relato de las apariciones en Garabandal


Las apariciones

As� relata Conchita la primera aparici�n:

"Ahora que cogimos las manzanas que no eran nuestras, el demonio estar� contento y el pobre �ngel de la Guarda estar� triste. Entonces empezamos a coger piedras y a tir�rselas con todas nuestras fuerzas al lado izquierdo. Dec�amos ah� estaba el demonio. Empezamos a jugar a las canicas con piedras. De pronto se me apareci� un figura muy bella con muchos resplandores que no me lastimaban nada los ojos. Las otras ni�as al verme en este estado cre�an que me daba un ataque, cuando ellas ya iban a llamar a mi mam� se quedaron en el mismo estado que yo y exclamamos a la vez: "�Ay, el �ngel!".

Luego el �ngel se identificar�a como San Miguel Arc�ngel.

Sobre San Miguel y Garabandal: San Miguel Arc�ngel se aparece 8 veces y les anuncia la pr�xima aparici�n de la Virgen del Carmen. El 18 de julio 1962, de manos de San Miguel, Conchita recibe la Sagrada Eucarist�a en la boca, a la vista de todos los presentes. Este era un milagro para prueba de autenticidad de los sucesos. San Miguel explic� que era un milagro para llamar la atenci�n sobre la real presencia de Nuestro Se�or en la Santa Eucarist�a.

No fue hasta el 1ro de julio que San Miguel le habl� y les dijo: "Sab�is por qu� he venido? -Para anunciaros que ma�ana, domingo, la Virgen Mar�a se os aparecer� como Nuestra Se�ora del Carmen".

El domingo, d�a 2, sobre las 6 de la tarde, las ni�as fueron hacia la calleja que conduce a los nueve pinos. Se trata de un solitario pinar que se destaca en un elevado junto al pueblo. Eran seguidas por una gran multitud, entre ellos, varios sacerdotes y m�dicos. Nada m�s de acercarse al lugar, las videntes, asombradas, se encuentran con la aparici�n de la Sant�sima Virgen que ven�a acompa�ada de dos �ngeles, uno de ellos San Miguel y el otro desconocido.

Describieron a la Sant�sima Virgen: "Viene con un vestido blanco, el manto azul, la corona de 12 estrellas doradas, las manos extendidas, con un escapulario marr�n, salvo cuando lleva al ni�o en brazos: el pelo largo casta�o oscuro, con raya en medio; la cara alargada con nariz muy fina; la boca muy bonita, con labios un poco gruesos. Aparenta unos 17 a�os y es m�s bien alta".

Los Mensajes

En las apariciones de Garabandal de junio 18, 1961 hasta junio 18, 1965 se dieron a conocer especialmente dos mensajes. El primero se lo dio a conocer Nuestra Se�ora a las ni�as el d�a 4 de julio, de 1961, mensaje que ya hab�a aparecido inscrito en un r�tulo a los pies del �ngel San Miguel en el mes de junio, durante las apariciones del �ngel a las ni�as. Nuestra Se�ora del Carmen les pidi� a las ni�as que no hicieran p�blico este mensaje sino hasta el 18 de octubre. As� lo hicieron.

Primer Mensaje

En oto�o de 1961, las videntes dieron a conocer al mundo el 1er mensaje y que a la letra dice:

"Hay que hacer mucho sacrificios y mucha penitencia, y tenemos que visitar mucho al Sant�simo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos vendr� un castigo. Ya se est� llenando la copa, y si no cambiamos vendr� un castigo".

El mensaje nos habla de elementos esenciales de la fe: sacrificio. penitencia, la Eucarist�a y la conversi�n que da frutos en una vida virtuosa: "ser muy buenos".  Tambi�n nos recuerda la misi�n de los �ngeles y el cuidado maternal de la Virgen Sant�sima.

Garabandal nos recuerda que la vida cristiana requiere seriedad.  Juan Bautista predic�: "Arrepent�os, pues el reino de Dios est� cerca" (Mt 3, 1-3). El propio Cristo inaugura su predicaci�n diciendo: "arrepent�os y creed en la Buena Nueva..." (Mc 1,15). Es, pues, el mensaje eterno de los profetas y recordado insistentemente en estos tiempos por la Sant�sima Virgen, tanto en La Sallete, como en Lourdes y F�tima, pero desafortunadamente olvidado por la gran mayor�a de los hombres; por eso, si no cambiamos, vendr� un castigo, que ser� manifestaci�n de la Justicia de Dios como consecuencia del pecado de los hombres al hacer mal uso de su libertad.

