Garrincha, el �ngel de las piernas torcidas

En la �poca del Brasil imperial, cuando la 'canarinha' coleccionaba mundiales y todos los ojos apuntaban al gran Pel�, exist�a un futbolista de aspecto desgarbado y una pierna derecha m�gica que conviv�a casi en el anonimato con 'O Rei'. Cuando se echa la vista atr�s hasta los a�os 50 y 60, pocos se acuerdan del gran Garrincha.

Manuel Francisco dos Santos no ten�a lo que precisamente se entiende como un cuerpo habitual de futbolista. Ten�a los pies girados 80� hacia dentro. Su pierna derecha era 6 cent�metros m�s grande que la izquierda y ten�a la columna vertebral torcida. Como muchos de los grandes genios de este deporte, compagin� una exitosa carrera deportiva con malas costumbres lejos de los terrenos de juego. Era adicto al tabaco desde los diez a�os y sus problemas con el alcohol le acabaron costando la vida. "Yo no vivo la vida, la vida me vive a m�", apunt� en una ocasi�n el genio brasile�o.

Abrumado por su popularidad y �xito deportivo, lleg� a tener 14 hijos reconocidos entre sus mujeres y alguna amante. Uno de ellos, creado durante el Mundial de 1958 en Suecia con una chica del pa�s europeo. Un car�cter peculiar le generaba una despreocupaci�n in�dita por su profesi�n. De hecho, durante el famoso 'Maracanazo', el joven Garrincha se hab�a ido de pesca sin tener noticia alguna del fat�dico encuentro para los brasile�os. Jugaba porque se divert�a y raras veces prestaba atenci�n al rival o a la competici�n que disputaba. "Le gustaba la cerveza y el aguardiente, pero odiaba ser elogiado", asegur� su primer entrenador en el Esporte Clube de Pau Grande, Seu Toti.

"Garrincha", sobrenombre que le dieron sus hermanos por su similitud con un p�jaro que vive en las selvas de Mato Grosso, en Brasil, destacaba, como el ave, por su tremenda velocidad y por contar con un f�sico poco agraciado. Botafogo fue su primer destino profesional y en �l vivi� su mejor etapa a nivel de clubes. Conquist� tres campeonatos cariocas y permaneci� en el equipo de R�o de Janeiro durante m�s de diez a�os. Despu�s vinieron Corinthians, Junior de Barranquilla colombiano, Flamengo, Red Star Par�s y Olaira.

Pero su carrera estuvo marcada por sus actuaciones con la selecci�n brasile�a. Considerado por muchos como el mejor regateador de todos los tiempos, Garrincha ofrec�a espect�culo y contagiaba a la granda con su f�tbol alegre. Cambiaba de direcci�n, pisaba el bal�n, amagaba y desbordaba con una facilidad asombrosa. Lleg� el Mundial de Suecia en 1958 y el habilidoso extremo estaba entre los convocados. Sin embargo, unos test psicof�sicos desaconsejaban su presencia. Sac� 38 puntos cuando eran necesarios 123 para superar la prueba. Joao de Carvalahaes, psic�logo de la selecci�n brasile�a, fue muy contundente: "Es un d�bil mental no apto para desenvolverse en un juego colectivo".

Condenado a dejar el f�tbol por ese test, Nilton Santos, lateral izquierdo de Botafogo encabez� un movimento interno dentro de la plantilla para que Garrincha no faltara a la cita. "Los sovi�ticos nos marcaban al hombre, pero, de repente, comenzaron a amontonar gente en el lado izquierdo de su defensa". El recuerdo de Nilton Santos hace referencia al debut de aquella Brasil ante la Uni�n Sovi�tica y al despliegue de un extremo derecho dispuesto a dejar una huella eterna en los aficionados brasile�os.

Brasil gan� aquel Mundial, algo que para Garrincha no ten�a la misma importancia que para el resto. "S�lo hemos ganado un campeonatito, sin valor… pobre. F�jense que ni tiene segunda vuelta". Su inter�s se centraba en driblar a sus rivales, a los que llamaba siempre "Joao", s�ntoma del ninguneo al que se enfrentaban los integrantes del equipo contrario ante Garrincha.

Hizo de Pel� en Chile 1962
Su ya decisivo papel en la 'canarinha' aument� cuando, en el mundial de Chile en 1962, Pel� cay� lesionado a las primeras de cambio. Garrincha asumi� el protagonismo y Brasil repiti� �xito. No es de extra�ar, por tanto, que Pel� no oculte su admiraci�n por su ex compa�ero. "Era capaz de hacer cosas con el bal�n que ning�n otro jugador pod�a hacer. Sin Garrincha, yo nunca me habr�a convertido en tricampe�n del mundo". Y es que, de 60 partidos que jug� con Brasil, Garrincha �nicamente perdi� uno. Con �l y Pel� sobre el campo, el combinado sudamericano jam�s experiment� una derrota.

Pero, como dec�amos antes, el extremo diestro que sorteaba rivales por diversi�n no pudo esquivar las tentaciones que le ofreci� la vida lejos de los campos de f�tbol. "La diferencia con Pel� es que yo apenas supe driblar los problemas con los pies", lleg� a decir el propio Garrincha una vez. Muri� a los 50 a�os a causa de su alcoholismo cr�nico pero su legado con un bal�n en los pies a�n hoy sigue vivo. Ya lo dice su propio epitafio: "Aqu� descansa en paz el hombre que fue la alegr�a del pueblo: Man� Garrincha". Alegr�a que perdura en la retina de los aficionados brasile�os.

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