Helena Christensen (Copenhague, Dinamarca, 1968) es una leyenda de la industria por derecho propio. Ni una sola cosa le ha quedado por hacer como modelo a esta belleza danesa de expresivos ojos verdes y cuerpo escultural. Ha sido ángel de Victoria’s Secret, ha protagonizado el vídeo musical más sexy de la historia y se ha convertido en portada de todas –absolutamente todas– las revistas imaginables. Conocer a una figura tan venerada en la industria siempre impone en cierto modo, pero ella acude a nuestra cita en la suite de un conocido hotel madrileño destilando naturalidad. “Todavía hoy en día me parece increíble que todo esto haya sucedido en mi vida. Solo siento una gran gratitud”, me contará más tarde.

Cada portada, con su respectivo editorial, suponen un verdadero reto para nuestra cabecera. Sin embargo, hoy el desafío es mayúsculo. Helena llega directa de Dinamarca, donde ha pasado unos días junto a su familia, y esta misma noche se celebra por primera vez nuestra gala Women of the Year, en la que ella recogerá su premio al Icono del año. Apenas tenemos tres horas para llevar a cabo una sesión de fotos que en otras circunstancias nos ocuparía toda una jornada. Pero nuestra protagonista demuestra que el título de supermodelo, muy lejos de quedarse en la década de los noventa, es para toda la vida.

helena christensen
Gabardina de lona efecto látex de GIVENCHY y redecilla a modo detocado de CONCHITTA. No1 de Chanel Fondo de Maquillaje tono 40, lápiz de ojosStylo Yeux Waterproof Noir, paleta de sombras Les 4 Ombres 58 Intensite y labial Rouge Allure 104 Passion, todo de CHANEL.
Vladimir Martí

“Me hace mucha ilusión volver a España. Guardo muy buenos recuerdos de este país, porque de pequeña veraneaba con mi familia en Nerja. La gente es maravillosa y la comida, una delicia”, afirma en un perfecto español poco antes de encargar al room service una ración de jamón ibérico, ensalada César y café con leche. El dominio de nuestro idioma se lo debe a su madre, peruana. Su padre, por otro lado, es danés. Una mezcla de lo más exótica que, en parte, explica el insólito encanto de Helena Christensen, la favorita para muchos de aquel glorioso grupo que formaban Cindy Crawford, Linda Evangelista, Naomi Campbell, Christy Turlington y ella. No obstante, si hay algo que siempre la ha diferenciado del resto ha sido su espíritu bohemio, su pasión por la naturaleza y una sensibilidad artística que la ha llevado a desarrollarse también como fotógrafa. Su interés por este universo comenzó casi al inicio de su carrera como modelo, de la mano de personalidades tan destacadas como Karl Lagerfeld o Peter Lindbergh. “Si lo piensas bien, resulta alucinante el hecho de que podamos congelar momentos para siempre, capturar emociones y reacciones, la naturaleza en todo su esplendor y todo lo que pasa desapercibido entre medias”, reflexiona.

Justamente en febrero, el mes de este número, se cumplen cuatro años sin el káiser, uno de sus grandes apoyos desde sus comienzos. “Significó mucho para mí. Cambió mi existencia porque fue una de las personas que impulsó mi carrera. Aprendí un montón de él”, recalca tan pronto como el nombre del eterno director creativo de Chanel sale a relucir en la conversación.

Helena Christensen: Icono del año
helena christensen harper's bazaar

En la actualidad, Helena combina su faceta como modelo con otros trabajos –aparte del de fotógrafa– que le permiten dar rienda suelta a su vertiente más creativa. Junto a su amiga Camilla, lidera Stærk&Christensen, un estudio con sede en Nueva York especializado en moda, arte e interiorismo. También es directora creativa de la firma de perfumes Strangelove, y a nivel personal se dedica a renovar edificios antiguos y decorarlos –“una de mis cosas favoritas”, señala–. Pero si hay un cometido que la conmueve especialmente es la labor como Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR que ejerce desde 2019. “Durante los últimos cinco años he viajado a campos de refugiados de todo el mundo para conocer a mujeres y niños, y contar sus historias a través del objetivo de mi cámara”, explica emocionada. Por supuesto, al mismo tiempo, Helena disfruta todo lo que puede de su hijo Mingus Lucien (fruto de su relación con el actor y productor Norman Reedus). El joven de 23 años ha decidido seguir los pasos de su madre y ya ha hecho sus primeros pinitos en el sector.

Cuando en pleno confinamiento –un momento en el que las producciones de moda eran inviables– le propusimos a Helena que se fotografiara a sí misma en la piscina natural de su refugio, una casa en las montañas de Catskill, al norte de Nueva York, aceptó sin pensarlo. La modelo nos demostró que profesionalidad, humildad y pasión por lo que hace la definen a la perfección.

helena christensen harper's bazaar
Jersey y pantalón acampanado, ambos de punto con cut-outs, de VERSACE, y anillo Coco Crush doble con motivo matelassé de oro beis y oro blanco con diamantes de CHANEL. Piel radiante y elástica con No1 de Chanel Creme Riche y No1 de Chanel Serum. En las uñas, Le Vernis Pirate, todo de CHANEL.
VLADIMIR MARTÍ

Todo ello, unido a su alucinante trayectoria, la erigen en un icono irrepetible por lo que el reconocimiento de esta noche solo podía ser para ella. “¡Es un gran honor! Me hace sentir que debo esforzarme aún más por ser consciente y curiosa de todo lo que ocurre a mi alrededor, y debo apoyar a todas las mujeres que me rodean y que necesitan fuerza en su lucha por los derechos”.

Comienza la cuenta atrás para la fiesta, así que le sugerimos dar por finalizado el shooting para que pueda descansar un poco antes de la gala. Pero Helena Christensen rechaza nuestra oferta. “No estoy cansada en absoluto. ¿Hacemos una última foto?”, dice sonriendo. Siempre dispuesta a dar lo mejor de sí misma, su deseo para este recién estrenado 2023 no es otro que seguir creciendo. “Quiero mantener la calma, la reflexión, la serenidad y la agudeza en la medida de lo posible, y avanzar con elegancia a lo largo del año”, manifiesta. No nos cabe la menor duda de que así será.

PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE: IVÁN GÓMEZ (ONE-OFF ARTISTS). PRODUCCIÓN: BEATRIZ VERA. ASISTENTE DE FOTOGRAFÍA: SARA GUILLÉN. AGRADECIMIENTOS: HOTEL VILLA MAGNA (MADRID).