parra, Ángel Bicentenario, 2010. Litografía, 53 × 70 cm. Col. MAP. Agustín de Iturbide, Facsímil del Plan de Independencia de la América Septentrional, folio 1, 1821, Col. MAP. 48 Himno Nacional Mexicano Mientras tanto, el Plan proponía crear una proclama conciliatoria y buscó entrevistar- junta gubernativa y una regencia que debía se con Iturbide. El encuentro tuvo lugar en gobernar mientras se elegía al nuevo empe- Córdoba, donde el 24 de agosto se firmaron rador. Además, había que convocar a Cortes los tratados de igual nombre que, según los para elaborar una Constitución. principios establecidos en el Plan de Iguala, Naturalmente, el virrey Apodaca se negó a reconocer el Plan de Iguala y so- reconocían a la Nueva España como imperio independiente. brevino la guerra, esta vez breve y menos El virreinato de la Nueva España ya no cruenta. A medida que la rebelión se gene- existía. El 27 de septiembre de 1821 el Ejér- ralizaba, el alto clero y los jefes militares cito de las Tres Garantías hizo su entrada criollos como Anastasio Bustamante, José Joaquín de Herrera y Antonio López de Santa Anna, se iban adhiriendo al Ejército Trigarante. Apodaca, impotente para contener la marea libertadora, fue destituido por la guarnición de la ciudad de México, que nombró en su lugar al mariscal Francisco Novella. La resistencia más fuerte la ofrecieron Puebla, que tras breve sitio cayó en manos de Iturbide, y la ciudad de México, que al final capituló. Por esas fechas arribó a Veracruz el último jefe político que la Corona mandó a la Nueva España, Juan de O’Donojú. Masón, liberal y anticolonialista, de inmediato supo que su causa estaba perdida. Lanzó una 49 Génesis de la patria Después del solemne tedéum y de dar gracias a la Virgen en la Catedral, Agustín de Iturbide habló así al pueblo desde el balcón principal de Palacio: Ya estáis en el caso de saludar a la patria independiente […] Ya recorrí el inmenso espacio que hay desde la esclavitud a la libertad […] Ya me veis en la capital del imperio más opulento sin dejar atrás ni arroyos de sangre, ni campos talados, ni viudas desconsoladas […] Ya sabéis el modo de ser libres, a vosotros toca señalar el de ser felices. NUESTROS PRIMEROS PASOS COMO NACIÓN Lo anterior explica por qué las enconadas pugnas entre monarquistas y republicanos, federalistas y centralistas, o liberales y conservadores, nacidas tras la consumación de la Independencia, salían a relucir en cualquier asunto. No era la excepción el Frontispicio de la obra México a través de los siglos, 5 tomos, vol. 2, 1887-1889. Col. MAP. 50 Himno Nacional Mexicano triunfal en la capital. Desfilaron 16 mil hombres, desacuerdo en torno de la fecha en que ha- de Chapultepec a Palacio Nacional. La multitud bía que conmemorar la Independencia: los frenética los recibió: arcos triunfales, banderas republicanos sostenían que el 16 de sep- y gallardetes con los colores de la flamante in- tiembre, inicio del movimiento insurgente signia nacional engalanaban el camino. de 1810; los conservadores y monarquistas propugnaban el 27 de septiembre, día de la dera,4 pero carecía de un himno nacio- entrada del Ejército Trigarante a la ciudad nal unánimemente aceptado. Y aunque mu- de México, en 1821. chas canciones y marchas eran reivindi- Esta discusión duró hasta bien entrado cadas como tal, la historia de esos años lo el siglo, porque ante el disgusto de los con- dificultaba. La revolución de Independencia servadores, manifestado en 1822 por el pro- había sido un proceso complejo y de sustra- pio Lucas Alamán –su vocero más brillante y tos diferentes, lo que imposibilitaba llegar connotado– en su Historia de México, el 16 de a consensos. septiembre se sumó por decreto a los festejos Probablemente la primera de aquellas patrios, que entonces incluían al 24 de febre- canciones fue la que José Torrescano com- ro, fecha de proclamación del Plan de Iguala, puso con motivo de la capitulación del bri- y al 2 de marzo, día en que éste había sido gadier Domingo Luacés en Querétaro, el 28 jurado por el ejército, además del consabido de junio de 1821, a manos de Iturbide. Este 27 de septiembre. Naturalmente, esto se re- poema, fraguado en plena lucha, pondera la flejó en las marchas, cantos e himnos surgi- igualdad y libertad de América. Condena dos durante la primera mitad del siglo XIX que, los tres siglos de “opresión y esclavitud ti- según las inclinaciones políticas del autor, ránica” y concluye loando la paz recobrada. conmemoraban unos u otros. El siglo XIX, el de Pero la patriótica canción cayó pronto en el la secularización del Estado, vio nacer el ca- olvido. lendario cívico que buscaba dotar al nuevo pueblo mexicano de una memoria colectiva.3 En Tulancingo, José María Garmendia también lo intentó, y si bien su marcha se Como hemos visto, apenas nacido, el hizo popular entre la milicia, no consiguió México independiente tuvo escudo y ban- el aplauso de los civiles; la composición en- Guadalupe Jiménez Codinach, México, los proyectos de una nación, 1821-1888, México, Fomento Cultural Banamex/ CONACULTA, 2001, p. 35. 4 En 1821, cuando Fray Servando Teresa de Mier era diputado al Congreso, sugirió que debía adoptarse la bandera del Congreso de Chilpancingo que él enarboló en su aventura independentista con Mina, pero la asamblea votó por la iturbidista. 3 51 Génesis de la patria Joaquín Clausell, “Águila mexicana”, Serie: Dibujos a Esther, París, 1895. Tinta, Col. particular. salza a Iturbide y llama a tomar las armas en Autoridad hasta el 24 de febrero de 1822, aras de la libertad: cuando se instaló el primer Congreso Consti- A las armas valientes indianos; A las armas, corred con valor. El partido seguid, de Iturbide. Seamos libres y no haya opresión.5 tuyente encargado de formar la Constitución Política para el Imperio Mexicano sobre las bases establecidas en el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba. Los diputados decidieron que la sobera- Con 38 representantes de todas las fuerzas nía residiera en el Congreso y se adjudica- políticas, Iturbide estableció la Junta Pro- ron el tratamiento de “Majestad”. Querían visional Gubernativa, que sería Suprema un gobierno “justo, paternal, moderado, liberal e independiente”, y se abocaron a 5 Juan Cid y Mulet, México en un himno. Génesis e historia del Himno Nacional Mexicano. México, CostaAmic editores, 1994. 6a. edición, pp. 49-51. 52 Himno Nacional Mexicano elaborar la Carta Magna que garantizara el bienestar de la nación y sustituyera a la de Cádiz, ya que el Imperio Mexicano seguía El emperador mandó aprehender a los rigiéndose por ésta, pero pronto se enfras- diputados contrarios a él, y el 31 de octubre caron en interminables discusiones; los me- disolvió el Congreso. En diciembre Antonio ses corrían, y cada día se tensaban más las López de Santa Anna, descontento con el relaciones con el Ejecutivo, cuya Regencia gobierno imperial, se sublevó en Veracruz y presidía Iturbide. consiguió el apoyo de viejos generales inde- España no había reconocido los Tratados pendentistas como Nicolás Bravo y Vicente de Córdoba, lo que hacía peligrar la Inde- Guerrero. Con el Plan de Casamata, suscrito pendencia, y fundadamente se temía un in- por oficiales y soldados, con la venia de las tento de reconquista. San Juan de Ulúa, en logias masónicas, Santa Anna desconoció a Veracruz, continuaba en manos españolas. Iturbide y exigió un nuevo Congreso. Los partidarios de Iturbide consideraron En tanto eso ocurría, en el Plan se de- que si ningún Borbón iba a ocupar el tro- terminaba que la diputación provincial de no –y era claro que no iba a ser así–, él Veracruz gobernaría al país. Ello desató la era el monarca adecuado para México. Los fiebre federalista, misma que Iturbide inten- “borbonistas” –que propugnaban el adveni- tó atajar restaurando el Congreso, pero ya miento de un príncipe europeo, de preferen- era tarde. El avance de los alzados lo obligó cia Borbón– se aliaron con los republicanos, a abdicar el 19 de marzo de 1823 y a exiliar- con los antiguos insurgentes y con las logias se en Europa. Declarado traidor a la patria, masónicas, en contra de Iturbide. fue aprehendido y ejecutado a su regreso al En este contexto, un grupo de militares país, en 1824. de alto rango exigió al Congreso coronar a El reinado de Iturbide fue fugaz. La Iturbide. El 19 de mayo de 1822, el Congre- euforia de la Independencia había sido so legalmente lo proclamó, no sin desave- breve: el choque de atribuciones entre nencias entre sus miembros, que inmediata- el emperador y el Congreso era fuerte y mente comenzaron a conspirar. constante; las diputaciones provinciales, 53 Génesis de la patria Alfredo Ávila Sigler, Águila republicana, ca. 1970. Gouache, 40 × 31 cm. Col. MAP. origen de los estados federales, exigían surgidos en la lucha independentista; las autonomía; los ayuntamientos derivados pasiones dominaban; proyectos, planes y de la Constitución de Cádiz enfrentaban utopías sobre los más diversos asuntos na- a los gobernadores y a los congresos que cían y morían cada día; el país se hallaba les coartaban su libertad; las viejas élites en total bancarrota, las epidemias cun- que otrora dominaban el panorama políti- dían y los levantamientos eran cotidianos. co, militar y económico se resistían a ser Nada tenía de sencillo cimentar al país, desplazadas por los grupos emergentes, construirlo en paz. Tras la salida de Iturbide, Pedro Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria integraron un triunvirato. Este Supremo Poder Ejecutivo convocó a un nuevo Congreso Constituyente, que se instaló en noviembre de 1823. Nuevamente se puso a discusión la forma ideal de gobierno para el naciente país. Fue entonces que se consolidaron dos grupos políticos: el centralista, que argumentaba que su planteamiento daría mayor control al gobierno, y el que proponía instaurar una república federal, a semejanza del modelo estadounidense. En octubre de 1824 se proclamó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, nuevo nombre de la naciente república federal representativa, constituida por estados 54 Himno Nacional Mexicano José Arellano Fischer, “Guadalupe Victoria”, en Los gobernantes del México Independiente, México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. libres y soberanos y oficialmente católica. El propio Congreso fijó el 16 de septiembre como fiesta nacional. Tras celebrarse las primeras elecciones del país, en octubre de 1824, Guadalupe Victoria asumió como presidente para el periodo 1825-1829, durante el cual debió enfrentar el desastre económico en que había quedado sumido el país luego de la guerra de Independencia, y gravosas herencias como un ejército y una burocracia atróficas, una Iglesia con desmedido peso político y financiero, así como las pugnas entre las logias masónicas escocesa –que originó al partido conservador o centralista–, y yorkina, federalista y liberal. Durante su mandato, Guadalupe Victoria ordenó constituir la Marina de Guerra, lo que en 1825 le permitió recuperar el último bastión hispano en México; más tarde, en 1827, decretó la expulsión de los españoles. Lo anterior, sumado a la renuencia de la Corona a aceptar los Tratados de Córdoba, ahondó la animadversión hacia España, cuestión que se reflejó en los poemas y cantos de la época, como la Canción patriótica en recuerdo del primer grito de Independencia, compuesta en Valladolid, Michoacán, que ensalzaba a Hidalgo y Allende, a la independencia regional y denostaba a España.6 Sabedores de lo importante que era para el país contar con un himno que cohesionara socialmente a sus ciuda6 UNAM, Jesús C. Romero, verdadera historia del Himno Nacional Mexicano. México, 1961, 1a. edición, p. 11. 55 Génesis de la patria danos, el 17 de junio de 1826, dos ilustres cribió un himno cívico de fuerte acento italianos radicados en México, el pintor y neoclásico para la Junta Patriótica, el cual litógrafo Claudio Linatti7 y Florencio Galli, exaltaba el mítico pasado del Anáhuac y a publicaron en El Iris, primera revista lite- sus inmortales caudillos Hidalgo y Allen- raria del México independiente, un himno de. La música era de Mariano Elízaga de guerra profundamente antiespañol escri- quien, nombrado por el emperador Iturbide to por José María Heredia,8 poeta románti- “Maestro de la Capilla Imperial”, organi- co cubano, con música de Ernst Ferdinand zó en 1822 la primera orquesta sinfónica Wezel.9 Ellos esperaban que se convirtiera del México independiente; creó la primera en el canto nacional que emocionara a todos sociedad filarmónica mexicana y en 1825 los mexicanos. una escuela de música, considerada el Ese mismo año, el poeta michoacano primer conservatorio del continente ame- Francisco Manuel Sánchez de Tagle10 es- ricano. Afirma Jesús Herrera que Mariano En 1826, el italiano Claudio Linatti trajo a México la primera maquinaria para establecer un taller de litografía. Entre febrero y agosto de ese año editó El Iris, en el cual se publicó la primera caricatura política, titulada tiranía. Ésta y algunas otras críticas al acontecer nacional, hicieron que el gobierno le solicitara abandonar el país. 8 Heredia (1803-1839) es considerado uno de los mejores poetas cubanos. Estudió Leyes en La Habana, carrera que continuó en México. En 1820 regresó a Cuba, se doctoró en Derecho y colaboró en varios periódicos; en 1823 se involucró en una conspiración para independizar de España a la isla, por lo que huyó a Estados Unidos. En 1825 volvió a México, donde ejerció como catedrático de Literatura e Historia, legislador, juez de Cuernavaca, así como oidor y fiscal de la Audiencia de México. En 1832 publicó una segunda edición de sus versos y fue redactor de varias revistas: El Iris, La Miscelánea y El Conservador. 9 Wezel (1808-1880) fue un pianista alemán, amigo de Schumann, que estudió en el Conservatorio de Leipzig. 10 Poeta, narrador y político, Sánchez de Tagle (1782-1847) nació en Valladolid, hoy Morelia, Michoacán. Estudió en el Colegio de San Juan de Letrán y se doctoró en Derecho. A los 19 años, el virrey lo nombró catedrático de Filosofía. En 1814 7 56 Himno Nacional Mexicano Elízaga escribió una Canción a Morelos en el temprano 1813.11 El 27 de septiembre de 1831 se estrenó el Himno cívico de Ignacio Sierra y Rosso,12 poeta sumamente afecto a Santa Anna, que ensalza a Iturbide y lo compara con Alcides. fue diputado a las Cortes de España. Tomó parte en la guerra de Independencia y en 1821 redactó y suscribió el acta que la confirmaba. Su obra poética incluye odas, canciones amorosas, elegías y cantos patrióticos. 