"Ya se est� llenando la copa". Lenguaje b�blico apocal�ptico que no recuerda los 7 �ngeles con las 7 copas de oro (15,7) que est�n rebosantes de la ira de Dios...

"Tenemos que visitar mucho el Sant�simo", que nos recuerda la presencia real de Cristo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, en momentos que los cat�licos - y aun sacerdotes - han perdido la fe en la Eucarist�a. "Pero antes tenemos que ser muy buenos", es decir, tenemos ante todo que vivir en gracia de Dios, alejar de nuestra vida el pecado mortal, con la ayuda de la gracia de Dios y la participaci�n de los Sacramentos.

Segundo Mensaje

La Sant�sima Virgen comunic� su "segundo mensaje" cuatro a�os despu�s, hacia el final de las apariciones. Nuestra Se�ora le dijo a Conchita el 1ro de enero, de 1965 que el Arc�ngel San Miguel se aparecer�a el 18 de junio y le dar�a un mensaje en su nombre, a todo el mundo. Por mediaci�n de San Miguel, Nuestra Se�ora se quej� de que no se hubiere hecho caso a su primer mensaje y advirti� al mundo que �ste ser�a el �ltimo. Dijo la Virgen:

"Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi mensaje del 18 de octubre, de 1961, os dir� que �ste es el �ltimo; antes la copa se estaba llenando ahora est� rebosando. Los sacerdotes van muchos por el camino de la perdici�n, y con ellos llevan a muchas m�s almas. A la Eucarist�a cada vez se le da menos importancia. Deb�is evitar la ira de Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le ped�s perd�n con vuestras almas sinceras El os perdonar�. Yo, vuestra Madre, por intercesi�n del �ngel San Miguel, os quiero decir que os enmend�is. Ya est�is en los �ltimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenaci�n; pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos, deb�is sacrificaros m�s; pensad en la pasi�n de Jes�s".

"La copa se est� llenando".  El pecado no est� en desacatar el mensaje de Garabandal sino en rechazar el Evangelio que nos comunic� Jesucristo por no vivirlo de coraz�n. Sin la redenci�n de Cristo vamos a la perdici�n.  Garabandal no dice, ni puede decir, nada nuevo.  Es un aviso sobre la importancia de vivir la fe que ya se nos ha dado en la Iglesia.

"Yo, vuestra Madre", la Sant�sima Virgen se presenta como Nuestra Madre, confirmando lo que ya Cristo en la cruz nos hab�a legado: "mujer, ah� tienes a tu hijo" (Jn 19, 26); y nos pide e insiste que nos sacrifiquemos m�s y que meditemos la pasi�n de Su Hijo y volvamos a la Eucarist�a con fervor.

Se insiste que la copa esta rebosando y que "los sacerdotes, muchos van por el camino de la perdici�n y con ellos llevan a muchas m�s almas", frase, que para el a�o de 1965 no resultaba del todo clara, pues el Concilio Vaticano II terminaba con una gran esperanza para la mayor�a de los cat�licos, y en especial para los cardenales, obispos y sacerdotes. Este optimismo no dejaba adivinar la gran crisis de fe y la infidelidad de miles de almas consagradas que iba a padecer la Iglesia en los a�os siguientes: Desde 1965, de los 400,000 sacerdotes con que contaba la Iglesia, unos 90,000 dejaron el ministerio. Esta hemorragia fue provocada por ciertas corrientes de pensamientos avanzados que pretend�an interpretar "liberal" y "progresivamente" las ense�anzas del Concilio Vaticano II. As�, los efectos no se hicieron esperar:

El "Dep�sito de la Fe", los dogmas, y la moral cristiana ser�n atacados. Recordemos las oposiciones violentas y tan comunes contra las ense�anzas del Magisterio de la Iglesia sobre la regulaci�n de la natalidad (Humanae Vitae), el aborto, la doctrina social de la Iglesia, la catequesis, la autoridad papal, las cuestiones concernientes a la Eucarist�a, penitencias, resurrecci�n, en fin, toda la doctrina.

