22 cocinas semiabiertas al salón que te ayudarán a ganar espacio sin renunciar a la estética
La moda de los espacios abiertos sigue vigente, pero quizá ha llegado la hora de explorar las posibilidades del concepto semiabierto para integrar la cocina y el salón pero con cierta independencia.
- Cocinas de diseño: 60 ideas para estar a la última
- 30 cocinas abiertas al salón que te animarán a tirar tabiques
- Tendencias en colores, materiales y muebles de cocina
De alguna forma, los programas de televisión dedicados a las reformas, los realities importados de Estados Unidos y las series o películas donde se ven casas increíbles nos han ido convenciendo poco a poco de que tener una cocina abierta al salón es la solución perfecta, la más lujosa y la más interesante para integrar el proyecto de interiorismo y aprovechar al máximo el espacio. No nos parece un mal arreglo, pero, seamos sinceros, no es para todo el mundo. Primero, está la cuestión de los metros: para tener una cocina abierta que sea espectacular, con isla y espacio de sobra, hacen falta metros. En segundo lugar, están las preferencias personales, que no siempre se ajustan al "todo a la vista".
Sin embargo, el open concept también puede aplicarse a pisos pequeños que, tras haber sido reformados, maximizan el espacio disponible y sacan todo el partido posible a cualquier recoveco, ubicando la cocina en alguna esquina o entre pilares. La cuestión, como en todo, es encontrar el equilibrio entre lo que necesitamos, lo que queremos y lo que es factible, y sin duda, tener en mente una cocina semiabierta al salón puede ser una solución eficaz y funcional que puede aplicarse a casas de todo tipo.
Qué es una cocina semiabierta al salón
Como su propio nombre indica, no es ni una cocina independiente, es decir, separada del resto de la casa por paredes y puertas, y tampoco una abierta totalmente al salón o al comedor, libre de tabiques y otras separaciones. Suelen tener forma de L o de U, lo que crea la sensación de estar "recogidas" sin estar completamente asiladas del resto de la casa. Otra opción es ubicarla en un espacio intermedio entre el salón y otra estancia, cerrada por 3 de sus lados y abierta a un pasillo ancho. También pueden estar físicamente en el mismo espacio del salón, pero estar separadas por paredes de cristal, mobiliario o elementos arquitectónicos.
Ventajas de una cocina semiabierta
Algo intangible pero obvio: evitar que los olores impregnen toda la casa. Las cocinas semiabiertas tienen la ventaja de reunir lo mejor de un espacio de distribución abierta, como la profundidad o la continuidad visual, pero sin renunciar a la privacidad de tener una cocina independiente, que siempre viene bien. Abogamos por el orden en casa, pero todos sabemos que a veces, el frenesí de la vida diaria no nos permite tener nuestro hogar como nos gustaría: platos que se acumulan en el fregadero, los cubos de reciclaje llenos hasta rebosar porque no nos ha dado tiempo a ir a los contenedores y vaciarlos, o darnos cuenta de que tenemos montada una batalla campal en la encimera después cocinar o haber organizado una cena entre amigos.
Precisamente, las cocinas semiabiertas permiten la comunicación al estar conectadas al salón, pero sin exponer demasiado "lo que se está cociendo" de puertas adentro, por eso son ideales en reuniones sociales o en la vida en familia. Y lo mejor es que no necesitas tener una cocina XXL para poder tener una, ya que se adapta a la mayoría de tamaños de casas "normales", donde hay que aprovechar el espacio todo lo posible.
Tipos de cocina semiabierta
Para que una cocina sea semiabierta, debe tener al menos dos de sus lados sin acceso a otra habitación. El tipo más común es la cocina americana, con un gran ventanal que se abra al salón y que comunique ambas estancias, pero no es el único. A continuación te mostramos 20 tipos de cocinas semiabiertas al salón que te darán ideas de cómo aplicar este estilo a tu casa.
El cambio radical de una cocina pequeña y oscura
Cómo reformar una cocina con un estilo atemporal
Cómo diseñar tu propia cocina de campo
La historia (y el presupuesto) de una reforma