11 Jesús Herrera, “Mariano Elízaga, de niño prodigio a músico innovador”, en http://sepiensa.org.mx/contenidos/elizaga/ mariano1.htm. 12 Abogado, poeta y político, Sierra y Rosso (1811-1860) fue secretario de Relaciones Internacionales y Exteriores de Veracruz con Gómez Farías y Antonio López de Santa Anna (1847), así como de Hacienda entre 1853 y 1854. La música fue interpretada por la gran or- entonces presidente Santa Anna habían deja- questa del compositor español José Castel.13 do sin pagar lo que consumieron, por lo cual En 1837, México atravesaba una compro- demandaba al gobierno 60 mil pesos. metida situación política interna, agravada El gobierno francés, interesado en expan- por las hostilidades y presiones de España, dir sus dominios, puso el hecho como pretex- Inglaterra y Francia. Estábamos a las puer- to y presentó un ultimátum para el pago de tas del primer enfrentamiento con este último una indemnización por 600 mil pesos, suma país, la Guerra de los Pasteles, llamada así impensable para la hacienda nacional. El porque surgió del reclamo de indemnización gobierno mexicano se negó a plegarse ante por parte de un restaurantero francés ave- tal abuso. Todo se agravó tras el fusilamien- cindado en el barrio de Tacubaya. El señor to de un filibustero galo; en febrero de 1838, Remontel arguyó que en 1832, oficiales del una escuadrilla naval francesa arribó a Antón Carl Nebel, “Veracruz”, en viaje pintoresco y arqueológico sobre la parte más importante de la República Mexicana… 1836. Edición facsimilar, México, Manuel Porrúa, 1963. Col. MAP. Lizardo, Veracruz. El presidente Anastasio 13 Clementina Díaz de Ovando, “Rostro y corazón de los mexicanos”, en Tortolero Cervantes, Yolia (investigación), El Himno Nacional Mexicano 1854-2004. México, AGN, 2004, p. 81. Bustamante rehusó negociar mientras permanecieran en el puerto las fuerzas de ocu- 57 Génesis de la patria Luis Améndolla, Una guirnalda para el héroe. Cartel, Col. SAM. pación. El 16 de abril se declaró la ruptura Fidel, compuso un sentido himno llamado diplomática entre ambos países y los france- Los Cangrejos que llama a levantarse contra ses ocuparon el puerto de Veracruz, que vio la ignominia de la invasión francesa y hace paralizada su actividad durante siete meses. mofa de los conservadores. A fines de noviembre el fuerte de Ulúa fue El 13 de junio de 1844, en el Teatro ferozmente bombardeado hasta conseguir la Principal de la ciudad de México se ento- capitulación mexicana. La bandera francesa nó un himno que llamaba a la concordia y fue izada en el puerto. En respuesta, nuestro a la pacificación y glorificaba al presidente país expulsó a los franceses, engrosó el ejér- Santa Anna con motivo de su cumpleaños. cito y nombró nuevo jefe de operaciones en El poema fue musicalizado por el violinista Veracruz al general Antonio López de Santa Eusebio Delgado, director de la Orquesta de Anna, quien a consecuencia de las heridas la Zarzuela del propio teatro, e interpretado recibidas en el puerto perdió una pierna. por la soprano Rossina Picco y el composi- El 9 de marzo de 1839 se firmó un tratado de paz que establecía que los franceses A mediados de siglo, al agudizarse la devolvieran el fuerte de Ulúa y los mexica- polémica en torno a la fecha de celebra- nos anularan los préstamos forzosos y paga- ción de la Independencia, El Universal, ran los 600 mil pesos de indemnización. periódico independiente, de corte monar- Con motivo de la Guerra de los Paste- quista y conservador, retomó la postura les, Guillermo Prieto,14 cuyo seudónimo era adoptada por El tiempo, bajo la dirección Prieto (1818-1897) ocupó diversos cargos públicos, vivió la Guerra de Texas, la Intervención Francesa y el Imperio de Maximiliano; se desempeñó como diputado al Congreso Constituyente de 1857, senador de la República, ministro de Hacienda y de Relaciones Exteriores y secretario de los presidentes Gómez Farías y Bustamante. Su trabajo periodístico fue lo más constante dentro de su quehacer literario; colaboró en diversos periódicos y en El Siglo Diez y Nueve escribió durante más de 53 años su columna semanal Los San Lunes de Fidel. También ejerció la crítica teatral y la poesía de corte popular. 14 58 Himno Nacional Mexicano tor y director italiano Luigi Spontini. de Lucas Alamán, y no perdió oportunidad de denostar a Hidalgo, así como a los demás héroes de la lucha independentista, tachándolos de facinerosos. Insistía en que lo único celebrable eran el día 27 y el inmortal Iturbide. 59 Génesis de la patria Una nueva amenaza redobló los esfuerzos por consolidar al país: en mayo de 1846 comenzó el conflicto entre Estados Unidos y México, cuyo origen fue la incorporación de Texas al país del norte en marzo de 1845. Pese a que Texas ya se había independizado, se seguía considerando parte de nuestro territorio; las relaciones se fueron tensando hasta que sobrevino la declaración de guerra. En medio de una total disgregación y quiebra financiera, conceptos como “unidad nacional” eran impensables, lo que facilitó el avance del ejército invasor, que llegó sin mayores dificultades hasta la capital de la República. Ya en la ciudad de México, en 1847, los estadounidenses batieron una tras otra nuestras defensas: Padierna, Churubusco, Eduardo Cataño, Los niños héroes, ca. 1950. Óleo, 275 × 215 cm. Col. SAM. Desde el bando liberal, El Siglo Diez y Molino del Rey, Chapultepec. La capitula- Nueve15 y El Monitor Republicano se esme- ción fue el 13 de septiembre, la ocupación raban en refutar los dichos y en defender al el 14, y el 15 ondeó la bandera de las barras y cura Hidalgo y sus postulados. las estrellas de Palacio Nacional. La paz se selló, tras cinco traumáticos meses de inter- 15 El Siglo Diez y Nueve fue uno de los diarios mexicanos más longevos; fundado por Ignacio Cumplido, prolífico editor de ideas liberales, se imprimió durante 56 años. En él escribían los intelectuales más sobresalientes de la época: Luis de la Rosa, Guillermo Prieto, Manuel Payno, Ignacio Ramírez y José T. Cuéllar, y entre sus directores figuraron José María Vigil y Francisco Zarco. 60 Himno Nacional Mexicano vención, con la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo el 2 de febrero de 1848. México reconoció la independencia de Texas y fijó su frontera en el río Bravo, cediendo a Estados Unidos poco más de la mitad de su El 5 de agosto, Herz pidió que le enviaran suelo a cambio de 15 millones de pesos y de poesías que sirvieran con tal fin, mismas que la desocupación del territorio. él musicalizaría. Apremiaba la necesidad de un himno La Junta Patriótica acogió con júbilo la que congregara a los mexicanos de cara a idea de Herz y le dio estatus oficial. Formó tantas ambiciones internas y externas, y no una comisión para invitar a la Academia de faltaron los intentos. Los compuestos hasta Letrán a calificar las composiciones y otra entonces expresaban el orgullo por la Inde- para lo relativo a la musicalización. La Jun- pendencia o un profundo resentimiento ha- ta quería que el himno resultante se cantara cia España, y muchos caían en la adulación el 15 de septiembre en la Universidad, y el de caudillos, pero no eran verdaderos can- 16 en el Teatro. tos a la patria. Cabe mencionar que la Academia de Li- El 11 de julio de 1849 llegó a México teratura de San Juan de Letrán fue instituida el pianista vienés Henri Herz,16 quien ofre- en 1836 e instalada en el colegio homónimo. ció una serie de conciertos en el recinto La Figuraron entre sus fundadores José María Lonja y en el Teatro Nacional. El 22 de julio Lacunza, Guillermo Prieto, Manuel Carpio y anunció en El Siglo Diez y Nueve que, para Andrés Quintana Roo, su primer presidente materializar su agradecimiento a los mexica- y destacado miembro de la Junta de Zitácuaro nos, deseaba componer el himno nacional, en 1811. Contribuyó a estimular tendencias pues todo país debía contar con uno que en y democratizar los estudios literarios, pero su los días de lucha insuflara arrojo y valor a las principal labor, como afirmó Guillermo Prie- tropas, como La Marsellesa a los franceses. to, fue “su tendencia decidida a mexicanizar Compositor y pianista austriaco, Herz (1803-1888) estudió e impartió clases en el Conservatorio de París. Construyó una sala de conciertos y fundó su propia fábrica de pianos. Su virtuosismo le hizo triunfar en Europa y América. Llegó a México en 1849 y ofreció conciertos que incluían música popular mexicana, la cual difundió en el mundo. 16 la literatura, emancipándola de toda otra y dándole carácter peculiar”. Fiel a esta razón de ser, la Academia se sumó inmediatamente a la propuesta, por lo 61 Génesis de la patria que el 14 de agosto de 1849 invitó a los mexicanos a elaborar la letra del himno que Herz musicalizaría. Dio de plazo hasta el 31 de ese mes para recibir las propuestas que examinaría y dictaminaría la Junta Revisora, integrada por los hermanos Juan y José María Lacunza, José Joaquín Pesado, Manuel Carpio, Andrés Quintana Roo y Alejandro Arango y Escandón. La Junta recibió 16 sobres, y el 3 de septiembre concluyó que, aunque ninguna de las composiciones reunía atributos suficientes como “auténtica expresión” del himno, aprobaba dos de ellas: la de Andrés Davis Bradburn17 y la de Félix María Escalante. La primera fue la elegida como el himno que musicalizaría el pianista austriaco. El 13 de enero de 1850, en solemne sesión de la Academia, el joven poeta Bradburn, hijo de insigne independentista, recibió la medalla de oro de manos de José María Lacunza, Ministro de Relaciones. Sobre Herz pesaba la enorme presión de musicalizar las Henri Herz, Marcha nacional dedicada a los mexicanos, 1853. Litografía, Col. MNH. estrofas, en cuyo coro se leía: 17 Davis Bradburn (1830-1894) estudió en la Academia de San Juan de Letrán. Era hijo de un oficial que llegó a México con el general Francisco Xavier Mina para combatir por la independencia, y que en 1819 ofreció a Vicente Guerrero sus servicios para la causa libertadora. 62 Himno Nacional Mexicano truene, truene el cañón; que el acero En las olas de sangre se tiña. Al combate volemos; que ciña Nuestras sienes laurel inmortal. Nada impide morir si, con gloria, Una bala enemiga nos hiere; Que es inmenso placer, al que muere, ver su enseña triunfante ondear.18 Pero el pianista no pudo concluir a tiempo su labor, y el himno no se cantó en la fecha prevista. Según algunos autores, se estrenó en noviembre sin gran éxito;19 para otros, el desencanto que provocó no tuvo límites,20 pero Clementina Díaz de Ovando refiere no haber encontrado noticia de tal estreno.21 Se ha dicho que su escaso conocimiento del castellano impidió a Herz acoplar la música a los versos siguió interpretándose en ocasiones especiales, y respetar la prosodia.22 Sin embargo, Ignacio incluso ya oficializado el himno de González Cumplido23 le dio gran difusión, y años después Bocanegra y Nunó. 18 Elías G. Torres Natterman, Símbolos de la patria. México, Herrero Hnos. Sucs., 1954, 1a. edición, p. 19. 19 Ibid., p. 21. Romero afirma que en noviembre, Herz entregó el material al editor Ignacio Cumplido, quien al fin pudo imprimirla y distribuirla mediante ejemplares cuyo costo era de un peso. Jesús C. Romero, op. cit., p. 27. 20 Juan Cid y Mulet, op. cit., p. 58. 21 Clementina Díaz de Ovando, op. cit., pp. 101-103 22 Ibid., p. 27. 23 Tipógrafo, editor e impresor de ideas liberales, Ignacio Cumplido (1811-1887), trabajó primero en el viejo Museo Na- cional, y en 1829 se convirtió en director de la imprenta que editaba El Correo de la Federación, vocero liberal. Después imprimió El Fénix de la Libertad, donde escribieron notables demócratas, y en 1841 fundó El Siglo Diez y Nueve. Centenares de publicaciones salieron de las prensas de Cumplido, entre ellas El Presente Amistoso para las Señoritas Mexicanas, El Mosaico Mexicano, El Museo Mexicano y La Ilustración Mexicana. En 1840 se integró a la administración pública como Superintendente de Cárceles; en 1842 fue diputado y posteriormente senador. En 1847, durante la guerra contra Estados Unidos, voluntariamente combatió con el grado de capitán. Achille Devéria, Henri Herz, 1832. Litografía, Col. NYPL. 63 Génesis de la patria Pedro Gualdi, Gran teatro de Santa Anna [Teatro Nacional], 1855. Óleo, 70 × 97 cm. Col. BANXICO. Al mismo tiempo, Herz compuso una Mientras esto ocurría, había llegado a marcha militar mexicana, ajena al himno, México para ofrecer una temporada de con- cuya ejecución dirigiría el 12 de septiembre ciertos la compañía que dirigía Carlos durante el estreno en el Teatro Nacional, con Bochsa,25 también decidido a contribuir con doce pianofortes, veinte profesores, doble orquesta, banda militar y coro varonil. El Siglo Diez y Nueve reseñó al día siguiente que la “función concluyó con los más estrepitosos y entusiastas aplausos”.24 64 Clementina Díaz de Ovando, op. cit., p. 96 24 Himno Nacional Mexicano 25 Compositor francés, arpista de Napoleón y de Luis XVIII, Bochsa (1789-1856) escribió un famoso Método para arpa y perfeccionó la técnica moderna de este instrumento, para el cual compuso abundante música, además de nueve óperas y cuatro ballets. Era considerado el más grande arpista de su época, y después de concluir estudios en el Conservatorio de París inició brillante carrera internacional como concertista, recibiendo el sobrenombre de “El Paganini del arpa”, aunque sus múltiples plagios lo definieron “miserable como hombre y grande como artista”. un canto patriótico. El que compuso con el poema del cubano Juan Miguel de Losada,26 muy a la usanza de aquellos tiempos, estaba dedicado al presidente José Joaquín Herrera y expresaba en su coro: Mexicanos, alcemos el canto, Proclamando la hermosa Igualdad, Y, a los ecos, los ecos repitan: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!27 En febrero de 1850 se estrenó en el Teatro Nacional, con la soprano inglesa Anna Bishop representando magistralmente a la Diosa de la Libertad, al decir del emocionado público que le suplicó un encore. El Siglo Diez y Nueve se volcó en elogios sobre el canto, y el editor Cumplido puso de nuevo su imprenta a trabajar, pero la caprichosa memoria relegó la obra. mero la letra de un autor mexicano cuyo Otros artistas también se esmeraron por nombre no quedó registrado, pues aunque legar a México un canto nacional. Antonio fue interpretada con éxito por la insigne Barilli, director de una compañía de ópera Clotilde Barilli el 8 y el 12 de septiembre, italiana y llegado en 1850, musicalizó pri- no se afincó. Anónimo, “Modas”, en El Museo Mexicano. Miscelánea pintoresca de amenidades curiosas e instructivas, tomo IV, 1844. Litografía. Col. MAP. Barilli lo intentó de nuevo: compuso otro 26 Juan Miguel de Losada fue autor, de los dramas El grito de Dolores, La vuelta al mundo y El cordón de seda entre otros. 27 Elías G. Torres Natterman, op. cit., p. 21 himno, estrenado por el barítono Francesco Taffanelli en el cumpleaños del general Maria- 65 Génesis de la patria 66 Himno Nacional Mexicano no Arista, el 26 de julio de 1851, y el cual co- en la capital mexicana nada menos que dos rrió con igual suerte que los anteriores. Un año óperas distintas a la semana. Es digno de se- después se presentó otro himno compuesto por ñalarse que estrenó en nuestro país Don Juan Max Maretzek28 y dedicado también a Arista. de Mozart, y Atila, de Verdi. Maretzek dirigía una compañía de ópera de Acudiendo presto al llamado de sus se- versátil repertorio que desde 1852 presentaba guidores, en abril de 1853, el general An- Compositor, director y empresario musical austriaco, Maretzek (1821-1897) llegó a Nueva York en 1848 y fue nombrado director del Astor Place Opera House. Después formó su propia compañía, con la que vino a México. 