Gabriela Mistral: biografía, características, poemas y mucho más.

Gabriela Mistral: biografía, características, poemas y mucho más.

Tal vez te parezca extraño el nombre de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga pero este es el verdadero nombre de la mundialmente famosa escritora y ganadora del premio nobel Gabriela Mistral.

Biografía de Gabriela Mistral.

María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga nació en la ciudad y comuna de Vicuña, Chile, el día 7 de abril de 1889 y murió muy lejos de su patria el día 10 de enero de 1957 en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos a la edad de 67 años.

Sus padres fueron Juan Jerónimo Godoy Villanueva y Petronila Alcayaga Rojas, ambos con una ascendencia increíblemente diferente, pues su padre venia de una línea de la comunidad Diaguita, indígenas chilenos, mientras que su madre era de ascendencia vasca.

Sus vuelos paternos fueron Gregorio Godoy e Isabel Villanueva, originarios de la actual región de Antofagasta. Mientras que los maternos fueron Francisco Alcayaga Barraza y Lucía Rojas Miranda, cuya familia había tenido por generaciones tierras del valle de Elqui.

De igual manera, Mistral conto con una media hermana por línea materna llamada Emelina Molina Alcayaga, siendo esta su primera maestra. Su padre era Rosendo Molina Rojas.

Luego de nacer, exactamente a los diez días, sus padres se mudaron a la ciudad de La Unión, en el Pisco Elqui, pero desde los tres años y hasta que tuvo nueve vivió en Montegrande, convirtiendo a este en su “amado pueblo”, como se refería ella misma. Fue aquí donde pidió que le dieran sepultura al morir.

Su padre se marchó cuando la pequeña solo tenía tres años, pero esto no evito que la autora siempre lo defendiera y amara, llegando incluso a ser este su inspiración para convertirse luego n poetisa, pues entre sus cosas consiguió unos versos escritos por él, a los cuales Mistral se refiere como “Esos versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi pasión poética”.

Cuando contaba solo con 15 años sintió su primer amor, aunque este fuera solo platónico. Mantuvo correspondencia por año y medio con Alfredo Videla Pineda, un hombre muy adinerado y guapo, pero también 20 años mayor.

En el año 1906 conoció a un joven llamado Romelio Ureta, este trabajaba en el ferrocarril de donde saco el dinero que tenía en la caja de ahorro para prestárselo a un amigo en apuros. Pero nunca pudo devolver el dinero, así que decidió quitarse la vida en el año 1909.

Cuando Gabriela Mistral tuvo éxito con sus “Sonetos de la muerte”, en los juegos florales, poema que se relacionó con el acto suicida, comenzó a correr el rumor de que tuvieron un gran amor.

Para el año 1904, y con solo 15 año comenzó a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la Compañía Baja en la ciudad de La Serena, desde donde comenzó a enviar colaboraciones económicas y artículos al diario El Coquimbo. Para el año siguiente comenzó a escribir también en el diario La Voz de Elqui, de Vicuña.

A partir del año 1908 ejerció como maestra en La Cantera y después en Los Cerrillos, camino a Ovalle.

A pesar de haber trabajado en esta profesión, nunca estudio para convertirse en maestra pues o tenía los recursos para costearse la educación. Quiso estudiar en una escuela donde fue excluida por no compartir los mismos estigmas religiosos.

Pero en el año 1910, hizo una convalidación de sus conocimiento en la Escuela Normal № 1 de Santiago, en la capital donde le otorgaron finalmente el título de “profesora del Estado”, por lo que pudo comenzar a enseñar en el nivel secundario.

Aunque pudo por fin ejercer su carrera de manera oficial, muchos colegas sintieron molestia pues Gabriela Mistral no asistió al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, sino que recibió su título por convalidación de conocimientos y experiencia.

En octubre de 1910, con solo 21 años de edad se mudó a Traiguén en la Araucanía, donde comenzó a ejercer como profesora gracias a Fidelia Valdés, quien tenía el cargo de directora del Liceo de Niñas de Traiguén.

En este pueblo dicta diferentes tipos de clases como Labores, Dibujo, Higiene y Economía Doméstica, siendo maestra interina, hasta el primer semestre de 1911. Sus colegas, al igual que en el capital, y como ocurrió en repetidas ocasiones en los diferentes entes educativos donde trabajo, cuestionaron sus conocimientos por no haber asistido al Instituto Pedagógico.

Desde Traiguén, comenzó una gira que duraría once años, enseñando en diferentes partes de Chile como Antofagasta, Los Andes, Punta Arenas, Temuco y Santiago. Aunque siempre recibió el cuestionamiento de sus colegas, el Gobierno mexicano decidió contratarla para asentar lo que serían las bases de su nuevo sistema educacional, modelo que en esencia sigue vigente hasta nuestros días, haciendo solo unas pocas reformas para actualizarlo. (ver artículo: Laura Esquivel)

Inicios en la literatura.

Antes de llegar a Traiguén en octubre de 1910, Mistral ya contaba con algunos artículos de prensa donde escribía sobre la instrucción primaria obligatoria, y donde criticaba con un tono elevado a los políticos y su trabajo durante estos años.

