Todas las películas de los hermanos Coen, ordenadas de peor a mejor

Acaban de estrenar ¡Ave, César!, su película número 17. Aprovechamos para echar la vista atrás y ordenar todas las anteriores.

Scarlett Johansson, en un fotograma de 'Ave César!.

© D.R.

Representan todo lo que cualquier cineasta independiente sueña ser. Y no es para menos. Joel y Ethan Coen, hermanos que funcionan como un bicéfalo genio del cine, han conseguido mantener la etiqueta de creadores íntegros pese a que ruedan con estrellas de Hollywood, ganan Oscars, sus películas funcionan en taquilla y, encima, la crítica les respeta. Justo lo que los alérgicos a la etiqueta mainstream repudian en público pero desean, y mucho, en privado.

De hecho, ¡Ave, César!, su nueva película, sirve de perfecto resumen de todo lo que el universo Coen representa tres décadas después de su debut en una industria que sería, sin su presencia, sería mucho más triste, mediocre y aburrida. Si todavía no conoce su obra, aquí hemos ordenado sus 17 películas para que se ponga al día. No se salte ninguna y tenga en cuenta esta verdad universal: la peor obra de estos hermanos siempre será mejor que la mayoría de los filmes que llegan cada viernes a la cartelera. Dicho esto, comenzamos.

17. Ladykillers (2004)

Sigue siendo un misterio qué llevó a los Coen a rodar este remake de El quinteto de la muerte, una película de 1955 que no necesitaba actualización alguna. Quizás querían comprobar qué tal se desenvolvía en su particular universo Tom Hanks, que regresó a la comedia después de varios papeles explorando su faceta más seria. Y no lo hizo mal, pero claro, por mucho que Hanks hubiera ganado un par de Oscars, la sombra de Alec Guinness es demasiado alargada. No volvieron a repetir nunca. No al menos a sus órdenes, ya que el guion de El puente de los espías, dirigida por Steven Spielberg, está firmado por Joel y Ethan.

16. Crueldad intolerable (2003)

Quien si conectó a la primera con los hermanos Coen fue George Clooney, que aceptó protagonizar la película más convencional de este dúo hasta la fecha después de haber superado la prueba del algodón con la fantástica Oh, Brother!. De hecho, Clooney es de lo poco que salva en esta comedia negra en la que también aparecía Catherine Zeta-Jones, que aprovechó su Oscar ganado por Chicago un año antes para intentar escapar para siempre de los blockbuster sin alma que hasta el momento habían marcado su carrera. Lástima que lo hiciera durante su etapa menos creativa.

15. Quemar después de leer (2008)

Sobre el papel la idea no podía ser más apetecible. De hecho, su argumento, que mezclaba divorcios, gimnasios y la CIA, nos hizo creer que estábamos ante un posible nuevo Gran Lebowski. Es decir, ante la necesaria vuelta al humor de siempre de los Coen después de habernos demostrado con No es país para viejos que seguían dominando como nadie las normas del cine negro. Lo mismo debieron pensar Brad Pitt, John Malkovich o Tilda Swinton, que aceptaron protagonizar este filme creyendo que la presencia de George Clooney y Frances McDormand aseguraba que estaban participando en un futuro clásico. Al final el hype les hizo daño. Mucho daño.

14. Valor de ley (2010)

John Wayne ganó el Oscar al Mejor actor en 1969 gracias a esta película. A los Coen rodar su remake no les hizo llevarse ninguna estatuilla, pero si diez nominaciones incluidas Mejor película, Mejor director, Mejor guion y Mejor actor para Jeff Bridges, que volvía al redil para demostrar que sabía ser algo más que El Nota. Aunque lo más curioso de este violento título de ritmo lento y pausado es que es el mayor éxito comercial que los Coen hayan conocido nunca. Irónico tratándose de un western, género con el que habían coqueteado de manera tangencial pero no se habían atrevido nunca.

