A las 19.30 horas del 9 de noviembre de 1997, Helenio Herrera falleció en Venecia. De la muerte de uno de los entrenadores más carismáticos de la historia del fútbol se cumplen hoy 25 años. Nacido en Buenos Aires en 1910, de familia de raíces andaluzas, emigrado a Marruecos durante su infancia y con una modesta carrera de futbolista en Francia, H.H. será para siempre recordado por su figura como técnico y, más allá de sus éxitos, por una personalidad única, genial para unos y excéntrica para otros. Entre la realidad y la leyenda, como todos los mitos de verdad, se le atribuyen algunas frases que él mismo puso en cuestión posteriormente, ya fuera matizándolas o incluso negándolas, pero que en cualquier caso son máximas que se rescatan periódicamente bajo su autoría.
Como defensa, en 1942, fue campeón de Copa en Francia con el Red Star parisino y en 1944-45, en el Puteaux, compaginó sus últimos escarceos como futbolista con sus primeras tardes como inquilino de los banquillos. Llegó a ser dos veces internacional ‘bleu’ tras nacionalizarse francés. El Stade Français, el staff técnico de la selección francesa y el Real Valladolid precedieron su llegada al Atlético de Madrid, donde durante cuatro años acumuló sus primeros títulos: las Ligas de 1950 y 1951 Luego entrenó a Málaga, Deportivo de la Coruña, Sevilla y Os Belenenses, al que llegó al ser sancionado por un año por la Federación Española a causa de unas polémicas declaraciones.
El féretro de Helenio Herrera fue paseado por los canales de Venecia con las banderas de Barça, Inter y Argentina
Al fin, en 1958, el Barça, presidido por Miró Sans, apostó por él. Estuvo en las temporadas 1958-59 y 1959-60, ganando el doblete Liga-Copa en la primera al Madrid de Di Stéfano, y una Copa de Ferias. El segundo año, a pesar de añadir otra Liga, una eliminación en la Copa de Europa ante el Real Madrid le costó el puesto. Su gran era dorada fue al frente del Inter que en los años 60 fue conocido como ‘la grande Inter’ y que tras fichar a Luisito Suárez, aún hoy el único Balón de Oro español ganó dos Copas de Europa y dos Intercontinentales entre otros títulos.
El Barça, campeón de Copa 1958-59. De izqda. a dcha. y de arriba a abajo: Kocsis, Gensana, Tejada, Olivella, Ramallets, Herrera, Gracia, Villaverde, Estrems, Claudio (cuidador), Suarez, Rodri, Segarra, Eulogio Martinez y Mur (masajista)
Décadas después, bajo la presidencia de Josep Lluís Núñez, H.H. volvió a tener la ocasión de dirigir al Barcelona en dos fases. Al final de la temporada 1979-80 relevó a Quimet Rifé y en noviembre de 1980 sustituyó a Laszi Kubala para ganar la Copa del Rey de 1981. Carles Rexach apuraba su carrera de futbolista en el Camp Nou y detalló para MD su recuerdo de H.H. “Aportó el factor mental, más que el táctico. Cuando llegó en su última etapa era mayor pero a los jugadores les sacaba lo mejor, eso seguro. Cogía a Pepito, a fulanito y menganito y les decía que el domingo jugaban. Luego igual sólo jugaban la mitad de los que se creían titulares pero teníaa a todos durante la semana con las orejas tiesas”, rememoró. “La primera vez que vino nos puso en la pizarra ganaremos los próximos 10 partidos y nos explicó por qué. Creo que ganamos 9 y empatamos uno. Nos cogió a los veteranos y nos dio mucho peso. Luego ya vino Lattek y me pidió que siguiera un año más y me dijo ‘al menos jugarás en casa. pero yo ya tenía decidido dejarlo y me retiré”, agregó Charly. Adrián Ecudero, delantero del Atlético bicampeón de Liga de inicios de los 50, recordó una vez que Helenio “salía en los estadios rivales mucho antes de los partidos para que el público se cansara chillándolo a él y ya no se metiera con nosotros”.
Para respaldar ese “factor mental” citado por Rexach como gran virtud diferencial de Helenio Herrera están la colección de frases que forman parte ya del refranero futbolístico. MD recuerda algunas de ellas:
"Se juega mejor con 10 que con 11"
Aquella frase surgió tras el derbi madrileño de 1951, aunque según él mismo confesó a Alfredo Relaño fue una interpretación de un comentario suyo. El Atlético, el equipo de H.H., había ganado por 3-2 al Real, que en tiempos en que no habían sustituciones acabó jugando en inferioridad numérica por lesión de Luis Hon. Temiéndose que le quitaran mérito a las victoria, H.H. se avanzó al decir que “la baja de Hon, más que perjudicar, benefició al Real Madrid, porque al Atlético no le va dominar”. Años después, él mismo se rió de la ocurrencia: Si pensara eso, sacaría diez cada domingo, no once”.
"Ganaremos sin bajar del autocar"
En 1959, antes de un Betis-Barça que acabó 2-5, se dijo que H.H. había pronunciado esa provocadora frase. H.H, desmintió en El Mundo Deportivo de la época haber menospreciado al Betis. “No las he formulado, y pienso llegar hasta donde el derecho me asista para lograr una rectificación. Yo siento admiración y respeto por el Betis”, afirmó. Jugadores de su plantilla, sin embargo, aseguraron años después que sí le habían escuchado el símil. Tres décadas después, H.H. sacó a pasear su ingenio para defender la dificultad de un partido ante el Sporting. En la campaña 1980-81, y ante la mala dinámica del Barça, ironizó: "Tendremos que bajar del autocar”.
Otras frases del 'Herrerismo'
“En el fútbol no hay magia, la magia es el trabajo”
“Pelé es un violín, Di Stéfano la orquesta entera”
“Juanito se marca solo” (antes de un Barça-Madrid)
“El fútbol no es individual, la consigna es el equipo”
“Dicen que lo conozco todo. No es cierto: no conozco el fracaso”
“El éxito va a quienes lo merecen. Yo me lo merezco”
“No me considero ni argentino ni francés, me considero mundial”
“Una vez un periodista me preguntó por qué dirijo solo a equipos grandes, pues porque los chicos no pueden pagarme”.
Helenio Herrera, en su primera etapa como entrenador del FC Barcelona (1958-60)