Como parte del contexto histórico que explica estos artículos es que la cuestión social se convertía en el tema de conversación de los intelectuales de la época, pues mientras que el estado hacia grandes gastos en celebrar el centenario de Chile con obras y actividades, una gran porción de la población tenia fuertes problemas económicos, y precisamente dentro de esta porción estaba la joven Gabriela Mistral.

Uno de sus primeros poemas publicados fue en el diario El Colono, en la ciudad de Traiguén, el día 1 de noviembre del 1910; este recibía el nombre de “Tristeza”, donde Mistral expresaba el rechazo que sentía mezclado con la tragedia sentimental que representaba su relación con Romelio Ureta, quien tenía poco menos de un año de haberse quitado la vida.

El día 24 de octubre de 1910, un poco antes de este último, publica un poema llamado “Rimas” donde se expresa la tristeza que se siente cuando se pierde un ser querido, imposibilitando para siempre una despedida digna.

Aunque solo pasa un año, los poemas y versos que publica en la misma fecha en 1911, difieren mucho de estos últimos mencionados, pues se nota una madurez y mayor comprensión de la vida.

Para el día 12 de diciembre del año 2014, se hizo con su primer premio otorgado por el concurso literario llamado Juegos Florares, organizado la FECh en Santiago, donde se llevó el galardón por sus Sonetos de la muerte.

En este concurso hizo uso por primera vez de su seudónimo Gabriela Mistral, haciendo honor a sus dos poetas favoritos, el italiano Gabriele D’Annunzio y el occitano Frédéric Mistral.

Para el año 1917 Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya publican en conjunto una de las antologías poéticas más importantes de Chile, llamada Selva lírica, donde Lucila Godoy se erige como ya una de las más grandes e influyentes poetisas de Chile. Esta publicación es de los últimos trabajos donde utiliza su nombre real.

En La Serena ocupo el cargo de inspectora en el Liceo de Señoritas. Pero además de este cargo, y teniendo gran prestigio como educadora, fue invitada a visitar diferentes países como México, Estados Unidos y algunos de Europa, donde estudiaba las escuelas y los métodos educativos que usaba cada sistema. Las universidades de Barnard, Middlebury y Puerto Rico le hicieron el honor de invitarlas para que estudiara también sus sistemas.

Gabriela Mistral vivió desde el extremo norte de Chile, en Antofagasta, hasta el extremo sur del país, en Punta Arenas, en este último lugar se desempeñó y dirigió el Liceo N°1; sin duda alguna un hecho que la marco para siempre.

El hombre encargado de llevarla a La Serena, donde trabajaría en el Liceo de Señoritas, fue su mentor y gobernador de la provincia el general Luis Alberto Contreras y Sotomayor.

Pero su amor a Punta Arenas no se debió solo a su gran trabajo, sino también por la relación que había establecido con Laura Rodig, quien estaba residenciada en la ciudad. Pero a pesar de todo el amor que sentía por su amiga, la escritora no se llevaba bien con un clima tan gélido, por lo que decidió partir.

Solicito que la trasladaran y en el año 1920 mudo su residencia a Temuco, punto desde donde comenzó a viajar en autobús gasta Santiago en 1921. Mientras estuvo residenciada en la Araucania tuvo contacto con un joven promesa llamado Neftalí Reyes, quien luego tendría fama mundial como poeta tomando el nombre de Pablo Neruda.

El joven Pablo Neruda

Con la experiencias de haber dirigido exitosamente dos liceos de no muy buena calidad, Gabriela Mistral esperaba conseguir un mejor puesto, que constituyera un nuevo reto en su carrera. Por esto concurso y gano el cargo de directora del Liceo № 6 de Santiago, pero una vez más sus compañeros se mostraron enojados por su falta de estudios profesionales.

Reuniendo varios poemas escritos aproximadamente diez años antes, se logra el libro Desolación, considerada como su más grande obra. Esta fue publicada por el Instituto de Las Españas, gracias a la gestión de su amigo y director Federico de Onís, apareciendo por primera vez en la ciudad de Nueva York en el año 1922.

Invitada por el entonces ministro de Educación José Vasconcelos, Mistral se embarca en el vapor Orcoma con, acompañada por su amiga Laura Rodig, rumbo a México el día 23 de junio de 1922. Hizo de este país su hogar durante los próximos dos años, donde trabajo con los intelectuales y escritores más destacado del mundo hispano.

Para el año 1923, Gabriela Mistral se convierte en un personaje internacional, publicándose en México su obra “Lectura para Mujeres”, además de inaugurándose una estatua en su honor. La segunda edición de “Desolación” apareció en Chile teniendo una tirada de veinte mil ejemplares.

De igual manera, en España se publicó la antología “Las mejores poesías”, cuyo prologo fue escrito por el escritor y erudito español Manuel de Montoliú.

Luego de una exitosa gira por Estados Unidos y Europa, Mistral vuelve a su tierra natal, pero debido a la situación política por la que atravesaba el país, y sus constantes movimientos políticos opositores, se vio obligada a exiliarse, esta vez en el viejo continente donde se desempeñó como secretaría del Instituto de Cooperación Internacional, de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra.