28 tonio López de Santa Anna volvió a México procedente de Turbaco, Nueva Granada, hoy Colombia. En este país se estableció luego de Antonio García Cubas, “Carta General de la República Mexicana”, en Atlas de la República Méxicana, 1858. Litografía, Col. MAP. Anónimo, México-water carriers at the fountain in the Plaza Santo Domingo, City of Mexico (fragmento), siglo XIX, Litografía, Col. MAP. Génesis de la patria 67 “El Cactus”, tomada de «Las flores animadas», en El álbum mexicano. Periódico de Literatura, Artes y Bellas Letras, 1849. Litografía de Granville. Col. MAP. haber sido depuesto en octubre de 1847 por el general Manuel de la Peña y Peña. Pero la agitación política no cesaba, y al caer Peña y Peña asumió Mariano Arista, quien renunció en enero de 1853. El Partido Conservador, encabezado por Lucas Alamán, mandó una comisión a ofrecerle la presidencia a Santa Anna. Éste, audaz y contradictorio, adicto al poder y a la adulación, aceptó retornar al país y dejar atrás el destierro. Durante tres décadas había sido el árbitro de la contienda entre monarquistas y republicanos, luego entre centralistas y federalistas, más tarde transformados en conservadores y liberales. Fue visto como héroe desde que en Tampico venció a Isidro Barradas, luego al defender a México en la Guerra de los Pasteles, y al encabezar la resistencia frente a la invasión yanki, por lo que, ante la debacle nacional, el pueblo lo vio como el caudillo salvador, el único capaz de traer la paz a la patria. Once veces ocupó Santa Anna la presidencia, hombre tan odiado como idolatrado, que en su último gobierno vendió La Mesilla por 10 millones de 68 Himno Nacional Mexicano pesos, trato explicable sólo por la debili- Alamán y nombró al liberal Miguel Lerdo de dad de México ante Estados Unidos, que Tejada en Fomento. acababa de despojarnos de más de medio Para celebrar su retorno, el Teatro Nacio- país, y aún quería Baja California y una nal preparó una magna función de gala el 22 porción de Sonora, Chihuahua, Coahuila de abril, en la que el maestro Inocencio Pe- y Tamaulipas. El gobierno santanista, sin llegrini entonó un himno nacional dedicado a apoyo, resistió esa pretensión, pero acce- Santa Anna; sin embargo, éste no asistió.29 dió a vender La Mesilla temiendo que una negativa desatase otra invasión. Era la época de la poesía cívica y romántica, de la tendencia a nacionalizar la El voto lo favoreció porque todos los literatura; de las funciones estelares de las partidos pensaban que iba a encabezar un compañías europeas de ópera que venían a gobierno fuerte, pero responsable. El 27 de México. Esto explica que los temas y formas marzo de 1853 fue nombrado presidente, y en literatura y en música fueran reiterativos, el 20 de abril llegó a la capital entre vítores. como es visible en las canciones, marchas y Era la última vez que Santa Anna ocuparía tonadillas de entonces. la presidencia; acostumbrado a mediar entre partidos, se rodeó del conservador Lucas 29 Juan Cid y Mulet, op. cit., p. 68, y Jesús Romero, op. cit., p. 32. II Carmen Parra, Serie El vuelo del águila, II/V, 2010. Óleo, 200 × 200 cm. 70 Himno Nacional Mexicano 71 Génesis de la patria c Nacimiento del Himno ONOCEDOR de las múltiples tentativas para dotar a México de un him- no, Santa Anna, Su Alteza Serenísima, decidió que el gobierno toma- ra el tema en sus manos. Estaban a punto de cumplirse los 25 años de la victoria del ejér- cito sobre la expedición de Barradas, y en su megalomanía,30 Santa Anna quería asegurarse de que el 11 de septiembre quedara en los anales como fiesta nacional, ya que él había conseguido derrotarlo junto con el general Manuel Mier y Terán. Por ello instruyó al Ministerio de Fomento a organizar el concurso para la creación del himno, al tiempo que ordenaba demoler el Parián de la Plaza Principal para levantar en su lugar un monumento a la Independencia. La Academia de San Carlos convocó a un concurso para el diseño del monumento; el jurado determinó premiar la propuesta del arquitecto Enrique Griffon y otorgar accésit al proyecto del ingeniero Lorenzo de la Hidalga. Esto generó gran disputa y dividió opiniones; para zanjar las diferencias se solicitó la intervención de Santa Anna, quien eligió el proyecto de De la HiCarmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. 30 Santa Anna consiguió que el 26 de mayo de 1853 se promulgara una ley que lo declaró Benemérito de la Patria. 73 dalga, donde figuraba junto con Hidalgo como libertador del país. El Parián y su lugar lo ocuparon los cimientos del monumento, pero la obra no pudo terminarse por la inestabilidad política, quedando concluido únicamente el zócalo que le serviría de base, y que al final quedó irónicamente como nombre de nuestra Plaza Mayor. Volviendo al himno, el 12 de noviembre, el oficial mayor del Ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio, el célebre liberal Miguel Lerdo de Tejada, convocó a un certamen ofreciendo un premio “a la mejor composición poética” que sirviera como himno nacional y que sería calificada por una junta de literatos nombrada ex profeso. Se fijó un plazo de veinte días para que los concursantes enviaran sus textos. El mismo documento preveía otro premio para la composición musical del himno ganador; para ello, los músicos contaban con un mes Anónimo, “Columna de honor proyectada para la plaza principal de la capital de México”, en El museo mexicano. Miscelánea pintoresca de amenidades curiosas e instructivas, ca. 1844. Litografía. Col. MAP. de plazo a partir de la publicación oficial de la composición premiada. El jurado calificador, compuesto por José Bernardo Couto, Manuel Carpio y José Joa- 74 Himno Nacional Mexicano quín Pesado, fue el encargado de dictaminar las 2431 composiciones postulantes. La decisión no había sido fácil: concursaron insignes poetas como José María Por fin, el 5 de febrero de 1854, el Minis- Esteva, Félix María Escalante, Francisco terio publicó en el Diario oficial el acuerdo Granados Maldonado, José María Monroy, de la Comisión Calificadora, nombrando ga- Félix Romero, Francisco Villalobos y José nador a Francisco González Bocanegra. Rivera y Río. Llegaron 25, pero una era la de Andrés Davis Bradburn, que alguien había enviado; el poeta la retiró porque no cumplía con los requisitos de ser anónima e inédita, además de que recientemente había abrazado el sacerdocio. Frederick A. Ober, “Alameda”, en travels in Mexico and Life Among the Mexicans, 1884. Litografía. Col. MAP. Ahora los músicos debían responder a 31 la convocatoria, y casi simultáneamente, el maestro Jaime Nunó llegaba a México. 75 Nacimiento del Himno Albert M. Gilliam. “Celebration of the Installation of President Santa Anna”, en travels over the table Lands and Cordilleras of Mexico. During the Years 1843 and 1844, 1846. Litografía. Col. MAP. 76 Himno Nacional Mexicano En tanto, luego de la muerte de Alamán cieron retroceder a las del presidente; ésta en 1853, el dictatorial gobierno de Santa y otra derrota en el Cerro del Peregrino Anna enfureció al pueblo con la creación de obligaron a Su Alteza Serenísima a regresar absurdos impuestos y la ya reseñada venta a la capital, adornada y embellecida profu- de La Mesilla, así como por su política re- samente para recibirlo como si en verdad presiva, de censura y destierro de liberales. hubiera triunfado. Con Juan Álvarez a la cabeza, comen- Por orden expresa del gobernador del zaron en el sur los alzamientos liberales Distrito Federal, el día 16 cerró el comercio, para derrocarlo. Así, el 1o. de marzo, Flo- y esa noche y las dos siguientes se ordenó rencio Villarreal proclamó el Plan de Ayutla. a los capitalinos iluminar y engalanar las Santa Anna, espada bajo el brazo, partió a fachadas de sus casas, mientras que frente Acapulco para combatirlo. El 28 de abril a Palacio Nacional se entonaban serenatas. enfrentó a las tropas de Comonfort, que hi- No faltaron los fuegos artificiales, y en la Plaza de Armas, sobre el zócalo en el que a Doloritas, como se conocía a Dolores Tos- se alzaría la Columna de la Independencia, se ta, esposa de Santa Anna y gran aficionada erigió un arco triunfal coronado por una es- al teatro y la ópera, intercediendo para que tatua de Santa Anna. su marido apadrinara y subvencionara la Las dos compañías de ópera que ofrecían compañía de Masson, integrada por algunos temporada, creadas a principios de 1854, se miembros de la recién disuelta de Maretzek, apresuraron a preparar magnas recepciones: entre ellos Giovanni Bottesini, talentoso di- la de René Masson para el 17, en el Teatro rector y virtuoso del contrabajo, quien más Santa Anna, y la de Pedro Carvajal en el tarde en El Cairo dirigió Aída, a instancias, Teatro Oriente, el 18. No es difícil imaginar del propio Verdi. Casimiro Castro. “La Plaza de Armas de la Ciudad de México”, en México y sus alrededores, 1855 y 1856. Litografía. Col. MAP. 77 Nacimiento del Himno Portada de la partitura del Himno Nacional Mexicano repartido oficialmente por el gobierno de Antonio López de Santa Anna, 1851, en Álbum conmemorativo del Himno Nacional Mexicano, 1854-1954. Primer centenario. Col. MAP. 78 Himno Nacional Mexicano La noche del 17 de mayo, en cuanto finalizaran los fuegos artificiales y el caudillo hiciera su entrada triunfal en el Teatro, resonaría la obertura de Nabucodonosor, de Verdi, para después entonar el “Gran Himno Nacional”, con los versos premiados de González Bocanegra cantados por las señoras Enriqueta Sontag, Claudia Fiorentini, Partitura del Himno Nacional Mexicano, septiembre de 1851, Álbum conmemorativo del Himno Nacional Mexicano, 1854-1954. Primer centenario. Col. MAP. | pp. 65-67. Carolina Vietti, Sidonia Costini y María López, y los señores Gaspar Pozzolini, Atilio Arnoldi, Luigi Rocco, Eliodoro Specchi e Ignacio Solares, acompañados por el cuerpo de coros del Teatro. La música era obra del maestro Juan Bottesini, quien se adelantó al siderada por muchos la mejor cantante alema- anuncio del resultado del concurso musica- na de la época, falleció poco después víctima lizando los versos. de la epidemia de cólera que azotaba el país. La prima donna Enriqueta Sontag, con- Para el 18, en cambio, el Teatro Oriente, desa de Rossi, tuvo el privilegio de estrenar situado en la actual calle de Mesones, dis- el poema de González Bocanegra que hoy puso laudatoria introducción sobre las “cua- es nuestro himno. Bottesini la había traído a lidades” y “hazañas” del presidente, tras México contratada por dos meses y 100 mil la cual se ejecutó la obertura de Guillermo francos, cumpliendo la misión encomendada tell, de Rossini, para cerrar con el Himno a por Santa Anna de viajar a Estados Unidos y Santa Anna, escrito ex profeso por González cerrar trato con la mejor compañía de ópera Bocanegra para la ocasión, a cargo de todos para estrenar el himno el 15 de septiembre. los artistas de la compañía y el coro general; Por desgracia, la célebre y bella soprano, con- la música era obra del maestro, director y 79 Nacimiento del Himno que eso depende de las circunstancias. Esta vez el poeta y el músico no se han desviado de las reglas del arte.32 Un mes después del albazo protagonizado por Bottesini, el 15 de agosto, el Ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio difundió el veredicto oficial de la Comisión sobre las composiciones musicales: el premio compositor catalán José Nicolao. Pero ni la se había adjudicado a la que tenía por epí- melodía ni la letra de aliento bélico y ple- grafe “Dios y Libertad” y las iniciales “J.N.” tórica de alabanzas a Su Alteza Serenísima No pudiendo saber con ellas quién era el au- lograron encender al exigente público. tor, se procedió a publicar un aviso firmado El presidente desairó ambas funciones, y por Lerdo de Tejada pidiendo al ganador que aunque varios periódicos afirmaron que ni la se presentase y comprobara debidamente ser música de Bottesini ni la de Nicolao habían el verdadero autor. Como el maestro Jaime agradado a la concurrencia, un cronista de Nunó demostró serlo,33 el Ministerio le pidió El Siglo Diez y Nueve publicó que “no tenía que instrumentara el himno. palabras” para describir la armonía y vigor El jurado calificador, integrado por los pro- expresivo de la composición de Bottesini, y fesores José Antonio Gómez, Agustín Balderas que su himno era “demasiado bueno, dema- y Tomás León, había decidido por unanimidad siado artístico”. Finalizó diciendo: cuál era la mejor de las quince. No fue fácil: ha- Por lo demás, que un canto se adopte por bían participado músicos tan renombrados como un pueblo, que llegue a ser su canto de Juan Bottesini, Juan Manuel Cambeses, Joaquín guerra y de victoria, que lo entone en sus 32 días de ventura, poetas y músicos saben 80 Himno Nacional Mexicano Citado por Clementina Díaz de Ovando, op. cit., p. 132. Elías G. Torres Natterman, op. cit., p. 43. 33 Luna, Román Canchola, Manuel Cataño, Angel Mier y Rul, José María Pérez de León, Luis Pérez de León, M. Luzuriaga, Manuel Villagómez, José de la Luz Báez y Luis Barragán. Los méritos de la obra de Nunó eran su marcialidad y la intensidad que su música otorgaba a la letra de González Bocanegra. Una vez recibidas las partituras del himno, el Ministerio pidió a Nunó que se encargara de litografiarlo para que no fuese alterado y todas Finalmente, México contaba con un las bandas militares del Ejército y las orquestas himno, un canto alusivo a la solidaridad, la de los teatros contaran con ejemplares para inter- independencia, la libertad, el amor a la pa- pretarlo en las ya inminentes fiestas nacionales. tria. Jesús Romero Flores ha destacado que Presto a atender la solicitud, Nunó in- nuestro himno es modelo en su clase gracias formó al Ministerio que el 6 de septiembre a la propiedad homorrítmica de sus versos, había mandado 220 ejemplares a la plana exigencia de las composiciones integradas mayor del Ejército y diez a la Dirección Ge- por estrofas que serán musicalizadas.35 neral de Artillería, gastando para ello 690 Aunque contienen un anhelo de paz, el pesos, a razón de tres pesos por ejemplar. tono profundamente bélico de sus estrofas, Nunca se le reembolsó este dinero, ni al incluido el epígrafe,36 refleja los convulsos poeta se le entregó el premio prometido.34 años en que fueron escritas. 34 El dinero nunca se le reembolsó del todo, aunque el Ministerio de Fomento giró la petición al de Guerra. Elías G. Torres, op. cit., p. 46, afirma que en 1901, cuando se le preguntó a Nunó al respecto, contestó: “La recompensa que obtuve por el himno que compuse, fue el honor que entonces se me tributó, y el que ahora recibo; pues no llamo recompensa los $300.00 que, en cortas partidas, me proporcionó el Gobierno, debido a que estaba en mala situación hacendaria”. En octubre de 1942, México finalmente liquidó, por conducto del secretario de Educación Pública, licenciado Octavio Véjar Vázquez, la deuda que tenía con los autores, pagándosela a sus descendientes en sencilla ceremonia. Excélsior, 14 de octubre de 1942. 35 Jesús C. Romero, op. cit., p. 61 36 “Volemos al combate, a la venganza / y el que niegue su pecho a la esperanza / hunda en el polvo la cobarde frente”. 