¿Quién fue Francisco Madero? Biografía corta | Historia de México

¿Quién fue Francisco Madero?

Biografía corta de Francisco Madero

¿Quién fue Francisco Madero? Francisco Madero fue uno de los políticos mexicanos de mayor relevancia histórica, ya que se considera que inició la Revolución Mexicana, muy vinculada con su ejercicio presidencial. Nació en el estado de Coahuila, en la ciudad de Parras de la Fuente, el 30 de octubre de 1873. Fue hijo del próspero hacendado y empresario Francisco Madero Hernández, y su madre se llamaba Mercedes González Treviño. Durante años se difundió el dato erróneo de que su nombre completo era Francisco Indalecio Madero, pero una investigación más detallada, contrastada con su acta de nacimiento,  permitió verificar  que su nombre fue Francisco Ignacio Madero.

Estudió sus primeros años en la ciudad de Saltillo. Pero su formación profesional tuvo lugar por entero en el exterior: Francia y Estados Unidos. A los veinte años, y con la preparación empresarial suficiente, regresa a Coahuila para ayudar a su padre con los negocios. Son años de actividad principalmente empresarial y ciudadana, y que adicionalmente incluyeron su matrimonio con Sara Pérez Romero.

Pero en 1904 empieza su actividad política, fundando su propio partido político dentro del estado de Coahuila. Pero pronto su interés se extiende a la esfera nacional, al publicar en 1908 un libro llamado “La sucesión presidencial en 1910”. En este, se criticaba de modo muy severo el continuado ejercicio de la presidencia que llevaba Porfirio Díaz. Es de hacer notar que Madero llevaba prácticamente toda su vida en el porfiriato.

La posición de Madero le hizo ganar gran popularidad. Fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista, que, llevando la bandera contra el continuismo de Díaz, lo postuló para las elecciones de 1910. Porfirio Díaz ordena el encarcelamiento de Madero ese año, mientras se hallaba en campaña para la presidencia. Porfirio Díaz logra la reelección.

Sin embargo, Madero logra escapar, para luego proclamarse en rebelión mediante el Plan de San Luis, al cual se adhirieron Pascual Orozco y Emiliano Zapata. La rebelión desató un clima de inestabilidad que terminó provocando la renuncia y el exilio de Díaz en 1911. Porfirio Díaz, ya octogenario, jamás regresaría a México.

De este modo, Francisco Madero es electo como presidente de México, pero su mandato no estuvo libre de inestabilidad: por un lado, los antiguos seguidores de Porfirio Díaz intentaban recuperar los privilegios perdidos y restituir algo similar al porfiriato. Por otro, sus aliados, Zapata y Orozco, consideraban que las reivindicaciones campesinas que les impulsaron a alzarse y apoyar a Madero, no habían sido atendidas del modo en que se prometió en el Plan de San Luis.

A pesar de la rebeldía de sus antiguos aliados, los principales problemas del gobierno de Madero vinieron de los conspiradores que habían sido seguidores de Porfirio Díaz, entre los que se contaba su sobrino, Félix Díaz. Éste discurrió con Victoriano Huerta, y con el Embajador de los Estados Unidos, Henry Lane Wilson, un plan llamado el Pacto de la Embajada, por el que buscaban derrocar a Madero y nombrar presidente provisional a Huerta, para posteriormente colocar a Díaz como mandatario.

El plan se materializó en un cruento golpe de Estado el 18 de febrero de 1913. Los diez días que duró el golpe pasaron a la historia como La Decena Trágica. Los conjurados apresaron, torturaron y asesinaron a Gustavo Madero, hermano del presidente. Posteriormente, el mismo Madero, y su vicepresidente José María Pino, fueron también apresados, con la promesa de recibir facilidades para su exilio en Cuba. En lugar de ello, fueron conducidos a las afueras de la penitenciaría conocida como Palacio de Lecumberri, donde fueron acribillados. Victoriano Huerta traicionó también a Félix Díaz, y se quedaría en la presidencia.

Tanto el apresamiento de Francisco Madero en 1910, como su asesinato en 1913, fueron acontecimientos que encendieron la mecha del descontento que dormía en la sociedad mexicana de principios del siglo XX, y que desataron el conflicto más grande que vivió ese país. La Revolución Mexicana, cuya etapa más intensa fueron los 10 años que se cierran con la presidencia de Venustiano Carranza, ilustra el conflicto, aún presente en México, entre los valores republicanos y los afanes centralistas, y donde pugnan por ser satisfechos los intereses campesinos.



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