En el año 1924, publica en Madrid, España su libro “Ternura” donde decide dar un vuelco a la poesía escolar y dándole un nuevo sentido más depurado y austero a las canciones de cuna y arrullos así como también a las rondas de juegos.

Su madre, Petronila Alcayaga, muere en el año 1929, a lo que con mucho dolor y orgullo decide dedicarle la primera parte de su libro “Tala”.

A partir de la muerte de su progenitora, la vida de Gabriela Mistral continúo siendo errante, sin encontrar un puesto fijo donde pudiera explorar del todo su talento. Esta situación la hizo viajar constantemente entre América y Europa, trabajando en diferentes cargos.

Así pudo conocer, en el año 1931, la isla de Puerto Rico una parada como parte de un tour del Caribe y de América del Sur. Durante esta gira caribeña cuando conoce al general Augusto Sandino en Nicaragua, quien le toma mucho afecto y admiración, en parte por el apoyo de esta en diferentes escritos, decidiendo darle el título de “Benemérita del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional”.

Como parte de la gira, se dedicó a dar una serie de discursos en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, en Santo Domingo, en Cuba, y en todos los otros países de América Central.

En el año 1933, comienza una nueva etapa y cargo, que sería uno de los más largos que tuviera en su vida, trabajando como cónsul de Chile en diversas ciudades de Europa y América.

Por su parte, en el ámbito literario, también su nombre se hacía cada vez más popular, pues su poesía fue traducida a varios otros idiomas como inglés, francés, italiano, alemán y sueco, resultando una influencia determinante en la obra creativa de algunos poetas y escritores posteriores como Pablo Neruda y Octavio Paz.

Gabriela Mistral en un Homenaje en Nueva York, junto a ella Doris Dana y Felícitas

Ciudad de Nueva York y relación con Doris Dana.

Para el año 1953, Gabriela Mistral es nombrada para el cargo de Cónsul a desempeñarse en la ciudad de Nueva York. En esta ciudad compartió y entablo una profunda amistad con la escritora estadounidense Doris Dana, que tenía el cargo de receptora, portavoz y albacea oficial y a quien había conocido unos años antes, específicamente en el año 1946.

La relación entre ambas mujeres, gracias a la correspondencia revelada que había entre ellas, puede llegar a describirse como homosexual, a pesar de que Dana siempre negó hasta el final de su vida.

Pero es un poco difícil no creer esta afirmación, luego de leer la correspondencia que publica en Chile la editorial Lumen en el año 2009, bajo el título de “Niña Errante”, donde se puede leer frases de Gabriela Mistral como: “Doris, yo estoy en Estados Unidos por ti. Soy tuya en todos los lugares del mundo y del cielo”. Antes de esta frase, se puede leer “Tal vez fue locura muy grande entrar en esta pasión”

Este libro de cartas entre ambas mujeres, cuenta con la con transcripción, prólogo y notas de Pedro Pablo Zegers, quien ocupa el cargo de conservador del Archivo del Escritor, de la Biblioteca Nacional.

Por su parte, la catedrática y escritora estadounidense Licia Fiol-Matta, considera a Mistral como «una lesbiana de armario», escribiendo mucho sobre el tema pero afirmando en su libro de 2001 “A Queer Mother for the Nation: The State and Gabriela Mistral”, que no existe documentación material o algunas pruebas que demuestren la sexualidad verdadera de la poeta. Claro que en esta época, las cartas aún no eran publicadas.

Pero cuando se creía que efectivamente la poeta podía haber tenido una relación amorosa con Dana, se descubren una serie de cartas entre Gabriela Mistral y el escritor Manuel Magallanes Moure, donde se puede leer: “Te adoro, Manuel. Todo mi vivir se concentra en este pensamiento y en este deseo: el beso que puedo darte y recibir de ti. ¡Y quizás -seguramente- ni pueda dártelo ni pueda recibirlo…! En este momento siento tu cariño con una intensidad tan grande que me siento incapaz del sacrificio de tenerte a mi lado y no besarte… Estoy muriéndome de amor frente a un hombre que no puede acariciarme…»

Esta desesperación se ve enmarcada en las creencias católicas de la escritora, al saber que no podía tener una relación con Magallanes Moure por ser este un hombre casado.

Aunque la sexualidad de la autora ha sido criticada y refutada por diversos académicos y escritores, la misma Gabriela Mistral dice: «De Chile, ni decir. Si hasta me han colgado ese tonto lesbianismo, y que me hiere de un cauterio que no sé decir. ¿Han visto tamaña falsedad? (…) No se desea volver a lugares del mundo donde se hace con los propios asuntos una novela policial. Yo no soy ningún dechado; tampoco una cosa extraordinaria. Yo soy una mujer como cualquier otra chilena».

Este extracto es sacado de su diario personal, que luego de su muerte fue publicado bajo el nombre de «Bendita mi lengua sea».