81 Nacimiento del Himno José Bribiesca, Ciña ¡oh Patria! (fragmento), 1946. Cartel, Col. SAM. HIMNO NACIONAL MEXICANO CORO Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón. ESTROFA I Ciña ¡oh Patria! Tus sienes de oliva de la paz el arcángel divino, Que en el cielo tu eterno destino, por el dedo de Dios se escribió. Mas si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo, piensa ¡oh Patria querida! que el cielo un soldado en cada hijo te dio. CORO ESTROFA II En sangrientos combates los viste por tu amor palpitando sus senos, arrostrar la metralla serenos, y la muerte o la gloria buscar. Si el recuerdo de antiguas hazañas de tus hijos inflama la mente, 82 Himno Nacional Mexicano los laureles del triunfo, tu frente El será del feliz mexicano volverán inmortales a ornar. en la paz y en la guerra el caudillo, CORO ESTROFA III porque él supo sus armas de brillo circundar en los campos de honor. CORO Como al golpe del rayo la encina se derrumba hasta el hondo torrente, ESTROFA V la discordia vencida, impotente, ¡Guerra, guerra sin tregua al que intente a los pies del arcángel cayó. de la patria manchar los blasones! Ya no más de tus hijos la sangre ¡Guerra, guerra! Los patrios pendones se derrama en contienda de hermanos en las olas de sangre empapad. sólo encuentra el acero en tus manos ¡Guerra, guerra! En el monte, en el valle quien tu nombre sagrado insultó. los cañones horrísonos truenen, y los ecos sonoros resuenen CORO ESTROFA IV con las voces de ¡Unión! ¡Libertad! CORO Del guerrero inmortal de Zempoala37 te defiende la espada terrible, ESTROFA VI y sostiene su brazo invencible Antes, patria, que inermes tus hijos tu sagrado pendón tricolor. bajo el yugo su cuello dobleguen, tus campiñas con sangre se rieguen, 37 Resulta extraña esta alusión a Santa Anna designándolo “guerrero inmortal de Zempoala”, ya que ni nació allí ni libró batalla alguna en tal sitio. Algunos autores han dicho que el poeta pudo haberlo incluido invocando las raíces prehispánicas de la zona, cuyos habitantes originales fueron totonacas. Esto es improbable, ya que fue abandonada luego de la caída de Tenochtitlan y la maleza cubrió por completo el conjunto arqueológico hasta 1891, año en que Francisco del Paso y Troncoso lo descubrió. sobre sangre se estampe su pie. Y tus templos, palacios y torres se derrumben con hórrido estruendo, y sus ruinas existan diciendo: de mil héroes la patria aquí fue. 83 Nacimiento del Himno 84 Himno Nacional Mexicano CORO CORO ESTROFA VII ESTROFA IX Si a la lid contra hueste enemiga Y el que al golpe de ardiente metralla nos convoca la trompa guerrera, de la patria en las aras sucumba, de Iturbide la sacra bandera obtendrá en recompensa una tumba, ¡Mexicanos! valientes seguid. donde brille de gloria la luz. Y a los fieros bridones les sirvan Y de Iguala la enseña querida las vencidas enseñas de alfombra; a su espada sangrienta enlazada, los laureles del triunfo den sombra de laurel inmortal coronada, a la frente del bravo adalid. formará de su fosa la cruz. CORO CORO ESTROFA VIII ESTROFA X Vuelva altivo a los patrios hogares ¡Patria! ¡Patria! Tus hijos te juran el guerrero a contar su victoria, exhalar en tus aras su aliento, ostentando las palmas de gloria si el clarín con su bélico acento, que supiera en la lid conquistar. los convoca a lidiar con valor: Tornaránse sus lauros sangrientos ¡Para ti las guirnaldas de oliva! en guirnaldas de mirtos y rosas, ¡Un recuerdo para ellos de gloria! que el amor de las hijas y esposas ¡Un laurel para ti de victoria! también sabe a los bravos premiar. ¡Un sepulcro para ellos de honor! Jesús Helguera, El niño es la mejor promesa de la Patria, ca. 1950. Óleo, 200 × 154 cm. Col. SAM. Partitura de la primera edición del Himno Nacional Mexicano, en Álbum conmemorativo del Himno Nacional Mexicano 1854-1954. Primer Centenario, Col. MAP. | pp. 86, 87. CORO 86 Himno Nacional Mexicano 87 Génesis de la patria III Carmen Parra, Serie El vuelo del águila, III/V, 2010. Óleo, 200 × 200 cm. 88 Himno Nacional Mexicano 89 Génesis de la patria e Primicia en el Teatro Santa Anna L PROGRAMA de festejos que organizó la Junta Patriótica para 1854 siendo su presidente Antonio Díez de Bonilla, incluía los días 11, 15, 16 y 27 de septiembre. Pese a que México ya contaba con un himno triunfador, en los periódicos se promovía la idea de hacerlo competir con otros, por lo que se publicó: En este mes tendremos el placer de oír tres [himnos], que se cantarán en el Teatro Santa Anna: el [lunes] 11 en la noche el Himno Cívico del maestro Bottesini; el [viernes] 15, el del señor Jaime Nunó, y el [miércoles] 27, el del joven mexicano don Luis Barragán. De estos tres himnos el entusiasmo patrio debe adoptar el que le agrade, para celebrar los triunfos de la República.38 En el programa se hacía, sin embargo, una distinción entre el Himno Nacional y las marchas: DÍA 11 [LUNES] Antes de la función, en la que se pondrá en escena la ópera Belisario, de Donizzeti, y tan luego se presente S.A.S., se cantará por toda Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), la Compañía, un Himno Cívico dedicado al Serenísimo Señor Pre- 103 × 103 cm. 38 Elías G. Torres, op. cit., pp.49-50 91 Pedro Gualdi, Interior del Gran teatro de Santa Anna (fragmento), 1855. Óleo, 70 × 97 cm. Col. BANXICO. Portada de la primera edición del Himno Nacional Mexicano, en Álbum conmemorativo del Himno Nacional Mexicano 1854-1954. Primer Centenario, Col. MNH. sidente, composición musical del maestro Gobierno del Distrito, se dirigirá al Teatro Juan Bottesini, y poética del señor Gonzá- Santa Anna, seguida de una Compañía de lez Bocanegra, premiada en el certamen. Granaderos de Infantería, con su música. DÍA 15 [VIERNES] A las siete de la noche, la Junta Patriótica, que se reunirá en el Gabinete del Luego que lleguen SS.AA., se cantará por toda la Compañía, el Himno Nacional, letra de don Francisco González Bocanegra y música de don Jaime Nunó. DÍA 16 [SÁBADO] Antes de empezar la función, con la ópera Atila, de Verdi y, al presentarse S.A.S., será ejecutada, por todos los artistas de la Compañía, la gran marcha, marcial, nueva, premiada por el Supremo Gobierno, composición del maestro Nunó, cuya poesía ha sido compuesta por don Francisco González Bocanegra, y elegida, entre otras muchas, por la Junta Calificadora, nombrada al efecto. DÍA 24 [DOMINGO] Se cantará, por toda la Compañía a toda orquesta, y por tres bandas militares, la gran marcha, marcial, poesía de don Francisco González Bocanegra, y música del joven compositor, don Luis Barragán, dedicada a S.A.S., el General Presidente, 92 Himno Nacional Mexicano 93 Primicia en el Teatro Santa Anna José Arellano Fischer, “Antonio López de Santa Anna”, en Los gobernantes del México Independiente, México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. siguiendo a dicha marcha la canción militar, conocida en México como La vivandera, compuesta por el mismo autor y dedicada a S.A.S. Señora Doña Dolores Tosta de Santa Anna. AUNQUE para la función del viernes 15 el Teatro estaba desbordado, Santa Anna no asistió por encontrarse indispuesto, y González Bocanegra se conformó leyendo su discurso ante la Junta Patriótica y el gobernador del Distrito. Después se recitaron diversas composiciones literarias,39 y al final se interpretó el Himno Nacional con la música de Nunó.40 Cantaron las estrofas la soprano Claudina Fiorentini y el tenor Lorenzo Salvi.41 Inmediatamente después el gobernador dio el grito de Independencia que coreó el público entusiasmado. Las autoridades y los soldados inválidos, héroes de guerra, emprendieron el regreso a las casas consistoriales portando banderas. La orquesta tocó entonces la Marcha Nacional de Herz. 39 Recitaron poesías el general Ignacio Sierra y Rosso, Francisco Granados Maldonado, el capitán Emilio Rey, Joaquín Alcalde y Custodio Ripoll, que fueron alternadas con música. Véase Clementina Díaz de Ovando, op. cit., p. 152. 40 Erróneamente algunos autores sostienen que ese día no se interpretó el Himno Nacional, sino el 16 o el 17. 41 También participaron en esta primera ejecución oficial del himno: Carolina Vietti, contralto; Sidonia Costini, Isabel Zanini y la señora Ciocca, comprimarias; Federico Beneventano, barítono; Ignacio Marini, bajo; Heliodoro Specchi, bajo; señores Rovere, Jiménez y Díaz, comprimarios; José María Chávez, primer violín; Eusebio Delgado, primer violín, y dirigió el señor Juan Bottesini, maestro compositor. 94 Himno Nacional Mexicano El sábado 16, frente a S.A., la señora Steffenone y el tenor Salvi cantaron las estrofas del Himno Nacional de González Bocanegra y Nunó. La función del miércoles 27 se cambió para el domingo 24 a petición del presidente, y la interpretación corrió a cargo del tenor Salvi acompañado de Fiorentini. Por otra parte, el Teatro Oriente organizó una función extraordinaria el domingo 1o. de octubre; en ella se entonó un himno patriótico de un joven mexicano cuyo nombre se desconoce, dedicado, para no variar, a Santa Anna. De los cuatro himnos interpretados en las festividades de 1854, la prensa reparó particularmente en el premiado. El Siglo Diez y Nueve, aunque estimó la composición, juzgó difícil que pudiera convertirse en un canto popular por la complejidad de su interpretación. El Universal dijo que se trataba de una obra de mucho mérito y que había sido del agrado del público. Atinadamente el cronis- Mientras, la rebelión convocada por el Plan de Ayutla crecía a pasos agigantados, y el estreno del Himno Nacional se ta agregó: “como todas las de este género, daba en uno de los contextos más difíciles no será suficientemente apreciada hasta que de nuestra historia. Niceto de Zamacois lo sea bien conocida”.42 resume así:43 42 Clementina Díaz de Ovando, op. cit., p. 157. Primera página del Plan de Ayutla. Facsímil, Col. MAP. 95 Citado por Vicente Quitarte, op. cit., p. 22 43 Primicia en el Teatro Santa Anna José Arellano Fischer, “Benito Juárez García”, en Los gobernantes del México Independiente. México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. El año de 1854 terminó con la misma falta de equilibrio con que había empezado: la nación con un pedazo menos de territorio y con la guerra de castas de Yucatán. Menguada en gran parte la suma en que los Estados Unidos compraron La Mesilla. Con un grande aumento en las contribuciones. Con los campos incendiados por uno y otro partido. Asolados los departamentos fronterizos por las hordas de indios bárbaros. Desiertos los campos por los hombres arrancados de leva. Sin arreglo ninguno en la hacienda. Sin protección la industria. Sin vida el comercio. Arruinada la agricultura. Con un gobierno dictatorial que el país no había pedido y con un plan de gobierno proclamado por la revolución que tampoco inspiraba confianza. A la nación colocada en medio de dos contendientes que se declaraban eco de la voluntad de ella, y que la desangraban, sin que su voluntad, sin embargo, estuviese representada por ninguno de los dos. Su Alteza Serenísima fue quedándose solo; el pueblo consideraba la venta de La Mesilla como una traición. Juan Álvarez e Ignacio Comonfort eran los nuevos paladines. Benito Juárez, secundado por varios gobernadores, se rebelaba en Oaxaca sumándose al Plan de Ayutla. Al poco tiempo, la mitad de la República estaba en pie de guerra. Santa Anna se supo vencido cuando el comandante militar de la plaza de 96 Himno Nacional Mexicano la ciudad de México se unió a la rebelión y designó una junta encargada de nombrar presidente interino, puesto que recayó en Martín Carrera. El caudillo renunció el 9 de agosto de 1855, a tan sólo un año de haberse estrenado el himno. Considerado como uno de los gobernantes más funestos del país, partió hacia La Habana, dejando al país despedazado. Los vencedores nombraron presidente a Juan Álvarez y desconocieron a Carrera. México se preparaba entonces para el complejo ejercicio de la democracia; los liberales irrumpieron de lleno en la escena política. Vendrán el gobierno de Ignacio Comonfort, las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857, la guerra civil, la Intervención Francesa y el Segundo Imperio; finalmente, la reconstrucción de la República. José Arellano Fischer, “Martín Carrera” y “Juan Álvarez”, en Los gobernantes del México Independiente. México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. IV Carmen Parra, Serie El vuelo del águila, IV/V, 2010. Óleo, 200 × 200 cm. 98 Himno Nacional Mexicano 99 Primicia en el Teatro Santa Anna Los autores h FRANCISCO GONZÁLEZ BOCANEGRA IJO DE José María González Yáñez y Francisca Bocanegra, nació en San Luis Potosí el 8 de enero de 1824. Su padre era un militar realista de origen gaditano, mientras que su madre, mexicana, oriunda de Aguascalientes, era hermana del licenciado José María Bocanegra, ministro de Relaciones Exteriores en el gabinete de Vicente Guerrero y efímero presidente interino de la República en 1827. Hacía muy poco que se había consumado la Independencia y el recelo antiespañol dominaba el ambiente, por lo que el 20 de diciembre de 1827 se promulgó la Ley de Expulsión de los Españoles, la cual provocó el destierro de la familia de Francisco cuando éste tenía apenas cinco años. Aunque su padre se hubiera podido quedar en México gracias a algunas previsiones de la ley, no se sentía cómodo siendo un oficial realista, por lo que decidió volver a Cádiz. Allí permaneció la familia hasta 1836, cuando España reconoció la Independencia de México y aquella ley fue revocada. La Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. familia volvió entonces a San Luis Potosí, y un tiempo después, el joven Francisco partió a la ciudad de México, donde descubrió su vocación literaria. 101 102 Himno Nacional Mexicano Se incorporó a la Academia de Letrán, y en 1849 participó en la fundación de una sociedad literaria llamada Liceo Hidalgo, de la que primero fue vocal y luego presidente. En la capital vivió los tristes años de la intervención estadounidense (1846-1848), que puso a nuestro país en vilo y reforzó el patriotismo de los mexicanos que, con tristeza, vieron ondear la bandera de las barras y las estrellas en Palacio Nacional e hizo que muchos literatos cambiaran la pluma por el fusil. Fue el caso de Guillermo Prieto, que se afanó en formar una “guerrilla de la pluma”; de José T. Cuéllar y Manuel Eduardo de Gorostiza, quien se sumó al “Batallón de los Bravos” donde Manuel Payno era mayor, y de Manuel Carpio, por nombrar sólo a algunos. aguas del Río Bravo. Era preciso abandonar González Bocanegra no se sumó a la el estudio de las bellas letras, para ceñir la guerra, pero sufrió el desquiciamiento de espada de soldado; era preciso combatir o la vida cultural, y así lo hizo saber en un decidirse a perder la independencia de la discurso acerca de la poesía nacional que patria; la juventud no vaciló, abandonó las pronunció el 15 de diciembre de 1850: aulas y los libros, y se presentó orgullosa y …la planta de un invasor atrevido hollaba nuestros terrenos en el Norte; la sangre de algunos valientes había enrojecido las valiente en los campos de batalla.44 José Inés Tovilla, Francisco González Bocanegra, 1918. Óleo, 88 × 75 cm. Col. MNH. | p. 84. William Sheperd, “Ruta que siguieron las tropas norteamericanas de Veracruz a México”, en Historical Atlas, 1911, Col. UTA. 44 Citado por Daniel Molina Álvarez, “Francisco González Bocanegra. Su vida y su obra”, en Mas si osare un extraño enemigo ...: CL Aniversario del Himno Nacional Mexicano: antolo- 103 Los autores Al terminar la guerra con Estados Uni- versos, y que faltaba a todas las reglas de dos, México inició el lento y complejo cami- composición. En su dictamen a la Junta no de la reconstrucción. Corrían tiempos de Patriótica, elaborado junto con Francisco exaltación patriótica pese al constante sube Granados Maldonado, ambos recomendaron y baja de los caudillos. que no se llevara a escena. El dictamen se En la gran ciudad, Francisco también hizo público y el autor, enojado, los deman- comenzó una carrera en el servicio públi- dó por el delito de ataque a la vida privada. co, trabajando como oficial archivista en la Las autoridades le concedieron la razón al Administración General de Caminos y Pea- creador, y la obra se estrenó en septiembre jes, censor de teatros y director del Diario en el Teatro Nacional. oficial. Se enamoró de Guadalupe González González Bocanegra destacó como drama- del Pino y Villalpando, su musa, prima en turgo con vasco Núñez de Balboa, estrenada con tercer grado, figura crucial para la composi- éxito en 1856 en el Teatro Iturbide; a su muerte ción del himno y con quien se casó en 1854. dejó inconclusa Faltas y expiación. Como orador, Durante su desempeño como censor de el 18 de noviembre de 1851, en el Teatro Santa teatros, primero en 1850 y luego en 1859- Anna, donde unos cuantos años después se es- 1860, en la administración de Miguel Mi- trenó el Himno Nacional, González Bocanegra ramón, llevó prolijamente una libreta en la participó en el homenaje póstumo al poeta José que anotaba sus juicios sobre cada obra. Eduardo de Gorostiza con una composición que Algunos de ellos generaron severas críticas leyó la actriz María Cañete, y que después fue y discusiones, como en el caso de Entrada publicada en un folleto.45 triunfal a México de don Agustín de Iturbi- El 15 de septiembre de 1854, el mismo de, de Severo María Sariñana, sobre la que día que se estrenó su himno con la música de dijo que contenía vulgares escenas, malos Nunó, el que hoy cantamos, volvió a aparecer gía conmemorativa. México, Secretaría de Cultura de la Ciudad de México/Océano, p. 41. 