13. El hombre que nunca estuvo allí (2001)

También conocida como 'la película esa en blanco y negro' de los Coen. Craso error si usted es de los que afirma con orgullo que ver este tipo de filmes le da pereza, porque se estará perdiendo uno de los homenajes más sentidos y acertados al noir cinema del cine contemporáneo. Un título lleno de humo y sombras que exige ser degustado con paciencia porque deja más huella de lo que aparenta. Eso sí, casi todo el mérito hay que dárselo a Billy Bob Thornton, que exprime al máximo las posibilidades dramáticas de un personaje hierático incluso cuando tiene a Frances McDormand a su lado. Y eso, créanos, tiene mucho mérito.

Javier Bardem, en 'No es país para viejos'.

© D.R.
12. ¡Ave, César! (2016)

Nadie cuenta mejor la historia de Hollywood que el propio Hollywood, y esta nueva aventura coral de los Coen es el mejor ejemplo. Ambientada en los felices y a la vez truculentos años 50, la película narra cómo los magnates de la época se las ingeniaban para ocultar las aventuras más oscuras de sus estrellas. Eso sí, esta vez Joel y Ethan se han puesto nostálgicos y han preferido rodar una comedia blanca por aquello de no morder la mano que les da de comer. ¿Lo mejor? Ver a George Clooney luciendo patorras vestido de romano, a Chaning Tatum bailando como Gene Kelly y a Scarlett Johansson reencarnada en Esther Williams. ¿Lo peor? Que le falta mala leche y le sobra autorreferencia. Así y todo, esta carta de amor incondicional a la profesión se disfruta como pocas.

11. Sangre fácil (1984)

Una infidelidad descubierta por un detective privado y un plan de asesinato para vengarse de esa traición. Los hermanos Coen entraron por la puerta grande con esta enrevesada historia que reinventó los códigos del cine negro pero que hoy, viendo lo que llegó después, se antoja una obra menor dentro de su filmografía. Eso sí, ya entonces mostraban mucho de los aciertos que los acabarían convirtiendo en los padres del nuevo cine independiente americano, como por ejemplo, confiar en las posibilidades interpretativas de Frances McDormand.

10. El gran salto (1994)

Una película que comienza con la reunión de una junta directiva de una gran empresa interrumpida cuando su presidente decide subirse a la mesa, correr por encima y acabar saltado por la ventana no podía ser mala. Sobre todo porque a partir de ese suicidio se desencadena una historia ágil y alocada que cuenta cómo los miembros de esa junta deciden sustituir al jefe por un pelele manipulable que homenajea, sin descaro y de manera bastante inteligente, a la screwball comedy americana. Además actúa Paul Newman. ¿Necesita más motivos para sentarse a verla?

9. Un tipo serio (2010)

Sin grandes estrellas, sin el apoyo de un gran estudio y casi ignorada por el público, este título, quizás el primero en el que los Coen se atrevieron a mirar al espejo sus raíces judías, es una de esas joyas desconocidas que todo el mundo se olvida recomendar cuando se discuten las mejores películas de su filmografía. Y quizás sea mejor así. Enfrentarse a esta historia sin saber nada de ella es la mejor manera de asegurarse de que al terminar se convertirá en una de sus favoritas.

8. O Brother! (2000)

Y entonces el mundo descubrió que George Clooney, además, sabía cantar. Tanto que Man Of Constant Sorrow, la canción que grababa su personaje para ganarse la vida después de haberse fugado de la cárcel junto a dos compañeros, acabó siendo uno de los mayores éxitos musicales del año. Uno más de los muchos aciertos de los Coen a la hora de hacer esta adaptación sin complejo alguno de la Odisea de Homero. Su comedia definitiva.

7. Barton Fink (1991)

Crear duele, y de eso va esta película protagonizada por John Turturro, que da vida a un escritor de éxito en Nueva York que acepta un trabajo en Hollywood. Al principio cree que escribir un guion es pan comido, pero cuando el bloqueo se instala en su cabeza, desesperado, decide buscar la inspiración torturándose a sí mismo. ¿Moraleja? Al final cualquier sufrimiento merece la pena si el resultado es llevarse a casa la Palma de Oro en el Festival de Cannes, que es lo que hicieron los Coen gracias a esta película que, por cierto, escribieron en apenas tres semanas.