Pero a pesar de todas las críticas hechas hacia la autora, en el año 1954, Mistral fue recibida en su país con los más grandes honores, gracias a la invitación hecha por el gobierno del presidente Carlos Ibáñez del Campo. Para este honor, la acompaño su amiga Doris Dana, a quien la prensa le asignaba el  cargo de “secretaria de Mistral”. Esta sería la primera y última vez que Dana viajara a Chile.

El día de la llegada de Gabriela Mistral, se declaró como festivo. Las autoridades de ña capital esperaban a la autora para resguardarla y escoltar su auto por un grupo de patrullas de carabineros seguidas de huasos a caballo. A esta seguridad la seguía grupos de escolares destacados de diferentes colegios portando banderas.

Durante el viaje, pasaron por un arco de triunfo que se había elaborado con flores frescas en la Alameda con España, donde se podía leer la frase, “El buen sembrador siembra cantando”. A la vez, las personas lanzaban flores al auto mientras pasaba.

En horas de la tarde, tuvo una entrevista con el Presidente Ibáñez, en La Moneda. Al día siguiente se le asignó el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Chile.

Luego de tal honor en su país, volvió a Estados Unidos, un país sin nombre según ella misma decía. Y es que para Mistral Nueva York era una ciudad sumamente helada, y de su parte hubiera preferido hacer de su hogar una ciudad más cálida como Florida o Nueva Orleans.

Esta inquietud se la hizo ver a Dana, a quien le propuso comprar una casa en cualquiera de estas ciudades, que estuviera a nombre de ambas. Aunque al final termino instalándose en una mansión de la familia de Dana ubicada en Long Island, a las afuera de la megalópolis.

En una carta escrita a su amiga, se puede ver la aceptación de esta residencia cuando escribe: “Pero si tú no quieres dejar tu casa, cómprame, repito, un calentador y quedamos aquí”.

Doris Dana, estaba consciente de los problemas de salud y la poca vida que le quedaban a Gabriela Mistral, por lo que comenzó con un registro exhaustivo de cada conversación y escrito que hacia la poeta, llegando a tener un total de 250 cartas y miles de ensayos literarios.

Este legado, constituye uno de los más importantes trabajos de la autora, trabajo que fue donado luego de que Dana muriera en noviembre de 2006 por su sobrina Doris Atkinson. (ver artículo: Julio Verne)

Muerte.

Gabriela Mistral sufría de diabetes y problemas cardiacos, por lo que entraba y salía con frecuencia del hospital. Al final murió a causa de un cáncer de páncreas en el Hospital de Hempstead, en Nueva York, el día 10 de enero de 1957 con 67 años, mientras Dana estaba presente.

Luego de su muerte, los restos de la autora fueron repatriados, por lo que llegaron a Chile el día 19 de enero de 1957, nueve días después del deceso. Estos se velaron en la Casa Central de la Universidad de Chile, donde duraron dos días, hasta el 21 de enero. Por fin, su cuerpo fue enterrado en Montegrande, cumpliendo así uno de sus últimos deseos.

En algún momento de su vida, dijo que le gustaría que alguna vez algún cerro de Montegrande llevara su nombre. Este deseo fue logrado póstumamente, cuando el día 7 de abril de 1991, el día de su cumpleaños 102, el cerro Fraile tomo el nombre de Gabriela Mistral.

Por respeto a su vida y a la gran trayectoria política y literaria de Gabriela Mistral, el gobierno chileno decreto duelo nacional por tres días.

Legado.

Hasta su muerte, Doris Dana fue albacea de los escritos de Mistral, y se negó a que esta llegara a Chile hasta que la poeta tuviera el reconocimiento que un personaje de su altura mundial se merecía, llegando incluso a rechazar gentilmente una invitación de parte del gobierno del presidente Ricardo Lagos Escobar.

Como última voluntad, Mistral dejo escrito en su testamento que deseaba que las ganancias obtenidas por la venta de sus libros hechos en América del Sur, se destinarán a ayudar a los niños pobres de Montegrande, pueblo donde vivió sus mejores años de niñez.

Esta petición no pudo ser acatada del todo durante muchos años, pues según el decreto 2160 el dinero iba destinado a editoriales e intelectuales. Pero en la actualidad el decreto esta derogado y los recursos llegan a su destinatario original, los niños de Montegrande en el valle del Elqui.

Doris Atkinson, sobrina de Dana fue la encargada de donar al gobierno chileno, el legado literario completo que dejo Gabriela Mistral, luego de que su tía muriera. Este legado cuenta con más de 40 mil artículos que están resguardados en los archivos de la Biblioteca Nacional de Chile.

Jaime Quezada, es un poeta que ha estudiado a gran profundidad la obra de Gabriela Mistral, logrando editar y publicar varios libros con la ayuda de los escritos y trabajos de la escritora como “Escritos políticos” en el año 1994, “Poesías completas” en el 2001, “Bendita mi lengua sea” y “Prosa reunida” ambas del año 2002.

