El primero de los grandes hechos futuros profetizados en Garabandal se podría resumir en la frase de las niñas: el mundo parecerá comunista. En un éxtasis Antonia, tía de Conchita, las oyó decir: si no nos convertíamos Rusia se haría dueña del mundo. También el Santo Padre Pío comentó a Conchita cuando ésta le visitó en 1966 que el Gran Milagro de Garabandal vendría debido a la gran cantidad de sangre de europeos, océanos de sangre, que ya habrá sido derramada lógicamente cuando ocurra el Milagro. No obstante, la Virgen dijo a Conchita que no volvería a haber una guerra futura de carácter mundial. Pero durante este tiempo la Iglesia parecerá que ha desaparecido, será difícil recibir los Sacramentos y los sacerdotes deberán esconderse y muchos serán asesinados. Cuando las cosas estén peor, entonces Dios enviará el Aviso. También en el secreto de La Salette la Virgen predijo esta difícil situación social
Lo más preocupante del comienzo de estas difíciles circunstancias sociales es que las niñas también advirtieron que llegarían por sorpresa, sin esperarlo el mundo, incluso como incrédulos ante lo que ocurre delante de sus ojos. Efectivamente ningún analista político hoy espera que las circunstancias sociales en Europa den un vuelco de tal magnitud en un futuro a medio plazo. Las democracias parecen fuertemente consolidadas en lo que hoy llamamos Unión Europea y la propia Unión parece garantizar la continuidad de las libertades políticas que hoy disfrutamos.
Sin embargo es cierto que en la Sagrada Escritura se advierte en varios momentos del carácter inesperado de los cambios. Nuestro Señor cita a los tiempos de Noé y los de Sodoma como ejemplo: comían, bebían, se casaban… y de pronto, llegó lo que nadie esperaba. Por ello nos recomendaba, vigilad y orad, porque no sabéis a qué hora llega el ladrón. También San Pablo advierte de que el desplome ocurrirá cuando todos digan paz y seguridad. Y el profeta Daniel advierte que en los últimos tiempos ninguno de los impíos entenderá nada.
Por todo ello, parece de sana higiene mental considerar que no son imposibles situaciones sorpresa en la sociedad internacional de nuestro siglo XXI. Un buen ejemplo son los momentos que vivimos de convulsión social inesperada en países aparentemente estables como Túnez , Egipto y otros. A la vista de estas circunstancias y otras de los últimos años pensar que nunca llegarán profecías como las de Garabandal, es realmente una necedad o esconder la cabeza como el avestruz.
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