6. Muerte entre las flores (1990)

Llegó demasiado pronto, y por eso en su momento fue un fracaso total en taquilla. El mundo no estaba preparado para una película como esta. Pero el tiempo ha puesto en su lugar a esta verdadera obra maestra ambientada en una ciudad indeterminada de Estados Unidos durante los años de la Ley Seca. Un filme que corregía todos los errores de Sangre fácil y que confirmó a los Coen como los directores contemporáneos que mejor manejaban los códigos del cine de gangsters sin necesidad de caer en tópicos. O en caso de tener que utilizarlos, dándoles un nuevo significado. Imprescindible.

5. No es país para viejos (2007)

Por mucho que los haters de turno digan lo contrario, el Oscar que ganó Javier Bardem por este filme es uno de los más justos de los últimos años. La sola presencia en pantalla de su Anton Chigurh hace que te encojas de miedo en la butaca sin saber muy bien por qué, algo que no ocurría desde los tiempos de Hannibal Lecter. Que encima tuviera ese efecto en el espectador luciendo ese peinado de príncipe de Beukelaer solo es una muestra más de su grandeza. Pero no crea que el español es lo único que hace buena esta película. Al fin y al cabo, la Academia también reconoció a este título como el mejor del año, el mejor dirigido y el mejor adaptado –la novela original era de Cormac McCarthy, ahí es nada–. Podríamos dar mil y un motivos para justificar este lugar en el ranking, pero nos quedaremos con la secuencia del enfrentamiento nocturno entre Bardem y Josh Brolin.

4. A propósito de Llewyn Davis (2013)

Ahora que todo el mundo babea por Oscar Isaac no hay que olvidar que fueron los Coen los primeros que confiaron en este guatemalteco para darle un papel protagonista. Isaac, acompañado de un gato llamado Ulises –otra vez a vueltas con la Odisea– nos sirve de guía en este divertido homenaje a toda esa gente extraordinariamente corriente que se pasea desorientada por el mundo persiguiendo un sueño esperando a que alguien les obligue al salir del bucle. Una cinta filosófica, desconcertante y tan genial como su banda sonora.

Frances McDormand en 'Fargo'.

© D.R.
3. El gran Lebowski (1998)

La película 'cuñao' de los Coen por excelencia, dicho esto no como un insulto sino como un cumplido, ya que si se pregunta a cualquier persona cuál es la mejor película de estos directores dirán automáticamente que esta, aunque no la hayan visto. Así de mítica es y así de grande es el poder de El Nota. Aunque es tambie´n precisamente esa elevación a los altares de la cultura popular lo que más perjudica a esta comedia que hizo de la bata de estar en casa un disfraz estrella.

2. Arizona Baby (1987)

¿Se acuerdan de Nicolas Cage? Él, no hace mucho, molaba. Aunque nunca tanto como en este filme donde da vida a un exconvicto que, viendo que su mujer (Holly Hunter) no puede tener hijos, decide secuestrar el bebé de una familia que acaba de tener quintillizos. Una idea perfecta. ¿Cómo se van a dar cuenta de que falta uno teniendo tantos? Pero lo que parecía sencillo acaba enredándose por culpa de una galería de personajes imposibles que se van cruzando por el camino de este matrimonio, dando lugar a una comedia tan estúpida como eficaz. Pocas veces se habrá reído tanto viendo una película.

1. Fargo (1996)

Si el de Bardem fue uno de los Oscars más justos de los últimos años, el que ganó Frances McDormand por esta película es, directamente, uno de los más incontestables de toda la historia. Ella lleva sobre sus hombros el peso de esta película tan divertida como demoledora que, 20 años después de su estreno, permanece en los más arriba del podio no solo de su filmografía, sino del cine en general. Vamos, que si solo pudiera ver diez películas en su vida, una debería ser esta.

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