La Organización de los Estados Americanos, creo en el año 1979, el Premio Interamericano de Cultura «Gabriela Mistral». Aunque se creó a finales de los años 70, no fue hasta 1984 que se entregó por primera vez el premio al escritor argentino Ernesto Sabato. El último de estos premios lo recibió el poeta peruano Antonio Cisneros, en la ciudad de Mérida, México.

Sala Museo Gabriela Mistral

En el año 1977, creo el premio la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral. Una de las primeras universidades privadas que se inauguraron en Chile, en el año 1981, se llama Universidad Gabriela Mistral.

En honor a los sesenta años desde que la autora recibió el Premio Nobel, el día 15 de abril del 2005, un tren boa del Metro de Santiago fue dedicado a ella. Este tren contaba con fotos de la autora y parte de sus obras en las paredes,

En la actualidad todas las ciudades importantes de Chile, cuentan por lo menos con una calle, plaza o avenida que este dedicada a la poetisa.

El día 19 de octubre del año 2009, el edificio llamado Diego Portales, pasó a llamarse, Centro Cultural Gabriela Mistral. Esta acción fue ejecutada por la presidenta de la Republica Michelle Bachelet, quien justifico el cambio de nombre con la promulgación de la ley 20386 alegando que se hizo “con la finalidad de perpetuar su memoria y honrar su nombre y su contribución a la conformación del patrimonio cultural de Chile y de las letras hispanoamericanas”.

Para el año 2015, la Universidad de Chile, fundo la Sala Museo Gabriela Mistral, ubicado en la Casa Central de dicha institución y donde se hace énfasis a tres momentos importantes de la historia cuando la autora se relacionó directamente con la universidad, como en el año 1923, cuando se reconoció su título como profesora, en el año 1954 creándose y recibiendo el grado de Doctor Honoris Causa y finalmente en el año 1957, cuando el Salón de Honor sirvió para velar sus restos.

En este museo se pueden encontrar material audiovisual, pinturas, las primeras ediciones de sus trabajos y fotografías de la autora en sus diversos momentos.

Estatua de Gabriela Mistral en la Plaza de los Poetas del Cerro Bellavista, Valparaíso,

El día 5 de mayo del año 2018, se inauguró en La Serena, la Biblioteca Regional Gabriela Mistral, acto encabezado por la presidenta Michelle Bachelet, quien en su discurso de inauguración dijo que esta  «se relaciona armónicamente con la Casa de Las Palmeras», lugar que la poeta adquirió en el año 1925 «soñando con reproducir el modelo mexicano de escuelas rurales y que hoy es un hito fundamental de la ruta mistraliana” (ver artículo: Amado Nervo)

Poemas d Gabriela Mistral.

Gabriela Mistral es grandemente conocida en el mundo por los bellos versos que podía crear en un solo momento, haciendo que las personas se identificaran a sí mismas con ella y con los sentimientos que quería expresar a través de la escritura.

Sonetos de la muerte.

Fue este su primer trabajo literario que recibió un reconocimiento oficial; lo creo a principios de la década de los años 10, cuando aún era una niña sin experiencia de vida, pero con una habilidad muy fina y delicada que muchos otros poetas tardan años en pulir.

Con Sonetos de la Muerte, se hace merecedora del premio de los Juegos Florales en el año 1914, además de empezarse a dar conocer en el mundo artístico como una poetisa con un talento inexplorado que todavía no había ni siquiera empezado a dar lo mejor de sí.

I

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,

Te bajaré a la tierra humilde y soleada.

Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,

y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una

dulcedumbre de madre para el hijo dormido,

y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna

al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,

y en la azulada y leve polvareda de luna,

los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,

¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna

bajará a disputarme tu puñado de huesos!

II

Este largo cansancio se hará mayor un día,

y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir

arrastrando su masa por la rosada vía,

por dónde van los hombres, contentos de vivir…

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,

que otra dormida llega a la quieta ciudad.

Esperaré que me hayan cubierto totalmente…

¡y después hablaremos por una eternidad!

Sólo entonces sabrás el por qué no madura

para las hondas huesas tu carne todavía,

tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.

Se hará luz en la zona de los sinos, oscura;

sabrás que en nuestra alianza signo de astros había

y, roto el pacto enorme, tenías que morir…

III

Malas manos tomaron tu vida desde el día

en que, a una señal de astros, dejara su plantel

nevado de azucenas. En gozo florecía.

Malas manos entraron trágicamente en él…

Y yo dije al Señor: -«Por las sendas mortales

le llevan. ¡Sombra amada que no saben guiar!

¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales

o le hundes en el largo sueño que sabes dar!

¡No le puedo gritar, no le puedo seguir!

Su barca empuja un negro viento de tempestad.

Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor»

Se detuvo la barca rosa de su vivir…

¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?

¡Tú, que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!

Este poema se divide en tres partes o tres sonetos, donde su protagonista, tal como el titulo lo indica, es la propia muerte y los sentimientos que vienen a acompañarla, la tristeza, el dolor y el duelo por la muerte, haciendo a su vez referencia a la vida que continua detrás del suceso fatídico y un deseo por una muerte futura para reunirse nuevamente con el amado.

