Qué ver en Girona: los 9 sitios imprescindibles de la Florencia catalana

Paso a paso

Qué ver en Girona, la Florencia catalana

Desde iglesias hasta baños árabes, pasando por museos, leyendas y hasta un barrio judío, la localidad merece una escapada con más sorpresas que expectativas.

La Florencia de Cataluña, así es como se conoce a Girona. Y es que la capital gerundense tiene en su centro histórico, uno de los mejor conservados del país, su principal argumento. En él hay presencia de Románico, gótico, judío, románico y barroco, estilos que se entremezclan en sus edificios religiosos, sus calles estrechas, sus extensas murallas y su legado romano y medieval que baña el río Onyar.

Por si no fuera poco atractivo, una vez al año, la ciudad se llena de pétalos, guirnaldas y adornos en la colorida fiesta Temps de Flors, lo que hace que un recorrido por sus calles se convierta, todavía más, en un a experiencia como pocas. 

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1. Las casas del Onyar

El río que atraviesa la ciudad de Girona, el Onyar, es una de las postales más idílicas de la ciudad. Los cinco puentes que lo cruzan, siendo los más famosos el de les Peixateries Velles (construido para la empresa de Eiffel) y el d’en Gómez, son mucho más que vías de paso entre la parte moderna de la ciudad y el casco histórico, ya que en los últimos años se han convertido también en destino por sus vistas privilegiadas. Casi todas las casas que pueden verse desde ellos se construyeron durante los siglos XIX y XX, y llaman la atención por su colorido y su proximidad al río.

 

Originalmente situadas sobre la muralla medieval de la ciudad, los edificios fueron sumando alturas y voladizos hasta conseguir el aspecto actual. Como curiosidad, su rehabilitación, dirigida por los arquitectos locales Josep Fuses y Joan Maria Viader, tuvo en cuenta el color original de las fachadas, una paleta de 32 tonalidades distintas, que finalmente se adaptó a las posibilidades del mercado. Una de las casas más llamativas, de color blanco, es Casa Masó, que alberga la Fundació Rafael Masó, símbolo de la arquitectura novecentista de la ciudad.

Catedral de Santa María
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2. La Catedral de Santa María

Dominando la ciudad desde su punto más alto se encuentra la Catedral de Santa María, conocida no solo por tener la nave gótica más grande del mundo por detrás de la de San Pedro del Vaticano, sino también por su famosa aparición en la serie Juego de Tronos, donde su larga escalinata de 90 peldaños muestra una de las escenas más señaladas. Románica en su claustro, la sacristía y la torre de Carlomagno, pero gótica y barroca en el resto de su estructura, su construcción, que se dilató durante siglos, la hace especial.

 

En su interior hay varias curiosidades, como la vidriera figurativa más antigua de Cataluña, que permaneció escondida durante 500 años, o los relieves del claustro, donde puede observarse una escena de Adán y Eva en el paraíso junto a una vid en lugar de un manzano, se cree que por la relación con el vino que tuvo el templo. Para completar una visita al lugar, nada mejor que adentrarse en el Tesoro de la Catedral para admirar el Tapiz de la Creación (uno de los pocos testimonios textiles románicos) y el Beato de Girona (una copia del Comentario del Apocalipsis realizado por una monja).

 

Información práctica

La Catedral de Santa María

  1. Dirección y acceso

    Plaza de la Catedral

  2. Horarios

    De lunes a sábado de 10 a 17h
    Domingos de 12 a 17h (Horario temporada baja hasta mediados de marzo) 

  3. Precio de entrada

    Entrada adulto 7,50€ (incluye Iglesia de Sant Feliu) - Entrada adulto 12 € (incluye Iglesia de Sant Feliu y Museo del Arte)

 

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El barrio judío
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3. El barrio judío

En el barrio viejo, dentro de la antigua Força Vella, se encuentra el Call jueu (barrio judío), una amalgama de estrechas calles empedradas que guarda toda la esencia del pasado en su recorrido. Delimitado por la catedral a un lado y los jardines maristas por el otro, además del curso del río, sus arteria más conocida es la calle Força, donde se encuentra el Museo de Historia de los Judíos, punto perfecto para empezar un pequeño recorrido para conocer el lugar.

 

El laberinto de patios, calles, túneles y escaleras es uno de los mejores conservados del mundo y una muestra evidente de la importancia de esta comunidad en la ciudad de Girona. Algunos de los lugares más interesantes es la subida de la Mare de Déu de la Pera, además de la Pabordia (un conjunto de edificios donde estaban los baños públicos en la época medieval) y la placita del Institut Vell.

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Baños árabes
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4. Los Baños árabes

A pesar de la destrucción parcial que les causaron los franceses en el siglo XIII, estos baños públicos de los que se habla por primera vez en 1194 fueron reconstruidos y compartidos durante la Edad Media con la comunidad judía. Adquiridos en 1618 por una comunidad de monjas, no fue hasta hace casi un siglo que volvió a ser propiedad de la Diputación de Girona.

 

Ubicados a los pies de la catedral, desde lejos se pueden identificar por la cúpula que forma su linterna, fueron declarados Bien Cultural de Interés Nacional por su interés histórico y su buen estado, siendo reconocidos como los baños públicos románicos mejor conservados de toda Europa. De estilo románico, pero siguiendo el modelo de las termas romanas, los baños musulmanes y las mikva judías, está estructurado con salas de más caliente a más fría y es una de las atracciones turísticas más visitadas de Girona.

