Rafa Nadal arranca las despedidas con el Conde de Godó: derrota y emotivo adiós a Barcelona (7-5 y 6-1)
Rafa Nadal arranca las despedidas con el Conde de Godó: derrota y emotivo adiós a Barcelona (7-5 y 6-1)
RESULTADO ESPERADO

Rafa Nadal arranca las despedidas con el Conde de Godó: derrota y emotivo adiós a Barcelona (7-5 y 6-1)

El balear, que había empezado con buen pie en la Ciudad Condal, fue derrotado por De Miñaur en la segunda ronda. Su nivel bajó mucho del primer al segundo set en este partido

Foto: Nadal, a su llegada a la pista. (EFE/Enric Fontcuberta)
Nadal, a su llegada a la pista. (EFE/Enric Fontcuberta)

La ilusión fue efímera, como una de esas cometas que rápidamente cogen vuelo. Casi dos años sin competir en tierra batida habían convertido la espera en un auténtico calvario. En esa lucha, frente a los fantasmas y al agotamiento de su cuerpo, Rafa Nadal completó una buena reaparición en el Conde de Godó a pesar de haber sido eliminado por De Miñaur en la segunda ronda (7-5, 6-1).

Fue un resultado esperado en una tarde de sensaciones y de despedidas en esta especie de gira que Nadal ha empezado en Barcelona. Porque su tenis, para infortunio de los aficionados, tiene fecha de caducidad. Ante De Miñaur, un rival de más envergadura, se le vio todavía falto de forma física. Y es normal, dado el tiempo que se ha llevado fuera.

De Miñaur, undécimo en el ranking ATP, era un adversario para testar de verdad cuál es el estado de Rafa, al que se vio lento en las dejadas, consciente de que el esfuerzo puede tener más de enfermedad que de remedio. La edad no perdona y es quizás en los partidos largos donde Nadal puede hacer gala de las características que lo coronaron en el tenis.

Sus derechas fueron las que siempre mostró en su carrera. A pesar de la inactividad, no ha perdido la técnica frente a la que tantas veces han sucumbido los rivales. De Miñaur se quedó anclado en numerosas ocasiones antes la fiereza de los golpes de Rafa. Las acciones positivas deben ser el recuerdo que guarde de este torneo. Todavía queda tiempo para preparar Roland Garros.

placeholder Nadal festeja uno de los puntos. (Europa Press)
Nadal festeja uno de los puntos. (Europa Press)

Una derrota esperada

"Intentaré dar un paso más en Madrid y luego en Roma. Si en algún torneo vale la pena salir a darlo todo y morir, es en París", reconoció Rafa en rueda de prensa. Ante los medios, reconoció que no jugará más en Barcelona. "Casi con total seguridad no podré volver aquí. Me hubiera gustado luchar por el torneo, pero ha sido muy bonito jugar dos partidos".

Se trata de una derrota prematura, y no porque no fuera esperada. El ritmo de competición es precisamente aquello que adolece Nadal en este regreso a las pistas. Los próximos torneos en tierra batida, su superficie fetiche, servirán para coger más ritmo, porque hay algunas fechas más esperadas que otras.

Nadal soñó con completar una de sus habituales gestas en el primer set, cuando lo tuvo todo de cara después de voltear el marcador. Pero finalmente no forzó el tie-break y De Miñaur llegó lanzado al segundo set. El contraste entre ambos tenistas fue brutal, y así se edificó la victoria del australiano en la Ciudad Condal.

placeholder Nadal, en pleno partido. (EFE/Enric Fontcuberta)
Nadal, en pleno partido. (EFE/Enric Fontcuberta)

Una fría despedida

La entereza del primer set no se repitió en el segundo, en el que se vio superado de manera mucho más amplia. El último break dejó a Rafa con cara de desilusión, y con la derrota ya en mente. Esta será su última participación en el Godó, el torneo que ha ganado 12 veces.

La despedida fue emotiva, sin declaraciones y con un gesto de decepción. Es normal en alguien que, a pesar de las derrotas y las lesiones, ha hecho de la victoria la regla y no la excepción, especialmente en la tierra batida. En esta contrarreloj para el final de su carrera, ha quedado claro que todavía quedan cosas por ver de Rafa.

La ilusión fue efímera, como una de esas cometas que rápidamente cogen vuelo. Casi dos años sin competir en tierra batida habían convertido la espera en un auténtico calvario. En esa lucha, frente a los fantasmas y al agotamiento de su cuerpo, Rafa Nadal completó una buena reaparición en el Conde de Godó a pesar de haber sido eliminado por De Miñaur en la segunda ronda (7-5, 6-1).

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