A través del escrito, el lector puede pasearse en primer lugar y con los primeros versos, con el hecho de haber perdido un gran amor, un amor tan grande que se compara con el que siente una madre al perder a su pequeño niño. El dolor que surge de esta pérdida hace ese niño se arrulle para dejarlo en la cuna que tomara de ahora en adelante, la tierra, convirtiéndola en una extensión de su propio amor con la madre tierra.

Con el segundo soneto, se puede ver la realidad que se debe enfrentar a la realidad de continuar su vida, aun cuando el dolor en su corazón le pide que no siga, que se estanque, además de hacer referencia a la injusticia con la que la figura masculina puede superar rápidamente el trance.

Para finalizar, en el último soneto se puede ver el deseo de una muerte repentina y una asociación ligada al hecho de si la muerte fue provocada por la madre, por lo que se plantea la pregunta “¿…que no tuve piedad?”, haciendo referencia a que el único con derecho a juzgar las acciones es Dios.

Piececitos.

Piececitos de niño,

azulosos de frío,

¡cómo os ven y no os cubren,

Dios mío!

¡Piececitos heridos

por los guijarros todos,

ultrajados de nieves

y lodos!

El hombre ciego ignora

que por donde pasáis,

una flor de luz viva

dejáis;

que allí donde ponéis

la plantita sangrante,

el nardo nace más

fragante.

Sed, puesto que marcháis

por los caminos rectos,

heroicos como sois

perfectos.

Piececitos de niño,

dos joyitas sufrientes,

¡cómo pasan sin veros

las gentes!

Teniendo como tema principal la infancia, que se encuentra envolviendo cada uno de los versos de la bella poesía, esta infancia no se vislumbra del todo positiva.

Ese lado infantil e inocente se va desdibujado a lo largo del poema, llegando a tornarse como algo molesto, algo que se quiera dejar de lado por no servir convirtiéndose la persona en un ciego físico y emocional.

A través de las estrofas que están unidas como si de una canción para niños se tratara, vemos claramente la intención de la escritora.

En la primera estrofa se denota un niño incompleto al presentarse solo los pies, se nota a un ser sin rostro que está enfermo. La muerte de un niño, una de las peores cosas de la vida se muestra como una situación hipotérmica, cianótica y desvalida que tiene un claro contraste con lo cruel que resulta dejarlo solo y desnudo ante el frio de la intemperie.

A continuación se dibuja una infancia que está plagada de obstáculos, trabas que tratan de impedir que la infancia se viva como se debe vivir. No hay un solo momento donde se muestre una vida cálida con cariño y caricias, sino un largo camino por donde es imposible ir sin que haya algo que duela, que hiera y llene la vida de dificultades.

Para la tercera estrofa, se profundiza en el problema de la insensibilidad social colectiva. La forma en que apartamos e ignoramos el sufrimiento de las otras personas, alejándolo de nosotros emocionalmente y haciendo de cuenta que nunca ha existido.

La infancia se dibuja como la etapa que nadie ha vivido pero que paradójicamente, es durante estos años cuando se dibuja la esencia del ser, al marcarse la personalidad, la manera de sentir, relacionarnos y vivir.

Terminando el poema, en la penúltima estrofa, se muestra a los niños como un ejército conformado por seres sin errores que además están libres de la mala conciencia. Para el final, se puede apreciar a la infancia como una joya en bruto, pero que debido a la ceguera de los adultos inevitablemente se va extinguiendo. (ver artículo: H.P Lovecraft)

Libros de Gabriela Mistral.

Con soltura e inteligencia es capaz Gabriela Mistral de levarnos a varios mundos donde, la ternura, el dolor y las historias se cruzan para dar paso a los más impresionantes escritos en versión de prosa o de verso.

Entre sus obras más resaltantes tenemos:

Desolación.

Esta fue la primera compilación de versos de la hasta entonces desconocida escritora y que la lanzo de pronto al estrellato mundial, revelándola como una promesa de la poesía de primera mitad del siglo XX.

En un principio este texto contaba solo con cinco secciones llamadas «Vida», «Escuela», «Infantiles», «Dolor» y «Naturaleza», en la edición que fue lanzada en la ciudad de Nueva York en el año 1922.

 

En la versión chilena, que se publicó un año después de esta, la obra se corrigió y aumento al anexársele dos secciones llamadas «Prosa» y «Prosa Escolares y Cuentos».

En la sección de Dolor, que estaba en la versión original, se le agrego el famoso poema de “Los Sonetos de la Muerte”, con el cual se llevó a casa el premio de los Juegos Florales del año 1914.

Esta obra como hemos dicho recibió muchas críticas favorables, debido a que con esta obra, la autora despliega todo un repertorio de dolor que se decanta de un hecho trágico en específico, pero con el que es necesario cargar y sobrellevar para continuar con la vida.

Y es que su lirismo nos hace identificarnos con los sentimientos de culpa y sensibilidad que pueden surgir de un hecho aislado, pero que como todo en la vida no se puede olvidar o borrar, solo se debe aprender a vivir con él.

Ternura.