 

Información práctica

Baños árabes

  1. Dirección y acceso

    Calle Ferran el Catòlic

  2. Horarios

    De lunes a sábado de 10 a 18h
    Domingos de 10 a 14h

  3. Precio de entrada

    Entrada adulto 3€

 

La muralla
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5. La muralla

El trazado original de la muralla de Girona se puede seguir casi por completo en la actualidad. Su primera construcción data del siglo I aC y era conocida como Força Vella, un perímetro de 800 metros en el que se encontraba la Girona fundacional y que incluía la catedral y el barrio judío. Parte de ella se puede seguir en el recorrido del Paseo Arqueológico, que discurre desde el Portal de Sobreportes hasta la Torre Gironella. Pero la muralla que se ve hoy en día es más larga, ya que se reforzó en diferentes ocasiones, la más importante de ella durante la época carolingia.

 

Un paseo de 3 km entre los muros de este Bien Cultural de Interés Nacional muestra no solo las mejores vistas panorámicas de la ciudad desde sus torreones, sino también los jardines que la bordean y que en algunos puntos se encuentran a 60 metros de esta pared de piedra arenisca. Tratándose de una de las más largas de Europa, es posible recorrerla en su totalidad o tan solo un tramo. Sea como sea, es una de las mejores maneras de asomarse a los tejados de Girona.

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Monasterio de Sant Pere de Galligants
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6. Monasterio de Sant Pere de Galligants

Uno de los conjuntos románicos mas notables de Cataluña se encuentra actualmente en Girona y corresponde al monasterio de Sant Pere de Galligants, un conjunto monumental de planta basilical de gran interés iconográfico y que desde 1857 es sede del museo de Arqueología de Cataluña-Girona. A su lado, la iglesia de Sant Nicolau sirve hoy como sala de exposiciones.

 

Inusual no solo por su ubicación, tan cerca del núcleo urbano, sino también por su cabecera asimétrica y su campanario de ocho caras, el monasterio guarda tras su fachada sobria y de pocos adornos un claustro con un bello repertorio escultórico, donde pueden verse escenas del Nuevo Testamento y capítulos de la infancia de Jesús con iconos vegetales y animales.

 

Información práctica

Baños árabes

  1. Dirección y acceso

    Calle de Santa Llúcia, 8

  2. Horarios

    De martes a sábado de 10 a 18h
    Domingos y festivos de 10 a 14h

  3. Precio de entrada

    Entrada adulto 6€

Iglesia Sant Feliu
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7. Iglesia de Sant Feliu

La que fue la primera catedral de Girona, un papel que desempeñó hasta el siglo X, es uno de los edificios góticos más representativos de la ciudad. Con planta románica pero la cubierta gótica y la fachada barroca, tiene bajo la colegiata un cementerio cristiano primitivo anterior a la persecución de Diocleciano. Ocho sarcófagos paganos y paleocristianos del siglo IV aparecieron tras las excavaciones y ahora pueden visitarse en el interior del templo.

 

Erigida sobre una antigua iglesia paleocristiana en honor a Sant Feliu y declarada Bien Cultural de Interés Nacional, fue fortificada en varias ocasiones a causa de los desperfectos que les causaron las guerras que sufrió la ciudad. A los pies de la iglesia, la Plaza de Sant Feliu tiene en su centro una escultura en la que se muestra a una leona subida a una columna. Según la leyenda, quien besa en el culo al animal volverá a visitar la ciudad.

El barrio judío
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8. Subida de Sant Domènec

Reconocida como una de las calles más románticas de Girona, esta subida sembrada de escaleras está rodeada de edificios emblemáticos, como el Palacio renacentista de Caramany, el Palacio de los Agullana (también conocida como el palacio del Vescomtat y declarada Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional en 1918) y la iglesia de Sant Martí Sacosta, en su punto más alto. Tras un recoveco, la subida sigue hasta el antiguo Convento de Sant Domènec, hoy Facultad de Letras de la Universitat de Girona.

 

En pocos metros se concentra uno de los conjuntos históricos y artísticos con más valor de la ciudad y que han aparecido también en la gran pantalla, concretamente en la película El Perfume: Historia de un asesino. Le Bistrot, un coqueto restaurante que se encuentra en esta corta calle, es un conocido café y restaurante que forma parte de los escenarios del Festival de Jazz de Girona.

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Casa Masó | Foto: Jordi Puig / Fundació Rafael Masó, 2023.

9. DEL MODERNISMO AL Novecentismo

La arquitectura del modernismo y del novecentismo también está presente en el paisaje urbano de Girona, fruto del crecimiento y la transformación de la ciudad a principios del siglo XX. Un paseo por sus calles, tanto del centro como de los barrios, permite admirar bloques de apartamentos, casas unifamiliares y edificios industriales de arquitectos como Rafael Masó, Eugeni Campllonch o Isidre Bosch Bataller.

 

Sin duda fue Rafael Masó el que más huella dejó en la ciudad, con 100 inmuebles en los que imprimió su sello, el más famoso de ellos la Casa Masó, en la calle Ballesteries, pero también la Casa Salieti o la Casa Ensesa y Harinera Montserrat. Alumno aventajado de Domènech i Montaner y admirador de Antoni Gaudí, implementó en su obra este estilo que nació como alternativa al Modernismo imperante de la época.

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