Tal es la situaci�n, que el Papa Pablo VI habl� en enero, de 1976 sobre "la traici�n de los cl�rigos". Tambi�n en otra ocasi�n dijo,"se cre�a que despu�s del concilio vendr�a un d�a de sol para la historia de la Iglesia, pero por el contrario, ha venido un d�a de nubes, tempestad y oscuridad, porque ha intervenido el poder adverso: Satan�s" (29-6-1972). "A la Eucarist�a cada vez se le da menos importancia", anuncio prof�tico que ha llevado a una perdida de la fe en la presencia real de Cristo y a una irreverencia al celebrar los Santos Sacramentos por parte de los sacerdotes.

Un Aviso, un Milagro,  un Castigo

Entre las apariciones de Garabandal han habido muchas profec�as sobre el futuro inmediato de la humanidad y de la Iglesia. En el anuncio prof�tico de Garabandal, Conchita habla de un aviso, un milagro, y un castigo para la humanidad.

El Aviso

El 1 de enero, del a�o 1965, Conchita tuvo una nueva aparici�n de la Se�ora qui�n habl� del "aviso" para que el mundo se enmiende.

Conchita nos dice: "No puedo decir en qu� va a consistir, pues Ella no me ha ordenado decirlo. Y �cu�ndo ser�?, no me lo ha dicho, as� que no lo s�. Si s� que ser� visible para todo el mundo; ser� obra directa de Dios y tendr� lugar antes del milagro. Yo no s� si morir�n personas. �nicamente pueden morir, al verlo, de impresi�n."

En una de sus cartas habla as� sobre el aviso:

"Ese aviso es como un castigo, para los buenos y los malos: para los buenos, para acercarlos m�s a Dios y para los malos, para anunciarles que viene el fin de los tiempos y que estos son los �ltimos avisos."

El aviso ser� fruto de la justicia de Dios y de Su misericordia. De Su justicia, porque nos va a purificar de nuestros pecados; de Su misericordia, porque nos dar� la oportunidad de una mayor conversi�n en nuestra vida espiritual. Este aviso ser� obra de la intervenci�n directa de Dios. El aviso que vendr� al mundo ser� algo externo a nosotros que suceder� en el firmamento; ser� vista una luminosidad acompa�ada de un fuego ardiente que se sentir� en toda la tierra. Internamente, y esto es lo m�s importante, veremos nuestra conciencia ante la justicia de Dios; lo que hemos hecho mal y lo que hemos dejado de hacer; en una palabra: una especie de juicio particular en vida. Tambi�n ser� la correcci�n de la conciencia del mundo, una purificaci�n antes del Milagro para ver si con el Aviso y el Milagro nos convertimos.

El Milagro

Las ni�as han pedido insistentemente un milagro y la Virgen, como en F�tima, les ha dicho: "har� un milagro para que todos crean".

En una nota Conchita escribe:

"Lo del milagro me lo ha dicho, la Virgen, a m� sola. Ella me ha prohibido decir en qu� consistir�. Tampoco puedo decir la fecha hasta ocho d�as antes. Lo que s� puedo decir es que coincidir� con un acontecimiento de la Iglesia y con la festividad de un Santo m�rtir de la Eucarist�a; ser� a la ocho y media de la tarde de un jueves; ser� visible para todos los que est�n en el pueblo y en las monta�as de los alrededores: los enfermos que asistan sanar�n y los incr�dulos creer�n. Ser� el milagro mayor que Jes�s ha hecho para el mundo. No quedar� la menor duda de que es de Dios y para bien de la humanidad. Quedar� una se�al del milagro, para siempre, en los pinos. Podr� ser filmado y televisado.

Despu�s del Milagro, si el mundo no se convierte, Dios enviar� un Gran Castigo sobre la humanidad endurecida e incr�dula, salvo, consiguientemente, un peque�o resto que ser� preservado.

De todo lo que han dicho las ni�as en entrevistas y cartas, principalmente Conchita, podemos se�alar los aspectos esenciales del milagro.