Este es el segundo poemario de Gabriela Mistral, que fue impreso y publicado en Madrid, España para el año 1924, teniendo como apoyo a la editorial Saturnino Calleja. Fue dedicado a su madre y su hermana Emelina, quienes según la autora fueron los pilares fundamentales de su vida, así como una fuente de inspiración para crear algunos de los versos.

La primera edición de este libro puede encontrarse bajo el título de Canciones para niños. Titulo motivado por la cantidad de rondas infantiles, canciones de cunas y jugarretas que se pueden encontrar mezclados entre los poemas.

Estos géneros infantiles usados en muchas ocasiones por la poetisa, siempre haciendo gala de mucha frescura y creatividad dejaban transmitir el amor especial e inagotable que sentía por lo más pequeños y su gran inocencia.

Según la misma Mistral, el componer una ronda infantil, la hacía refrescar y renovar su percepción de la vida, en sus propias palabras: «Cuando he escrito una ronda infantil, mi día ha sido verdaderamente bañado de Gracia, mi respiración como más rítmica y mi cara ha recuperado la risa perdida en trabajos desgraciados. Tal vez el esfuerzo fuese el mismo que se puso en escribir una composición de otro tema, pero algo, que insisto en llamar «sobrenatural», lavaba mis sentidos y refrescaba mi carne vieja”.

Y es que la intención de Mistral no era solo entretener o darles una lección a los niños por medio de la poesía, también buscaba hacer reflexión de los adultos sobre el papel que estos jugaban en la vida de los niños, especialmente aquellos que estaban en situación de abandono.

Gabriela Mistral llego a confesar que “Ternura” represento su libro preferido, el más querido de todos y que ha dejado una huella imborrable no solo en ella, sino en todo su trabajo posterior, pues en todas sus demás publicación, desde Desolación a Lagar, de Tala al Poema de Chile, siempre se incorporaron poemas que nacieron de “Ternura”.

Luego de recibir el Premio Nobel, en el año 1945, la autora decide que ha llegado la hora de reorganizar y arreglar “Ternura”, agregando incluso nuevas secciones a la versión original. Estos cambios son una muestra de la importancia y afecto que Mistral otorgaba al libro.

Tala.

En una de sus muchas visitas a España, Gabriela Mistral se conmueve hasta las fibras más hondas de su ser, al conocer la situación de muchos niños españoles que han sido de las víctimas silenciosas que ha dejado la Guerra Civil.

Como honor a ellos, púbica en 1938 su tercer poemario bajo el título de Tala, en Buenos Aires por la editorial Sur. Decidió que las ganancias obtenidas con esta obra irían destinadas a ayudar a estos niños.

Se escogió el nombre de “Tala” como una alusión a la cosecha y el trabajo que hace la autora por juntar varios poemas que han sido publicados en diversas revistas y periódicos a lo largo de América y Europa.

De esta forma incluye versos como «Saudade», el cual escribió mientras estuvo en Lisboa. Esta obra fue dedicada a Palma Guillén, y a través de esta notoria mujer, también hizo su libro una consagración de la piedad que tiene la mujer mexicana.

Gabriela Mistral sabe que su trabajo tiene gran similitud con el llamado “Desolación”, por lo que al final de este escribe: «Excusas de una nota»: «Lleva este libro algún pequelo rezago de Desolación. Y el libro que le siga -si alguno sigue- llevará también un rezago de Tala» (p. 273).

Lagar.

En el año 1954 sale a la luz pública Lagar, el que sería el último libro publicado por Gabriela Mistral antes de morir.

Luego de la publicación, la escritora manifestó su contento y orgullo con esta obra, pues fue la única que se publicó desde su inicio en su tierra mata, Chile, gracias a la gestión hecha por la Editorial Pacífico y no en el extranjero como había pasado con sus trabajos anteriores.

Los poemas que aquí se usan muestran una faceta literaria más tranquila y se muestran sus deseos de volver nuevamente a la vida rural, siendo este una vida que recuerda con excesiva nostalgia y aprecio.

Luego de ubicarse, se conoció que Lagar era parte de una gran obra que la escritora deseaba publicar completa, pero debido a la extensión tomo el consejo de los editores de dividirla en dos.

Niña Errante.

Luego de que su amiga y albacea literaria Doris Dana muriera, todos los papeles escritos por la escritora Gabriela Mistral volvieron a Chile a la Biblioteca Nacional de Chile, luego de permanecer alrededor de 50 año en Estados Unidos.

Con el título de Niña Errante, sale a la luz la correspondencia que Dana y Mistral mantuvieron por alrededor de diez años, comenzando esta relación en el año 1948, cuando la joven americana de 28 años hace contacto con la ya consagrada como poeta y ganadora del Nobel.

En este tiempo, Dana era una joven y guapa mujer proveniente de una familia muy adinerada, al ser su bisabuelo el editor encargado de un diario de finanzas. Aunque dice ser tímida, en el papel no parece tanto. Toma la iniciativa de conocer a Mistral sin escatimar en sus esfuerzos por lograrlo.

Para conocerla se ofrece a llevarla a México donde la poeta tiene varios compromisos que cumplir.