104 Himno Nacional Mexicano 45 Ibid., p. 38. en el mismo teatro recitando un discurso cívi- y gobernantes, que aparecieron en periódicos co en loor a los héroes de la Independencia. de la época,46 algunos de ellos reunidos por Con el aliento de la poesía romántica im- su biógrafo, Joaquín Antonio Peñalosa. Entre perante en la época, escribió poemas eróti- éstos destacan el Himno Nacional Mexicano, cos o intimistas dedicados a su novia y es- escrito en 1853; el que dedicó a Santa Anna posa Guadalupe, a la que como musa llamó en 185447, así como el que escribió para el Elisa. Sus poemas íntimos se publicaron en La vida del corazón, aunque existen otros de corte cívico dedicados a la patria, sus héroes Casimiro Castro, “Interior del Teatro Iturbide”, en México y sus alrededores, 1855 y 1856. Litografía. Col. MAP. 46 Composiciones suyas aparecieron en La Ilustración Mexicana y en el anuario Presente amistoso. 47 Se ha especulado mucho acerca de que a Santa Anna nunca le satisfizo la letra del Himno Nacional por considerar muy menor la mención que hacía de su persona, carente de 105 Los autores José Arellano Fischer, “Miguel Miramón”, en Los gobernantes del México Independiente. México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. presidente Miguel Miramón en 1860, con música de Cenobio Paniagua. Usuales eran entonces los himnos a los gobernantes; por ello no debe sorprendernos que González Bocanegra hiciera uno para Su Alteza Serenísima48 y otro para Miramón. Ciertamente ambos le costaron muy caro: pocos contemporáneos le perdonaron su oportunismo y cercanía con el conservadurismo. ¿Pero cómo se decidió a participar en el concurso para el himno nacional? Corrían los últimos días de noviembre y su novia Guadalupe, viendo a Francisco irresuelto, lo encerró en un cuarto de su casa, en el barrio de Tacuba, hasta que tuviera lista la composición. Unas cuantas horas después asomaron por debajo de la puerta las hojas de papel con el poema patriótico que ganó el concurso. De poco le sirvió el triunfo al poeta, pues no obtuvo la recompensa ofrecida, y al triunfo de los liberales y la caída del gobierno de Miramón, muchos de sus partidarios debieron esconderse o desterrarse. referencias a su heroicidad. Para resarcirse y contener la ira del dictador –sostienen algunos–, o porque sinceramente así lo creyera, González Bocanegra imprimió y envió su composición con una dedicatoria que decía: “Al hijo inmortal de Zempoala, al constante defensor de la Independencia, y de los derechos de la patria, a su Alteza Serenísima el General Presidente Don Antonio López de Santa Anna”. En esa misma impresión, realizada por el editor y literato Vicente Segura Argüelles, hay una carta impresa, también dirigida al presidente, en la que se deshace en elogios. 48 Se estrenó en el Teatro Santa Anna el 18 de mayo de 1854, con música compuesta por el maestro y director José Nicolao. 106 Himno Nacional Mexicano Aunque González Bocanegra no parece haber pertenecido a su círculo íntimo, lo cierto es que la estrofa que dice “guerrero inmortal de Zempoala”, los himnos a Santa Anna y Miramón, y su puesto como director del Diario oficial, lo hicieron temer por su vida, tanto que se refugió en casa de un tío, de donde sólo salía de noche y disfrazado a encontrarse con su esposa e hijas. Falleció el 11 de abril de 1861, víctima del tifo, a los 37 años. Los diarios informaron de su deceso, la mayoría con elogiosos comentarios sobre su obra, pero extrañamente ninguno lo mencionó como el autor del Himno Nacional. Cuarenta años después, en las festividades septembrinas de 1901, los restos del poeta que yacían en el panteón chico de San Fernando fueron homenajeados con coronas de flores por el gobierno porfirista y el Ayuntamiento. A las exequias, que tuvieron lugar el martes 17, asistieron Jaime Nunó, la familia González Bocanegra y la escritora Emilia Beltrán y Puga. El tiempo atestiguó el acto y reseñó que esta última sugirió a las autoridades trasladar los restos al Panteón de Dolores, Homenaje a Francisco González Bocanegra durante las festividades septembrinas de 1901, en Efemérides ilustradas del México de ayer, 1901, Col. AK. iniciativa adoptada por el Ayuntamiento. 107 Los autores El 23 de noviembre, tres días después movedora intervención de Juan I. Serral- de la exhumación, el gobernador capitalino, de, yerno del poeta. La lápida de mármol Ramón Corral, y el presidente del Ayunta- con la que se cubrió la fosa decía: “Restos miento de la capital, Guillermo Landa y Es- del poeta D. Francisco González Bocane- candón, presidieron el traslado de los restos gra. Autor de la letra del Himno Nacional del ilustre vate. Encabezaban el cortejo dos Mexicano. Abril de 1861”. oficiales que portaban la urna, una banda de Transcurrieron otros 31 años, hasta que música militar y comisiones de sociedades el 27 de septiembre de 1932, la Dirección mutualistas, agrupaciones artísticas y lite- Cívica del Departamento del Distrito Fe- rarias.49 Los asistentes abordaron tranvías deral decidió que el lugar que le corres- eléctricos, y a su paso por la calzada de Do- pondía a González Bocanegra era la Ro- lores pudieron apreciar las banderas y los tonda de los Hombres Ilustres, junto con escudos nacionales que la engalanaban. los próceres de la patria. Sus restos fueron En el solemne acto se interpretó una nuevamente exhumados en un acto oficial, marcha fúnebre, se leyó un discurso y se en el que se pronunciaron piezas literarias declamaron poesías; el colofón fue la con- y se escucharon algunas composiciones El Imparcial, 25 de septiembre de 1901 49 musicales. Carmen Parra, Pluma del águila real, “ Suave Patria”, 2010. Grabado, 42.5 × 73 cm. JAIME NUNÓ Una de las cuatro provincias que integran Cataluña, España, se llamaba Gerona, actualmente Girona. En esa irrigada región, de rico patrimonio medieval, “tierra de condes y abades”, como se autodenomina, cuatro bellos poblados de arquitectura románica integran una pequeña ruta cultural: Sant Joan de les Abadesses,50 Campdevanol, Gombrén y Ripoll. El primero de ellos fue escenario de la leyenda y cantar del Conde Arnau, personaje entre histórico y mítico que devino en ánima en pena por incumplir deberes militares y tener amores ilícitos con una monja. Según Romeu Figueres, crítico literario, ese es “el mito más fuerte, más robusto y más popular de Cataluña; es el mito por antonomasia de la cultura catalana”.51 Quién diría que un hijo de esta tierra, tan lejos de México geográfica y culturalmente, iba a ser el autor de la música de nuestro canto patrio por excelencia: el Himno Nacional. Jaime Nunó Roca nació el 8 de septiembre de 1824 en dicha localidad gerundense, hijo de Francesc Nunó y Magdalena Roca, tejedores. Al igual que Francisco González Bocanegra, vivió una dura infancia. Muy pequeño y dotado de una bella voz, comenzó estudios musicales gracias a su hermano Joan, organista del monasterio Carmen Parra, El nacimiento de la Nación, 2010. Dibujo, 28 × 43 cm. Col. MAP. 50 La historia de la villa está íntimamente ligada al monasterio, fundado en 887 por Guifré el Peludo, quien puso a su hija Emma al frente de la comunidad benedictina. En 1017 las abadesas, acusadas de desórdenes, fueron expulsadas por una bula papal. Este episodio histórico devino con el tiempo en la leyenda del Conde Arnau. Véase:http://www.santjoandelesabadesses.cat/index. php?option=com_content&view=article&id=195&Itemid=355 51 Loc. cit. 111 112 Himno Nacional Mexicano José Inés Tovilla, Jaime Nunó, 1918.Óleo, 88 × 75 cm. Col. MNH. de Sant Joan de les Abadesses, pero pronto Banda del Regimiento de la Reina. En 1851, quedó huérfano de padre, quien murió por con tan sólo 27 años, recibió la encomienda una mordedura de víbora. de organizar las primeras bandas militares en Lo peor fue que al poco tiempo también Cuba, aún posesión española. perdió a su madre, quien días antes se lo Su extensa formación musical alcanzó su había llevado a Barcelona intentando pro- clímax entre los años 1851 y 1853, lapso tegerlo de una epidemia. Al morir Magda- durante el cual fue considerado máxima au- lena, momentáneamente desamparado en toridad musical de la isla caribeña. Allí su la Ciudad Condal, quedó al cuidado de su vida cambió para siempre al coincidir con tío Bernardo, comerciante de sedas; con Antonio López de Santa Anna. su patrocinio ingresó como cantante en un En marzo de 1853, Pata de Palo –como coro de la Catedral, y en 1834, al cambiar- soezmente le llamaban al caudillo– prove- le la voz por la edad, se volvió ejecutante y niente de Colombia, hizo escala en La Ha- se formó musicalmente durante siete años. bana para embarcarse hacia Veracruz en su Gracias a sus cualidades, el Cabildo de viaje de retorno a México. Amante del teatro, Barcelona le otorgó una beca para estudiar la música, y especialmente del oropel cas- composición en Italia, donde fue discípulo trense, conoció a Nunó y quizá imaginó que de Saverio Mercadante. importar un músico de tal formación y cer- En 1848, al volver a España ya conver- canía con la Corona española podía realzar tido en compositor y músico de excelencia, los fastos de su retorno triunfal. El dictador casó con Dolores viuda de Taló, mujer bas- ofreció al músico el cargo de director general tante mayor que él y de la que pronto se sepa- de Bandas Militares, mismo que ocupaba en ró. Impartió clases, dirigió orquestas, se es- Cuba, el cual Nunó aceptó sin pensarlo, por- pecializó en instrumentos de pistón, así como que aunque guardaba buenas relaciones con en bandas militares; su brillante desempeño el medio artístico, tenía cierta enemistad con le valió el nombramiento como director de la el gobernador general de la isla. 113 Los autores Smith Hermanos, Habana, 1851. Litografía, 55 × 106 cm. Col. LCW. Sobre la fecha de su llegada al país, Jesús C. Romero afirmó en su libro: …es seguro que fue en los primeros meses de 1853, pues el 29 de mayo lo encontramos actuando en el Salón de La Lonja, de la Ciudad de México, en el concierto de beneficencia a favor de los damnificados por el incendio acaecido en la Plaza de Jesús…52 haciendo dúo al piano con Santiago Heitz. 114 Jesús C. Romero, op. cit., pp. 140-141. 52 Himno Nacional Mexicano Pero Molina Álvarez53 cita al propio Nunó afirmando que su llegada fue “a últimos del año 1853” y su nombramiento el 24 de febrero de 1854. Lo cierto es que para “abrir fuego”, Santa Anna ordenó que el 29 de octubre de 1853, Nunó fuese dado de alta en el Ejército Nacional con 53 Ibid., p. 57, y Daniel Molina Álvarez, “Vida y enredos de don Jaime Nunó”, en Mas si osare un extraño enemigo ...: CL aniversario del Himno Nacional Mexicano: antología conmemorativa. México, Secretaría de Cultura de la Ciudad de México / Océano, 2004, pp. 56-57. el grado de capitán, el cargo de director ción del conservatorio nacional, y poste- general de Bandas y Músicas, y un suel- riormente su triunfo en el concurso para do de mil doscientos pesos, nombramien- musicalizar el himno, tres sucesos clave to rubricado en el Diario oficial el 21 de en los que se vio involucrado, lo pusieron enero de 1854.54 inevitablemente en el ojo del huracán de Como es de imaginar, Nunó, prove- una era de por sí tormentosa. niente de una realidad muy distinta, qui- En cuanto al primer asunto, hay regis- zá no percibiese de inicio las peculiarida- tro de la existencia por aquel entonces de des de un ambiente político tan caldeado, 230 bandas musicales en el país. Había una en el que se construía nada menos que extensa lista de aspirantes a ese suculento la noción misma de país… y el propio bocado, por lo cual Santa Anna, para hacer país. Consecuencia de ello era el exacer- irreversible el nombramiento de Nunó, lo bado nacionalismo imperante, la polari- dio de alta en el ejército, como dijimos, y zación de la sociedad y, por ende, de los tres meses después lo dio de baja con pre- juicios y opiniones sobre cualquier tema, rrogativas intactas, procedimiento que lo que auguraba múltiples conflictos para ahondó la discordia, reflejada en el un extranjero que, además de la abierta reto que los hermanos Pérez de León predilección del hombre fuerte y del nom- lanzaron al catalán, y que el aludido bramiento que éste le había conferido sin prudentemente rechazó. pisar aún suelo nacional, gozaba de mag- Sobre el fallido establecimiento níficos ingresos y de influencias en las del Conservatorio, Antonio Caballe- máximas instancias artísticas. Por ello, su ro era el candidato natural para designación como director de bandas, su dirigirlo. Había fundado la papel en el rocambolesco intento de crea- Academia Nacional de Música, financiándola du- 54 Ibid., p. 57. rante 28 años. Sin embargo, 115 Los autores Anónimo, “Catedral de México”, México en miniatura, siglo XIX. Litografía, 21 × 26.5 cm. Col. MAP. 116 Himno Nacional Mexicano todo quedó en un sainete de dirección rota- ciso Bassols, amigo y paisano suyo además toria entre Nunó y otro candidato triunfador, de guitarrista profesional, copiar la partitu- luego de que Su Alteza Serenísima decretara ra que iba a enviar al jurado para su cali- un “empate”, y todo para un conservatorio ficación. Adicionalmente, como dijimos, en que ni siquiera se fundó en ese momento. vez de escribir su nombre en el sobre que Y con respecto a su participación en el guarda el anonimato de los concursantes en certamen del himno, Nunó ideó ingeniosa todo certamen, sólo inscribió el lema oficia- estratagema para concursar sin que lo ad- lista Dios y Libertad, y las siglas J.N.; para virtiera el jurado. Como algunos de sus inte- redondear el plan, por conducto del citado grantes conocían su caligrafía, pidió a Nar- Bassols remitió su obra al Ministerio de Guerra y no al de Fomento, como se indicaba en la convocatoria. Lo anterior fue corroborado por Bassols en 1901: El señor Nunó y yo somos amigos; los dos españoles; catalanes los dos; los dos artistas; ambos tenemos 76 años. Vivíamos juntos en México en la calle de Zulueta No. 4 –si mal no recuerdo frente a la casa del Marqués de Cervantes– y en esa casa fue donde compuso el himno. Al presentar su obra a la calificación, temió que algunos de los sinodales, que podían ser o eran enemigos suyos, le echaran el punto en contra, conociendo el carácter de su tipo musical, y para salvar este inconveniente, me encargó que copiara su original y llevara copia al Ministerio de Guerra.55 En lo tocante a su triunfo en el concurso del himno, para muchos era afrentoso que un extranjero, por brillante que fuese, cumpliera tan alta encomienda. Ese rechazo por parte de su gremio resultaba especialmente doloroso e infamante al músico quien, conocedor de su valía profesional, al ser cuestionado insistió sin éxito en difundir todas las partituras enviadas al certamen para que el público juzgara por su cuenta y se enterara de que él había ganado porque su melodía era la que mejor maridaba con la letra de González Bocanegra, y no por favoritismo. Pero por desgracia, la relación de Nunó con México siempre estuvo empedrada de malentendidos, y aunque ya Bottesini y Nicolao habían presentado sus “himnos” con la letra premiada de González Bocanegra, el 15 de septiembre de 1854 se estrenó el Himno Nacional musicalizado por el catalán. Breve tiempo le duró la miel en los labios. En 1855, semanas antes de que Su Alteza Serenísima abandonara la Primera Magistratura, y la nación misma, Nunó renunció a su cargo, y catorce meses después regresó a Cuba, volviendo ambos personajes por azares del destino al punto donde se habían encontrado por primera vez, aunque en “Don Jaime Nunó y el Himno Nacional”, publicado en El tiempo, el 11 de septiembre de 1901. 