  • Conchita conoce su fecha exacta, que lo comunic� a Pablo VI, as� como al confesor de �ste y al Cardenal Ottaviani, Pro-Prefecto del Santo Oficio, hoy Congregaci�n para la Doctrina de la Fe
  • Conchita lo anunciar� al mundo ocho d�as antes de su fecha
  • Transcurrir� menos de un a�o entre el Aviso y el Milagro
  • Durar� entre 10 minutos y un cuarto de hora
  • Tendr� lugar un jueves, a las 8:30 de la tarde
  • Entre los d�as 6 y 16 de uno de estos tres meses: marzo, abril o mayo
  • Ese d�a no ser� fiesta de la Virgen.
  • Coincidir� con el d�a de la fiesta de una santo m�rtir en relaci�n con la Eucarist�a
  • Coincidir� tambi�n con un acontecimiento muy importante, raro, singular, tanto para la Iglesia como para toda la cristiandad, un acontecimiento feliz y venturoso.
  • Ser� el milagro mayor que Jes�s haya hecho para el mundo.
  • Ser� visible en Garabandal y en las monta�as de los alrededores; no podr� palparse pero si podr� ser filmado, fotografiado y televisado.
  • No ser� necesario que los videntes est�n presentes en el momento de la realizaci�n de este milagro.
  • Los enfermos que asistan se sanar�n y los incr�dulos creer�n.
  • El Papa ver� el milagro "desde donde quiera que est�".
  • El ciego Joey Lomangino recobrar� la vista.
  • El cuerpo difunto del Padre Luis Mar�a ser� desenterrado y se encontrar� incorrupto.

Conchita anuncia que solo quedan tres Papas (a partir de Juan XXIII)

En los primeros d�as de junio, de 1963. Las campanas de Garabandal empezaron a tocar; Conchita que estaba en la cocina de su casa con su madre Aniceta, exclam� inmediatamente:

Las campanas tocan por un muerto. Seguramente, es por el Papa (en efecto, Juan XXIII hab�a muerto). Ahora ya no quedan m�s que tres Papas.

La madre, sorprendida, le pregunta que ha dicho, ella le responde que la Virgen le hab�a dicho que despu�s de este Papa (Juan XXIII) solo quedaban tres. La madre le pregunta si entonces vendr� el fin del mundo. Conchita responde, "no el fin del mundo, pero el fin de los tiempos". Aniceta entonces le pregunta si no era lo mismo. La ni�a respondi� "a mi fue la Virgen quien me lo dijo: "Despu�s de este Papa ya s�lo quedan tres y despu�s, el fin de los tiempos".  -(Diario de Conchita de 5-6-63)

No debe de confundirse el fin de los tiempos con el fin del mundo. Hay que recordar que el "fin de los tiempos" comenz� a partir de la primera venida de Cristo. El fin de los tiempos se refiere al  final de una �poca. Tras una purificaci�n de la humanidad y la renovaci�n de la Iglesia comenzar� otra �poca donde reine glorioso Jesucristo.  No se trata de un para�so en la tierra ya que los conflictos continuar�n siempre pero si un tiempo en que la Iglesia manifieste mas claramente a Cristo por estar El reinando en muchos de los corazones de los fieles. 

Milagros relacionados con el gran milagro

En referencia a los milagros recordamos lo que dijo el Concilio Vaticano II en el Decreto Ad Gentes no. 12, "Cristo curaba toda suerte de dolencias y enfermedades, como se�al del advenimiento del reino de Dios...." La Iglesia siempre ha cre�do en milagros, aunque al mismo tiempo pide prudencia para no ser enga�ados.

El ciego Joey Lomangino

Joey Lomangino naci� en Brooklyn el 27 de junio, de 1931. En junio de 1947, cuando inflaba un neum�tico, este estall� y se le produjo entre los ojos una fractura de diez pulgadas. Tambi�n le quedaron seccionados los nervios �pticos y olfativos. El mismo a�o del accidente, con ayuda de sus amigos, Joey se convirti�. El mismo a�o, una voz le despert� de su sue�o y le pidi� que rezara el rosario.

En 1963, Joey viaja a San Giovanni Rotondo para ver al Padre P�o, y all� recobr� su olfato a pesar de no tener ninguna posibilidad f�sica de ello. Joey le pregunta al Padre P�o, ya beato, si era verdad que la Virgen se hab�a aparecido a cuatro ni�as en Espa�a. El Padre responde que "s�", y entonces Joey se dirige a Garabandal y vuelve en repetidas ocasiones. Durante uno de los �xtasis de Conchita la Virgen bendice con un beso la Medalla Milagrosa de Joey y el 19 de marzo, de 1964, fiesta de San Jos�, Conchita tuvo una locuci�n en cual la Virgen le hab�a dicho que Joey recibir�a ojos nuevos el d�a del Gran Milagro... que ver� el d�a mismo del Milagro... y que la voz que hab�a o�do en 1947 era la de la Sant�sima Virgen.