Con el pasar de los días y a medida que las cartas van y vienen, el tono usado en ellas va cambiando, llegando a escribir Dana, “pienso mucho en ud, en lo grande y tierna que es”, pasando a formarse una relación apasionada que en ocasiones llega a obsesionar a la poeta.

Poco menos de un año que se inició la correspondencia se tenían un trato tan íntimo que Mistral se refiere a Dana como “amor”, y por momentos llega a referirse a si misma con el género masculino.

Cuando por fin se conocen, nunca más se separan, salvo en los intervalos que tomada Dana para ir y venir a México o Italia.

En el libro pueden leerse unas pocas cartas escritas por Dana, pero alrededor de doscientas escritas por Gabriela Mistral, aunque ambas escriben sobre una atracción instantánea. (ver artículo: Juan Ramón Jimenez)

Premios.

Gracias a la agilidad de su pluma y la facilidad de su escritura, Gabriela Mistral fue merecedora de varios premios a lo largo de su carreras, siendo uno de los más importantes y de mayor rango, el premio nobel de literatura en el año 1945.

Aquí una lista de los premios recibidos:

1945: Premio Nobel de Literatura

1947: Doctor Honoris Causa por el Mills College of Oakland (California).

1951: Premio Nacional de Literatura de Chile

Además recibió varios Doctorados Honoris Causa, como por ejemplo los de las universidades de Guatemala, de California (Los Ángeles) y de Florencia (Italia), y uno de los más importantes para ella, el que le otorgó a su regreso a la patria en 1953 la de Chile.

Otra consideración importante a la carrera póstuma de Gabriela Mistral fue la imagen que uso el gobierno de Chile para su billete de 5000 pesos desde el año 1981. este fue reformado en el año 2009, cuando salió en circulación un  nuevo billete también de 5000 pesos pero con una imagen de la escritora más agraciada.

Premio Nobel.

Gabriela Mistral estaba en Petropolis, Brasil, desempeñándose como cónsul desde el año de 1941, cuando recibió la noticia de que había ganado el Premio Nobel de Literatura en el año 1945.

el motivo que tuvo la academia para otorgarle este honor, fue a causa de su obra lírica que había tomado como inspiración emociones muy profundas que habían llevado el nombre de la autora a convertirse en un símbolo de todo lo que aspiraba el mundo latinoamericano.

en su discurso de aceptación del premio dijo “Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguas española y portuguesa. Ambas se alegran de haber sido invitadas al convivio de la vida nórdica, toda ella asistida por su folklore y su poesía milenarias” (ver artículo: Henry James)

Relación de Gabriela Mistral y Pablo Neruda.

Siendo todavía un niño, Neftalí Reyes recibió la influencia directa de quien en aquel tiempo todavía portaba por momentos el nombre de Lucila Godoy y a veces como Gabriela Mistral.

Esta relación surgió cuando la profesora llega a regir y dirigir el Liceo de Señoritas y entabla una relación afectuosa con el pequeño que ya denotaba mu7cho talento para la escritura y poesía, así como un amor por la lectura.

Mistral escoge ciertas lecturas que pueden guiar el camino del joven y luego analiza y discute con el sobre su asuntos políticos, literarios y en una que otra vez, algún asunto social.

De su primer encuentro Neruda escribe:

– Por ese tiempo llegó a Temuco una señora alta, con vestidos muy largos y zapatos de taco bajo. Iba vestida de color arena. Era la directora del liceo. Venía de nuestra ciudad austral, de las nieves de Magallanes. Se llamaba Gabriela Mistral.

La vi muy pocas veces porque yo temía el contacto de los extraños a mi mundo. Además no hablaba, era enlutado, afilado y mudo.

Gabriela tenía una sonrisa ancha y blanca en su rostro moreno por la sangre y la intemperie. Reconocí su cara. Era la misma del palanquero Monge, sólo le faltaban las cicatrices.

Era la misma sonrisa entre pícara y fraternal y los ojos que se fruncían, picados por la nieve o la luz de la pampa.

No me extrañó cuando entre sus ropas sacerdotales sacaba libros que me entregaba y que fui devorando.

Ella me hizo leer los primeros grandes nombres de la literatura rusa que tanta influencia tuvieron sobre mí.

Este texto fue leído por el propio Neruda en el año 1954, en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, cuando se llevaba a cabo un acto homenaje de su cumpleaños número cincuenta.

A su vez, al final de su vida Gabriela Mistral se refiere a Pablo Neruda así:

«Una vez me prohibieron desde allá (Chile), y por orden de González Videla recibir en el consulado a Neruda. Qué poco me conocen. Me hubiera muerto cerrándole la puerta de mi casa al amigo, al gran poeta y, por último, a un chileno perseguido y a quien en sus primeros pasos influí con lecturas que le seleccioné y que afirmaron su recio espíritu.

Yo fui perseguida. Y cómo. También fui echada de revistas y diarios. Y lo serán muchos escritores que gritan las verdades. ¿Anonadarse o callar? ¡Semimuerte! Allá se persigue o se les hace sombra a los escritores mientras están vivos y son valientes. O se atreven a declarar sus ideas y sus anhelos».

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