Ruud Gullit se encuentra en el punto de mira de la justicia. El exfutbolista holandés ha sido denunciado por sus dos hijos, Quincy Georges y Cheyenne Dil, de 32 y 29 años respectivamente, tras infringir y violar las responsabilidades paternales desde que ambos eran pequeños. Los demandantes reclaman a su padre 500.000 euros en concepto de indemnización por no hacer frente a la pensión alimenticia, que les correspondía tanto a ellos como a su madre, la modelo Cristina Pensa, con la que mantuvo un matrimonio breve, pero intenso.
Corriere della Sera ha tenido acceso al contenido de la denuncia que ambos hermanos interpusieron contra su progenitor. Quincy asegura que no tienen ningún tipo de contacto con su padre hasta el punto de que no responde los mensajes de felicitación por fechas claves del calendario. El hijo de Gullit reitera que “no quiere ser un mantenido” y que esta lucha se trata de “una venganza moral” por el abandono acometido por el exfutbolista. “Obvio que ese dinero puede ayudarnos, pero sobre todo es una venganza moral”.
Una década de impagos
La defensa tiene claro que el holandés ha violado el artículo 570 del Código Penal que hace referencia a las obligaciones de los padres a pagar la pensión alimenticia de sus hijos. Gullit y Cristina Pensa se divorciaron en 2017 tras un pleito que arrancó en los tribunales de Londres y acabó en la jurisprudencia de Milán.
El magistrado impuso al futbolista una pensión alimenticia de 4.500 euros, a lo que hay que añadir 7.200 euros al mes a consecuencia de una condena emitida en 2010, que recoge que el exfutbolista tenía que pagar esa cantidad en concepto de manutención de sus hijos. Un dinero que nunca llegó a las arcas de los denunciantes, lo que hace que la deuda supere el medio millón de euros, cifra que reclaman sus dos hijos desde hace varios años.
La vida privada de Gullit ha gozado de una gran intensidad. El que fuera mediocentro del Milan o Chelsea, entre otros equipos, ha tenido un total de seis hijos con tres esposas diferentes.