El Padre Luis Mar�a Andreu

La muerte del padre Luis Mar�a Andreu es uno de los puntos de referencia m�s importantes en la historia de Garabandal. El Padre Luis era profesor de teolog�a en la facultad que la Compa��a de Jes�s ten�a en la provincia de Burgos. Cuando muri� ten�a treinta y seis a�os. El y su hermano, Ram�n, llegaban a Garabandal para averiguar si las apariciones eran reales. El 8 de agosto, de 1961 durante el �xtasis de las videntes, el Padre Luis aparece profundamente emocionado y cuatro veces repite la palabra "(Milagro!, (Milagro!". Seg�n las ni�as el Padre vio el gran prodigio anunciado por la Virgen. Aquella misma noche, despu�s de decir que era el d�a m�s feliz de su vida y de asegurar que estaba muy contento, porque la Se�ora le hab�a hecho un regalo, y de insistir en que se encontraba muy bien y que no estaba ni siquiera cansado, qued� muerto en el coche sin hacer el menor movimiento y con una dulce expresi�n en su rostro.

Seg�n relata Conchita, al d�a siguiente del milagro, el cuerpo del difunto Padre Luis Mar�a Andreu ser� desenterrado y estar� incorrupto.

Un hecho importante sobre este milagro es que el Padre Luis fue enterrado el 10 de agosto, de 1961 y quince a�os despu�s, es decir, a principios de 1976, el seminario donde se encontraba enterrado el Padre Luis fue transformado en sanatorio psiqui�trico. El cuerpo del Padre Luis tuvo que ser exhumado y se encontr� en estado de esqueleto. A trav�s de este hecho la Providencia ha querido que la corrupci�n del cuerpo del Padre Luis Andreu haya sido constatada de modo irrefutable. �Quiere Dios, dejarnos un signo de esperanza, dentro del contexto escatol�gico, a trav�s de la restauraci�n de un cuerpo descompuesto? "Los muertos ser�n resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados" (1 Cor 15, 52).

El Castigo

El castigo fue anunciado por las ni�as en el primer mensaje el 18 de octubre, de 1961. Las ni�as relataron que el castigo, seg�n pudieron "verlo" la noche del 19 y 20 de junio, de 1962:

"Era similar a r�os transformados en sangre, fuego que baja del cielo y cosas peores; gran calor, sed abrasadora y el agua que se evaporar�; todos los hombres presos de la desesperaci�n buscando matarse unos a otros, pero al faltar las fuerzas, caer�n: unos en las llamas y otros lanz�ndose al mar, pero el agua parecer� hervir y activar las llamas"

Nos cuenta Conchita en uno de sus escritos.

"El castigo est� condicionado a que la humanidad haga caso o no de los mensajes de la Virgen y al milagro. En caso de que suceda, yo s� en qu� va a consistir, porque yo he visto el castigo; si puedo asegurar que si viene es peor que si estuvi�ramos envueltos en fuego; peor que si tuvi�ramos lumbre por arriba y lumbre por abajo. No s� el tiempo que pasar� para que Dios lo env�e, despu�s de hecho el milagro".

El castigo de Garabandal nos recuerda a aquellos que habla la Sagrada Escritura en sus p�ginas: es la revelaci�n al hombre de su condici�n de pecador, de la relaci�n estrecha entre pecado y castigo y de un Dios que juzga y salva; pues el Castigo no es otra cosa que una sanaci�n medicinal que busca restablecer el camino recto. Para unos ser� un callej�n sin salida y su condenaci�n eterna; para otros, la invitaci�n a "volver" a Dios.

La Sant�sima Virgen en Garabandal no viene a "predecir" un castigo; vine a darnos los medios para evitarlo: "no quiero vuestra condenaci�n", dir� la Virgen en su mensaje. Pero, si rehusamos a obedecer la llamada de Dios a la conversi�n, si mantenemos nuestra voluntad de rechazo, se nos cerrar� la remisi�n y la c�lera de Dios caer� sobre nosotros... y esto ser� el castigo anunciado.