55 esta ocasión sin coincidir. Para mayor infor- 117 Los autores vista aérea de la exposición panamericana, Buffalo, 1o. de mayo a 1o. de noviembre 1901. Acuarela, Col. LCW. tunio, la diligencia en que el músico viajó a oferta laboral para el maestro gerundense; Veracruz para embarcarse a la isla fue asal- allí hizo su vida, casó con una alumna suya tada, quedándose sin equipaje. y viajó unos cuantos años más tarde tanto a Seguramente, al llegar a La Habana luego de tanta desventura, le fue fácil decidir 118 Himno Nacional Mexicano su tierra natal como al país que amaba y le daría gloria póstuma: el nuestro. hacia dónde zarpar: los Estados Unidos de Sus tres visitas posteriores a México tam- Norteamérica. Había que cambiar de aires poco estuvieron exentas de polémica. La pri- y probar suerte en la entonces tierra prome- mera, en 1864, porque sus enemigos propala- tida; se instaló en Nueva York, punto cultu- ron que había sido motivada por la coronación ral y musicalmente efervescente, pródigo en de Maximiliano de Habsburgo; la segunda, en 1901, luego de que lo descubrieron unos viajeros mexicanos en Buffalo, Nueva York, donde vivía, casualidad que motivó al presidente Porfirio Díaz a invitarlo con motivo de las fiestas patrias. Veremos por qué. Durante la Exposición Panamericana en Buffalo, en la que participó nuestro país, un capitán del Estado Mayor integrante de la delegación mexicana lo reconoció mientras comía en un restaurante. Al quedar claro que se trataba de Jaime Nunó y llegar la noticia a México, otros integrantes de la delegación, así como algunos periodistas, se adjudicaron el hallazgo. Lo cierto es que la sincera conmoción de Hernández Covarrubias y sus camaradas militares los llevó hasta el domicilio de Nunó para rendirle homenaje con flores y música. Imaginemos la emoción del viejo catalán luego de tantos años de lejanía de la tierra amada, al escuchar a la Banda de Artillería interpretar, según las crónicas, melodías mexicanísimas como La Castañera, La Paloma, y el Himno Nacional. Nunó, luego de enjugarse algunas lágrimas, ordenó abrir su casa a los mexicanos, y comenzó entonces un feliz contrapunto musical entre anfitriones y visitantes. Incluso se dejó constancia escrita del significativo suceso. Luego del consiguiente clamor popular surgido en México en pro de la invitación de Nunó, éste partió rumbo al sur el 12 de septiembre de 1901. Su recorrido en tren desper- José Arellano Fischer, “Maximiliano de Habsburgo”, en Los gobernantes del México Independiente. México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. Los autores 119 tó una nutrida cosecha de ovaciones hasta Muy probablemente sin premeditación, llegar a la ciudad capital. Nunó hizo muchas veces de ave de tempes- Al arribar, en esa segunda visita tan tades. Sus declaraciones, ingenuas o torpes, plena de paradojas, en un primer momen- como se les vea, a El Universal, atestiguadas to continuó la cascada de reconocimientos por Victoriano Agüeros, director de El tiem- que el catalán, ya de 76 años, recibió emo- po, definiéndose como “acérrimo partidario cionado: un homenaje en el Teatro Arbeu, de las ideas liberales”; negando haber ads- la entrega del dinero reunido con la ven- crito jamás al “odioso partido retrógrado”, ta de la edición de su partitura del Him- léase conservadores, y añadiendo que él no no Nacional; la resolución de la Cámara necesitaba de la colecta de fondos en su be- de Diputados de donarle dos mil pesos; su neficio organizada por El tiempo, pues en nombramiento como invitado especial al Buffalo ganaba “seis mil pesos oro al año Segundo Congreso Panamericano; la colec- como profesor de canto y de solfeo”, lasti- ta organizada en su beneficio por el diario maron pieles sensibles y avivaron la eterna El tiempo, y su personal homenaje a Gon- rencilla conservadores-liberales, así como zález Bocanegra, a cuya tumba fue a depo- las rivalidades en el gremio periodístico. De sitar flores, así como el clímax: su desig- nuevo el catalán debió salir de México sin nación para que dirigiera la ejecución del pensión vitalicia y con unos cuantos leales Himno Nacional en el zócalo capitalino. despidiéndolo en la estación de trenes. Hasta aquí, todo bien. Pero el periodista y narrador Héctor de Mauleón, en su acu- La tercera y última estancia de Nunó en cioso ensayo El regreso sin gloria de Jaime México fue en 1904, como invitado a la ce- Nunó56, detalla las miserias de este viaje: lebración de los cincuenta años del Himno Nacional en las fiestas patrias, y terminó en Héctor de Mauleón, “El regreso sin gloria de Jaime Nunó”, en Nexos, 1o. de marzo de 2009. http://www.nexos.com. mx/?P=leerarticulo&Article=214 56 120 Himno Nacional Mexicano sonado fracaso. Había escrito el 7 de septiembre una misiva a El tiempo en la que A. Wagner y Levien, Himno Nacional Mexicano para piano por Jaime Nunó, Col. MNH. Los autores 121 Carta de don Jaime Nunó dirigida al director de El tiempo, agosto de 1901, en Álbum conmemorativo del Himno Nacional Mexicano, 1854-1954. Primer Centenario, Col. MAP. anunciaba la creación de una compañía de Un biógrafo de Nunó –J. Cid y Mulet– conciertos para “reunir, si es posible, una cuenta que en 1904 el músico fue invita- cantidad que sirva para hacer un tanto me- do a participar en las celebraciones por nos penoso mi trabajo en los pocos años que, los cincuenta años del himno. La prensa naturalmente, me quedan de vida.”57 apenas da cuenta de su regreso. En la La misiva molestó a algunos miembros estación Colonia no lo espera nadie –ni del círculo porfiriano, el cual omitió enviar siquiera el director de El tiempo–. Tris- una comitiva oficial para recibirlo, y aunque te y abatido, se dirige por su propio pie Nunó cumplió a cabalidad su encomienda al hotel más próximo. artística, sufrió un gélido silencio oficial. Tiene la sensación de que todo es hos- Veamos cómo lo reseña Mauleón: til. Ningún abrazo, ninguna mano ami- El tiempo, México, 14 de septiembre de 1904, p. 2, citada por Daniel Molina Álvarez en vida y enredos de don Jaime Nunó, op. cit., p. 67 57 122 Himno Nacional Mexicano ga. Permanece en su habitación tres largos días, hasta que la noche del 15 de septiembre llega la hora de encaminarse al Palacio Nacional para dirigir el himno. Pero ya lo cubre el olvido. A la función de beneficio que más tarde le organiza el Teatro Renacimiento, no asiste nadie…58 Su respuesta fue componer la Marcha Heroica Porfirio Díaz para congraciarse con el dictador y ofrecerla a su círculo más cercano con miras a la celebración de la séptima reelección del oaxaqueño. Pero todo se fue al traste cuando Nunó pretendió cobrar 200 pesos por su trabajo, los cuales finalmente fueron liquidados de mala gana por los amigos de Díaz, mismos que presuntamente sabotearon el estreno de la obra y generaron un ambiente de repulsa que obligó al artista a salir de México para siempre. Quizá una de sus pocas satisfacciones En 1905, y aun a la distancia, surgió la en esta visita fue el homenaje recibido en última controversia referida a Nunó, quien Chalco el 25 de septiembre, pues lo mismo había compuesto un Himno a la Paz con le- que en 1856 y 1901, le esperaba otra solita- tra de Juan de Dios Peza, poeta en boga. Los ria salida de esta ciudad, pero esta vez con rescoldos de animadversión contra el mú- 80 años encima. sico hicieron que el estreno se efectuara el 58 Héctor de Mauleón, op. cit. E. Lange, Fotografía dedicada a Carmen Romero Rubio Díaz. Col. Propiedad Artística y Literaria, AGN. 16 de septiembre de 1905, un día después 123 Los autores 124 Postal conmemorativa del “Centenario de la Independencia Nacional” con un poema de Juan de Dios Peza. Himno Nacional Mexicano de lo programado, y que esto se convirtiera Cabe añadir que ese mismo año, el enton- en una suerte de veto para el proyecto que ces titular de la Secretaría de Educación Pú- Nunó aún acariciaba: radicarse en México. blica, Octavio Véjar Vázquez, en el marco de Al respecto, muchas veces escribió misivas un homenaje nacional, entregó a los descen- a Porfirio Díaz solicitándole trabajo, pero dientes de Nunó 368 pesos moneda nacional, nunca recibió respuesta. y a los de González Bocanegra dos mil pe- Empobrecido, diabético, viviendo a ex- sos moneda nacional, montos de los premios pensas de uno de sus hijos, Nunó murió a no entregados a los artistas por triunfar en el los 84 años en Buffalo, el 18 de julio de certamen para el Himno Nacional.59 1908. Pasarían 35 años para que el obligado reconocimiento del Estado mexicano se materializara, lo que ocurrió en el sexenio del presidente Manuel Ávila Camacho, quien ordenó exhumar sus restos para depositarlos en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Civil de Dolores, donde desde 1942 reposan al lado de los de Francisco González Bocanegra. Finalmente, don Jaime halló reposo en suelo mexicano, lo cual sin duda le hubiera complacido, así como saber que este 2010, el cabildo de Sant Joan de les Abadesses, su terruño natal, ha restaurado e inaugurado como punto cultural la casa donde nació. Qué ironías las del destino cuando nos otorga a destiempo una paz tan gloriosa. 59 Excélsior, año XXVI, tomo V, miércoles 14 de octubre de 1942, primera plana, p. 13. V Carmen Parra, Serie El vuelo del águila, V/V, 2010. Óleo, 200 × 200 cm. 126 Himno Nacional Mexicano 127 Los autores a Después del estreno LGUNOS cronistas e historiadores afirman que sólo un año después de su estreno, y más precisamente luego de la huida de Antonio López de Santa Anna del país, tanto liberales como conservadores identificaban al himno de González Bocanegra-Nunó como uno de tantos creados para adular a Santa Anna. Sin embargo, quienes así discurrían desde las planas de los diarios o las tertulias de café se basaban en la supuesta adscripción conservadora de González Bocanegra, de Nunó y del propio himno, omitiendo un análisis serio sobre su calidad literaria o musical, o el arraigo popular que iba adquiriendo. Para empezar, se hablaba de una animadversión del propio Santa Anna porque González Bocanegra no lo había adulado suficientemente, fundada en el hecho de que el jalapeño nunca expidió el decreto oficializando al himno. ¿Omisión deliberada o involuntaria del dictador? La convulsa época abona en pro de ambas hipótesis. Respecto a la primera, si analizamos la cantidad de odas, versos almibarados y artículos sublimando a Santa Anna que atiborraban cotidianamente Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. las planas de los diarios y las funciones de teatro, simil de mítines políticos para la élite, los versos de González Bocanegra, excep- 129 John Phillips, “Puebla”, en México Ilustrado, 1867. Litografía. Col. MAP. tuando la estrofa en la que lo ensalza como Lo cierto es que en los años posteriores a “guerrero inmortal de Zempoala”, son más su creación, cuando entre los múltiples him- bien parcos y cantan en cambio al país, a sus nos que se escuchaban en los teatros se llega- habitantes y su bravura. ba a interpretar el Himno Nacional, ni Gon- Y si pensáramos que se trata de un des- zález Bocanegra ni Nunó eran mencionados cuido, recordemos que el último gobierno como sus autores. Al primero porque algunos de Santa Anna fue agitado y amargo. Lo literatos de entonces, como Francisco Pimen- agobiaban la eterna contienda intestina, las tel, Manuel Sánchez Marmolejo o Luis G. Ur- constantes asonadas en el vasto territorio bina, lo consideraban poeta menor y jilguero nacional y el desprecio de muchos hacia de Santa Anna, y al segundo por haber gozado de su persona luego de la venta de La Mesilla. su predilección o por mera xenofobia. Quizá simplemente no tuvo tiempo de expedir el decreto. 130 Himno Nacional Mexicano Otro aspecto que quizá contribuyó a su lento arraigo fue que en la partitura original, José Arellano Fischer, “Ignacio Comonfort”, en Los gobernantes del México Independiente. México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. Nunó concibió el coro para ser cantado a dos voces, lo cual dificultaba su interpretación a nivel popular fuera de un teatro con orquesta y cantantes profesionales. Volviendo al tema de su identificación con Santa Anna, ésta fue tan persistente que en la ceremonia del 16 de septiembre de 1855, efectuada en el Teatro Nacional, ya no se cantó el himno de González Bocanegra-Nunó, sino el compuesto especialmente para ese día por Ignacio Ocádiz. El 4 de octubre de 1855, al asumir Juan Álvarez la Presidencia, nombró a Ignacio Comonfort Ministro de Guerra; a los dos meses Álvarez dimitió y Comonfort quedó como presidente sustituto, puesto desde el cual tuvo que sofocar múltiples rebeliones como la de Antonio Haro y Tamariz, posesionado de la ciudad de Puebla. Al volver victorioso a la capital, Comonfort fue recibido con una ceremonia en cuyo programa figuraba otro de los múltiples himnos “nacionales” de la época, el escrito por J. Rivero Río y musicalizado por Antonio Barilli, presidente de la Sociedad Filarmónica Artística. En 1856, en el programa de celebraciones patrias, y ya siendo Comonfort presidente interino, se anunció la ejecución de “un himno nacional”. Era la época de las grandes reformas liberales que acotaban el poder del clero, suprimían privilegios a sacerdotes y militares, y decretaban la desamortización de bienes eclesiásticos, lo que provocó el levantamiento de los grupos conservadores en varios puntos del país. 131 Después del estreno Casimiro Castro, “Teatro Nacional de México”, en México y sus alrededores, 1855 y 1856. Litografía. Col. MAP. Cuando ya era presidente constitucional, Comonfort apoyó el Plan de Tacubaya, procla- Tampoco en el gobierno de Juárez, la reciente Constitución liberal de 1857, con cuyo primer periodo comenzó en 1858, lo cual Comonfort activó un autogolpe técnico gozó el himno de simpatía oficial; quizá el que lo hizo abandonar el poder en diciembre liberal oaxaqueño nunca olvidó que Gon- de ese año. Según Jesús Romero, especialista zález Bocanegra fue burócrata en tiempos en el tema, a partir de esta fecha el himno de Santa Anna y que había escrito estrofas de González Bocanegra-Nunó no se volvió a laudatorias para éste, ni que el jalapeño interpretar en acto oficial alguno. había traído al país a Jaime Nunó, hechos Benito Juárez y Santos Degollado se levan- Himno Nacional Mexicano yes de Reforma. mado por Félix María Zuloaga, que desconocía En tanto, los liberales encabezados por 132 1861), durante el cual se expidieron las Le- que le impedían un juicio más sereno sobre ambos. taron en defensa de la Constitución, dando Durante el predominio conservador, el inicio a un cruento conflicto bélico, conoci- 7 de enero de 1860, se celebró con una do como la Guerra de los Tres Años (1857- función extraordinaria “el feliz regreso a la “Nouvelle Imagerie D’Epinal. L’Armeé Française au Mexique, 1863”. Col. BANXICO Después del estreno 133 Juan M. Pardo, ¡Juárez! Himno escolar compuesto expresamente para ser cantado en las escuelas de la República el 21 de marzo de 1906. Litografía. Col. MAP. 134 Himno Nacional Mexicano Capital de la República del general Miguel Paradójicamente durante el imperio de Miramón…”, efectuada en el Teatro Nacio- Maximiliano de Habsburgo (1863-1867), se nal, y fue homenajeado con el himno que eliminó como fecha patria el 27 de septiem- expresamente le compuso González Bocane- bre, estableciéndose desde entonces el 16, y gra. En otra función, en el mismo escenario, además se reconoció como Himno Nacional Miramón escuchó “el hermoso himno nacio- al de González Bocanegra-Nunó. El 16 de nal de Henri Herz”, que seguía en boga. Era septiembre de 1865, una salva de artillería común en los espectáculos el ya reseñado anunció la nueva, y las bandas militares lo anuncio de la ejecución de “un himno na- ejecutaron al unísono en la Plaza Mayor. cional”, signo de que se adjudicaba tal condición a muchos. Quirarte relata que durante la segunda intervención francesa en nuestro país:60 entonaron el Himno Nacional los soldados Ya en 1867, con Juárez de nuevo en el poder, la Sociedad Filarmónica Mexicana, en el programa de un concierto celebrado en octubre para honrarlo como su socio protector, se asentaba: mexicanos que se negaron a firmar el acta México no tiene una marcha verdadera y ex- ofrecida por el mariscal Aquiles Bazaine, clusivamente nacional, pues no tienen ese a la caída de Puebla en 1863, acta según carácter la de Herz ni el Himno de Nunó. A la la cual los mexicanos se comprometían a Sociedad Filarmónica Mexicana le toca llenar no volver a tomar las armas contra el inva- ese vacío y encomendó al señor doctor Anice- sor. El coronel Ignacio Manuel Altamirano to Ortega la composición de una marcha.61 recuerda cómo el Himno era una de las principales arengas en la carga sobre la Plaza de Querétaro. Se trata de la Marcha Zaragoza del médico Aniceto Ortega, ensalzada por Ignacio M. Altamirano como 60 Vicente Quirarte, op. cit., p. 26 135 Jesús Romero Flores, op. cit., p. 137. 