Las complejas redes sociales de los gorilas de montaña

Las complejas redes sociales de los gorilas de montaña

Las relaciones sociales entre gorilas de montaña se ven afectadas por el tamaño del grupo del que forman parte. Según un nuevo estudio de la Fundación Dian Fossey, cuanto más grande es un grupo, mas débiles son los lazos que se establecen entre sus integrantes

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Gorilla beringei beringei
Foto: Dian Fossey Gorilla Fund
Héctor Rodríguez
Héctor Rodríguez

Editor y periodista especializado en ciencia y naturaleza

Un nuevo estudio titulado "Comparing measures of social complexity: larger mountain gorilla groups do not have a greater diversity of relationships." publicado esta semana en PNAS, ahonda en los tipos y la calidad de las relaciones establecidas en las sociedades de gorilas de montaña -Gorilla beringei beringei- del Parque Nacional de los Volcanes, en Ruanda.

La investigación llevada a cabo por la Fundación Dian Fossey en colaboración con científicos con la Universidad de Exeter, estudió durante 12 años las relaciones establecidas entre 13 comunidades distintas de gorilas, identificando hasta siete categorías en los tipos de relación que pueden establecerse en estas y que pueden variar desde el estrecho vínculo desarrollado entre madre e hijo, hasta asociaciones de índole mucho más débil.

Efectivamente, al igual que los seres humanos, la mayoría de los primates hacen gala de un complejo comportamiento social. En este sentido, uno de los objetos de investigación más interesantes de la antropología se centra en la naturaleza del vínculo entre individuos de una misma especie, de cuyo estudio se desprende que el número de relaciones efectivas que un primate puede establecer con sus propios congéneres está directamente relacionado y limitado por el volumen de la corteza cerebral. Esto sugiere que para cada especie existe un límite de relaciones efectivas que viene determinada por el tamaño del neocórtex y que por ejemplo, según el antropólogo Robin Dumbar, para los seres humanos se sitúa en las 150.

Los gorilas de montaña generalmente viven en grupos de 12 a 20 individuos, y es precisamente para grupos de este tamaño en los que el estudio encontró una mayor riqueza y variedad de relaciones sociales. Sin embargo, para comunidades cuyo número de individuos quedaba por encima o por debajo de este rango, los científicos comprobaron una degradación de las relaciones sociales. "A menudo se asume que los animales que viven en grupos más grandes tendrán vidas sociales más diversas y complejas", explica el doctor Robin Morrison, de la Fundación Fossey y el Centro de Investigación para el Comportamiento Animal de la Universidad de Exeter. "No obstante, nuestro estudio sugiere que la diversidad social es menor en grupos muy grandes donde los gorilas deben mantener una mayor cantidad de relaciones, y que la mayoría de estas relaciones decaen hasta situarse en la categoría más débil", añade.

"Todavía existen fuertes relaciones sociales en los grandes grupos - que pueden alcanzar hasta los 65 individuos- pero parecen constituir una proporción menor de las relaciones totales" continúa el doctor. "No podemos decir con certeza por qué es así, pero puede ser que los gorilas solo tengan suficiente tiempo y energía mental para mantener un cierto número de vínculos sólidos, por lo que se centran en sus relaciones clave y simplemente mantienen lazos débiles con los demás gorilas del grupo".

"Vivir en una comunidad social requiere de un gran esfuerzo mental" prosigue Morrison, quien también aclara que: "de hecho, una de las grandes ideas en la evolución de las sociedades humanas es que nuestra especie desarrollo grandes cerebros y un lenguaje complejo para lidiar con la creciente complejidad social".

La sociedad de los gorilas

Los gorilas de montaña cohabitan en grupos sociales estables que se desplazan y alimentan colectivamente durante el día y descansan juntos durante la noche. Según el censo del Parque Nacional de los Volcanes, el número de gorilas de montaña en el mismo ha aumentado notablemente en los últimos años, lo que puede explicar por qué se han formado grupos inusualmente grandes para la especie.

El estudio se sirvió de los datos de proximidad, es decir, de cuánto tiempo pasaban unos individuos junto a otros, para medir las relaciones sociales entre los gorilas. En muchos primates, la interacción social se puede medir por la cantidad de tiempo que sus integrantes pasan acicalándose, sin embargo los gorilas le dedican menos tiempo a esta actividad que otras especies. "Cuando hablamos de gorilas se trata más bien de con que individuos eligen sentarse y pasar el tiempo y de cuales se alejan lo que determina la calidad y proximidad de las relaciones", aclara Morrison.

En este sentido Lauren Brent, profesora asociada de la Universidad de Exeter, nos da cuenta de la gran variabilidad en el tipo de relaciones que se pueden establecer entre los gorilas de montaña: "no solo observamos que en los grupos que excedían cierto tamaño las relaciones eran menos diversas y más débiles, también pudimos comprobar que, dentro del mismo grupo, existía una gran variabilidad entre las relaciones de sus integrantes, y así algunos gorilas mostraban unas habilidades sociales mucho más desarrolladas que otros". "Esto se suma a las evidencias de que en cualquier sociedad animal, ya se trate de humanos, gorilas u otro tipo de primate, no todos experimentan el mundo social de la misma manera".

Sexo y edad

Los investigadores también encontraron que la diversidad de las relaciones sociales que experimentan los gorilas como individuos también varía según la edad y el sexo. Así, tanto machos como hembras experimentan una amplia gama de relaciones cuando son jóvenes, que sin embargo cambia a medida que envejecen.

Mientras que las hembras mantienen una diversidad de relaciones relativamente constante durante la adolescencia y la edad adulta, estas disminuyen rápidamente en los machos a medida que entran en la adolescencia, alcanzando los niveles más bajos alrededor de los 14 años. A esta edad es cuando los machos muestran muchas características de madurez sexual, aunque todavía les falten algunos años para alcanzar la completa madurez. Además, este es también el período en que los machos deciden si abandonan o no el grupo en el que nacieron, por lo que a veces pueden distanciarse socialmente del resto del grupo antes de su partida definitiva. Si eligen quedarse, como lo hacen aproximadamente la mitad de machos semi-adultos, entonces gradualmente construyen un conjunto diverso de relaciones a medida que asumen roles sociales clave entre los que se encuentran la protección del grupo, la procreación y el cuidado de la descendencia.

Sobre gorilas y virus

"Todo lo que hemos aprendido sobre los gorilas de montaña durante estos años podría tener un gran impacto en el diseño de nuevas políticas de conservación y futuros programas de protección y seguimiento la especie" declara por su parte la también coautora del estudio, además de presidenta y CEO de la Fundación Dian Fossey, la doctora Tara Stoinski, quien añade que " los resultados de la investigación también podrían resultar muy útiles para la limitar la propagación de enfermedades en sus poblaciones". "Esto es realmente importante en este momento para los gorilas de montaña porque la enfermedad es una de las principales amenazas para su conservación. Los gorilas son susceptibles a muchas de las enfermedades que afectan a los humanos, entre las que se incluyen el Ébola o la COVID, de la que ya sabemos que puede afectar a los grandes primates".

"Por ello, la vigilancia y protección a largo plazo de los gorilas de montaña es crucial, no solo para su conservación, sino también por lo que podemos aprender de esta especie inteligente y altamente social acerca de como han evolucionado las relaciones y el comportamiento en sociedades tan complejas como las nuestras", sentencia Stoinsky.