Hakim Ziyech vive uno de los momentos más dulces de su carrera y de su vida. Asentado en el Ajax, que le va a perder en verano próximo porque ya es nuevo fichaje del Chelsea , el futbolista de origen marroquí (26 años) no lo ha tenido fácil hasta llegar aquí. De hecho, vivió una convulsa y dramática adolescencia que puso en peligro su futuro.
Todo ocurrió cuando tenía diez años. De padre marroquí y madre holandesa, Ziyech es el menor de nueve hermanos. “La esclerosis múltiple destrozó a mi padre, que cada vez podía hacer menos cosas. Ya no podía ni comer, ni hablar ni caminar. Anteriormente tuvo un ataque al corazón”, explica Ziyech al diario De Volskrant.

Hakim Ziyech, una de las estrellas del Ajax
“Era diciembre de 2003, acababa de pasar la Navidad. Mi padre estaba en la cama, recuperándose de una enfermedad y yo me quedé dormido junto a él. A medianoche me desperté y subí a mi habitación. Unas horas más tarde escuché a mi familia llorar en la sala de estar. Bajé las escaleras y vi que mi padre había muerto”, explicaba al holandés Algemeen Dagblad.
Cayó en depresión y ‘pasó’ de ir al colegio
A partir de ahí, el joven Ziyech cayó en depresión. “No fui más a la escuela y el fútbol ya no me importaba”, dijo. Sin embargo, Aziz Doukikar, el primer futbolista marroquí en los Países Bajos, le echó un cable. “Hakim se salió del camino. Bebía, fumaba y se drogaba. Le ayudé. Era su entrenador, su mentor y su padre. Tenía miedo de jugar a fútbol y yo le empujé a hacerlo. Por suerte, al final lo logró”.
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