61 Después del estreno la Marsellesa de México (pues) la inspira- El conocido hasta hoy como Himno Na- ción de Ortega es hija de la victoria y no cional fue obra de un filarmónico español del dolor, y por eso sus armonías todas no se llamado Jaime Nunó. Adquirió populari- traducen en lamentos ni en quejas, sino dad y se vulgarizó en tiempos del imperio en gritos de alegría…62 y por orden de Maximiliano. No puede, en consecuencia, ser Himno Nacional, por- Esta marcha se utilizó como himno du- que ni su música ni su letra valen lo que rante el gobierno juarista de 1867 a 1872 y debían valer, y carecen del requisito de junto con su Marcha Republicana es consi- nacionalidad. 63 derada la obra cumbre de Ortega. En este contexto resulta llamativo que, Sin embargo, fue en los campos de bata- a poco del deceso del Benemérito, acaeci- lla, no en los teatros ni en los saraos capi- do en julio de 1872, en el acto conmemo- talinos o las mesas de café, donde el himno rativo de la Independencia efectuado en comenzó a ser entonado espontáneamente el Teatro Nacional, el programa comenza- por soldados y ciudadanos ante las amena- ra con el Himno de González Bocanegra- zas que se cernían sobre la nación, porque Nunó, ejecución a cargo de la Orquesta y su carácter marcial y defensivo era total- Banda Militar. mente fiel a su época. Las críticas al himno siguieron presen- En síntesis, la historia fue moldeando simul- tes durante muchas décadas –y podríamos táneamente al país y a su himno. En un análisis decir que continúan latentes–; ejemplo de profundo hallamos que sus estrofas pretendida- ello es la gacetilla publicada en 1881 en mente belicistas condenan la lucha entre her- el diario capitalino La Patria, bajo el título manos, la profanación de la soberanía por los “Abolición del Himno Nacional”. Dice: poderes foráneos, y exaltan la valentía del que guerrea para defender su patria y su honor. 136 Ibid., p. 139. 62 Himno Nacional Mexicano 63 Ibid., p. 140. La Marsellesa, himno por excelencia del mundo occidental, bélico por antonomasia, contiene un apretado código de valores novedosos para la época, particularmente para los países de América, como la libertad, la igualdad y la fraternidad, anhelo de paz. Una de las grandes aportaciones de la Revolución francesa fue la noción de que todo ser humano tiene derecho a esos tres bienes supremos, simples cuanto complejos, pero también adquiere el deber de defenderlos. Y los eficaces versos de González Bocanegra, impulsados por la airosa melodía de Nunó, expresan en clave mexicana esas ideas. Además de un elemental conocimiento de nuestra historia decimonónica, para entender cabalmente el Himno Nacional es preciso conocer la simbología implícita en él, como el olivo, la paloma, los ángeles, alegorías milenarias que en el siglo antepasado fueron reconvertidas y apropiadas por el santoral republicano francés. Si leemos con pausa nuestro himno, veremos que tanto el olivo, planta resistente a desastres naturales y que, según el Nuevo Testamento, fortificó a Jesús durante su retiro en soledad; como la paloma, portadora eficaz y precisa de buenas nuevas; el ángel, mensajero divino, y el laurel, premio que los héroes griegos apreciaban más que el oro, son símbolos que alojan un vigoroso anhelo de paz. Es por ello que nuestro himno habla del pasado, pero también del futuro. Carmen Parra, El Ángel de la Columna de la Independencia, 2010. Grabado al azúcar, 147 × 70 cm. VI Carmen Parra, Águila bicentenaria, 2010. Óleo, 140 × 80 cm. 138 Himno Nacional Mexicano 139 Después del estreno c La consolidación de un símbolo OMO SE ha reiterado, el nacimiento del himno fue tormentoso: ade- más de competir con la epidemia de himnos, debió sortear alteraciones, mutilaciones, añadidos y modificaciones, en su letra y su música. Quizá pudo sobrevivir a estos avatares por contar con las características que, según apunta Peñalosa,64 debe poseer todo him- no nacional: pertenecer a la lírica, ser una oda heroica, constar de estribillo y estrofas, y ser musicalizable. En abono de lo anterior, Jesús Romero encomió las cualidades poéticas de la composición de González Bocanegra, enfatizando “la propiedad homorrítmica de sus versos, mirada a la luz de la exigencia para las composiciones constituidas por varias estrofas y destinadas a ser puestas en música, utilizando la misma melodía en todas ellas; indiscutiblemente, la de nuestro Himno es modelo en su clase”.65 Sin embargo, entrando en materia, debemos recordar que las modificaciones al himno comenzaron temprano. González Bocanegra entregó a la imprenta de Vicente Segura el texto premiado en febrero de 1854, inmediatamente después de que el jurado fallara a su favor y seis meses antes de su adaptación musical. El Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. 64 Joaquín Antonio Peñalosa, Entraña Poética del Himno Nacional. México, Imprenta Universitaria, 1955, p. 22. 65 Jesús C. Romero, op. cit., p. 61. 141 horrízono por horrísono, patria por Patria, Cempoala por Zempoala. A éstas se añadirán posteriores modificaciones o mutilaciones por motivos políticos. Con respecto a la partitura, existen dos datos interesantes. El primero, ya mencionado, que Nunó escribió el coro del himno a dos voces, decisión algo excéntrica para una obra destinada a ser masiva por excelencia. Por fortuna, no tardó en ser adaptado para cantarse a una voz. Edición del Himno Nacional, publicado por la Casa Murguía, con una litografía de Hesiquio Iriarte en la portada. Col. Felipe Teixidor, AGN. Por otra parte, la presunta orquestación original de Nunó desapareció durante años. A falta de ésta, la realizada por un catedrático del Conservatorio Nacional sirvió tem- mismo año en que se publicó la edición príncipe de la obra se hizo la primera edición popular. 66 El propio autor introdujo poralmente a los músicos. Años después, el maestro Julián Carrillo dijo al respecto: modificaciones en varias estrofas y suprimió una de ellas. Curioso es que ya desde la primera edición Entre la edición príncipe y la popular de la instrumentación para Banda Militar, se aprecian sutiles diferencias: a veces son publicada en el año de 1854, hayan empe- erratas o imprecisiones de los correctores o zado las alteraciones; pues se marca metro- editores; en otros casos implican la modernización de las grafías –cienes por sienes, nómicamente el “aire” de la composición, entretanto que en la edición impresa para voces y piano publicada por la Casa Mur- Joaquín Antonio Peñalosa, op. cit., pp. 6-11. 142 66 Himno Nacional Mexicano guía en el mismo año de 1854, no aparece el metrónomo sino únicamente la palabra en la armonía, él explicó que no era tal, sino “MARCIAL” que musicalmente lo dice todo.67 que por tratarse de honras fúnebres decidió interpretarlo “a modo menor”. Como si esto fuera poco, aun en los al- En 1899 era imposible hallar en el merca- bores del porfiriato se carecía de normas do la instrumentación original de Nunó para oficiales para la ejecución del Himno, lo cual se evidenció el 21 de abril de 1889, al fallecer en Nueva York, EU, el ex mandatario mexicano Sebastián Lerdo de Tejada, quien ocupó interinamente la presidencia a la muerte del Benemérito Juárez, en 1872. Al conocer la noticia, el gobierno porfirista repatrió los despojos del ilustre liberal. El 13 de mayo arribaron a la capital los restos del ex mandatario y fueron trasladados a la Cámara de Diputados para ser homenajeados e inhumados al día siguiente en el Panteón de Dolores. Miembros de las tres armas lo escoltaron hasta el cementerio para rendirle los honores de ordenanza. Pero al ser depositado el ataúd en la fosa, la banda militar de música tocó el himno en “modo menor”. Al ser reconvenido el director por lo que aparentaba ser una ostensible falla 67 Álbum “Himno Nacional Mexicano”, México, 1984, 3a. edición, Miguel Ángel Porrúa Librero-Editor, Presentación de Alfonso García Macías, pp. 21 a 23. José Arellano Fischer, “Sebastián Lerdo de Tejada”, en Los gobernantes del México Independiente, México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. 143 La consolidación de un símbolo Nueva edición del Himno Nacional Mexicano, publicada por la Casa Wagner y Levien, Sucs., Col. MNH. 144 Himno Nacional Mexicano banda, ni la de Miguel Ríos Toledano, estrenada en mayo de 1855, rarísima por no haber sido impresa. Por ello, la Casa Wagner y Levien decidió editar simultáneamente la partitura para piano y canto y la de banda, trabajo realizado por el maestro Susano Robles. El 5 de junio de 1903, el periódico El tiempo publicó una carta escrita a ese diario por Jaime Nunó, quien se manifestaba en contra de la instrucción girada por la Secretaría de Guerra a las bandas militares para que el Himno Nacional se tocara en Do mayor, aclarando que él lo había concebido y escrito en Mi bemol para infundirle el espíritu y brío de la música marcial. Al respecto, el maestro Julián Carrillo decía que “la alteración más grave que sufre el hermoso canto bélico, es que con frecuencia al interpretarlo, se le despoja de toda marcialidad, y con ello lo transforman en una cancioncilla insignificante.” La noche del 13 de julio de 1903, en presencia del presidente Porfirio Díaz, fue estrenada en el Teatro Circo Orrin la introducción contrapuntística de la Marcha de Honor en la música de las estrofas de nuestro Himno, cuyo autor es el capitán Ricardo José Arellano Fischer, “Porfirio Díaz”, en Los gobernantes del México Independiente, México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. 145 La consolidación de un símbolo Vista del edificio sede de la Exposición Universal de París, 1900. Fotografía coloreada. Col. LCW. Pacheco, entonces director de la Banda de Todos los mexicanos presentes celebrába- Artillería, en acatamiento de una orden emi- mos con el mayor entusiasmo el 15 de sep- tida por el entonces secretario de Guerra y tiembre y pedíamos a voz en cuello a un Marina. músico mexicano, que ostentaba la repre- Aquella confusión sobre la música del sentación oficial del Gobierno de México himno ocasionó incluso uno que otro episo- en aquella ciudad, que tocara el Himno dio bochornoso a nivel internacional. Quizá Nacional. Fue aquel señor al piano, em- el más lamentable sea el ocurrido en París pezó a tocarlo y a los cuantos compases se en 1900, en el Pabellón de México de la levantó diciendo: “No me lo sé…”68 Exposición Universal, que relata el maestro Carrillo: 146 Himno Nacional Mexicano 68 Julián Carrillo, ibid., pp. 21 a 23. Otro caso similar, ocurrido en 1909, fue la solicitud oficial formulada por un diplomático mexicano desde Londres: “…un ejemplar correcto de la partitura para banda de nuestro himno”, pues, explicaba el diplomático: …esta remisión es tanto más necesaria, México y su evolución social, 2 tomos en 3 vols. México, J. Ballescá y Compañía, 1900-1901. Se trata de una de las publicaciones características de la época. La dirección literaria estuvo a cargo de Justo Sierra. El ejemplar que se muestra fue la edición especial con pastas esgrafiadas. Edición facsimilar, México, Miguel Ángel Porrúa, 2005. cuanto que en las bandas militares inglesas se toca como Himno Nacional Mexicano, un aire que ni de lejos se parece al nuestro.69 De nuevo en cuanto a la letra, un año después, la comisión organizadora de los festejos del Primer Centenario de la Independencia reparó en la estrofa IV, que incluía la línea de alabanza a Santa Anna, y en la VII, en cuyo verso 3 se leía “De Iturbide la sacra bandera”. Para dictaminar sobre estos temas la comisión designó al doctor Porfirio Parra, a la sazón director de la Escuela Nacional Preparatoria, quien planteó omitir la primera y sustituir la segunda por “De la patria la sacra bandera”. Ya estaba decidido borrar sus nombres de la historia oficial. Sus conclusiones se turnaron a la Secretaría de Instrucción y Bellas Artes, la cual ordenó que de ahí en adelante, en las escuelas primarias se cantara omitiendo las estrofas cuarta y séptima. Sin embargo, un alud de protestas se levantó al incluir la dependencia en esta nueva versión los siguientes fragmentos, del todo ajenos a la letra origi- 69 Jesús Romero, op. cit., p. 194 nal de González Bocanegra: 147 La consolidación de un símbolo Coro La Secretaría de Instrucción Pública Pero nunca ese grito de guerra tuvo que dar marcha atrás, y el 10 de ene- Entre hermanos repita el cañón; ro de 1910 expidió una circular donde se Sólo cante, ya libre, la Tierra, limitaba a ordenar la supresión de las ya Su himno santo de paz y de unión. mencionadas estrofas IV y VII en escuelas y actos oficiales. Estrofa segunda En 1922, recién salido el país de la Re- Ya pasaron los días de duelo; volución, el maestro Julián Carrillo, a la sa- El progreso nos dice: adelante. zón director de la Escuela Nacional de Mú- Y ya el pueblo, a su impulso gigante, sica, hoy Conservatorio Nacional, elaboró Traza un surco, de gloria, a sus pies. un exhaustivo estudio del Himno Nacional, Marcha en pos del arado la escuela, para lo cual pidió al público que proveyera La feliz, la inmortal sembradora Que en las almas su grano atesora Y da fuerza divina a la mies. Estrofa tercera Mas tus hijos ¡Oh Patria! te juran 148 Himno Nacional Mexicano a la comisión formada para tal efecto de las antiguas ediciones del himno que tuviese en su poder. Para acabar con los malentendidos, en el dictamen que emitió en 1922 el maestro Julián Carrillo se establece: Exhalar en tus aras su aliento, En cuanto a modificaciones, sugiero al H. Si el clarín, con su bélico acento Consejo Cultural de la ciudad de México, Los convoca a lidiar por tu honor. que sean rechazadas todas, vinieran de Lo primero que arriar tu bandera, donde vinieran, incluyendo para el caso En la muerte, buscar la victoria, las del propio don Jaime Nunó, en edicio- Para hacer, de tu nombre, en la Historia, nes posteriores a la original de 1854, pues Faro inmenso de luz y de amor. creo que cada una de las notas del Himno Himno Nacional Mexicano, trabajo dedicado al digno representante de la Nación, C. don venustiano Carranza, 2 de junio de 1916, Miguel Espinosa, calígrafo, Impresos y Grabados Jorna. Col. MAP. 149 La consolidación de un símbolo Jaime Sadurní, La Revolución Mexicana. Óleo sobre cartón. 