El Milagro de la Comuni�n

milagro Eucar�sticoLas ni�as hab�an recibido la comuni�n frecuentemente, administrada por San Miguel Arc�ngel. Se pueden ver muchas fotograf�as donde aparecen las videntes comulgando sin que se viera la hostia. Pero en una ocasi�n las ni�as le pidieron al �ngel que haga un milagro para que el pueblo creyese. San Miguel le respondi� que Dios iba a hacer un milagro por la intercesi�n de el y las ni�as. El milagro iba a suceder el 18 de julio, de 1962. Ese d�a a las 1:40 de la madrugada, Conchita entr� en �xtasis y una hostia visible apareci� repentina y misteriosamente en la lengua de Conchita. Una persona que estaba presente logr� tomar pel�cula y filmar este milagro.

El sacramento de la Eucarist�a es una de las columnas b�sicas en el mensaje de Garabandal. La Virgen nos llama a visitar a Jes�s en el Sant�simo Sacramento, en algunos mensajes Ella le dice a Conchita que est� triste porque Conchita no pasa tiempo con Jes�s. "�Por qu� no vas a menudo a visitar a mi Hijo al Sant�simo? �Por qu� te dejas llevar de la pereza, no yendo a visitarle cuando os est� esperando de d�a y de noche?" (�ltimo mensaje de la Virgen a Conchita, 13 de noviembre 1965). La Sant�sima Virgen nos recuerda que Jes�s nos espera que vayamos a �l, a compartir con �l, a reparar ante Su Coraz�n Traspasado, a consolarle.

El Inmaculado Coraz�n de Mar�a y el Sagrado Coraz�n

Es muy interesante que en estas apariciones en Garabandal tambi�n se les presentan a algunas de las ni�as los corazones de Jes�s y de la Virgen Mar�a.

El 30 de junio, de 1961, Jacinta tiene una visi�n del Sagrado Coraz�n. Ella lo describe vestido de blanco con una estola roja. Su Coraz�n era de un rojo resplandeciente, visible en el lado izquierdo de su cuerpo y emit�a rayos blancos con oro. Jes�s no le habla, pero con su mano izquierda se�ala al Coraz�n, y su mano derecha invita a la ni�a ir hacia El. Ella cuenta que aunque no dijo nada, ten�a una mirada de amor y ella sent�a que El le dec�a "Yo estoy contigo, y siempre estar� contigo".

En la �ltima aparici�n de la Virgen Mar�a a Conchita, el 13 de noviembre, de 1965, la Virgen le dice: "Te acuerdas de lo que te dije el d�a de tu santo de que sufrir�as mucho en la tierra?...Pues te lo vuelvo a decir. Ten confianza en nosotros y lo ofrecer�s con gusto a nuestros corazones, por el bien de tus hermanos porque as� estar�s mas unida a nosotros." Luego la Virgen continua: "Conchita, no vengo solo por ti, sino que vengo por todos mis hijos, con el deseo de acercarlos a nuestros corazones."

Debemos trabajar, sacrificarnos, y hacer todo para cumplir el deseo de Nuestra Madre. Todo lo que ella desea es el mismo deseo de su Hijo, de Dios. Ellos desean la salvaci�n del mundo, todos debemos acercarnos y amar al Inmaculado Coraz�n de Mar�a, que nos llevara directamente al Sagrado Coraz�n de Jes�s. En la devoci�n a los Sagrados Corazones de Jes�s y de Mar�a, queda condensada toda la doctrina de la vida espiritual: redenci�n, co-redenci�n, pasi�n y Eucarist�a. Es una llamada que reclama nuestra respuesta concreta. Debemos de orar para que reinen los Dos Corazones en nosotros y en el mundo entero.

La Posici�n de la Iglesia

El 8 de julio, de 1963, el obispo de Santander, Mons. Beitia Aldaz�bal, declar�: "No hemos encontrado materia de censura eclesi�stica condenatoria, ni en la doctrina ni en las recomendaciones espirituales que se han divulgado ya que contienen una exhortaci�n a la oraci�n y al sacrificio, a la devoci�n eucar�stica, al culto a nuestra Se�ora en formas tradicionalmente laudables, y al santo temor de Dios, ofendido por nuestros pecados..."