80 ×100 cm. Col. MAP. 150 Himno Nacional Mexicano Nacional representa una gloria nuestra o una gota de sangre de nuestra sangre, y por ello absolutamente nadie tiene el derecho de modificarlo, pues debemos venerarlo como una obra sagrada.70 Así fue como la Secretaría de Educación Pública pudo contar con la edición príncipe para canto y piano, y como desde 1909 ya poseía su similar para banda, el 20 de octubre de 1942 emitió un decreto con base en el dictamen elaborado por el maestro Carrillo, Manuel Barajas y el teniente coronel Manuel de J. Solís, para fijar las características musicales del Himno Nacional, de su ejecución, y las estrofas que se debían cantar en las escuelas. En dicho texto se asienta que “el Himno Nacional es el canto a la Patria y el alma de la nacionalidad”; se prohíbe toda modificación a la letra y a la música y se establece que se ejecutará sólo en los eventos oficiales o solemnes que así lo ameriten. Del mismo modo, se dispone que su canto y ejecución serán obligatorios para todas las escuelas primarias, técnicas, secundarias y normales, y que la Secretaría de Educación Pública supervisará todas las ediciones, reproducciones o transmisiones radiofónicas del Himno, para asegurar que se ajusten a la edición oficial. Pese a que el decreto fijaba sanciones penales y pecuniarias para los infractores, seguramente persistían las ediciones fuera de norma, y el himno seguía interpretándose en lugares y momentos considerados impropios por el gobierno, de modo que el 4 de mayo de 1943 la Secretaría 70 Julián Carrillo en el Álbum “Himno Nacional Mexicano”, México, 3a. edición, 1984, Miguel Ángel Porrúa Librero-Editor, presentación de Alfonso García Macías, pp. 21-23. José Arellano Fischer, “Manuel Ávila Camacho”, Presidente de México de 1940-1946, en Los gobernantes del México Independiente, México, Manuel Porrúa, 1969. Col. MAP. La consolidación de un símbolo 151 Decreto publicado en el Diario oficial de la Federación por el presidente Manuel Ávila Camacho, el 4 de mayo de 1943. 152 Himno Nacional Mexicano de Educación Pública volvió a publicarlo íntegro en el Diario oficial. Este largo proceso de enraizamiento y fijación del himno culminó el 8 de febrero Quizá también sea significativo que su de 1984, cuando en el Diario oficial de la declaratoria de oficialización ocurriera du- Federación se publicó la Ley sobre el Es- rante la Segunda Guerra Mundial. Si bien cudo, la Bandera y el Himno Nacional, que México tuvo una modesta participación en especifica uso y características de estos ese conflicto con el Escuadrón 201, estaba símbolos patrios y permite que los pueblos latente el temor de que nos pudiéramos ver indígenas traduzcan el canto a sus propias envueltos en la conflagración. lenguas, facultando para ello al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, que a su do de “patria, nación e identidad”. Después vez debe pedir autorización a las secreta- de todo, patria es ese complejo entramado rías de Gobernación y Educación Pública cultural que se construye y deconstruye a con tal fin. lo largo del tiempo, y que se manifiesta en Esta es la historia de nuestro himno, uno de los emblemas que nos dan senti- esa asamblea de sensaciones que estallan al escuchar nuestro Canto Nacional. 154 Himno Nacional Mexicano 155 La consolidación de un símbolo Carmen Parra, Recorriendo la patria I, 2010. Óleo y hoja de oro sobre papel hecho a mano, 118 × 238 cm. Carmen Parra, Alegoría del Escudo Nacional, 2010. Litografía (fragmento), 81 × 61 cm. 156 Apéndice Himno Nacional Mexicano 157 La consolidación de un símbolo 158 Himno Nacional Mexicano e Canto Sagrado por Julián Carrillo N EL AÑO de 1922, en mi calidad de miembro del Consejo Cultural de la ciudad de México, y con el fin de restaurar la pureza de nuestro Himno, tuve el privilegio de hacer una investigación histórica en todo el país y a ello se debió el que llegara a mis manos un ejemplar auténtico de su primera edición (1854) y con ese ejemplar fue posi- ble depurarlo de todas las alteraciones que manos profanas habían acumulado en él. Al terminar la búsqueda formulé un dictamen en el cual dije: En cuanto a modificaciones, sugiero al H. Consejo Cultural de la ciudad de México que sean rechazadas todas, vinieran de donde vinieran, incluyendo para el caso las del propio don Jaime Nunó, en ediciones posteriores a la original de 1854, pues creo que cada una de las notas del Himno Nacional representa una gloria nuestra o una gota de sangre de nuestra sangre, y por ello absolutamente nadie tiene derecho a modificarlo, pues debemos venerarlo como una obra sagrada. Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm. Este dictamen, que ha tenido amplísima publicidad, justifica que hoy designe a nuestro Himno con las mismas palabras con que lo hice hace treinta y dos años: CANTO SAGRADO. 159 En fecha reciente se ha descubierto una En nuestros días, la alteración más gra- carta de don Jaime Nunó escrita en el año ve que sufre el hermoso canto bélico, es que 1901, en la cual encuentro una frase que con frecuencia al interpretarlo se le despoja concuerda a maravilla con las palabras de de toda marcialidad, y con ello lo transfor- mi dictamen. Helas aquí: man en una cancioncilla insignificante. Si el Himno Nacional Mexicano es inmortal, se debe a que los mexicanos han derramado su sangre a sus acordes en los campos de batalla y hoy en medio de la paz bendita es el símbolo de la unificación mexicana. Seguramente los directores de banda y orquestas, que hasta hoy se han guiado por ediciones defectuosas, una vez que dispongan de la edición original, darán al Himno toda su generosidad y carácter épico. Como músico y como mexicano he tenido el privilegio de conservar desde mi niñez 160 Julián Carrillo inalterable el cariño por nuestro Himno y he Hoy como ayer y en este momento con mayor salido en defensa de su pureza, cuantas ve- responsabilidad que antes, ya que los com- ces ha sido alterado. positores mexicanos me han honrado con el Curioso es que ya desde la primera edi- nombramiento de presidente honorario de su ción de la instrumentación para banda militar, comité para la fastuosa celebración del cen- publicada en el año 1854, hayan empezado tenario del Himno Nacional, debo hacer un las alteraciones; pues se marca metronómica- llamado patriótico y cultural a dos sectores mente el “aire” de la composición, entretanto sociales de igual importancia; primero, a la que en la edición impresa para voces y piano niñez; para que nutra su espíritu con la vigo- publicada por la Casa Murguía en el mismo rosa y patriótica exaltación de las notas del año de 1854, no aparece el metrónomo sino Himno, lo que seguramente se logrará con la únicamente la palabra “MARCIAL” que musi- grabación que se proyecta para que en todas calmente lo dice todo. las escuelas de la República se entone día a día correctamente; y segundo, a los técnicos músico mexicano, que ostentaba la repre- de la música para que implanten en todos sentación oficial del gobierno de México en los conservatorios y academias musicales, aquella ciudad, que tocara el Himno Nacio- en sus reglamentos y planes de estudios, la nal. Fue aquel señor al piano, empezó a to- obligación ineludible de que los profesores carlo, y a unos cuantos compases se levantó y alumnos conozcan a fondo el Himno y así lo diciendo: “No me lo sé…” toquen o entonen, según el caso, con lo cual se evitará que se repita el bochorno de lo que aconteció en París en el año 1900, en el pabellón de México, durante la Exposición Universal. Todos los mexicanos presentes celebrábamos con el mayor entusiasmo el 15 de septiembre y pedíamos a voz en cuello a un Ojalá y que de hoy para siempre sea anatematizado cualquier músico mexicano que cuando se le pida que toque o entone el Himno Nacional, conteste con la desventurada frase que escuchamos en París el 15 de septiembre de 1900: “No me lo sé…” [Ciudad de México, 1954] 162 Julián Carrillo Cronología Carmen Parra, Serie El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), Himno Nacional Mexicano 103 × 103 cm. 1853 12 de noviembre El oficial mayor del Ministerio de Fomento, Miguel Lerdo de Tejada, emite una convocatoria invitando a poetas y compositores a participar en el certamen para la creación de un himno nacional. 1854 3 de febrero Lerdo de Tejada hace saber a los compositores que concursen en la musicalización del himno, que dispondrán de 60 días para presentar sus trabajos a partir de publicada la convocatoria. 5 de febrero Se publica en el Diario oficial el dictamen de la comisión calificadora del certamen literario, que declara triunfadora la composición del vate Francisco González Bocanegra. 8 de febrero Francisco González Bocanegra suscribe la dedicatoria del Himno Nacional de su autoría a Antonio López de Santa Anna, Su Alteza Serenísima. 9 de agosto El jurado calificador de la música para el himno declara triunfador el remitido con el número 10, que lleva el lema “Dios y 163 Libertad” y las iniciales “J.N”. Un día después, a través de la prensa, pide al compositor premiado que se identifique. El músico catalán Jaime Nunó lo hace. 28 de agosto Jaime Nunó escribe la partitura para banda militar de su himno. 31 de agosto Las autoridades permiten a Jaime Nunó litografiar su himno para que todas las bandas de guerra puedan adquirir un ejemplar de éste. 15 de septiembre Estreno oficial del Himno Nacional Mexicano en el Teatro Santa Anna, interpretado por la soprano Claudina Fiorentini y el Tenor Lorenzo Salvi, acompañados de coros y orquesta. En ese mismo año, la Casa Murguía imprime la primera edición. 1861 11 de abril Fallece en la capital mexicana, a la edad de 37 años, Francisco González Bocanegra, cuyos restos serán inhumados en el Panteón Chico de San Fernando. 1867 Julio Los capitalinos entonan el Himno Nacional de Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó para recibir al general Porfirio Díaz, quien encabezaba las triunfantes tropas del Ejército de Oriente. 164 Himno Nacional Mexicano 1901 15 de septiembre Jaime Nunó, quien desde hacía muchos años vivía en Buffalo, Nueva York, visita México y dirige la ejecución pública del Himno Nacional con motivo de las fiestas patrias. 23 de noviembre Los restos mortales de González Bocanegra son trasladados del Panteón de San Fernando al Panteón de Dolores. Sobre la tumba es colocada una placa alusiva al compositor del himno nacional. 1908 18 de julio Muere Jaime Nunó en Bayside, Nueva Jersey, a los 84 años. Dos días después es inhumado en Buffalo. 1922 El ilustre músico Julián Carrillo, a la sazón integrante del Consejo Cultural de la Ciudad de México, convoca públicamente a los poseedores de alguna edición príncipe del Himno Nacional, a proporcionarla para ahondar en la investigación sobre nuestro canto patrio y eliminar las versiones erróneas. La señora Bermúdez viuda de González, de Coahuila, quien contaba con un ejemplar de la edición original, tuvo a bien donarlo al Museo Nacional de Historia. 1932 27 de septiembre Autoridades del Distrito Federal exhuman los restos de Francisco González Bocanegra del panteón de Dolores para trasladarlos a la Rotonda de los Hombres Ilustres. 165 Cronología 1942 6 de octubre En Buffalo, Nueva York, exhuman los restos de Jaime Nunó luego de 34 años de permanecer en el cementerio local, para ser trasladados a México. 11 de octubre Arriban los restos de Jaime Nunó a nuestro país y son conducidos junto con los de González Bocanegra a la Plaza de la Constitución, donde son objeto de un homenaje nacional. Al concluir éste, ambos son sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres, donde aún permanecen. 20 de octubre Se emite el decreto mediante el cual se fijan las versiones oficiales de la música y la letra del Himno Nacional y se reglamenta su ejecución, ordenanza que sería publicada el 4 de mayo de 1943 en el Diario oficial. 1954 16 de septiembre Veinte mil escolares de primaria y secundaria homenajean al Himno Nacional en su primer centenario entonándolo al unísono en la Plaza de la Constitución. Adicionalmente, el entonces mandatario Adolfo Ruiz Cortines ordena la edición conmemorativa del Álbum del Himno Nacional Mexicano, en la que colaboran el bibliófilo Manuel Porrúa y el artista Salvador Pruneda. 1968 12 de marzo El entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz expide el decreto, posteriormente sancionado por el Congreso y convertido en ley, 166 Himno Nacional Mexicano para establecer las características y uso de los principales símbolos nacionales: el escudo, la bandera y el himno. Dicho reglamento es publicado en el Diario oficial el 17 de agosto de ese año. 1983 24 de febrero El presidente Miguel de la Madrid Hurtado, en ejercicio de la facultad que le confiere la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la residencia del Poder Ejecutivo Federal, dicta acuerdo por el que se reafirma y fortalece el culto a los símbolos nacionales. Publicado en el Diario oficial de misma fecha, entra en vigor el día siguiente. 1984 8 de febrero Se publica en el Diario oficial de la Federación la ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, que especifica el uso y características de los símbolos patrios, y permite que los pueblos indígenas lo traduzcan a sus propias lenguas, facultando para ello al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. Carmen Parra, Águila Maderista , 2010. Dibujo, 28 × 43 cm. Col. MAP. 168 Bibliografía Himno Nacional Mexicano 169 La consolidación de un símbolo 170 Himno Nacional Mexicano Bibliografía Álbum conmemorativo del Himno Nacional Mexicano, 1854-1954. Primer Centenario, México, Editorial Superación/Talleres de Impresión y Estampillas y Valores/Departamentos de Gráficas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1954. Álbum del Himno Nacional Mexicano México, Miguel Ángel Porrúa, 1984. 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Cámara de Diputados LxI Legislatura \ pág. 7 Abreviaturas De archivos, repositorios y colecciones particulares \ pág. 13 Del editor \ pág. 12 Himno Nacional Mexicano Letra de Francisco González Bocanegra \ Según la práctica oficial vigente \ págs. 20 y 21 México y su Himno Nacional Adriana Konzevik C. \ Gabriela Vélez Paz \ pág. 23 I. Génesis de la patria \ pág. 31 La Insurgencia se radicaliza \ pág. 37 \\ La resistencia \ pág. 41 \\ La Consumación de la Independencia \ pág. 44 \\ Nuestros primeros pasos como nación \ pág. 50 \\ Nacimiento del himno \ pág. 73 \\ Himno Nacional Mexicano \ pág. 82 II. Nacimiento del Himno \ pág. 73 Himno Nacional Mexicano \ Letra de Francisco González Bocanegra \ versión original \ págs. 82 - 85 III. Primicia en el Teatro Santa Anna \ pág. 91 Día 11 [lunes] \ pág. 91 \\ Día 15 [viernes] \ pág. 92 \\ Día 16 [sábado] \ pág. 92 \\ Día 24 [domingo] \ pág. 92 177 IV. Los autores \ pág. 101 Francisco González Bocanegra \ pág. 101 \\ Jaime Nunó \ pág. 111 V. Después del estreno \ pág. 129 VI. La consolidación de un símbolo \ pág. 141 Apéndice \ pág. 156 Canto Sagrado \ por Julián Carrillo \ pág. 159 Cronología \ 1853-1984 \ pág. 163 Carmen Parra, El corazón del bicentenario, 2010. Litografía (fragmento), 81 × 61 cm. Bibliografía \ pág. 171 Carmen Parra, Serie de doce obras, El águila en la Nación, 2010. Bajo relieve (papel prensado), 103 × 103 cm., cada una. se terminó de imprimir en la Ciudad de México durante el mes de noviembre del año 2010. La edición, en papel couché de 150 gramos, estuvo al cuidado de la oficina litotipográfica de la casa Miguel Ángel Porrúa. ISBN 978-607-401-354-2 f “ uerte y emotivo, brioso y pendenciero, sentimental e hiperbólico, maestro de historia que repite su vieja y sabia lección ante los oídos sordos de sus escuchas…”. Así definió Vicente Quirarte, poeta y escritor mexicano, a nuestro Himno Nacional. Son precisamente éstas las cualidades por las que nos acompaña en nuestras alegrías y cuitas desde hace más de siglo y medio. Sin embargo, para entender la fragilidad y polarización en las que quedó sumido el país luego de once años de guerra insurgente, y por qué resultaban tan necesarios símbolos que nos unieran como el Himno Nacional, debemos conocer su historia. HIMNO NACIONAL MEXICANO 9 786074 013542 HISTORIA Carmen Parra, El Águila de México. Collage elaborado con invitaciones para una ceremónia togada de la Legión de Honor Nacional de México. México, 2006. Col. MAP.