Del 12 a 19 de enero, de 1966, Conchita, la vidente de las principales profec�as y mensajes, fue convocada a Roma por el pro-prefecto de la Sagrada Congregaci�n para la doctrina de la Fe, Cardenal Ottaviani. Fue interrogada durante dos horas por el mismo Cardenal y otros miembros de la Sagrada Congregaci�n. Entonces Conchita pidi� una audiencia con el Santo Padre, Pablo VI. El Papa le dijo "Conchita, Yo te bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia".  El Papa concedi� la Bendici�n Apost�lica a la Obra de difusi�n de los Mensajes de Garabandal el 12 de junio, de 1967.

El obispo local ha declarado que los acontecimientos ocurridos no son de orden sobrenatural. Roma no ha querido intervenir. En la actualidad (feb 1999) est� permitido celebrar la Santa Misa solo en la iglesia parroquial una vez recibido el permiso del p�rroco para ello.

Desde el 1967, cuando se llev� acabo la abrogaci�n de el Canon 1399 y el Canon 2318, se permite, sin temor de ninguna censura Eclesi�stica, publicar informaci�n sobre manifestaciones y visitar los lugares de tales manifestaciones, siempre que no contengan algo en contra de la ense�anza de la Iglesia. Las Apariciones de Garabandal definitivamente pasan esa prueba.

Conclusi�n

La esencia de los mensajes de la Virgen se concretan en la entrega de la vida a Dios y el cumplimiento del deber. Cada cual, seg�n su estado y condici�n, debe arrepentirse de sus faltas y esforzarse por ser perfecto. Esta perfecci�n exige un esfuerzo, un sacrificio, el llevar con alegr�a una cruz. De aqu� la idea de la penitencia a que se alude en los mensajes. El sacrificio que la Virgen pide a sus hijos se deriva, sencillamente, del cumplimento del deber de cada uno seg�n su estado y condici�n.

En la �ltima aparici�n de la Virgen Sant�sima a Conchita, Conchita le dice a la Virgen, "Ay que feliz soy cuando os veo. �Por qu� no me llevas contigo ahora?" y la Virgen le contest�, "Acu�rdate de lo que te dije... que al presentarte delante de Dios tienes que mostrarle tus manos llenas de obras hechas por ti en favor de tus hermanos y para Gloria de Dios y ahora las tienes vac�as". La Virgen no quiso "llevarse" a Conchita, porque estaba con las manos vac�as de buenas obras.

Que todos podamos meditar esta frase y recibir del cielo las gracias necesarias para llenar nuestras manos y permanecer en la tierra hasta reunir los m�ritos que nos permitan dejar este mundo con la satisfacci�n y alegr�a de haber cumplido la voluntad de Dios.

Tengamos fe y confianza en la Sant�sima Virgen. Ella nos lleva a Jes�s para que seamos libres de los peligros de este mundo y vivamos plenamente como buenos cat�licos.  El Aviso, el Milagro y el Castigo tienen como fin ayudarnos en el camino de la conversi�n. Nuestra Madre no quiere que vivamos lleno de temor, al contrario, quiere que verdaderamente vivamos su mensaje. Orando (especialmente rezando el Rosario), ayunando, llevando el escapulario, frecuentando la Eucarist�a, confes�ndonos y reflexionando en la Pasi�n de Cristo. As� obtendremos las gracias de Dios necesarias para la salvaci�n.

Posici�n de la Iglesia www.garabandal.com/page5.html. 02/16/1999

Bibliograf�a:

Diario de Conchita de Garabandal. New York Publishing Company. New York, NY. (Doesn�t have copyright date)

Albright, Judith M. Our Lady at Garabandal. Fatih Publishing Company. Milford, OH, 1992.

L�pez Padilla, Luis Eduardo. Garabandal: La Ultima Oportunidad. CEFEC (Centro de Formaci�n, Educaci�n y Cultura, S.C.). M�xico, D.F., 1993.

S�nchez-Ventura y Pascual, Francisco. La inc�gnita de Garabandal. Editorial C�rculo, S.A. Coso, Zaragoza. (Doesn�t have copyright date)

REGRESO A GARABANDAL



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